Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
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Heráclito
26-10-2015, 21:22:31
Siempre es bueno conocer lo que opinan desde fuera. Así ven los comicios del domingo desde España, resaltando la derrota de los extremos políticos.
Colombia le da la espalda al uribismo y a la izquierda en las elecciones
El partido del expresidente Uribe apenas logra representación en las grandes ciudades y el Polo sufre el desgaste por Petro en Bogotá
JAVIER LAFUENTE Bogotá 26 OCT 2015 - 20:28 CET
Los colombianos lanzaron un claro mensaje en las elecciones regionales. Su apuesta para los próximos cuatro años dista mucho de la confrontación. Los grandes perjudicados fueron el uribismo, el más férreo opositor al proceso de paz con las FARC, que no cumplió las expectativas en los primeros comicios a los que se presentaba el Centro Democrático, y la izquierda. En Bogotá, su principal feudo, sufrió el desgaste de las últimas gestiones, especialmente la del alcalde saliente, Gustavo Petro. La capital recayó en el candidato de centroderecha, el exregidor Enrique Peñalosa.
El expresidente Álvaro Uribe fundó el Centro Democrático hace dos años con vistas a las presidenciales de 2014. Entonces, su candidato, Óscar Ivan Zuluaga, casi le arrebata la presidencia a Juan Manuel Santos, reelegido en segunda vuelta en buena medida por el apoyo de la izquierda, lo que supuso una refrendación del proceso de paz que se desarrolla desde hace casi tres años en La Habana.
La alta popularidad de Uribe y su maquinaria mediática, especialmente a través de las redes sociales, hacía presagiar un mejor resultado para el Centro Democrático en sus primeras elecciones regionales. El expresidente se volvió omnipresente a la hora de apoyar a sus candidatos hasta el punto de que en muchos carteles electorales su figuraba acompañaba a la del aspirante. El énfasis en la necesidad de recuperar la seguridad de las ciudades no caló en el electorado, salvo en algunos lugares afectados históricamente por las guerrillas, como San Vicente del Caguán (Caquetá) o Saravena (Arauca), sin mayor trascendencia a nivel nacional. De hecho, el uribismo solo logró 50 alcaldías, una gobernación con su marca (Casanare) y otra en coalición (Tolima).
El mayor fracaso vino en Antioquia, la cuna de Uribe, su bastión histórico. En la capital, Medellín, el candidato Juan Carlos Vélez partía como favorito en las encuestas pero terminó derrotado por el independiente Federico Gutiérrez, continuista de las políticas de educación e innovación que han caracterizado la evolución de la segunda ciudad del país en los últimos años. La otra gran decepción fue el escaso respaldo que obtuvo a la alcaldía de Bogotá su exvicepresidente Pacho Santos, que apenas logró un 12% de los votos y terminó en cuarto lugar. Desde las filas del uribismo argumentaban ayer que la falta de estructura les ha perjudicado frente a las grandes maquinarias políticas colombianas, aunque admitían que los resultados estaban lejos de las expectativas generadas.
El otro gran perjudicado de la jornada fue el Polo Democrático, la izquierda colombiana, que sufrió un duro revés en Bogotá, donde venían gobernando o apoyando a los regidores desde hacía 12 años. La excandidata presidencial Clara López, que fue clave para la reelección de Santos el año pasado al brindarle su apoyo, sufrió el castigo a sus predecesores y de poco sirvieron los avances sociales alcanzados en la capital. En 2007, Samuel Moreno se impuso con más de 900.000 votos; los casos de corrupción durante su mandato no impidieron que Gustavo Petro le sucediera, con 720.000 votos. La “ruptura” con las élites por la que ha apostado, según reconoció en una entrevista con este diario, le ha costado caro a López, que se quedó en 498.000 votos, muy lejos del ganador, el candidato de centroderecha Enrique Peñalosa.
