Estupendo partido, digno de un clásico, pero después de la euforia hay que aterrizar. Sin Messi, el Barcelona no estaría donde está y eso preocupa. Son chispazos de un equipo que sigue en barrena y esto se vio a lo largo del partido. Un genio tira del equipo, pero no remedia el juego colectivo esencia del fútbol del que hoy carecen los catalanes, tanto así que fue un contragolpe al estilo Madrid el que hizo posible el triunfo.

Y lo del Madrid también llama a la reflexión. Es probable que Zidane gane la liga y la Champion, pero su terquedad con la BBC le lastra el camino. Cuando juegan los tres, el equipo deja de funcionar y afloran las individualidades, cada quien por su lado. Por Bale, se sacriifica a Morata, al estupendo Asensio, a Isco, para no hablar de James y esto se vio en el partido.

De todas maneras, un lujo haber visto a Messi seguir escribiendo su leyenda.