Fútbol Club Barcelona - Topic Oficial (Solo Para Verdaderos Seguidores)

Siiii señores 6to campeonato que celebramos los hichas del barcelona, Importante la labor de Ibra, lo vi muuuuuy activo, excelente Pedrito y todo el combo en general.

Estudiantes fue muuuy digno rival, pero el 2do tiempo tiempo el Barcelona Jugo solo...




Ya lo ganamos todo, podre morir en paz

Mundial de Clubes: El Barcelona entra al cielo como un único habitante (2-1)

Dos ideales se enfrentaron el la Gran Final de Abu Dhabi. Estudiantes de la Plata con las fauces hambrientas de gloria y el Barcelona con su sutil forma de entender lo cotidiano para subirse al cielo de la Historia. Apasionante choque de dos escuelas diferentes pero leales a sí mismas. El espíritu mismo del fútbol. A pesar de un árbitro espantoso, se impuso el Barcelona gracias a lo mismo de siempre: fútbol y paciencia.


Pedro - Estudiantes-Barcelona


Barcelona-Estudiantes (2-1, en la prórroga):

Si el fútbol tiene espíritu -que lo tiene- nadie mejor que el Barcelona y Estudiantes de la Platapara ser parte fundadora. La cantera contra el esfuerzo, la estética contra la mística, el deseo contra el análisis, la cordura contra el sentimiento puro. Ambos conjuntos tienen algo de cada elemento que forma nuestra naturaleza.
Dos clubes históricos, dos formas de entender el juego y la vida, se enfrentaban en Abu Dabi por la gloria definitiva. Estudiantes tenía un solo enemigo para entrar al reino de los elegidos, pero el Barcelona no sólo se veía las caras contra un rival dispuesto a dar sangre, sudor y lágrimas, sino también contra el oponente más hambriento de fracasos ajenos: la Historia misma.
Los de Pep Guardiola llegaban a la gran final con la misma humildad de siempre pero con la ambición competitiva de ser el único equipo en lograr el milagro de seis títulos una misma temporada. Perdrito ya estaba dentro de la jaula dorada y esperaba ansioso a sus compañeros. Mirándole fíjamente a la cara, el León y la Brujita Verón, convencidos, como lo marca el ADN argentino, de la victoria final.
Imposible no emocionarse ante la apuesta previa de dos representantes fieles de sus propias convicciones. En este sentido, la honradez y el respeto por la historia de ambos conjuntos estaba asegurada. Dos escuelas, un mismo objetivo, dos postulados, una misma ambición. Todo eso recorría nuestra sangre cuando la pelota comenzó a rodar y todo comenzó a gestar la dinámica de lo impensado.
Alejandro Sabella cambió su dibujo, tal y como preveíamos, y salió a jugarle al Barça con tres centrales y dos carrileros, para reforzar el juego defensivo por banda y no generar espacios interiores por donde las segundas líneas culés pudiesen sorprender. Evidentemente, Estudiantes pensaba en la iniciativa rival mientras que los blaugranas entraron a jugar con el mismo dispositivo de siempre.
Eso sí, Pep incluyó a Keita en la medular para tener una apuesta más desde atrás en cuanto a la llegada por sorpresa y volvió a confiar en Henry por encima de Pedrito. Sus razones tendrá Guardiola pero se nos antoja algo injusto para el tinerfeño, analizando todo desde fuera. Pues bien, dicho esto, el Pincha no salió asustado a pesar de la iniciativa del Barça y un pase de Verón casi termina en gol de Enzo Pérez. Los argentinos estaban muy concentrados y peleando el partido con sus armas, las que tenían. Al Barça, como siempre, le costaba meterse en el partido.
El Barcelona respondió rápidamente gracias a un gran taconazo de Ibra para Xavi que, pecando de generoso, no remató la jugada y metió un pase atrás para un compañero que nunca llegó. El sueco estaba en el campo y era una muy lamentable noticia para los platenses. Aún así, el trámite era igualado desde el sufirmiento y ventajoso para los catalanes desde la posesión. El partido no tená un claro dominador y los argentinos parecían neutralizar el fútbol del campeón español. Sin embargo no llegaba a la portería de Valdés y a este ritmo íbamos a un empate cerrado, aún siendo pronto para afirmarlo.
El partido estaba en el terreno planteado por Estudiantes: espeso, sucio y con nada de ritmo. El árbitro mexicano Benito Archundia, además de comportarse como un chulo barato de barrio, no entendía qué equipo intentaba jugar e incluso llegó a sacar amarilla a Messi por tirarse ante una clara falta de Verón. Dicho esto y sin que sirva como excusa, Braña y Verón cortaban en el medio con la inestimable ayuda de unos centrales que achicaban a sus espaldas. Xavi no la olía, Messi ausente y Henry no aportaba nada.
