Özil y Diego. Alumno contra maestro. El derbi pondrá frente a frente a dos jugadores que, antes de que el destino les llevase por caminos diferentes, compartieron equipo en el Werder Bremen, donde se convirtieron en una pareja espectacular.

Özil y Diego coincidieron en enero de 2008. El madridista era un niño de apenas 19 años recién llegado del Schalke y el brasileño la gran estrella del conjunto alemán. Cuentan que hubo feeling entre ambos desde el primer momento, tanto en el campo como fuera. El brasileño se convirtió en su hermano mayor, en su consejero, su mentor.

El madridista fue entrando poco a poco en el equipo y puliendo su conexión con Diego. Hasta el final de la campaña de su debut con el Werder, Özil firmó dos goles y cinco asistencias. Diego estaba en otra dimensión, como correspondía a su condición de gran estrella del equipo alemán: 18 goles y 15 asistencias.

Por aquellos tiempos, era el ahora atlético el que estaba en la órbita del Madrid. Con Schuster en el banquillo blanco, el brasileño fue un objetivo casi prioritario para reforzar la plantilla, pero el traspaso no llegó a cuajar.

Una suerte para Özil, que pudo seguir creciendo a su lado, y para el Werder, que en la 08-09 exprimió a una pareja que fue toda una sensación. La sociedad ÖzilDiego llevó al conjunto alemán a la final de Copa (que ganaron con gol de Mesut) y de la UEFA Cup (que perdieron ante el Shakhtar). Vamos, que con ellos al mando rozaron un doblete histórico. Sólo flaquearon en la Bundesliga, donde acabaron décimos. Özil firmó 5 goles y 23 asistencias, mientras que Diego anotó 21 tantos y dio 12 pases de gol.

Pero la sociedad que formaron duró poco. El gran rendimiento de Özil, al que rápidamente se le puso a la misma altura de Diego, provocó que el Werder Bremen se viera con las espaldas cubiertas para vender a su gran estrella. El brasileño se marchó a la Juventus a cambio de 25 kilos.

Özil, ya sin la compañía de su maestro, cargó con la responsabilidad ofensiva del equipo y consiguió que nadie echase de menos a Diego. Con 20 años asumió con naturalidad la condición de crack y llevó al Bremen a firmar una campaña espectacular. Acabaron terceros en la Bundesliga y llegaron a la final de Copa, que perdieron ante el Bayern. Mesut firmó 10 tantos y dio la friolera de 30 asistencias de gol.

Hoy Diego y Özil vuelven a verse las caras en el derbi, un partido que se ha convertido en la especialidad del madridista, que le ha marcado tres goles a los rojiblancos en cinco partidos.