La victoria del nuevo alcalde de Bogotá, exregidor de la capital (1998-2000) que acudía a las urnas por quinta vez, padre del Transmilenio y que cuenta con el beneplácito de amplios sectores de la sociedad, refleja también el triunfo de los candidatos independientes. Salvo en Barranquilla, en las principales ciudades del país —Medellín, Cali, Cartagena y Bogotá— vencieron los aspirantes que iban por libre, aunque con el apoyo de los partidos tradicionales. La revista Semana apuntaba sobre ello: “Si algo quedó claro en estas elecciones es que los partidos dejaron de ser un referente ideológico para el país y para los candidatos. En vez de plataformas políticas que promueven ideas, se convirtieron en máquinas de avales”.
Gracias a estas coaliciones, el partido que salió más fortalecido fue Cambio Radical (CR), del vicepresidente Germán Vargas Lleras, a quien no pocos analistas ven ya enfilado a la carrera presidencial de 2018. CR forma parte de la Unidad Nacional, la coalición de partidos que ha aupado a Juan Manuel Santos en el poder desde hace cinco años y que integran también La U y el Partido Liberal. Para estas elecciones, sin embargo, decidieron acudir por separado.
Si se unen todos sus logros, como hizo la noche electoral Santos en su alocución al país, los aliados del presidente han obtenido 28 de las 32 gobernaciones, un triunfo que se interpreta como un respaldo a su política, sobre todo a la apuesta por la paz, y que sostiene el mensaje de que Colombia ha rechazado en las urnas la confrontación.
Fuente: El País de España
Colombia le da la espalda al uribismo y a la izquierda en las elecciones
El partido del expresidente Uribe apenas logra representación en las grandes ciudades y el Polo sufre el desgaste por Petro en Bogotá
JAVIER LAFUENTE Bogotá 26 OCT 2015 - 20:28 CET
Los colombianos lanzaron un claro mensaje en las elecciones regionales. Su apuesta para los próximos cuatro años dista mucho de la confrontación. Los grandes perjudicados fueron el uribismo, el más férreo opositor al proceso de paz con las FARC, que no cumplió las expectativas en los primeros comicios a los que se presentaba el Centro Democrático, y la izquierda. En Bogotá, su principal feudo, sufrió el desgaste de las últimas gestiones, especialmente la del alcalde saliente, Gustavo Petro. La capital recayó en el candidato de centroderecha, el exregidor Enrique Peñalosa.
El expresidente Álvaro Uribe fundó el Centro Democrático hace dos años con vistas a las presidenciales de 2014. Entonces, su candidato, Óscar Ivan Zuluaga, casi le arrebata la presidencia a Juan Manuel Santos, reelegido en segunda vuelta en buena medida por el apoyo de la izquierda, lo que supuso una refrendación del proceso de paz que se desarrolla desde hace casi tres años en La Habana.
La alta popularidad de Uribe y su maquinaria mediática, especialmente a través de las redes sociales, hacía presagiar un mejor resultado para el Centro Democrático en sus primeras elecciones regionales. El expresidente se volvió omnipresente a la hora de apoyar a sus candidatos hasta el punto de que en muchos carteles electorales su figuraba acompañaba a la del aspirante. El énfasis en la necesidad de recuperar la seguridad de las ciudades no caló en el electorado, salvo en algunos lugares afectados históricamente por las guerrillas, como San Vicente del Caguán (Caquetá) o Saravena (Arauca), sin mayor trascendencia a nivel nacional. De hecho, el uribismo solo logró 50 alcaldías, una gobernación con su marca (Casanare) y otra en coalición (Tolima).
El mayor fracaso vino en Antioquia, la cuna de Uribe, su bastión histórico. En la capital, Medellín, el candidato Juan Carlos Vélez partía como favorito en las encuestas pero terminó derrotado por el independiente Federico Gutiérrez, continuista de las políticas de educación e innovación que han caracterizado la evolución de la segunda ciudad del país en los últimos años. La otra gran decepción fue el escaso respaldo que obtuvo a la alcaldía de Bogotá su exvicepresidente Pacho Santos, que apenas logró un 12% de los votos y terminó en cuarto lugar. Desde las filas del uribismo argumentaban ayer que la falta de estructura les ha perjudicado frente a las grandes maquinarias políticas colombianas, aunque admitían que los resultados estaban lejos de las expectativas generadas.