El partido estaba para que una jugada de estrategia abriera el marcador mientras se escindía la primera parte y Archundia se tragaba un penalti de Albil a Xavi grande como una catedral, por penalti y por roja al portero. Un árbitro de segunda fila impartiendo justicia, eso es lo que entiende por democracia la FIFA en su particular guerra con la UEFA. Y para rematar la faena, Estudiantes clavó el 1-0 con un golazo de Mauro Boselli a centro de Benítez. Ahora, definitivamente, el choque estaba donde más quería el Pincha, digno rival, y Archundia, un árbitro penoso. Nos fuimos al descanso con un Estudiantes tácticamente impecable y un Barcelona confundido. Del mexicano, mejor no volver a hablar.
El descanso fue más largo para Guardiola, que aprovechó hasta el final para dar indicaciones. Pep, con un claro Plan B, mndó a Pedrito por un apagado Keita y Lionel Messi pasó a jugar como falso enganche, con Pedro, Ibra y Henry arriba y ocupando todo el ancho del campo. Era a todo o nada y no había tiempo que perder, visto lo bien y cómodo que estaba Estudiantes en el campo. Lo tuvo Ibra de entrada pero su remate se fue apenas cruzado. Los catalanes iban a por el empate y la gloria.
El Barcelona estaba muy bien y el 4-2-1-3 propuesto por Guardiola comenzaba a encerrar a Estudiantes, que no tenía el balón ni podía cortar el ritmo del Barça. Sólo faltaba que entrara en juego Messi para profundizar aún más. Henry e Ibra llevaban el peso del ataque y Xavi y Busquets jugaban con mayor continuidad. El Barça apretaba y, salvo contra demoledora de los argentinos, se respiraba el empate blaugrana.
El gol no caía pero el Barcelona llevaba todo el peso del partido con un Ibrahimovic saliendo del área y jugando como un segundo enganche. Pedrito lo tuvo pero no remató, Henry ganaba su duelo a Clemente Rodríguez y Estudiantes se refugiaba con todo y con un Verón que no podía más. Aunque los minutos pasaban, los blaugranas tenían el partido de cara porque ya habían entendido cómo hacer daño a los de Sabella, que no tenían otro plan que resistir.
Los argentinos no querían jugar, no tenían la pelota y sólo aspiraban a que el tiempo pasara. Faltas recurrentes, y nueve jugadores detrás de la pelota. Sabella movía el banco para que su equipo corriera hasta el final. Estaban muertos y un gol del Barça los hundiría. Matías Sánchez por Benítez fue la carta que se jugó el técnico argentino. Más madera para el fortín. Ibra se lo volvió a perder y cada minuto que pasaba daba la impresión de que no sería el día. Busquets dejó el lugar a Touré y Enzo Pérez a Maxi Núñez. La úlima moneda de Guardiola fue la de Jeffren por Henry. De aquí al final, a sufrir todo el mundo.
A tres del final, cuando sólo el lamento se asomaba en el horizonte, el de siempre, Pedrito, puso el justísimo 1-1 de cabeza, haciendo gala del oportunismo primero, del olfato de gol después y de una enorme clase para meter una vaselina salvadora por encima de Albil. El Barcelona encontraba su recompensa a un estilo y a una paciencia fuera de lo normal para todo lo que se estaba jugando. Rojo por Ré fue el últmo cambio de los argentinos, que no daban más.
Salvo milagro, la única oportunidad de Estudiantes de la Plata para ser campeón, era llegar a los penaltis. El Barça no cambiaba nada y los platenses seguían parados muy cerca de Albil porque el físico no les daba para más. Únicamente alguna escapada de Clemente en un contragolpe certero podía torcer lo que parecía irremediable. Aún así y dada sus posibilidades, lo del Pincha era dignísimo y esperar que jugaran alegres y al ataque era una quimera. Dadas las fichas en el tablero, el jaque estaba a un par de movimientos, con Messi o Ibra como verdugos del sueño argentino.
Los primeros quince minutos se fueron sin que cambiara el marcador aunquecon un clarísimo dominador, el Barcelona. Quedaba un cuarto de hora para no ir al terreno que más le convenía a Estudiantes. Los catalanes eran merecedores de más y hasta la última jugada habría una oportunidad de llevarse el título sin depender de la buena o mala fortuna de los porteros y los pateadores. Demasiado premio como para jugárselo desde los once metros. El Barça iba e iba.
Y llegó la justicia gracias a Lionel Messi, de pecho, sí, de pecho, para poner el 2-1 y llevarse el sexto título, para abrir las puertas del cielo y para coronarse como el mejor equipo de la historia. Lionel Messi, el Barcelona, el mundo, todo, absolutamente todo bajo un mismo escudo: el del FC Barcelona. ¡Campeón justo de todo lo que ha jugado, toma ya!

