Colombia, con un ataque demoledor, goleó 3-0 a Camerún en amistoso

Nosotros los colombianos somos un caso pintoresco. O nos subimos al cielo o nos bajamos al infierno. parece que no hay posibilidad de que pongamos los pies en la tierra.

En el pasado eran tan pocos los triunfos que cualquiera que llegara se celebraba como si nos hubiéramos ganado un campeonato mundial. Para la anécdota queda un partido que se le ganó 1 - 0 a Túnez (Mundial de Francia 199 y el país entero se arrojó a las calles y convirtió el día en fiesta nacional. Al margen. éste gol (Leider Preciado) fue el último que se anotó en un mundial.

Y las derrotas producen el efecto contrario. No hay equipo más malo, no hay jugadores más malos, y todo el mundo se echa a morir, insulta, putea, tratan a la selección con todos los epítetos que se les ocurre y juran que jamás volveremos a un mundial y que nunca en la vida volverán a un estadio a ver esa partida de perdedores, de pechifríos, de mediocres...en fin.

Y ahora, que se tiene un proceso serio, con futbolistas no solo talentosos como los de los noventa, sino maduros porque juegan en las mejores ligas, porque se destacan en ellas, porque han ganado torneos internacionales, porque ya saben lo que es ganar y perder, entonces nos da miedo creer, nos da susto alegrarnos y damos rienda suelta al pesimismo, repitiendo que de eso tan bueno no dan tanto.

Pero ni vamos a ser campeones mundiales ni tampoco somos mediocres. De clase media baja hemos ascendido a clase media alta con esfuerzo y dedicación, con talento y perseverancia y la selección está para grandes cosas dentro de nuestras posibilidades. ¿Cuáles son? Clasificar al Mundial Brasil 2014 y cumplir un papel decoroso, que bien podría ser pasar a segunda ronda o incluso llegar a cuartos como lo hizo Paraguay que sería un triunfo inmenso.

Y si nos miramos en el hoy, la selección Colombia es tercera en Suramérica, después de Brasil y Argentina, peleando el puesto con Ecuador debido al retroceso de Uruguay que no ha sabido evolucionar y un Chile voluntarioso que no tiene volumen de gol, y ambos con una gran fragilidad defensiva. Quedan ocho fechas por delante y es posible que se pierdan uno o dos partidos y quizás un empate se cruce en el camino, pero es muy probable que los partidos en casa los ganemos y quizás el de Asunción sea el cierre con broche de oro de la eliminatoria.

No es sacrilegio pensar así porque hay un buen conjunto cuyos resultados no son producto del azar sino el resultado de un proceso serio que se está llevando a cabo. Quedan 24 puntos por disputar y en las cuentas hay 12 en casa (Bolivia, Perú, Ecuador y Chile). Argentina y Venezuela en su territorio serán huesos duros de roer y quizás haya un traspiés por ahí. Lo será menos Uruguay en casa y se le apuesta a un triunfo en Asunción. Es decir, hay suficientes puntos ganables (la mitad o un poco más) suficientes para clasificar.

No es para echar voladores pero tampoco para no creer. Hay razones para ser optimistas... con los pies en la tierra.

En el pasado eran tan pocos los triunfos que cualquiera que llegara se celebraba como si nos hubiéramos ganado un campeonato mundial. Para la anécdota queda un partido que se le ganó 1 - 0 a Túnez (Mundial de Francia 199 y el país entero se arrojó a las calles y convirtió el día en fiesta nacional. Al margen. éste gol (Leider Preciado) fue el último que se anotó en un mundial.

Y las derrotas producen el efecto contrario. No hay equipo más malo, no hay jugadores más malos, y todo el mundo se echa a morir, insulta, putea, tratan a la selección con todos los epítetos que se les ocurre y juran que jamás volveremos a un mundial y que nunca en la vida volverán a un estadio a ver esa partida de perdedores, de pechifríos, de mediocres...en fin.