La comunidad científica está a punto de controlar completamente la peste bovina, una enfermedad vírica mortal, mediante la consecución de los pasos necesarios para su erradicación. Será la segunda vez en la historia que la humanidad erradica una enfermedad vírica, siendo la primera la viruela hace treinta años.

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Apesar de que la enfermedad no afecta a los humanos de forma directa, sí lo hace de forma indirecta a través de la economía y la alimentación debido a las pérdidas económicas e incluso hambrunas que implica el sacrificio de reses enfermas.

«El control y la eliminación de la peste bovina ha sido una prioridad para la organización desde sus inicios como parte de su misión de eliminar el hambre y fortalecer la seguridad alimentaria a nivel mundial», declaró Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), en el «Simposio global sobre la erradicación de la peste bovina» celebrado recientemente en Roma (Italia).

«La enfermedad ha afectado a Europa, Asia y África durante siglos y ha provocado hambrunas generalizadas y matado a millones de animales tanto domésticos como salvajes», indicó el Dr. Diouf. «Durante la década de 1880 la peste bovina provocó la muerte de hasta un millón de cabezas de ganado en Rusia y Europa central.»

Cuando la enfermedad apareció en África a principios del siglo XX obligó a la población a sacrificar millones de reses tanto domésticas como salvajes, situación que generó una hambruna generalizada. Expertos en la materia afirman que hasta un 33% de la población de Etiopia murió de inanición debido a la pandemia.

A principios de la década de los ochenta se produjeron brotes de peste bovina devastadores en África, Oriente Próximo y el sur de Asia. Nigeria perdió 2.000 millones de dólares (cerca de 1.420 millones de euros) durante esos años. El último brote de la enfermedad se produjo en Kenia en 2001.

La FAO y la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) anunciarán en primavera o verano mediante un comunicado la erradicación global de la peste bovina, una vez se hayan evaluado los informes oficiales sobre la enfermedad de varios países.

El objetivo principal es liberar a los países y a todo el planeta de la peste bovina. Es necesario poner en práctica un sistema que permita verificar los pasos necesarios para cumplir con los objetivos a corto y largo plazo y ofrecer a los países el apoyo necesario. Este sistema se ha denominado «Procedimiento OIE». Socios del Programa mundial de erradicación de la peste bovina (PMEPB) y de la Oficina Interafricana de Recursos Animales de la Unión Africana (AU-IBAR) han propuesto modificaciones al Procedimiento OIE para ajustarlo a la nueva situación epidemiológica de la enfermedad. La OIE adoptó en 2007 el nuevo capítulo y anexo del Código Sanitario para los Animales Terrestres referente a la peste bovina, hecho que inició la campaña definitiva para la erradicación de la enfermedad para 2011.

La FAO ha colaborado con la OIE, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y otros donantes para investigar la evolución y la naturaleza de la peste bovina, brindar apoyo a los servicios veterinarios y a los ganaderos en las labores de detección y control de la enfermedad, desarrollar y poner en práctica campañas de vacunación y eliminar la enfermedad en el marco del Procedimiento OIE.

«Estamos seguros de que en mayo de 2011 en la Asamblea de Delegados de la OIE se reconocerá oficialmente a todos los países que están pendientes como libres de la enfermedad y que para esa fecha se podrán dar por concluidas las actividades del Procedimiento OIE para la erradicación de la peste bovina», declaró Bernard Vallar, director general de la Organización Mundial de Sanidad Animal. «El programa de la OIE se puso en marcha en 1989 y ha demostrado tener una enorme fiabilidad en la evaluación de la presencia o ausencia de virus en todos los países del mundo. Será útil en un futuro para erradicar otras enfermedades animales.»

En relación al éxito del programa, el Dr. Diouf indicó que: «No habría sido posible sin la resolución y el esfuerzo conjunto de los gobiernos de todos los países afectados y expuestos, sin la AU-IBAR y las organizaciones responsables en Asia y Europa, sin las organizaciones de donantes comprometidas con esta tarea».