El otro gran perjudicado de la jornada fue el Polo Democrático, la izquierda colombiana, que sufrió un duro revés en Bogotá, donde venían gobernando o apoyando a los regidores desde hacía 12 años. La excandidata presidencial Clara López, que fue clave para la reelección de Santos el año pasado al brindarle su apoyo, sufrió el castigo a sus predecesores y de poco sirvieron los avances sociales alcanzados en la capital. En 2007, Samuel Moreno se impuso con más de 900.000 votos; los casos de corrupción durante su mandato no impidieron que Gustavo Petro le sucediera, con 720.000 votos. La “ruptura” con las élites por la que ha apostado, según reconoció en una entrevista con este diario, le ha costado caro a López, que se quedó en 498.000 votos, muy lejos del ganador, el candidato de centroderecha Enrique Peñalosa.
La victoria del nuevo alcalde de Bogotá, exregidor de la capital (1998-2000) que acudía a las urnas por quinta vez, padre del Transmilenio y que cuenta con el beneplácito de amplios sectores de la sociedad, refleja también el triunfo de los candidatos independientes. Salvo en Barranquilla, en las principales ciudades del país —Medellín, Cali, Cartagena y Bogotá— vencieron los aspirantes que iban por libre, aunque con el apoyo de los partidos tradicionales. La revista Semana apuntaba sobre ello: “Si algo quedó claro en estas elecciones es que los partidos dejaron de ser un referente ideológico para el país y para los candidatos. En vez de plataformas políticas que promueven ideas, se convirtieron en máquinas de avales”.
Gracias a estas coaliciones, el partido que salió más fortalecido fue Cambio Radical (CR), del vicepresidente Germán Vargas Lleras, a quien no pocos analistas ven ya enfilado a la carrera presidencial de 2018. CR forma parte de la Unidad Nacional, la coalición de partidos que ha aupado a Juan Manuel Santos en el poder desde hace cinco años y que integran también La U y el Partido Liberal. Para estas elecciones, sin embargo, decidieron acudir por separado.
Si se unen todos sus logros, como hizo la noche electoral Santos en su alocución al país, los aliados del presidente han obtenido 28 de las 32 gobernaciones, un triunfo que se interpreta como un respaldo a su política, sobre todo a la apuesta por la paz, y que sostiene el mensaje de que Colombia ha rechazado en las urnas la confrontación.
Fuente: El País de España
Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Miguelito87
26-10-2015, 21:35:31
Los Colombianos estamos cansados ya de los extremos, la izquierda necesita deshacerse de los dogmáticos extremistas como Robledo y Petro para ser una verdadera opción política, y el Centro Democrático debe enfocarse en políticas más que en mesianismos, y dejar de lado esa ridiculez de las listas cerradas.
Heráclito
26-10-2015, 22:43:51
Los Colombianos estamos cansados ya de los extremos, la izquierda necesita deshacerse de los dogmáticos extremistas como Robledo y Petro para ser una verdadera opción política, y el Centro Democrático debe enfocarse en políticas más que en mesianismos, y dejar de lado esa ridiculez de las listas cerradas.
El Centro Democrático tuvo su cuarto de hora en las pasadas elecciones presidenciales gracias a la polarización del país. Pero en las próximas que se realizarán en pleno post conflicto, su trasnochado discurso belicoso lo mostrará como un fósil viviente y terminará de desinflarse, convirtiéndose en una agrupación minoritaria. Nació para oponerse al fin del conflicto y sin él no tiene cabida en la construcción de la paz.
El Centro Democrático tuvo su cuarto de hora en las pasadas elecciones presidenciales gracias a la polarización del país. Pero en las próximas que se realizarán en pleno post conflicto, su trasnochado discurso belicoso lo mostrará como un fósil viviente y terminará de desinflarse, convirtiéndose en una agrupación minoritaria. Nació para oponerse al fin del conflicto y sin él no tiene cabida en la construcción de la paz.
