DeNunCianDo - La mayor protesta ambiental de los últimos 30 años en Europa le dijo NO a la energía nuclear

LA MAYOR PROTESTA AMBIENTAL DE LOS ÚLTIMOS 30 AÑOS EN EUROPA LE DIJO NO A LA ENERGÍA NUCLEAR

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Después de realizar lo que fue el viaje más largo en la historia del transporte radiactivo, el 9 de noviembre finalmente el tren que cargaba residuos nucleares desde Francia llegó a su destino final: la instalación de almacenamiento provisional en Gorleben, Alemania. Pero no fue fácil. Durante un período de aproximadamente 92 horas y 26 minutos, su viaje fue retrasado por la resistencia pacífica y la acción directa de Greenpeace, de la población local y grupos ambientalistas. La demanda fue clara: Alemania tiene que confirmar su compromiso con la eliminación progresiva de la energía nuclear y avanzar hacia un futuro signado por las energías limpias.

“Me siento orgulloso por lo que logramos y quisiera agradecerle a todas las personas que fueron parte de esta protesta tan memorable”, dijo Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional y añadió: “Esta movilización puso en primer plano un problema fundamental, el de la industria nuclear. No existen pruebas empíricas demostradas en ninguna parte del mundo que muestren que el aislamiento de los residuos radioactivos sean una solución efectiva y comprobada“. Finalmente sentenció: “Nuestro mensaje a la canciller Ángela Merkel es claro: que escuche a la gente y al pueblo alemán, que emprenda un futuro dirigido hacia la energía limpia y que abandone la energía nuclear”.

La movilización del fin de semana pasado en Alemania en contra del tren, al que cínicamente se ha bautizado el “Chernobyl sobre ruedas” por tratarse de un trasporte destinado a trasladar residuos altamente radioactivos, reclutó a 10 mil personas de todas las edades, sin importar el género ni su condición social, que lograron retrasar –e incluso detener- con grandes acciones no violentas todo su recorrido.

En el trayecto, los activistas construyeron miles de historias conjuntas. Cuentan que la policía se basó en las lecturas que hizo Greenpeace sobre radiación para decidir que lo más prudente era mantenerse un “poco más alejado” del tren.

Los agricultores llevaron no sólo sus tractores, ¡también su ganado!: bloquearon las carreteras con sus ovejas y sus cabras. La policía no estaba ni remotamente preparada para lidiar con los “mamíferos rumiantes” y quedaron completamente desencajados ante ese escenario.

Pero una de la historias más llamativas fue sin dudas la de la abuela de 70 años que le abrió las puertas de su casa a los activistas alemanes y les dio comida, abrigo, almohadas, té y, como si eso fuera poco, también repartió algunos consejos. La amable señora contó que ella –como sus vecinos- fueron desafiados durante décadas por los peligros del tren radioactivo. También repartió varios tips sobre lugares para visitar –y lugares a los que no convenía ir-. Por otro lado, explicó maniobras para que los activistas eviten ser humillados por la policía, quienes algunas veces abusan de su poder y arrestan a personas de manera ilegal, llevándolas a campos desiertos y luego las abandonan en medio de la nada. Y confesó que ella misma fue protagonista de una historia similar, por lo que se mostró muy preocupada al respecto: no quería que nadie volviera a casa con lesiones en la cabeza. Esta señora, si algo conocía, era la coerción policial.

Estas son las historias que debemos contar y los ejemplos que tenemos que apoya, si queremos construir un verdadero movimiento mundial en torno al cambio climático. También tenemos que recordarle a la gente que el activismo no es un delito, que la protesta no violenta no es terrorismo, y que no hay ninguna fórmula única sino muchísimas formas posibles de activism