Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Ver la Versión Completa Con Imagenes : El anuncio del Fmi de que China desplazó a EEUU como la mayor economía
PEDROELGRANDE
30-12-2014, 12:05:44
Confucion al timón
Escrito por Brecha
http://thumbnails112.imagebam.com/37746/b8a07c377450887.jpg (http://www.imagebam.com/image/b8a07c377450887)
Una nación, y un continente, devenidos en centro del mundo, no se improvisan. El anuncio del Fmi de que China desplazó a Estados Unidos como la mayor economía no puede atribuirse a causas fortuitas ni a razones simplistas, como la existencia de salarios más bajos. Detrás de buena parte de los argumentos que suelen explicar el fulminante ascenso asiático hay tanto desconocimiento como prejuicios eurocéntricos.
Cuando Estados Unidos se convertía en la primera potencia, desplazando del sitial de privilegio a Inglaterra –hace ya más de un siglo–, se la consideraba la "tierra de la libertad", la nación de la esperanza donde los postergados del mundo, muchos de ellos provenientes de una Europa que los condenaba al hambre y la emigración, podían encontrar un futuro promisorio. A los que llegaban a la tierra prometida los recibía una gigantesca estatua que simbolizaba los sueños de libertad y progreso que anhelaban.
Un siglo y pico después, buena parte de los medios simplifican el ascenso del sudeste asiático, y de China en particular. Para explicar el prodigioso crecimiento de estas economías se hace hincapié en los bajos salarios, las pésimas condiciones de vida que habría en las ciudades y el deterioro del ambiente. La disciplina laboral y estudiantil, que les permite a los asiáticos ostentar desde hace varios años los primeros lugares en rendimiento escolar, es visualizada apenas como consecuencia del predominio de culturas patriarcales y de rígidas jerarquías.
Resulta difícil encontrar análisis capaces de explicar aspectos positivos en las culturas asiáticas, un continente que tanto para las derechas liberales como para las izquierdas progresistas y marxistas está asociado al despotismo. Sin embargo, en diversas esferas se van abriendo espacios de reflexión que consiguen comprender las razones de fondo por las cuales el Oriente vuelve a ocupar el sitial de privilegio que tuvo a lo largo de la historia. Uno de ellos, por izquierda, es el trabajo de Giovanni Arrighi Adam Smith en Pekín.
http://imagezilla.net/thumbs2/ehFl20O-ac14eb5e080901c11a982f5692574446-L_tn.jpg (http://imagezilla.net/show/ehFl20O-ac14eb5e080901c11a982f5692574446-L.jpg)
Por el lado institucional, el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea), de Brasil, publicó un trabajo titulado "Ascenso de los valores asiáticos y consecuencias para Occidente", que refleja la preocupación en el país norteño por entender lo que sucede con uno de sus socios estratégicos más relevantes.
Autogestión
En la fábrica de automóviles Wanfeng, cerca de Shanghai, "no hay un solo robot a la vista" y "las líneas de montaje están ocupadas por montones de jóvenes recién llegados de las escuelas técnicas, que trabajan con poco más que grandes taladros eléctricos, llaves inglesas y martillos de caucho", escribe Arrighi (1). Asegura que las fábricas utilizan trabajo cualificado barato en lugar de máquinas y directivos caros. Se calcula que las empresas ahorran más de una tercera parte en capital.
Al revés que en Occidente, donde la productividad crece mediante la sustitución de obreros por sistemas automatizados que reducen los costos laborales pero elevan los del capital, las fábricas chinas utilizan "trabajadores muy capacitados cuya paga anual es menor que el salario mensual de los recién contratados en Detroit".
Esto sólo es posible porque ese trabajo cualificado no solamente sustituye a las máquinas caras sino también a directivos y capataces, siendo una "fuerza de trabajo autogestionada" que mantiene los costos de gestión muy por debajo de los occidentales. La cantidad de supervisores es diez veces inferior a la de las fábricas en otras partes del mundo: se pueden contar 15 supervisores por cada 5 mil trabajadores. A esa cantidad mínima de controladores le llaman trabajo autogestionado, porque supone que cada trabajador rinde de acuerdo a parámetros interiorizados y no por la presión externa que se ejerce sobre ellos.
Algo así es inconcebible en las grandes plantas de Occidente, donde en ausencia de controles los trabajadores rinden menos. Llegados a este punto, Arrighi estima que hay dos hechos que diferencian el caso de China, y de otros países de la región, de la trayectoria occidental. Uno son los logros de la revolución, en particular la reforma agraria que protegió la independencia económica y el bienestar de los productores agrícolas, pero también los esfuerzos en crear infraestructuras rurales y la promoción de la educación.
Los observadores occidentales y japoneses suelen comparar al campesinado chino con el de India, por "la educación, la disposición a aprender y la disciplina de los trabajadores". La diferencia entre ambas naciones está, fuera de dudas, en los cambios que trajo la revolución china para los sectores más pobres del país. Por eso Arrighi argumenta que para el capital internacional "el principal atractivo" de China no son los bajos salarios sino "la alta calidad" de sus enormes reservas de mano de obra, "en términos de salud, educación y capacidad de autogestión".
La segunda gran diferencia es la existencia de una "revolución industriosa" (término acuñado inicialmente para Japón), que a diferencia de la revolución industrial invierte básicamente en trabajo humano. De ese modo, la región asiática siguió una vía de desarrollo diferente a la británica y estadounidense, que se puede definir como intensiva en capital y energía, tomando una "vía tecnológica e institucional propia que ha desempeñado un papel crucial en la configuración de las respuestas de la región a los desafíos y oportunidades creados por la revolución industrial occidental" (2).
Cuestión de familia.
Mientras el prerrequisito de la revolución industrial fue la destrucción del campesinado (las enclosures o cercamiento de los campos), en Asia oriental se desarrolló un marco institucional capaz de absorber fuerza de trabajo centrado en el hogar y la comunidad, fomentando un trabajador capaz de desarrollar múltiples tareas y no especializado en una en particular, a la vez que alienta la cooperación con otros en vez de estimular el talento individual.
Los investigadores Marcelo Almeida de Britto y Edison da Silva Filho, del Ipea, sostienen que los "nuevos valores culturales" asiáticos contrastan con las tradiciones occidentales, e insisten en las "influencias del pensamiento confuciano en la organización productiva china" (3).
Entre estos valores figura la prioridad que conceden las sociedades asiáticas al interés colectivo frente al individual y, muy en particular, se destaca "el papel central atribuido a las familias en estas sociedades". La comprobada contracción de los jóvenes al estudio se debe al deseo de ver prosperar a la familia, más que a alcanzar logros personales.
La herencia del pensamiento de Confucio es fundamental, no como cuestión ideológica sino como lectura acertada de la visión del mundo existente en Asia oriental. Contiene una doble dimensión. Por un lado, destaca el respeto a las tradiciones y jerarquías, así como al orden social en el que están insertos los sujetos. Por otro, describe las "cinco grandes virtudes" que deben inspirar a todas las personas: bondad, justicia, honradez, sabiduría y confianza. Todas apuntan a la preocupación por el otro más que a la autosatisfacción, pues "en ausencia de humanidad, ninguna de las demás virtudes puede ser alcanzada".
Estos valores se traducen, en la organización empresarial, en "la responsabilidad personal del empresario y en el sentido del compromiso moral con la comunidad", según los autores. Incluso a escala empresarial, la familia es la unidad que nortea la actividad económica, que puede traducirse en la adopción del concepto de "liderazgo moral". En el caso de Japón, la prioridad se le otorga a la "firma", a la que se someten las carreras personales de los directivos.
Para quienes aún creen que en China impera un régimen autocrático en vez de una democracia representativa, el Ipea les recuerda que el país "se caracteriza por la forma como el gobierno central organiza discusiones amplias y minuciosas entre sus miembros antes de implementar políticas que, en Occidente, son frecuentemente decididas por una cantidad reducida de burócratas". Eso hace que los cambios sean graduales y lentos, consensuados, donde la economía no subordina a las instituciones.
http://thumbnails110.imagebam.com/37746/c8c6b2377450896.jpg (http://www.imagebam.com/image/c8c6b2377450896)
Para quienes sigan creyendo que en China se fabrican productos baratos de baja calidad, es conveniente consultar los resultados de la Conferencia Internacional de Supercomputación realizada en Nueva Orleans, cuyo resultado figura en top500.org: el supercomputador Tianhe-2, desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, en Guangzou, es el más veloz del mundo por cuarto año consecutivo.
Estamos ante dos culturas diferentes, ni mejores ni peores. Enfrentadas en algunos puntos clave, como el papel de la autoridad y de la familia, por un lado, y de la autonomía personal y el papel del individuo, por otro.
1. Giovanni Arrighi, Adam Smith en Pekín. Akal, 2007, 379 págs.
2. Pág 41.
3. Boletim de Economia e Política Internacional, número 17, mayo-agosto de 2014. Ipea, Brasilia.
Escrito por Brecha
http://thumbnails112.imagebam.com/37746/b8a07c377450887.jpg (http://www.imagebam.com/image/b8a07c377450887)
Una nación, y un continente, devenidos en centro del mundo, no se improvisan. El anuncio del Fmi de que China desplazó a Estados Unidos como la mayor economía no puede atribuirse a causas fortuitas ni a razones simplistas, como la existencia de salarios más bajos. Detrás de buena parte de los argumentos que suelen explicar el fulminante ascenso asiático hay tanto desconocimiento como prejuicios eurocéntricos.
Cuando Estados Unidos se convertía en la primera potencia, desplazando del sitial de privilegio a Inglaterra –hace ya más de un siglo–, se la consideraba la "tierra de la libertad", la nación de la esperanza donde los postergados del mundo, muchos de ellos provenientes de una Europa que los condenaba al hambre y la emigración, podían encontrar un futuro promisorio. A los que llegaban a la tierra prometida los recibía una gigantesca estatua que simbolizaba los sueños de libertad y progreso que anhelaban.
Un siglo y pico después, buena parte de los medios simplifican el ascenso del sudeste asiático, y de China en particular. Para explicar el prodigioso crecimiento de estas economías se hace hincapié en los bajos salarios, las pésimas condiciones de vida que habría en las ciudades y el deterioro del ambiente. La disciplina laboral y estudiantil, que les permite a los asiáticos ostentar desde hace varios años los primeros lugares en rendimiento escolar, es visualizada apenas como consecuencia del predominio de culturas patriarcales y de rígidas jerarquías.
Resulta difícil encontrar análisis capaces de explicar aspectos positivos en las culturas asiáticas, un continente que tanto para las derechas liberales como para las izquierdas progresistas y marxistas está asociado al despotismo. Sin embargo, en diversas esferas se van abriendo espacios de reflexión que consiguen comprender las razones de fondo por las cuales el Oriente vuelve a ocupar el sitial de privilegio que tuvo a lo largo de la historia. Uno de ellos, por izquierda, es el trabajo de Giovanni Arrighi Adam Smith en Pekín.
http://imagezilla.net/thumbs2/ehFl20O-ac14eb5e080901c11a982f5692574446-L_tn.jpg (http://imagezilla.net/show/ehFl20O-ac14eb5e080901c11a982f5692574446-L.jpg)
Por el lado institucional, el Instituto de Investigaciones Económicas Aplicadas (Ipea), de Brasil, publicó un trabajo titulado "Ascenso de los valores asiáticos y consecuencias para Occidente", que refleja la preocupación en el país norteño por entender lo que sucede con uno de sus socios estratégicos más relevantes.
Autogestión
En la fábrica de automóviles Wanfeng, cerca de Shanghai, "no hay un solo robot a la vista" y "las líneas de montaje están ocupadas por montones de jóvenes recién llegados de las escuelas técnicas, que trabajan con poco más que grandes taladros eléctricos, llaves inglesas y martillos de caucho", escribe Arrighi (1). Asegura que las fábricas utilizan trabajo cualificado barato en lugar de máquinas y directivos caros. Se calcula que las empresas ahorran más de una tercera parte en capital.
Al revés que en Occidente, donde la productividad crece mediante la sustitución de obreros por sistemas automatizados que reducen los costos laborales pero elevan los del capital, las fábricas chinas utilizan "trabajadores muy capacitados cuya paga anual es menor que el salario mensual de los recién contratados en Detroit".
