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Ver la Versión Completa Con Imagenes : El proceso de paz tras la masacre del Cauca / Análisis


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
HOMER.
20-04-2015, 08:06:36
http://www.eltiempo.com/contenido/politica/justicia/IMAGEN/IMAGEN-15597655-2.png


Los dolorosos hechos ocurridos en el corregimiento de Timba (Cauca), donde fueron asesinados 11 soldados por parte de la guerrilla de las Farc, dinamita el marco del proceso de paz que se negocia en La Habana (Cuba). Asesinar soldados no es una manera de demostrar voluntad de paz. Sin embargo, más allá de la emoción que produce este hecho doloroso, deben hacerse algunas reflexiones que quedan para el proceso de paz que se adelanta entre el Gobierno colombiano y las Farc.


En primer lugar, el presidente Juan Manuel Santos perdió el control del proceso al no ponerles términos ni límites. Esta circunstancia ha hecho que las negociaciones se alarguen. Lo que se observa es que el proceso parece dirigido por las Farc, que han sido mucho más perspicaces que el Gobierno en la negociación. Las dilaciones se incorporaron en la agenda, y realmente es paradójico que el Presidente haya indicado el pasado viernes que debe fijársele plazos al proceso de paz como si no fuera él quien lo dirige. Santos debe ponerle el pecho al asunto y dejarse de ambigüedades. Ya no está en campaña presidencial. Recibió un mandato por parte de los electores, pero el tiempo se le agota.


Un segundo aspecto es que la orden de cesar los bombardeos por parte del Presidente minó la capacidad del Ejército en su estrategia contra las Farc. La postura fue fallida: o hay cese bilateral o hay guerra. La ambigüedad está haciendo que las Fuerzas Armadas no estén dando la talla en los enfrentamientos con las Farc y el Eln. La única realidad del Ejército es que, gracias a una idea de activismo de Santos, parte de la Fuerza Pública olvidó el conflicto y se embarcó en un utópico posconflicto. La lamentable muerte de los soldados y el absurdo e inexplicable secuestro del general Rubén Darío Álzate, en el departamento del Choco, plantea múltiples preguntas sobre la capacidad de resistencia e inteligencia del Ejército colombiano.


En tercer lugar, pensar que la paz no es una bandera política es no solo un error de apreciación sino un argumento contrafactual. Desconoce el presidente Santos que la paz ha sido una bandera que ha ondeado en las campañas políticas de los últimos 50 años. Justamente, Santos se hizo elegir con ese discurso y con una clara utilización de la paz como elemento de marketing político. Colombia ha escogido mandatarios de forma pendular, o bien por guerreristas o por pacifistas. Por eso, rasgarse las vestiduras por el uso político de la paz es un contrasentido.


Por último, debe recordarse que las Farc nunca han abandonado la lucha armada. El atroz ataque afecta la credibilidad del proceso de paz para un número importante de compatriotas. Estas acciones fueron recurrentes en el ámbito de la negociación en el Caguan (Caquetá) con el presidente Andrés Pastrana. Las Farc pretendían mostrar un cierto poder en la mesa de negociación con actos de barbarie.


Las Farc deben recordar que el margen político que tienen los presidentes termina y no pueden ir más allá de lo que resiste la ciudadanía. Si las Farc le siguen disparando al proceso, no solo afectarán lo ganado en la negociación, sino que obligarán a Santos a levantarlo.


La paz es un derecho esencial para los colombianos. Es una necesidad. Hechos como la muerte de los soldados deben generarle al presidente Santos una idea de impulsar rápidamente un proceso que desde hace varios meses duerme el sueño de los justos.


La reacción inicial del Presidente, de ponerle cronograma al proceso y enviarle este mensaje a las Farc a través del jefe negociador Humberto de la Calle, fue acertada. Sin embargo, el presidente tiene que saber que el país no puede esperar un largo tiempo la respuesta de la guerilla ante su planteamiento de agilizar la discusión en La Habana.


Si el presidente Santos deja atrás el activismo político por la paz, gestiona el conflicto y no el posconflicto y se centra en la negociación, Colombia podría alcanzar la paz, que es lo que añoramos los colombianos. Por otro lado, las Farc tienen que entender que acciones como las ocurridas minan la credibilidad del proceso y fomentan las posturas guerreristas y extremas en Colombia. Ojalá Santos no pase a la historia como otro presidente que no pudo alcanzar la paz y las Farc como en una guerrilla que sigue dándole la espalda al siglo XXI y se interna en los meandros del siglo XX.


FRANCISCO BARBOSA
Ph. D. en Derecho Público de la Universidad de Nantes (Francia) y profesor de la Universidad Externado de Colombia.

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
PEDROELGRANDE
20-04-2015, 21:49:53
Qué tal hubiesen sido tan amnegadas las plañideras cuando durante el gobierno Uribe masacraban humildes campesinos, labriegos y trabajadores colombianos....plañideras evrywhere! :roll: