El 25% del alumnado que no consumía grandes cantidades de alcohol al iniciar sus estudios universitarios termina alcanzando los niveles de riesgo tras dos años en la facultad. Un estudio elaborado desde la Universidad de Santiago de Compostela y que acaba de publicar la revista Gaceta sanitaria ha seguido a 877 estudiantes durante sus dos primeros años de carrera para evaluar la incidencia del consumo de alcohol en los estudiantes universitarios y su influencia en el rendimiento académico.

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Al inicio de curso, el 37,1% del alumado de primer curso manifestaba en la universidad un alto consumo de alcohol, también conocido como consumo de riesgo. El 12,2% de los estudientes recién llegados presentaba un consumo intensivo, es decir, de altas cantidades en un corto periodo de tiempo. Dos años más tarde, y en el mismo grupo de seguimiento, el porcentaje de consumo de riesgo de alcohol crecía hasta el 54,6% de los estudiantes, mientras que el consumo intensivo disminuía hasta el 8,7% de los jóvenes".

Estos son los datos principales de una investigación que la revista Gaceta Sanitaria publica en su último número. Durante el periodo de estudio, se registró un 25% de nuevos casos de consumo de riesgo de alcohol y un 4,01% de consumo intensivo, lo que sugiere que este último patrón de consumo se asocia principalmente con la adolescencia, mientras que el consumo de riesgo es más frecuente a partir de los 20 años.

En todo caso, son los hombres quienes se inician antes en el consumo y mantienen unas altas expectativas sobre la bebida son los perfiles que presentan un mayor riesgo de consumo desmesurado de alcohol. Vivir con los progenitores se erige en factor protector.

Ambos patrones de consumo, tanto el de riesgo como el intensivo, aumentan la probabilidad de un bajo rendimiento académico, una vez ajustados los resultados con las notas del examen de acceso a la universidad. La investigación, llevada a cabo por el Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología y el Departamento de Medicina Preventiva (CIBERESP) de la Universidad de Santiago de Compostela, concluye que el alumnado que mantiene un consumo intensivo durante los dos primeros años de carrera tiene un riesgo dos veces mayor de empeorar sus notas que quienes apenas prueban el alcohol.