La tensión política que rodeaba el partido Serbia-Albania estalló de la manera más insospechada. Poco antes del final del primer tiempo, en el minuto 42, un drone sobrevoló el centro del campo del Partizan de Belgrado, portando una bandera albanesa y un mensaje que era ilegible a través de la televisión, yq que varios medios aseguran que hacía referencia a la «Gran Albania», territorios que los nacionalistas albaneses reclaman como propias (partes de Grecia, Macedonia, Montenegro y Serbia).
El futbolista serbio Mitrovic bajó la bandera para sacarla del campo y a los futbolistas de Albania el gesto no les gustó demasiado. Se liaron a discusiones en el centro del campo y después saltaron al césped más personas en una trifulca multitudinaria. Se pudo ver a aficionados serbios dar golpes a los futbolistas de la selección rival, e incluso uno de ellos lanzó una silla a uno de los jugadores albaneses. En la grada, se tiraron petardos al verde y aparecieron decenas de bengalas para protestar contra el gesto de una afición albanesa que tenía prohibida la entrada al estadio para evitar problemas.

El partido estaba 0-0 y ya no se reanudó por decisión del árbitro inglés Martin Atkinson. Albania y Serbia quedaron encuadradas en el grupo I de clasificación para la Eurocopa 2016. Las relaciones entre ambos países o con la antigua Yugoslavia está marcada por cientos de episodios a lo largo de la historia. Pero el reconocimiento de Kosovo por parte de Albania acabó por incendiar la visión que Serbia tiene del país vecino. Una muestra de la tensión existente de cara al partido fue la tremenda pitada que dedicó la afición de Belgrado al himno albanés.