ESPECIAL CAMPEÓN: El Barcelona y sus seis momentos históricos

El Barcelona de Pep Guardiola ha entrado en la historia por la puerta grande tras vencer a Estudiantes de la Plata en la final del Mundial de Clubes. Nunca antes un equipo de ninguna liga de este planeta, había conseguido llevarse los seis títulos de una misma temporada. Un colectivo y un discurso maravillosos. Aquí sus seis momentos históricos.


Josep Guardiola - Barcelona

No hubo quien no dudara de la elección de Josep Guardiola al frente del Barcelona. Los defensores de la experiencia obviaron que la formación y la inteligencia son valores que nos diferencian de los animales, y Pep los tenía. La marcha no comenzó bien desde el punto de vista aritmético y una derrota en Numancia y un empate ante el Racing despertaron las alarmas de quienes sólo reconocen el resultado como verdad total. Si embargo y a pesar de la circunstancialidad adversa, el Barça mostraba formas esperanzadoras. Ya en noviembre escribíamos que nadie podría contra el conjunto blaugrana, y la Liga, después de un 2-6 maravilloso e histórico en el Bernabéu -más por el modo que por los goles- sellaron el compromiso de un equipo con la gloria. Había nacido un colectivo para la historia y lo habíamos presentido mucho antes .
Tampoco comenzó demasiado bien aquella final contra el Athletic Club de Bilbao. Los vascos se pusieron en ventaja después de un arranque a pura presión y físico. Pero cuando todo hacía presagiar que el Barça perdería los papeles, más convencidos se mostraron los jugadores culés. Hasta Pinto, ¡y desde la mismísima área pequeña! sacaba el balón jugado en momentos críticos. El mensaje era unívoco: ganar o perder pero sin traicionar el estilo. Yaya Toure se marcó un golazo para el empate y de ahí en más todo fue un paseo de músicos, bailarines y pintores. La exhibición fue total para una goleada sin atenuantes (4-1).
El Barcelona llegó a la final de Roma con su defensa en cuadro. Sin tres de sus cuatro titulares, los de Guardiola aguantaron la presión del Manchester United los primeros 10 minutos. Cristiano Ronaldo, ya sabiéndose jugador merengue -o casi- iba a por todas, pero jugaba solo y el escenario colectivo planteado por el Barcelona se lo comió. Iniesta, Xavi, Messi y Eto'ocomenzaron a dibujar el ansiado triunfo. Toques, baile y practicidad coronaron al Barça como el mejor equipo de Europa y a Messi como el mejor jugador del continente. La estrategia móvil de Guardiola enloqueció a Ferguson y los culés levantaron la copa, orgullo de todos los que defendemos cantera, estilo y convicción.
Otra vez y a dos partidos, se enfrentaban vascos y catalanes. El Barcelona, claro favorito, llegó a San Mamés con un equipo asentado y con Pedrito (Pedros hay muchos y Pedritos, uno solo) y Bojan arriba. En aquel choque volvieron a demostrar dos cosas: la misma calidad y la rebelión ante la adversidad. De Marcos puso en ventaja a los de Joaquín Caparrós en una primera mitad con claro dominio blaugrana, pero nadie se puso nervioso y en la reanudación, Xavi y Pedrito dieron vuelta el marcador para el 1-2 definitivo. Ya en el Camp Nou, el 23 de agosto y con la idea de imposibilidad depositada en las cabezas de los Leones, el Barça se paseó con un 3-0 que despejaba toda duda. La temporada española tenía un único campeón.
El 28 de agosto de 2009, con el triplete bajo el brazo, llegaba el Barcelona al Stade Luis II de Mónaco, para verse las caras con el campeón de la extinta Copa UEFA, el conjunto ucraniano Shakhtar Donetsk del ahora blaugrana Chygrynskiy, y entrenado por Mircea Lucescu. El partido fue trabado, espeso y con tremendas complicaciones para los catalanes. Con empate a cero nos fuimos a la prórroga y en medio de la vorágine de los minutos que se iban, Messi metió un balón de oro a Pedrito para que con su remate besando el palo, diera un pase a la red y el Barça sumara su cuarto título. La paciencia también era un grado para superar escollos.
Era el útltimo título para conseguir lo que nadie había podido lograr: los seis títulos de la temporada. Frente a los catalanes, un histórico Estudiantes con la misma garra de siempre pero con mucha menor calidad. El Barcelona salió al campo dispuesto a seguir haciendo lo de siempre y con sus herramientas intactas más las invalorables pinceladas de Ibrahimovic, y la inestimable capacidad de Pedrito llegaron a un cielo con un solo habitante. Lionel Messi definió de pecho el ingreso al Paraíso de la Historia. Es el triunfo histórico de un estilo como ideal deportivo.

