DeNunCianDo - El R. Madrid eliminado por un 2ª B

El Real Madrid debería devolver el dinero de las entradas a los aficionados que acudieron al Bernabéu confiados en la remontada de su equipo ante el Alcorcón. No se puede engañar a la gente, que terminó harta de su equipo y de su entrenador. Por primera vez, Florentino Pérez escuchó con nitidez el "Pellegrini dimisión" desde su asiento en el palco. La escena recordó a la de un emperador esperando a bajar el dedo mientras el pueblo le pedía que rodase la cabeza del chileno.

El Ingeniero tiene cada vez menos ideas de lo que tiene que hacer con su equipo. Dejó fuera al castigado Guti, a Xabi Alonso, a Ramos sin estar sancionado y a Benzema, cuatro jugadores más capacitados que otros de sus compañeros para una remontada imposible. En el banquillo se quedó Marcelo, uno de los mejores ante el Atlético, y su lugar en el once fue para Gago junto a Diarra en el mediocentro, con Arbeloa en la izquierda y Lass en la derecha. Mal estuvieron todos, pero el argentino fue el peor de todos
Bronca de órdago a Pellegrini
El reloj avanzaba, el milagro se evaporaba y el público se calentaba. Tras los pitos por el mal juego del equipo llegó la bronca de la noche a Pellegrini, que quitó a Lass, uno de los que al menos luchó, para dar entrada a Marcelo. Otra mala idea del Ingeniero, que escuchó como los madridistas pedían su dimisión. Mientras tanto, Anquela dosificaba a los suyos y hacía participes de la gesta a Carmelo y Vara en lugar de Gascón y Borja, un socio del Madrid que puede presumir cuando vuelva a su asiento ante el Racing de haber sido ovacionado por los suyos con todo merecimiento.

Con el Madrid K.0., los blancos tuvieron la dignidad de ganar el partido con un tanto de Van der Vaart que llegó demasiado tarde para los suyos. Quedaban sólo ocho minutos, muy poco para cualquier equipo y menos para un equipo que no creyó en ningún momento en la campaña que había orquestado su club en la página web. El último del Madrid fue un trallazo de Higuaín al larguero de Juanma, muy bien durante toda la noche. Igual que todos sus compañeros, que hicieron historia dejando en ridículo al Madrid dos veces: con el 4-0 en Santo Domingo y abortando el intento de remontada en el Bernabéu. La ovación de la noche fue, con todo merecimiento, para ellos.

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