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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
08-03-2015, 07:29:21
Entre tanto fanatismo en boga por estos días, siempre es bueno leer palabras sensatas, esta vez provenientes de uno de nuestros mejores escritores.

7 MAR 2015 - 9:00 PM

Contra el rencor

En 1942 Benedetto Croce, Filósofo agnóstico y liberal, escribió un ensayo que es justamente célebre en Italia: “Por qué no podemos no llamarnos cristianos”.

Por: Héctor Abad Faciolince

La palabra “cristianos” la pone Croce entre comillas para resaltar que lo suyo no es una declaración de fe católica ni de índole religiosa, sino más bien una constatación histórica: después de Jesús y de los Evangelios hubo una revolución en la manera de concebir la actitud hacia los enemigos. Cristo pone en crisis las antiguas virtudes del guerrero: el heroísmo, el honor y la venganza violenta. Para Croce, el odio, la ira y la revancha son de estirpe pagana, y en cambio la actitud de perdón y compasión de Jesús contagia a los filósofos medievales, renacentistas e incluso a los iluministas franceses.

La revolución que el filósofo italiano señala como herencia del cristianismo es la de vencer el mal con el bien, y sustituir la ley del talión del Antiguo Testamento (“ojo por ojo y diente por diente”) por la metáfora de “poner la otra mejilla” a los enemigos. Perdonar a los que nos ofenden, en vez de vengarnos de ellos, fue un extraño y paradójico descubrimiento de esa persona —real o ficticia no importa: real en las escrituras— que es venerada por casi un tercio de la población mundial: 2.200 millones de personas. Suspender el círculo vicioso de responder a la muerte con otra muerte, le da una oportunidad a la vida y a la convivencia.

Sonará raro que un ateo confeso como yo se declare también inevitablemente “cristiano” en el sentido de Croce. Creo que muchos ateos lo somos en ese sentido de la compasión y de la no-violencia que es quizá la mejor herencia de la religión (en tantos otros sentidos negativa) que fundó el predicador de Nazaret. Crecimos sumergidos en esa extraña idea religiosa de la que está impregnada la música de Bach, la pintura de Rafael y la poesía de Santa Teresa. Por eso me parece que hoy, más que nunca, es necesario apelar al sentimiento cristiano del perdón, invocado una y otra vez por el papa Francisco, para poder superar el largo conflicto armado colombiano. Y resulta por lo menos curioso que quienes más católicos se proclaman en el espectro político del país sean precisamente quienes más se están oponiendo (incluso contra el parecer de los obispos de su Iglesia) a la reconciliación y a la firma de la paz.

Hoy hay una marcha —a la que adhiero con entusiasmo— organizada por Antanas Mockus, que invoca el respeto por la vida. Los fariseos han intentado linchar mediáticamente al profesor Mockus, pero su lucha es hermosa y debemos apoyarla. Y acaba de ocurrir en La Habana algo impensable: generales vestidos de civil se han sentado frente a frente a discutir con los guerrilleros de las Farc. A discutir sobre entrega de armas, paz, política y desmovilización. En un gesto que habla muy bien de las fuerzas armadas: los militares han puesto la otra mejilla con tal de parar la guerra.

En esta guerra nadie está libre de culpa. Es inútil decir ahora quiénes más y quiénes menos. La paz no se hace con una espiral de recriminaciones de quién pegó primero y quién pegó más duro y quién más a mansalva y cuál fue más cobarde. Si es peor el secuestro o el falso positivo, la desaparición o la mina quiebrapatas. Basta de odio y rencor. El expresidente Gaviria ha propuesto algo sensato: una especie de amnistía contemporánea, basada en justicia transicional para todos: que incluya a los Rito Alejos y a los Timochenkos, a los parientes de Uribe, a los chuzadores del DAS y a los secuestradores de Íngrid y Emmanuel.

Cuando el anterior gobierno adelantó el proceso de Justicia y Paz, apoyé el perdón a los paramilitares, de los cuales fue víctima mi familia, a cambio de verdad. Por eso mismo hoy puedo invocar ese mismo valor cristiano (en el sentido de Croce) del perdón y de la reconciliación de toda la sociedad. Con una mínima dosis de justicia para la paz, con verdad sin rencor, y la ilusión de un país muy distinto: un país compasivo, no vengativo.

Fuente: El Espectador

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
cesar coy
08-03-2015, 09:42:45
Excelente Abad como es usual en èl. Muy recomendada para quienes consideran las alternativas distintas al exterminio como un simbolo de debilidad.

INDIVIDUAL
08-03-2015, 10:22:04
Perdon y reconciliacion

la verdd algo muy dificil eso lo viviran nuestros descendientes y bien avanzados porque en la memoria de mchos niños aun quedan esos recuerdos de la guerra

Heráclito
09-03-2015, 00:27:41
Perdon y reconciliacion

la verdd algo muy dificil eso lo viviran nuestros descendientes y bien avanzados porque en la memoria de mchos niños aun quedan esos recuerdos de la guerra

Pero para que nuestros descendientes lo vivan nosotros tenemos que abrir la puerta. Esa es nuestra misión.