ESPECIAL BARCELONA: Los nombres de la gloria

Si bien es injusto personalizar el éxito de un equipo que fue más colectivo que ningún otro, vamos a ofrecerte los nombres propios del logro histórico blaugrana. Ocho nombres para seis títulos. Seguimos un orden por puesto y no por importancia. Allá vamos.


Pep Guardiola da indicaciones a la plantilla del Barcelona durante un entrenamiento del equipo culé

Resistido desde muchos ámbitos, Víctor ha sido trascendente en cada uno de los títulos conseguidos por el Barcelona. Su actuación, limitada por el escandaloso y recurrente dominio culé, tiene puntos culminantes para sostener lo que pensamos. Un portero grande debe ser figura a cuenta gotas, porque sufren menos que los de otros equipos, pero Valdés reaccionó siempre con solvencia ante cada ataque rival. Puestos a elegir un partido en donde su actuación se convirtió en medio título, escogemos la ida contra el Chelsea en el Camp Nou y aquel milagroso mano a mano que le robó a Drogba. Esto va por barrios, pero para quien escribe estas líneas, Víctor sí es portero para el Barcelona. Y si lo respalda Guardiola...
Todo gran equipo necesita un corazón y un capitán que responda a la identidad del club y de sus aficionados. Y el pulmón, el corazón, la voluntad y las garras de este Barcelona no es otro que Carles Puyol, un ejemplo de esfuerzo y coraje para hacer del Barça el mejor equipo de la historia. Su afán de superación es simplemente conmovedor.
Una de las apariciones más sorprendentes de nuestro fútbol la temporada pasada. Su jerarquía en una posición complicada está a prueba de cualquier escollo. Es estupendo en todas las facetas defensivas, sabe jugar con el balón y además agrega una cuota interesante de gol al casillero blaugrana. Compararlo con Beckenbauer es exagerado, porque además es diferente, pero que es un cenral de referencia en el mundo del fútbol actual, difícilmente pueda negarlo alguien.
¿Qué se puede agregar a lo dicho por todo el mundo? Pues sí, se puede agregar algo. Que a Xavi Hernández se le ha tachado en muchas de sus temporadas como profesional, ser un jugador sin personalidad, porque los bravucones de turno creían que tenerla era pegar dos patadas e insultar a la cámara. Pues no, Xavi tuvo todo lo contrario a esos dudosos atributos, y fue el coraje estético de un equipo que necesitaba un jefe de estilo, un tipo que la pidiera siempre y que, a base de inteligencia y talento, impusiera la ley del mejor y más certero ideal. Xavi Hernández tiene la personalidad suficiente no para comandar un equipo, sino un país entero. ¿Os acordáis de la Eurocopa?
No podemos sino rendirnos al héroe silencioso que metió al Barça en la final de Roma. Desde que subió al primer equipo tuvo cracks de referencia a su lado de los que absorbió todo lo que pudo: Riquelme, Xavi, Ronaldinho, Deco, son apenas tres ejemplos de la vida profesional del 8 blaugrana. Tremendo jugador y de perfil bajo es otro de los exponentes de una maravillosa escuela llamada La Masía.
