EL CASO ROSENHEIM


EL POLTERGESIT MAS FAMOSO DEL SIGLO XX


El caso más importante de la parapsicología del siglo XX. Sucedió en un bufete de abogados en la calle Konigstrasse, en el número 13 de la localidad de Rosenheim, Alemania. El propietario del bufete el abogado Sigmund Adam, no se esperaba en absoluto los acontecimientos que se desarrollarían en su bufete a partir de noviembre de 1967.

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Los fenómenos comenzaron una mañana cuando los empleados empezaban su jornada laboral, una empleada contratada hacia poco de nombre Anne-Marie de 19 años, cuando fue a colgar su abrigo en los guardarropas la lámpara de este comenzó a balancearse sin que ella se percatara. Uno de los empleados la aviso y esta pudo protegerse de los cristales de la bombilla de la lámpara que estallo en mil pedazos sobre su cabeza. Todo pareció volver a la normalidad.
Pero el poltergeist no había hecho más que comenzar. En los siguientes días los fluorescentes no paraban de averiarse. Llegaron a quedarse sin luz en las oficinas. Cuando los electricistas revisaron los fluorescentes estos se habían girado 90 grados, interrumpiendo el fluido eléctrico en todos ellos. Una vez reparados los fluorescentes fue mucho peor ya que las bombillas y fluorescentes explotaban incluso estando apagados.
La oficina estaba en un caos y el dueño Adam estaba perplejo, nunca antes había sucedido algo así. Además de las luces se sumaban los teléfonos, las comunicaciones se interrumpían, los teléfonos sonaban todos al mismo tiempo y no había nadie al otro extremo. Todas las comunicaciones se colapsaban y el nivel de consumo de las factura subió de importe y de llamadas a números desconocidos que nadie había marcado. La compañía telefónica decidió cambiar las centralitas y poner material nuevo por un posible defecto de los ya instalados.
También la compañía eléctrica decidió instalar unos controladores de flujo, los equipos registraron fluctuaciones muy altas. Los controladores para controlar las llamadas que había puesto la compañía telefónica, registraban llamadas que se realizaban desde la oficina y nadie utilizaba el teléfono.
En vista de los acontecimientos y que el bufet se resentía a nivel laboral, el señor Adam decidió poner el caso en manos del prestigioso profesor Hans Bender de la Universidad de Fribourg, un reconocido investigador en materia de poltergeist.
Llego a las oficinas con algunos de sus colegas, un mes más tarde de que comenzaran los fenómenos. Unos días mas tarde se puso en contacto con unos físicos especializados en la física de los plasmas, no encontraron ninguna anomalía después de haber realizado diferentes pruebas en las líneas tanto telefónicas o eléctricas.
El equipo de Bender rápidamente se dio cuenta de que los fenómenos solo se producían durante las horas de trabajo. Lo tuvieron bastante claro era un fenómeno PK. Ahora solo faltaba saber quién era el individuo que involuntariamente producía el fenómeno.
Cada vez iba a peor, los cuadros saltaban de donde estaban colgados, los archivadores, las mesas y lámparas se movían solos se escuchaban detonaciones y ruidos muy secos y fuertes. Bender y su equipo detectaron que cuando la joven Anne-Marie, entraba en la oficina automáticamente comenzaban a moverse las lámparas y a sucederse los fenómenos.
Cuando Bender entrevisto a Anne-Marie, la joven estaba muy nerviosa y casi al borde de un ataque de histeria, cuanta más tensión acumulaba, mas violentos eran los fenómenos.
El señor Adam le dio una semana de vacaciones a Anne-Marie y los fenómenos remitieron. Cuando termino este periodo vacacional fue despedida. En sus posteriores trabajos, Anne-Marie, siguió teniendo estos problemas aunque no con tanta intensidad con el tiempo finalmente remitirían.
El profesor Bender, comento que después de 38 casos de poltergeist estudiados hasta entonces, el caso Rosenheim era el más espectacular.
Así ha quedado como el caso de poltergeist más importante del siglo XX, al menos en Europa.