El primero (sin nombre)

Tu nombre no sabe a miel,
tu nombre sabe a vino,
vino tinto que embriaga alma y corazón,
mientras mi mente divaga sujeta
a la sublime sensación
de ser uno más de tu larga lista.

El segundo (sin nombre)

¡mírame!, ¡mírame bien! y olvidame,
por tu bien olvidame, y vuela
vuela y regresa a otros nidos,
conoces el camino,
soy más de lo que fui y menos de lo sueñas
por eso vuela y se libre,
yo te condeno a mirarme en libertad
a esperar el trasnochado amor que te ofrecí.

¡Mírame y vuela!
porque tu no serás,
porque tu presencia se desvaneció en el aire,
y tu recuerdo es el recuerdo de un oleo viejo
que sorprendió a los ojos incautos del espectador,
pero de no dejó huela en su ser,
y como el recuerdo de sus colores,
tu te desvaneces.

¡ Mírame, vuela y muere!
conmigo no encontraras más ser.

Deseo

Quiero vagar por tu cintura,
deslizar mi mano entre tu ropa,
y como asesino rasgar tus vestiduras,
quiero recorrer con mi lengua tu cuello,
pasar por tus montañas valles y llanuras,
mirarte desde todas perspectivas
y apropiarme de tu esencia divina.

Aunque tu prejuicio te preceda,
tienes esa mirada en evidencia,
y esa forma de moverte que acelera
de cabeza a cabeza mis espantos
hoy por hoy y sin secretos sobra decir que te deseo,
mucho más a ti que a tu cuerpo,
te deseo tanto que ya muero
por exorcizar mis demonios con tu encanto
y hacerte el amor como mi amiga
sin que quede cuerpo sin saliva.