Harto de escuchar comparaciones y conflictos que le quieren inventar, el rosarino se mostró tal y como es: un fenómeno capaz de levantar a los muertos de su tumba, un crack con la personalidad suficiente como para no tener que gritar su talento a la cara de nadie. Revulsivo, regateador, inteligente para entender el juego colectivo y una bomba de soluciones para sus pasadores. Es un justo rey del fútbol mundial.
Había que estar ciego para comprometer una opinión en contra del sueco. Y hubo quien lo hizo. Sin embargo sus goles, las razones de menos peso para su categoría, hicieron callar a los que pedían a Eto'o en el Barcelona. Agradeciendo mucho al camerunés, el sueco dio un salto de calidad a un Barcelona que hace del movimiento y de la asociación su culto irrenunciable. Goleador, pasador, brillante y rebelde, son condiciones que no resisten argumentaciones en contra. Fenónmeno en todos los aspectos y sí, se habla, se entiende y se lleva bien con Messi, otra de las barbaridades inventadas por ahí.
Es el padre fundador de este sueño llamado Barcelona. Su inteligencia, su preparación y su sensibilidad para expresar lo que pocos querían comprender, han hecho de Pep Guardiola, el mejor entrenador del mundo. Entiende el juego como un compromiso con la belleza y estudia con obsesión hasta el último detalle de sus rivales. Estratégicamente un maestro, ha dado carácter y soluciones a una plantilla irrepetible, pero respaldada por él.
Todos menos uno de los hombres clave del Barcelona, son producto del trabajo de años, de la identificación con unos colores y un estilo. Son el ejemplo del trabajo sostenible, de la humildad y del saber ganar y perder. Un equipo irrepetible con personalidades congruentes a la escala de valores que se expone en el FC Barcelona. Un orgullo para todos.

EL BARÇA GANA EL MUNDIAL DE CLUBS


El mundo a sus pies

El Barça ha conseguido lo nunca visto, ganar seis títulos en una sola temporada. El Mundial de clubs ha sido la guinda a este año histórico


El Mundial de clubs ha cerrado un año histórico para el Barcelona



Seis títulos en apenas siete meses. Ese es el hito histórico que ha conseguido el FC Barcelona en el año 2009. Nadie en toda la historia del fútbol lo ha conseguido y parece muy difícil que se pueda volver a repetir en los próximos años. Es, simplemente, la perfección.

Todo comenzó el 13 de mayo, cuando el equipo de Pep Guardiola ganó la Copa del Rey al imponerse al Athletic por un contundente 4-1. Sólo tres días después, caía el segundo título. El Real Madrid caía en el campo del Villarreal el sábado por la noche y el domingo el Barça salía al campo del Mallorca ya como campeón de Liga. Y la temporada 2008-2009 se cerraba el 27 de mayo cuando, en Roma, el Barcelona ganaba su tercera Champions, al derrotar por 2-0 al Manchester United.

Y si la temporada 2008-2009 acabó con un sobresaliente, la 2009-2010 comenzó igual. El 23 de agosto, el equipo ganaba la Supercopa de España. En la ida, en San Mamés, se imponía por 1-2 y en la vuelta, en el Camp Nou, sin problemas, un 3-0 certificaba la superioridad barcelonista. Pero aún quedaba una quinta copa y esa se conseguía el 28 de agosto, en Mónaco, cuando un solitario gol de Pedro servía para derrotar al Shakthar y ganar la Supercopa de Europa.