Marinero Falton
09-03-2015, 08:09:47
Solo se puede perdonar a quien lo ha pedido.

Heráclito
09-03-2015, 09:22:11
Solo se puede perdonar a quien lo ha pedido.

http://i.ytimg.com/vi/ZS6kP3u60Vs/hqdefault.jpg

Las Farc pidieron perdón a las víctimas en La Habana

País - Agosto 16 de 2014, 8:10 pm

Tras concluirse el primer encuentro entre las víctimas y los negociadores del proceso de paz en La Habana, los guerrilleros de las Farc le pidieron perdón a la primera comisión de víctimas que viajó a Cuba.

Al terminar el encuentro, que duró más de nueve horas, las víctimas manifestaron que respetan el proceso de paz, a pesar de la incredulidad con la que partieron desde Colombia.

"Es una experiencia difícil de superar y, en el primer intervalo Iván Márquez me pidió perdón de corazón y me dijo que la guerrilla se había equivocado", aseguró Ángela María Giraldo, hermana de Javier Giraldo, diputado del Valle del Cauca.

Fuente: Noticias RCN

2014/12/18 13:00

FARC piden perdón por masacre de Bojayá

“La joven guerrillera clavó la culata del fusil en la arena húmeda de la orilla del río Atrato, que bordea la población antioqueña de Vigía del Fuerte, y lloró. Levantó el rostro al cielo y por sus mejillas bañadas en sudor y barro corrieron las lágrimas. Fue un llanto silencioso, pero cuando vio a unos hombres, la mayoría heridos, algunos mutilados, que alcanzaban a rastras la playa y suplicaban que no los mataran porque ellos eran apenas pobladores, la joven combatiente se dejó caer de rodillas y exclamó: '¡Dios mío!, ¿qué hemos hecho?'”, así empieza el relato de la revista SEMANA de uno de los capítulos más tristes de la historia de la violencia en Colombia: la masacre de Bojayá.

Este jueves, la delegación de las FARC en el proceso de paz pidió perdón a las víctimas de la masacre de Bojayá en la que murieron 117 personas, entre ellos 47 niños, de una población de 1.100 habitantes. Es decir, un hecho en el que le quitaron la vida al 10 % de un pueblo humilde y olvidado. Fue en mayo del 2002. ¿La causa? Un cilindro bomba lanzado por miembros de las FARC que cayó en una iglesia en donde los inocentes habían buscado refugio por los recios combates.

“Con ello buscamos recoger el inmenso clamor de paz de la nación entera”, dijo a la prensa Pablo Catatumbo (alias de Jorge Torres Victoria), después de la reunión que mantuvo con representantes de las víctimas de Bojayá, Chocó, donde habitan fundamentalmente comunidades indígenas y afrodescendientes.

El guerrillero recordó que la tragedia se produjo por “el desvío de un proyectil artesanal” dirigido a la posición paramilitar en ese lugar, que “provocó la desgracia y el infortunio” de caer sobre la iglesia donde se refugiaba la población. “Desde entonces este hecho nos ha dolido en el alma guerrillera”, dijo Catatumbo y admitió que pedir perdón “no devuelve a ninguna de las personas que perecieron ni borra el sufrimiento”.

La guerrilla resaltó su compromiso por resarcir ese daño en la medida de lo posible no sólo reconociendo su responsabilidad, sino con acciones “reparadoras y transformadoras” en las comunidades afectadas.

El representante de las víctimas de Bojayá, Leyner Palacios, rememoró los “hechos luctuosos” del 2 de mayo del 2002, en los que “la población se llenó de pánico” ante los enfrentamientos armados que se sucedían entre las FARC y grupos paramilitares.

Para Palacios, la responsabilidad de este hecho es compartida por las FARC, que “lanzaron la pipeta”; por los paramilitares, “por utilizar la población como escudo humano”, y del Estado, “por desoír las alertas y su connivencia con las fuerzas paramilitares”.

Fuente: Semana

¿Y los del otro lado no deben pedir perdón, de igual manera?

Marinero Falton
09-03-2015, 09:35:40
Fuente: Noticias RCN



Fuente: Semana

¿Y los del otro lado no deben pedir perdón, de igual manera?
http://www.memegenerator.es/imagenes/memes/full/2/73/2737314.jpg

cesar coy
09-03-2015, 09:57:42
Solo se puede perdonar a quien lo ha pedido.

En eso si lo apoyo. Esa condiciòn es innegociable.

Marinero Falton
09-03-2015, 10:48:27
Heráclito, esa pedida de perdón no se la creen ni ellos, nada mas míreles la cara. Están llenos de soberbia y pareciera que leyeran algo que otros escribieron, como si recitaran un cuento. Cuando timochenko mire a los ojos a las camaras, sin leer cartitas ni esas maricadas, y se nota que de verdad esa rata esta arrepentida, ahí si quizás se podría pensar en la posibilidad de algún día perdonarlos o no. Arrepentidos leyendo un comunicado que escribió quien sabe quien, eso no te lo crees ni tú Heráclito.