Los hipopótamos de Pablo Escobar podrían invadir el río Magdalena [Archivo]

proyectofenix

16-11-2015, 10:47:12

Estos animales son víctimas del narcotráfico y del descuido estatal, pero también representan un peligro para los habitantes.

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Lina Lamos En Madagascar, la película, la hipopótamo Gloria es seducida por un macho que quiere reproducirse, pero que fracasa en su intento. Los que sí lograron multiplicarse fueron los de Pablo Escobar.

Unos 25 hipopótamos viven en la Hacienda Nápoles, pero 10 navegan en libertad por las aguas del río Magdalena. Se trata, por supuesto, de cálculos aproximados, pues no existen cifras oficiales al respecto, según lo explicó David Echeverri, biólogo de la Corporación Autónoma Regional de los Ríos Negro y Nare (Cornare),  entidad que se ha encargado del cuidado de estos animales.

Los hipopótamos se reproducen rápidamente en territorio colombiano debido a las condiciones climáticas y geográficas de la zona en la que se encuentran. El Magdalena  Medio no ofrece cambios bruscos de temperatura ni peligro de depredadores, como sí ocurre en el río Nilo Blanco, en África, uno de los lugares más habitados por estos animales en el mundo, a pesar de la caza intensiva.

Lina Lamos, la odontóloga que dice hablar con los hipopótamos, los considera "víctimas del narcotráfico y del descuido estatal", pero no por ello dejan de ser un peligro para los habitantes ribereños.

A Óscar Montoya, habitante de la región y representante legal de los productores de cacao de Puerto Triunfo, lo acechó uno de estos mamíferos, que puede pesar hasta tres toneladas.
Después de 25 años, Montoya recuerda esta experiencia, gracias a la cual supo que lo mejor es correr hacia los lados, pues la bestia puede alcanzar velocidades de hasta 45 kilómetros por hora si avanza en línea recta.

Este agricultor comparte la idea de Magdalena Torres, directora de la Unidad Municipal de Asistencia Técnica Agropecuaria (Umata) de Puerto Triunfo, Antioquia, en el sentido de que el gobierno no ha prestado la debida atención al problema que significa tener hipopótamos libres en la zona.

"El pueblo ha aprendido a vivir con los hipopótamos, pero esto no significa que no reconozca su peligro", afirma la señora Torres, tecnóloga agropecuaria. Aclara que aunque se han adelantado campañas educativas para prevenir ataques de hipopótamos, no ha sido suficiente la presencia del Estado para atender esta situación, que se agravó luego de la liquidación de la Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE).

Los animales exóticos invasores son la segunda causa de daño a los ecosistemas, según el veterinario Carlos Valderrama, director de Webconserva, una organización no gubernamental de protección del medio ambiente. Explica que los hipopótamos son un problema potencial porque podrían colonizar el Magdalena, como sucedió en el río Nilo Blanco.
Sin alternativa

En 2009, los medios de comunicación registraron el “escape” de la Hacienda Nápoles de una pareja de hipopótamos que se reprodujo. No se trató propiamente de una huida porque en el lugar no tienen una barrera que los resguarde, revela el administrador del parque temático, Orbedan Martínez. Por orden de la Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia), el macho, “Pepe”, fue cazado a tiros por el veterinario alemán Frederick Pfeilschneider, pero el cuerpo no fue tratado adecuadamente y ni siquiera fue enterrado. El asunto causó indignación, por lo que Cornare asumió la atención del problema.

Pese al rechazo generalizado por el caso, los hipopótamos son declarados por el Estado como una especie invasora. Su caza es permitida bajo un plan de acción a corto plazo que ha sido diseñado por el Instituto Humboldt, dirigido por Brigitte Baptiste, para quien “tristemente, estos animales deben ser sacrificados”.
Baraja de soluciones

El Gobierno Nacional ha planteado tres soluciones para controlar el crecimiento poblacional de estos animales, causantes de la mayor cantidad de muertes por ataques de bestias en África, según Carlos Valderrama, director de Webconserva.

La primera de ellas es devolverlos a su sitio de origen. Sin embargo, esta opción es la más inviable por las enfermedades tropicales que podrían transmitir y por los elevados costos de traslado.
La segunda alternativa es el cautiverio. Pero construir un lugar especial y cerrado supone costos exorbitantes, además de que la legislación internacional exige un riguroso control para evitar la superpoblación.

La tercera estrategia es el sacrificio. No a tiros, sino con la realización de un caza controlada por medio de eutanasia. Esta posibilidad generaría oposición social.
En el entretanto

Cornare ha desarrollado un plan de acción sin plazo definido, con un presupuesto de 400 millones de pesos. De ese monto, al menos 100 han sido destinados a la esterilización de tres individuos -cada procedimiento cuesta alrededor de 50 millones de pesos-. Ninguno de ellos se puede identificar porque no están marcados. Para David Echeverri, biólogo de Cornare, con mil millones de pesos más se podría hacer mejores cosas para detener lo que la animalista Lina Lamos ha denominado una “bomba de tiempo”.

Lo que se debería hacer, para el veterinario Carlos Valderrama, quien dirigió el primer equipo que realizó una esterilización en 2010, es una combinación de estrategias: “posibles repatriaciones o traslados a zoológicos, cautiverio con esterilizaciones y sacrificio de las especies que están fuera de Nápoles”.

Para Valderrama, Torres, los lugareños y los animalistas, la polémica alrededor de los hipopótamos está latente.