La guinda del pastel se ha conseguido este ya histórico 19 de diciembre de 2009. El Estudiantes argentino también ha caído y el Barça ha ganado el Mundial de clubs. Sexto título del año. Impresionante...

ESTUDIANTES, 1 - FC BARCELONA, 2


El orgullo hace campeón al Barça

Ni un pésimo primer tiempo ni un arbitraje escandaloso y vergonzoso pudieron impedir que el Barça se llevara el broche de oro a una temporada histórica: campeón del mundo


Pedro marcó el 1-1 que daba derecho a la prórroga



Pep Guardiola puso en liza a los que sobre el papel eran los mejores hombres posibles, teniendo en cuenta la lesión de Andrés Iniesta. Con respecto al partido ante el Atlante, entraron Keita por Touré y Henry por Iniesta.

Pero cuando las cosas no funcionan, poco importan los nombres. Y el Barça hizo un primer tiempo muy malo, de los peores que hemos visto desde que Pep Guardiola está en el banquillo. Los jugadores parecían entre nerviosos y agarrotados, como si la importancia del partido les superara. Muchas imprecisiones, muchos errores y muy pocas buenas a destacar. Xavi estaba especialmente desafortunado y con Iniesta en la grada, nadie era capaz de poner 'seny' en el centro del campo. No llegaban buenos balones a los delanteros y el desastre era evidente. Un dato lo dice todo: en 45 minutos, ni un solo disparo a portería.

Y, por si faltaba algo, tenemos el arbitraje de Benito Archundia. Simplemente de vergüenza. Indigno de un partido de tanta importancia. No se le puede dar la culpa del 0-1 en el descanso, pero es indecente que un personaje así pueda pitar una final del Mundial. A menos que sea precisamente eso lo que quería la FIFA...

Lo cierto es que se llegó al descanso con el 0-1, porque en el minuto 37, Díaz centro desde la derecha y Boselli le ganó la espalda a Puyol y se impuso en el salto a Abidal para, con un certero cabezazo, batir a Valdés. Fue prácticamente lo único que hizo Estudiantes en ataque. Pero lo peor era que el Barça, muy poco había hecho en los primeros 45 minutos. Sólo dos acciones de Xavi a destacar. Una en el minuto 7 cuando recibió un excelente pase de Ibrahimovic, entró dentro del área pero, cuando estaba solo, dudó entre rematar o centrar y al final entregó el balón a un contrario. Y en el minuto 32, el de Terrassa entró dentro del área y fue objeto de un clarísimo penalty por parte del portero Albil. Pero al colegiado no le dio la gana de pitarlo.

Fue todo el bagaje ofensivo de un Barcelona que en esos primeros 45 minutos ni tuvo el balón, ni supo combinar bien, ni unir sus líneas. Nada de nada. Y, claro, cuando no juegas a nada, es difícil que ganes algo...

TODO CAMBIO EN EL SEGUNDO TIEMPO

En el descanso, Pep Guardiola dio entrada a Pedro en lugar de Keita. El canario pasó al extremo derecho y Messi quedó en una posición de media punta. Cuando apenas se llevaba un minuto del segundo tiempo, el Barça ya tenía un bagaje ofensivo mejor que en todo el primero. Messi le dio un buen balón a Ibrahimovic, que remató fuerte y cruzado pero el balón salió fuera por muy poco. La buena noticia era que aquello pintaba muy diferente...

Y lo volvimos a comprobar a los seis minutos, cuando de nuevo el sueco entró hasta dentro del área tras una buena combinación con Henry y el portero tuvo que salir a sus pies para desbaratar el peligro.

El Barça era muy diferente al del primer tiempo. Por fin, iba a por el partido. El empate pudo llegar en el minuto 14, pero Pedro no acertó a rematar un buen centro de Henry. El mismo Pedro tuvo otra ocasión clara en el minuto 24, cuando tras una gran jugada individual chutó y el portero de Estudiantes mandó el balón a córner.

Estudiantes prácticamente ya no existía. Su único objetivo era sacar el balón cómo podía y defenderse con uñas y dientes. Pero el Barça no estaba acertado. Ibrahimovic remató muy mal de cabeza un centro de Xavi, cuando ya estábamos a doce minutos del final del partido.