Esto sólo es posible porque ese trabajo cualificado no solamente sustituye a las máquinas caras sino también a directivos y capataces, siendo una "fuerza de trabajo autogestionada" que mantiene los costos de gestión muy por debajo de los occidentales. La cantidad de supervisores es diez veces inferior a la de las fábricas en otras partes del mundo: se pueden contar 15 supervisores por cada 5 mil trabajadores. A esa cantidad mínima de controladores le llaman trabajo autogestionado, porque supone que cada trabajador rinde de acuerdo a parámetros interiorizados y no por la presión externa que se ejerce sobre ellos.
Algo así es inconcebible en las grandes plantas de Occidente, donde en ausencia de controles los trabajadores rinden menos. Llegados a este punto, Arrighi estima que hay dos hechos que diferencian el caso de China, y de otros países de la región, de la trayectoria occidental. Uno son los logros de la revolución, en particular la reforma agraria que protegió la independencia económica y el bienestar de los productores agrícolas, pero también los esfuerzos en crear infraestructuras rurales y la promoción de la educación.
Los observadores occidentales y japoneses suelen comparar al campesinado chino con el de India, por "la educación, la disposición a aprender y la disciplina de los trabajadores". La diferencia entre ambas naciones está, fuera de dudas, en los cambios que trajo la revolución china para los sectores más pobres del país. Por eso Arrighi argumenta que para el capital internacional "el principal atractivo" de China no son los bajos salarios sino "la alta calidad" de sus enormes reservas de mano de obra, "en términos de salud, educación y capacidad de autogestión".
La segunda gran diferencia es la existencia de una "revolución industriosa" (término acuñado inicialmente para Japón), que a diferencia de la revolución industrial invierte básicamente en trabajo humano. De ese modo, la región asiática siguió una vía de desarrollo diferente a la británica y estadounidense, que se puede definir como intensiva en capital y energía, tomando una "vía tecnológica e institucional propia que ha desempeñado un papel crucial en la configuración de las respuestas de la región a los desafíos y oportunidades creados por la revolución industrial occidental" (2).
Cuestión de familia.
Mientras el prerrequisito de la revolución industrial fue la destrucción del campesinado (las enclosures o cercamiento de los campos), en Asia oriental se desarrolló un marco institucional capaz de absorber fuerza de trabajo centrado en el hogar y la comunidad, fomentando un trabajador capaz de desarrollar múltiples tareas y no especializado en una en particular, a la vez que alienta la cooperación con otros en vez de estimular el talento individual.
Los investigadores Marcelo Almeida de Britto y Edison da Silva Filho, del Ipea, sostienen que los "nuevos valores culturales" asiáticos contrastan con las tradiciones occidentales, e insisten en las "influencias del pensamiento confuciano en la organización productiva china" (3).
Entre estos valores figura la prioridad que conceden las sociedades asiáticas al interés colectivo frente al individual y, muy en particular, se destaca "el papel central atribuido a las familias en estas sociedades". La comprobada contracción de los jóvenes al estudio se debe al deseo de ver prosperar a la familia, más que a alcanzar logros personales.
La herencia del pensamiento de Confucio es fundamental, no como cuestión ideológica sino como lectura acertada de la visión del mundo existente en Asia oriental. Contiene una doble dimensión. Por un lado, destaca el respeto a las tradiciones y jerarquías, así como al orden social en el que están insertos los sujetos. Por otro, describe las "cinco grandes virtudes" que deben inspirar a todas las personas: bondad, justicia, honradez, sabiduría y confianza. Todas apuntan a la preocupación por el otro más que a la autosatisfacción, pues "en ausencia de humanidad, ninguna de las demás virtudes puede ser alcanzada".
Estos valores se traducen, en la organización empresarial, en "la responsabilidad personal del empresario y en el sentido del compromiso moral con la comunidad", según los autores. Incluso a escala empresarial, la familia es la unidad que nortea la actividad económica, que puede traducirse en la adopción del concepto de "liderazgo moral". En el caso de Japón, la prioridad se le otorga a la "firma", a la que se someten las carreras personales de los directivos.
