Michael Jordan, a sus 23 años, dejó una de las imágenes que los fanáticos del baloncesto jamás borrarán de sus mentes.

En el concurso de clavadas del 7 de febrero 1987, previo al juego de las estrellas en Seattle, el entonces joven basquetbolista, número 23 de los Bulls de Chicago, impactó al mundo con sus impresionantes saltos y jugadas antes de encestar.

En ese época, logró ganar el campeonato de volcadas con un impresionante salto desde la línea de tiros libres, un momento registrado por los ‘flashes’ de cientos de cámaras que cubrían dicho encuentro. Jordan venció en la final a Jerome Kersey (Portland) por un marcador de 146-140.


También dejó en el camino a jugadores como Clyde Drexler (Portland), Terence Stansbury (Seattle), Ron Harper (Cleveland), Johnny Dawkins (San Antonio), Tom Chambers (Seattle) y Gerald Wilkins (New York).

Tres años antes, las impresionantes clavadas de Michael Jordan habían inspirado a la firma Nike a crear las zapatillas deportivas Air Jordan, en las que se retrataba la silueta del jugador de 1,98 metros de altura antes de clavar una cesta, lo que también lo convirtió en un ícono del consumo y la moda.

Michael Jordan fue campeón con los Bulls de Chicago en seis ocasiones y ganó el premio del jugador más valioso de las finales también en seis oportunidades. En el 2009, ingresó al Hall de la Fama de la NBA y también fue nombrado el mejor jugador de la historia en la NBA.

El año pasado, el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, lo condecoró con la medalla de la Libertad.

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