Miguelito87
27-10-2015, 00:22:03
El Centro Democrático tuvo su cuarto de hora en las pasadas elecciones presidenciales gracias a la polarización del país. Pero en las próximas que se realizarán en pleno post conflicto, su trasnochado discurso belicoso lo mostrará como un fósil viviente y terminará de desinflarse, convirtiéndose en una agrupación minoritaria. Nació para oponerse al fin del conflicto y sin él no tiene cabida en la construcción de la paz.
Han sido una bancada juiciosa en el congreso, y han aportado buenas iniciativas. Si quieren permanecer en el tiempo tienen que desligarse de la figura de Uribe, y buscar nuevos líderes, sobre todo a nivel local... La pregunta es: Los dejara hacer eso Álvaro Uribe? O pesa más su complejo de dios?
Han sido una bancada juiciosa en el congreso, y han aportado buenas iniciativas. Si quieren permanecer en el tiempo tienen que desligarse de la figura de Uribe, y buscar nuevos líderes, sobre todo a nivel local... La pregunta es: Los dejara hacer eso Álvaro Uribe? O pesa más su complejo de dios?
Heráclito
27-10-2015, 07:11:53
Han sido una bancada juiciosa en el congreso, y han aportado buenas iniciativas. Si quieren permanecer en el tiempo tienen que desligarse de la figura de Uribe, y buscar nuevos líderes, sobre todo a nivel local... La pregunta es: Los dejara hacer eso Álvaro Uribe? O pesa más su complejo de dios?
Es un partido populista que se creó alrededor de un líder carismático y dentro de unas circunstancias de polarización que se reunían alrededor del rechazo a las Farc. Esa es su esencia. Como lo fue en su momento la ANAPO que se fundó alrededor de Rojas Pinilla y alcanzó su máxima expresión en 1970 con el casi triunfo del general en las presidenciales y un buen número de alcaldes, concejales, diputados, congresistas. Su bandera era la lucha contra el Frente Nacional. En 1974, terminado el Frente Nacional, menguó su fuerza y después desapareció del panorama político.
En el post conflicto, sin guerra que lo alimente, el Centro Democrático se reducirá a partido minoritario a la cola extrema del tradicional Partido Conservador y varios de sus políticos migrarán hacia los azules o hacia grupos regionales. De los ocho millones de votos que obtuvo hace menos de dos años, con el proceso de paz avanzando, su capital electoral se redujo a millón y pico de votos y perdió en la cuna de Uribe, alcanzando una cuota ínfima de representación regional.
En cambio, el partido liberal se fortaleció al igual que la opción de centro derecha, Cambio Radical, sosteniéndose el partido de la U y los conservadores. Hoy, el Centro Democrático, de ser la segunda fuerza política del país, pasó a ser la sexta, incluso por debajo de la Alianza Verde. El país se cansó de su verborrea belicosa y su delirante discurso de miedo. Su cuarto de hora pasó pues, como sabiamente lo dijo T. S. Eliot, "solucionado el problema, el dios queda olvidado".
La difícil construcción de la paz necesita estadistas como Peñalosa, Federico Gutiérrez, el cura Alejandro Osorio y todos los que llegaron al poder regional por firmas y encabezando movimientos cívicos. Son la semilla del país del post conflicto. Los guerreros, a los que se les agradece los servicios prestados, deben pasar a buen retiro.Son un lastre para la democracia cuando se termina la guerra.
Es un partido populista que se creó alrededor de un líder carismático y dentro de unas circunstancias de polarización que se reunían alrededor del rechazo a las Farc. Esa es su esencia. Como lo fue en su momento la ANAPO que se fundó alrededor de Rojas Pinilla y alcanzó su máxima expresión en 1970 con el casi triunfo del general en las presidenciales y un buen número de alcaldes, concejales, diputados, congresistas. Su bandera era la lucha contra el Frente Nacional. En 1974, terminado el Frente Nacional, menguó su fuerza y después desapareció del panorama político.