Para quienes aún creen que en China impera un régimen autocrático en vez de una democracia representativa, el Ipea les recuerda que el país "se caracteriza por la forma como el gobierno central organiza discusiones amplias y minuciosas entre sus miembros antes de implementar políticas que, en Occidente, son frecuentemente decididas por una cantidad reducida de burócratas". Eso hace que los cambios sean graduales y lentos, consensuados, donde la economía no subordina a las instituciones.
http://thumbnails110.imagebam.com/37746/c8c6b2377450896.jpg (http://www.imagebam.com/image/c8c6b2377450896)
Para quienes sigan creyendo que en China se fabrican productos baratos de baja calidad, es conveniente consultar los resultados de la Conferencia Internacional de Supercomputación realizada en Nueva Orleans, cuyo resultado figura en top500.org: el supercomputador Tianhe-2, desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa, en Guangzou, es el más veloz del mundo por cuarto año consecutivo.
Estamos ante dos culturas diferentes, ni mejores ni peores. Enfrentadas en algunos puntos clave, como el papel de la autoridad y de la familia, por un lado, y de la autonomía personal y el papel del individuo, por otro.
1. Giovanni Arrighi, Adam Smith en Pekín. Akal, 2007, 379 págs.
2. Pág 41.
3. Boletim de Economia e Política Internacional, número 17, mayo-agosto de 2014. Ipea, Brasilia.
Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
shamir
30-12-2014, 12:18:02
Hace rato estaba dicho. Los Chinos se volvieron en el mejor ejemplo Capitalista pero con algo de esclavitud con sus propios ciudadanos por eso grandes compañias como Apple, Samsung, Microsoft entre muchos tienes sus fabricas o fabricantes en este gran pais. Pero si la esclavitud del siglo 21 es de un gobierno supuestamente Comunista entonces esta bien...... Psdta: El 90% de lo que importo viene de China
PEDROELGRANDE
30-12-2014, 12:33:31
Hace rato estaba dicho. Los Chinos se volvieron en el mejor ejemplo Capitalista pero con algo de esclavitud con sus propios ciudadanos por eso grandes compañias como Apple, Samsung, Microsoft entre muchos tienes sus fabricas o fabricantes en este gran pais. Pero si la esclavitud del siglo 21 es de un gobierno supuestamente Comunista entonces esta bien...... Psdta: El 90% de lo que importo viene de China
TEORÍA REFRITA...los chinos sacaron provecho del capitalismo....ACUSANDO DE ESCLAVITUD cuando las empleadoras son empresas íconos del capitalismo...jum...lo que hace el gobierno chino es precisamente tomar partido de unos de los dulces del capitalismo....desplazarse hacia donde está la mano de obra barata...cómo no va a ser así en una nación con 2 mil millones de habitantes...cada vez menos es cierto el sofisma de la esclavitud en china gracias al empleo pleno ...
Un siglo y pico después, buena parte de los medios simplifican el ascenso del sudeste asiático, y de China en particular. Para explicar el prodigioso crecimiento de estas economías se hace hincapié en los bajos salarios, las pésimas condiciones de vida que habría en las ciudades y el deterioro del ambiente....
TEORÍA REFRITA...los chinos sacaron provecho del capitalismo....ACUSANDO DE ESCLAVITUD cuando las empleadoras son empresas íconos del capitalismo...jum...lo que hace el gobierno chino es precisamente tomar partido de unos de los dulces del capitalismo....desplazarse hacia donde está la mano de obra barata...cómo no va a ser así en una nación con 2 mil millones de habitantes...cada vez menos es cierto el sofisma de la esclavitud en china gracias al empleo pleno ...
Un siglo y pico después, buena parte de los medios simplifican el ascenso del sudeste asiático, y de China en particular. Para explicar el prodigioso crecimiento de estas economías se hace hincapié en los bajos salarios, las pésimas condiciones de vida que habría en las ciudades y el deterioro del ambiente....
amon007
30-12-2014, 12:46:00
No me sorprende que China desbanque a la USA
No falta nada. Todo ya está dispuesto.
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No falta nada. Todo ya está dispuesto.
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EL DARKÖ
30-12-2014, 12:49:59
Toda la vida les compramos a ellos eso se sabia, cuando yo estaba en bachillerato los profes se la pasaban diciendo que ellos serian la primera economia del planeta, es que donde no lo hagan estan desperdiciando toda su geografia y mano de obra, el contrabando del planeta tierra y la pirateria de productos sin copyright que a lo largo de la historia moderna exportan al orbe en general!
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