DeNunCianDo - 30 años después, Colombia y Paraguay vuelven a enfrentarse en Salvador

Cuando tengo el tiempo suficiente (y las ganas), me pongo a buscar datos y maricadas varias sobre fútbol. Tanto es así que para este pechito resulta un gran placer descubrir por sí mismo anécdotas que considera vale compartir, porque no me gusta en general eso de que me den ‘moliditas’ las estadísticas.

Para que me entiendan: no me da la gana seguir a tipos como Mr. Chip por ejemplo, ese españolete que se dio a conocer en el Mundial de Sudáfrica 2010 y que demostró con su trabajo la proverbial indiferencia por la investigación de la que hacen gala naturalmente la gran mayoría de quienes se hacen llamar periodistas.

Yo hasta me atrevo a acotar que a más de uno se le salió esa ‘loca interna’ cuando el tipo este apareció de la nada, a lo mejor porque no podían creer que hubiese un hombre que, a diferencia de ellos, se tomaba la molestia de informar de chimbadas tales como qué colores eran los que más predominaban en el vestuario de los utileros de los equipos a lo largo de las distintas ediciones del Mundial, o cuál era el minuto en que solían hacerse más sustituciones dentro de un partido a lo largo de la historia de la competición (bueno, no me consta que el man informara PRECISAMENTE de ESTOS MENTADOS DETALLES, pero así llegaba a ser -o es- de ridículo).

Toda esta introducción para informarles con mucho gusto, que el 5 de julio de 1989 las Selecciones de Colombia y Paraguay jugaron en el Estadio Fonte Nova de Salvador, por Copa América, en fase de grupos, tal y como lo harán mañana (u hoy, si están leyendo esta vaina el domingo) en el mismo escenario deportivo y ciudad, la misma competición y la misma fase.

¡Claro! Las épocas son distintas así como las circunstancias en las que llegaron ambos seleccionados al respectivo partido. Pero entonces viene aquí lo bacano en mi opinión, y es contextualizarles lo mejor posible acerca del presente de nuestros connacionales en las Copas Américas de 1989 y 2019.

Regresándonos tres décadas atrás, nuestro equipo nacional que en ese entonces era dirigido por ‘Pacho’ Maturana con la asistencia del aprovechado ‘Bolillo’ Gómez (…), estaba básicamente preparándose para las eliminatorias al Mundial de Italia 1990, mismas en las que enfrentaría igualmente a los ‘guaraníes’.

Quizá un representativo tricolor no despertaba tanta ilusión por volver a la citada justa deportiva desde que se quedara a las puertas de llegar a Alemania 74 bajo la batuta de Efraín ‘El Caimán’ Sánchez. Y es que con el tercer puesto logrado en la Copa América anterior ganándole a los locales que eran los campeones del mundo, la de Argentina 1987, y la buena impresión dejada en Finlandia y la Copa Sir Stanley Rous jugada en Inglaterra en el 88, muchos en estas exóticas tierras empezaron a creer que estábamos despertando por fin al panorama grande del fútbol global.

Con estos prometedores antecedentes, el equipo colombiano arrancó su participación en la Copa América de Brasil 89 ganándole por 4-2 a Venezuela el 3 de julio en el estadio Fonte Nova de Salvador, el mismo de la historia central de este artículo. Cabe anotar que esta Copa se jugó bajo la modalidad de los diez equipos de la Conmebol repartidos en dos grupos de cinco (¡obvio!, ¿no qué iba a ser?), y los dos primeros de cada pentagonal pasaban a un cuadrangular final que definía el campeón, el subcampeón, en fin (sonó esto a puro invento chimbo de la Dimayor…).

En ese instante, Colombia era uno de los líderes del grupo A con su victoria ante los ‘chamos’, puesto que Paraguay había derrotado 5-2 a Perú y Venezuela ya había caído en su primer encuentro 1-3 frente a los locales. Es aquí cuando llega el partido entre los nuestros y los albirrojos, les recuerdo, ambos ganadores en su debut. A estas alturas, Brasil empató sin goles con Perú y Venezuela ya en su tercer partido encima igualó también con los peruanos pero 1-1.

Colombia y Paraguay, dirigida por el argentino Eduardo Luján Manera, salieron a la cancha con las siguientes alineaciones.

Chibchombia . René Higuita; Wilson Pérez, Luis Carlos Perea, Andrés Escobar, León Fernando Villa; Gabriel Jaime Gómez, Leonel Álvarez, Carlos Valderrama, Bernardo Redín; Arnoldo Iguarán y Jhon Jairo Tréllez.

Guaranuay. Roberto Fernández; Juan Bautista Torales, César Zabala, Rogelio Delgado, Justo Pastor Jacquet; Julio César Franco, Jorge Alberto Guasch, Adolfino Cañete, Gustavo Neffa; Buenaventura Ferreira y Alfredo Mendoza.

El encuentro fue arbitrado por el boliviano Óscar Ortubé y Colombia caería con gol de Alfredo Mendoza al minuto 6 de la segunda parte. Por Colombia ingresaron Anthony De Ávila por Tréllez al minuto 63 y Sergio Angulo por Iguarán al minuto 71. En Paraguay salieron el autor del gol, Mendoza, y Neffa, para darle paso a Eumelio Ramón Palacios al minuto 80, y a Carlos Vidal Sanabria al 88 respectivamente.

De este modo, Paraguay tomaría el mando del grupo A con 4 unidades (recordemos que en esos días las victorias daban 2 puntos), Brasil tenía 3, Colombia 2 puntos al igual que Perú que los tenía por 2 empates, y cerraba Venezuela con un punto. De aquí en adelante los ‘paraguas’ no soltarían el liderato puesto que siguieron en racha ganadora imponiéndose 3-0 a Venezuela y, ya clasificados, cayeron 0-2 con Brasil que también pasó al cuadrangular final.

¿Colombia? Después del traspiés comentado se despidió de forma muy desabrida de aquella Copa empatando sin goles con Brasil también en Salvador, y finalmente a un tanto con los peruanos en Recife. Bueno, lo importante era clasificar al Mundial de Italia y se logró dejando en el camino a los paraguayos que habían estado presentes en México 86.

Ahí ustedes perdonarán por favor por la calidad del video pero fue lo que se encontró. Qué gol tan marica se dejó hacer nuestro combinado.

Hoy, la realidad es totalmente contraria a la de esa ya lejana época en la que los ochentas morían. En esta ocasión Colombia es EL PRIMERO INAMOVIBLE del grupo B, mientras que este novato Paraguay es el segundo del grupo con 2 unidades producto de dos igualdades, tiene tres goles a favor e igual número en contra para 0 de diferencia.

Paraguay ya estaba bastante curtido en el 89 y nuestros jugadores eran aún un equipo en formación, con la base del Atlético Nacional que lograría la Libertadores aquel mismo año y que aspiraban a regresarnos a un Mundial después del de Chile 62. Mientras el actual plantel colombiano cuenta con elementos de un Mundial o dos encima, y aparte de esto el proceso que ahora nos compete tiene la responsabilidad de un técnico extranjero, europeo para más señas, el portugués Carlos Queiroz.

Definitivamente la vida da más vueltas que un trompo de juguete como dice una cancionsota de Nacho Sanabria. Ojalá Colombia pueda terminar su periplo por esta fase de grupos con puntaje ideal y con su valla invicta además, frente al mismo rival de hace treinta años atrás, mismo estadio y ciudad, misma Copa.

Por Soyado