En el post conflicto, sin guerra que lo alimente, el Centro Democrático se reducirá a partido minoritario a la cola extrema del tradicional Partido Conservador y varios de sus políticos migrarán hacia los azules o hacia grupos regionales. De los ocho millones de votos que obtuvo hace menos de dos años, con el proceso de paz avanzando, su capital electoral se redujo a millón y pico de votos y perdió en la cuna de Uribe, alcanzando una cuota ínfima de representación regional.
En cambio, el partido liberal se fortaleció al igual que la opción de centro derecha, Cambio Radical, sosteniéndose el partido de la U y los conservadores. Hoy, el Centro Democrático, de ser la segunda fuerza política del país, pasó a ser la sexta, incluso por debajo de la Alianza Verde. El país se cansó de su verborrea belicosa y su delirante discurso de miedo. Su cuarto de hora pasó pues, como sabiamente lo dijo T. S. Eliot, "solucionado el problema, el dios queda olvidado".
La difícil construcción de la paz necesita estadistas como Peñalosa, Federico Gutiérrez, el cura Alejandro Osorio y todos los que llegaron al poder regional por firmas y encabezando movimientos cívicos. Son la semilla del país del post conflicto. Los guerreros, a los que se les agradece los servicios prestados, deben pasar a buen retiro.Son un lastre para la democracia cuando se termina la guerra.
EL*BARTO
27-10-2015, 08:37:22
Dos cosas muy positivas que dejaron estas últimas elecciones!!!
Marinero Falton
27-10-2015, 08:40:25
Con que hayan matado a la izquierda me conformo :rolleyes:
cesar coy
27-10-2015, 10:46:32
Salimos premiados por partida doble los colombianos de bien. Hacìa rato que no teniamos resultados tan alentadores.
+Wilfred
28-10-2015, 19:34:30
Al Centro Democrático no le fue del todo mal, aunque eso sí no pudo ganar muchas alcaldías y gobernaciones que tenían dentro del presupuesto. Son un partido joven con mucho que aprender.
Y pues bien, el resultado de la izquierda era previsible. La gente se cansó de la improvisación y la ineptitud que han reflejado en los últimos años. Siguen siendo muy buenos en debates de control pero no saben gerenciar.
Y pues bien, el resultado de la izquierda era previsible. La gente se cansó de la improvisación y la ineptitud que han reflejado en los últimos años. Siguen siendo muy buenos en debates de control pero no saben gerenciar.
DJuank
29-10-2015, 10:56:36
Esto está como el pajazo que empezaron algunos "analistas" a lanzar, sobre que esta era una "votación indirecta" por la paz, por el hecho de que hubieran salido más favorecidos los partidos de centro, independientes y afines al gobierno, pero se les pasa por alto que son elecciones regionales, en donde al votante lo que más le importa es la obra y el subsidio que promete el candidato, en las que no son relevantes discusiones como la negociación con las FARC, si tal o cual candidato mejoraría o no el sistema de seguridad social, el plan nacional de desarrollo, etc.
Yo por ejemplo, voté por Peñalosa, y sé de mucho uribista que también lo hizo, pero no significa que apoye a CR o vaya a votar SÍ a la Pas. En estas elecciones, lo que me importaba era frenar a la izquierda y las calidades de Peñalosa como administrador y gestor público, nada más. Incluso, y mea culpa, le di voto para edil a un personaje de MAIS, porque el hombre es "calidoso", pero eso no me vuelve de izquierda.
Yo por ejemplo, voté por Peñalosa, y sé de mucho uribista que también lo hizo, pero no significa que apoye a CR o vaya a votar SÍ a la Pas. En estas elecciones, lo que me importaba era frenar a la izquierda y las calidades de Peñalosa como administrador y gestor público, nada más. Incluso, y mea culpa, le di voto para edil a un personaje de MAIS, porque el hombre es "calidoso", pero eso no me vuelve de izquierda.
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