Además de estar prohibidos los besos, en la plaza Tricentenario de la urbanización Villa del Aburrá también está prohibido que los niños mayores de 8 años monten en patineta o en cualquier artefacto que ponga en peligro a los demás visitantes del parque.

Todo se sabe por las columnas. En vez de llamarse Tricentenario, debería llamarse la plaza de la Represión o de la Revolución. En cada una de las columnas se encuentra alguna nota de protesta o de prohibición sobre el tema que sea: cerramiento, basuras, besos o gestos obscenos.

Sin embargo el tema de moda es la sentencia más reciente: la prohibición de manifestaciones de cariño en la plaza que, para Carlos Ramírez, es una estupidez. "Yo no estoy de acuerdo con esa prohibición. La gente se puede besar donde quiera. Ya si quieren tener sexo, pues eso sí es otra cosa, porque en este lugar hay niños y eso sí no se puede hacer en un lugar público", dijo.

De hecho, eso es lo que quieren explicar los administradores de la Urbanización. En una de las columnas, pegada con cinta, hay una carta larga donde se explica que "Nunca se ha considerado el beso como un acto inmoral, sino que, debido a las constantes quejas, lo que queremos es evitar las manifestaciones obscenas en el parque", se lee en la carta firmada por Elkin Alonso Flórez, administrador de la Urbanización Villa del Aburrá.

Lo que siga a este debate, ya lo dirá alguna columna.