El partido se iba 'muriendo' y el gol no llegaba. Jeffren centró pero nadie estaba a punto para rematar cuando ya sólo quedaban tres minutos... Pero si en Stamford Bridge apareció San Andrés Iniesta, en el Zayed Stadium, apareció San Pedro.
A dos minutos del final, el canario remató de cabeza lejos del alcance del portero Albil, tras un pase de Piqué.

El Barça había hecho un primer tiempo nefasto, pero el gol de Pedro hacía justicia a todo lo visto en el segundo. Y la prórroga era un premio merecido para los barcelonistas.

En la prórroga, el Barça salió más calmado. Tenía 30 minutos para marcar un gol y los jugadores de Estudiantes estaban cansados y anímicamente afectados por el gol de Pedro.

A los tres minutos de la prolongación, Messi - desaparecido durante todo el partido- lanzó bien una falta pero el balón salió alto por muy poco. Y tres minutos después, el mismo Messi remató de nuevo fuera por poco tras un buen pase de Ibrahimovic. El Barça se pasó prácticamente todo el primer tiempo de la prórroga en el campo de Estudiantes, pero sin encontrar el gol.

En el segundo tiempo de la prórroga, los dos equipos estaban ya muy cansados. Pero es en estos momentos donde aparecen los grandes jugadores. Los que pueden decidir estando incluso 'muertos' físicamente. Y apareció Messi. Centro lejano de Alves y el argentino, tirándose en plancha, remató con el pecho al fondo de la portería. Era el 1-2 para el Barça.

Quedaban minutos pero Estudiantes ya no tenía fuerzas para grandes gestas. El Barça se había sabido sobreponer a su mal primer tiempo y a uno de los arbitrajes más tendenciosos sufridos en los últimos años para demostrar que era el mejor. En juego, en actitud, en orgullo, en todo.

¡Felicidades, campeones!
Ficha técnica

Estudiantes: Albil; Clemente Rodríguez, Desabato, Cellay, Re (Rojo, 90'); Verón, Braña, Benítez (Matías Sánchez, 76'); Pérez (Núñez, 78'), Boselli, Díaz.

FC Barcelona: Valdés; Alves, Piqué, Puyol, Abidal; Xavi, Sergio Busquets (Touré, 78'), Keita (Pedro, 45'); Messi, Ibrahimovic y Henry (Jeffren, 82').

Arbitro: Benito Archundia (México). Tarjetas amarillas a Messi (17'); Díaz (45'); Clemente Rodríguez (57'); Enzo Pérez (64'); Henry (81'); Pedro (90'); Sanchez (93'); Rojo (111'); Valdés (117'); Braña (118')

Goles:
0-1, Boselli (37')
1-1, Pedro (88')
1-2, Messi (109')

FELICITACIONS CAMPIONS, I GRÀCIES PEP

Ahora que dirán los mandriles??

JAJAJAJA

LOS MEJORES, de la historia no se vive mandriles envidiosos!!!

ESOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO Y NO SOLO PEP SINO A TODO TODO EL EQUIPO EN GENERAL, VISCA BARCELONA

EL TÉCNICO NO PUDO CONTENER SU EMOCIÓN


Y Guardiola rompió a llorar

Fue uno de los instantes más emotivos después de que Archunia pitó el final. Pep Guardiola derramó lágrimas de alegría después de una gesta que nadie había podido lograr



Sobre el césped del Zayed Sports City, Pep Guardiola no podía reprimir su emoción. El técnico del FC Barcelona había culminado un año histórico, irrepetible. Por ello, esas lágrimas que brotaban de sus ojos era la mayor expresión de alegría y satisfacción.

Quienes se cruzaban ante él le abrazaban. Su amigo de toda la vida Manel Estiarte, tan emocionado como él, era uno de ellos. También Thierry Henry, el futbolista que resurgió gracias al de Santpedor. Guardiola lloraba de júbilo después de una remontada no apta para cardíacos. En sus primeros años en la élite como entrenador ha conseguido una gesta que sólo el más optimista de los optimistas podía soñar. Fueron lágrimas de un campeón de todo.