mediante un video performance, el mundo conoció a Deborah de Robertis, una artista de Luxemburgo que reinterpretó la obra de Courbet.
<figure class="field-foto-principal"> http://www.pulzo.com/sites/default/f...?itok=eohuIaWu </figure> Tomada de YouTube
El 29 de mayo, Robertis atravesó la sala del Museo de Orsay en París. Llegó hasta el lugar en donde se expone un inquietante cuadro, 'El origen del mundo de Courbet', y se sentó en el suelo. Se recogió su vestido dorado corto, abrió sus piernas y mostró su vulva y vagina.





<figure class="caption">http://www.pulzo.com/sites/default/f...world-1866.jpg<figcaption>'El origen del mundo' es una pintura de Gustave Courbet, datada del año 1866 y expuesta en el Museo de Orsay. Foto www.wikiart.org</figcaption></figure>Ella denominó su performance como 'Espejo del origen' y está consignado en un video con una voz en 'off' que dice en francés: "Yo soy el origen, yo soy todas las mujeres. No me has visto, quiero que me reconozcas. Virgen como el agua creadora de esperma", informa Abc.
Deje aquí su comentarioMientras Deborah exponía su sexo, varios guardias de la galería la rodearon y pidieron a los visitantes que salieran del lugar. Según Artnet News, los guardias finalmente la expulsaron del museo y llenaron cargos en su contra por exhibicionismo sexual.
"Lo que hice no fue un acto impulsivo", explicó la artista a Luxemburger Wort según News Artnet.
Agregó que: "Hay un vacío en la historia del arte: el punto de vista del objeto de la mirada ausente. En su pintura realista, el pintor muestra las piernas abiertas, pero la vagina permanece cerrada. Él no revela el agujero, es decir, el ojo. Yo no estoy mostrando mi vagina, sino que estoy revelando lo que no se ve en el cuadro, el ojo de la vagina, el agujero negro, este ojo oculto, este abismo, que, más allá de la carne, se refiere al infinito, al origen del origen".
Aunque este performance llamó la atención de todo el mundo, no era el primero que la artista hacía en las mismas condiciones. Según relató a Le Monde, hace un mes había pedido a fotógrafos que le retrataran en esa pose, pero los guardias del museo no lo notaron.