DeNunCianDo - Fin dela era Páez

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En el segundo semestre de 2010, con el nacimiento de Millonarios S.A. como salida a una profunda crisis deportiva y económica, comenzó la era del técnico venezolano Richard Páez, quien llegó al club bogotano por insistencia de su entonces presidente José Roberto Arango, que quería un estratega extranjero, descontaminado del ambiente del fútbol colombiano.
Entonces apareció en escena el médico, especializado en traumatología y ortopedia, hoy de 58 años. Venía de dirigir sin mucho éxito al Alianza Lima de Perú, a donde había llegado después de ser el técnico de la selección de Venezuela, en medio de un proceso de recambio para el fútbol de su país.
Los hinchas recibieron con sorpresa su nombramiento, pero a la vez con la esperanza de que él le devolviera la grandeza a un club que desde 1988 no se proclama campeón. La idea de José Roberto Arango fue mantener incondicionalmente una etapa que por lo menos durara hasta junio 30 de 2012, sin importar los resultados.
Páez cumplió un tímido segundo semestre de 2010, terminando en el puesto número 12, sin clasificación a los cuadrangulares. Sin embargo, en la temporada 2011 logró enamorar a la afición con buenas campañas que la ilusionó con el título mayor. En el primer torneo avanzó a la siguiente instancia y terminó de sexto, y en el segundo, de cuarto, con un premio adicional: la obtención de la Copa Colombia y la clasificación a la Copa Sudamericana.
Con la llegada de la nueva junta directiva, encabezada por Felipe Gaitán, y con un club más estabilizado financieramente, se dio inicio a la temporada 2012, en la que los directivos hicieron una gran inversión para contratar nueve refuerzos y así redondear la buena salud económica con lo deportivo.
Llegaron los extranjeros Matías Urbano, Ezequiel Britez e Ignacio Ithurralde, y los colombianos Humberto Osorio, Leonardo Castro, José Hárrison Otálvaro, Yhonny Ramírez, Wilberto Cosme y Orlando Berrío. Contradictoriamente, fue entonces cuando comenzaron los problemas para Millos, pues de esas contrataciones sólo sirvió Osorio.
Páez aseguró entonces que él no había escogido a los jugadores y que los encargados de hacerlo fueron los miembros del Comité Deportivo, integrado por Javier Álvarez, Nicolás García y Álvaro Dávila. Pero si bien no se puede señalar al venezolano de culpable, sí de responsable, pues él avaló dichos nombres. Culpabilidad o responsabilidad, los refuerzos no funcionaron (ver recuadro).
Los partidos fueron pasando y Millos nunca levantó cabeza. Sólo ha ganado cuatro partidos de 15 jugados y su nivel futbolístico es más que paupérrimo. Y Páez, el querido hace unos meses por la hinchada, es hoy el blanco de las críticas e insultos por sus repetidas y constantes equivocaciones a la hora de plantear los partidos y hacer los cambios. Millos se mostró incapaz de mantener un resultado y su última perla fue la del sábado, cuando luego de ir ganándole 1-0 al Pasto, en El Campín, terminó perdiendo 2-1 y cerrando sus posibilidades de clasificar a los cuadrangulares.
La continuidad de Páez es insostenible. Los resultados hablan por sí solos y, según pudo confirmar El Espectador con una fuente que pidió la reserva de su nombre, la era de Richard Páez —a la espera de la oficialización— terminará el 30 de junio, una vez culmine su contrato. La noticia no sorprende. Pero lo que sí llama la atención es la explicación para la salida del venezolano. Así Páez no hubiera clasificado al equipo, cosa que efectivamente no hizo, su nombre iba a ser considerado, entre otra lista de candidatos, para continuar en la dirección del equipo. Lo que él no sabe es que sus desafortunadas declaraciones del pasado 25 de abril, en las que criticó a los dirigentes, fueron las que sellaron su suerte.
“Si a mí me presentas una conversación adecuada con toda la idea de seguir construyendo el proyecto que estamos elaborando, con la idea de crecer, de seguir avanzando, y que ellos (directivos) nos apoyen ya, rompiendo con esos topes salariales y con esas ideas de limitaciones que hemos tenido, pues valdría la pena continuar. Pero si siguen bajo las mismas condiciones y con un equipo que trabaja como gitano, de un lado para otro porque no tenemos sede y que parece que se estuviera escondiendo de ustedes (prensa), cuando lo que estamos es trabajando para lograr la estrella 14, yo no continuaría, daría un paso al costado para que venga otro a sumar en este proyecto, porque en ese sentido yo ya di todo lo que podía dar”, sorprendió Páez, quien hasta entonces se había caracterizado por ser un hombre tranquilo y diplomático.
Declaraciones explosivas que los directivos interpretaron como una falta de lealtad a un club que lo había respaldado pese a los malos resultados y al pedido de la hinchas y periodistas para que lo sacaran.
Sin embargo, hay que señalar que el mismo Páez, tras la caída con Pasto, asumió su culpa: “Es una responsabilidad que hoy me toca a mí asumir. Los jugadores que están ahí son a los que les dimos el aval para estar ahí. Fueron una cantidad de resultados repetidos, no dimos las expectativas que teníamos del grupo y hoy, cuando estamos prácticamente fuera, solamente un milagro daría una clasificación. Creo que el equipo no cumplió con los objetivos”.
Y qué viene
Pero no sólo se puede señalar a Páez como responsable del fracaso de esta campaña. También hay que hacerlo con los jugadores, que al fin de cuentas son lo que están en la cancha. Con contadas excepciones, los futbolistas no estuvieron a la altura de sus responsabilidades.
Una vez terminada la temporada, los directivos del equipo sentarán uno a uno a los jugadores para evaluar el cumplimento de sus objetivos este semestre, al estilo de un alto ejecutivo. La idea, según conoció El Espectador, es negociar con ellos, pues el equipo no está financieramente dispuesto a indemnizar a ninguno. Se trata de negociar, y, de no llegar a un feliz acuerdo, se ha pensado en la posibilidad de prestarlos a otros equipos.
La tarea de buscar técnico se debe adelantar con celeridad, pues el inicio de la Copa Sudamericana está a la vuelta de la esquina y el rumbo hay que redirigirlo ya. Se sabe que la prioridad es conseguir un estratega extranjero que conozca el fútbol colombiano.

Estos directivos si nononono xD el veneco les hizo una critica constructiva y lo despiden... ese equipo no vuelve a ganar un titulo hasta que lo compre un magnate árabe.