DeNunCianDo - A PROPÓSITO DE LA GRAN FINAL:37 años después: Así era Bogotá hace 37 años (Opinión)

En diciembre de 1975, cuando Santa Fe ganó la sexta estrella, en los radios de los buses sonaban más que todo La saporrita y El cuartetazo, los dos éxitos bailables de un fin de año pródigo en música tropical.
De hecho, en aquel año también salió El preso, de Fruko y sus Tesos, que 37 años después es un clásico de la música colombiana.
El sonido de los voladores y la pólvora alegraba la Navidad, que comenzaba a celebrarse el 16 de diciembre y no el día del Halloween.
La avenida Caracas todavía era un hermoso bulevar con frondosos urapanes en su separador central. Por las tranquilas calles de Teusaquillo, Palermo y otros barrios residenciales transitaban los buses trolley, impulsados por la energía eléctrica que recibían de una red tendida por las rutas en que circulaban.
Bogotá tenía poco más de dos millones de habitantes. La bota campana causaba furor, así como los zapatos de plataforma con punta esférica y las solapas anchas.
El presidente se llamaba Alfonso López Michelsen, y a su gobierno se le denominaba el "mandato claro". El país vivía la euforia de una bonanza cafetera, pero eso no se notaba mucho en las calles.
La cultura traqueta aún no había florecido y la austeridad todavía era norma en un país donde la mayoría de la gente que podía comprar carro andaba, ante todo, en Renault 4, 6 o 12, en Simca o en Dodge Dart.
En aquellos tiempos un peso era un peso, no una abstracción como ahora, cuya moneda de menor denominación es la de 50.
Qué no podía hacerse con 50 pesos en 1975. Un ejemplar de EL TIEMPO costaba tres pesos y una entrada a un teatro de cine de estreno costaba 15.
Un vestido para hombre en poliéster lana se conseguía por 990 pesos. Una camiseta, en alrededor de 30 pesos. Se podía comprar un Renault 4 en 125.000 pesos y arrendar un apartamento amoblado en las Torres de San José por 9.500 pesos mensuales.
El Sorteo Extraordinario de Navidad ofrecía un premio mayor de 20 millones de pesos, que era una fortuna. De hecho, en 1975 la palabra millonario todavía tenía sentido, no como ahora, que un millón de pesos es menos de dos salarios mínimos.
Bogotá seguía siendo más bien gris y opaca, aunque aquel año le había deparado una alegría. La ciudad había ganado el Concurso Nacional de la Belleza por primera vez con la odontóloga María Helena Reyes, quien se haría inmortal en un comercial de Colgate en el que explicaba que el flúor de la crema penetraba en los dientes "como este líquido en esta tiza".
El fútbol en televisión era un lujo que se disfrutaba solamente en los mundiales o en El mundo al instante, y lo más parecido a un reality era la comedia familiar Yo y tú, que dirigía Alicia del Carpio.
Las películas más taquilleras en la cartelera bogotana eran Adiós, cigüeña, adiós y la comedia picaresca Se me subió la mostaza, y se anunciaba el inminente estreno de Tommy, basada en el álbum de la agrupación británica The Who.