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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Sanabria
07-12-2014, 14:20:24
DE SAPO EN SAPO...



Por estas calendas, tanto el Presidente como su jefe negociador en La Habana afirmaron que “es necesario ampliar los delitos políticos conexos si el país quiere la paz” y, al unísono, como en Fuenteovejuna, los políticos voceros del oficialismo salieron a apoyar la propuesta. Luego, se expresó que el “narcotráfico” podía ser “conexo” con el delito político; y, ahora, cuando tirios y troyanos se despedazaban, el director de esta demencial orquesta advierte que la “ampliación” propuesta se circunscribe solo a la participación futura en política de los miembros de las Farc (El Tiempo, 17-11 y 4-12-2014). Otros, sin embargo, muestran gran cautela sobre el asunto o critican esas posturas

Desde luego, son diversas las posiciones académicas al abordar la construcción aludida: una objetiva, que reserva el calificativo de político solo para aquel comportamiento punible atentatorio contra la existencia y la seguridad del Estado; otra subjetiva, que no atiende al resultado material de la infracción sino al móvil del autor, a los motivos inspiradores de su acción, que son de naturaleza noble, altruista, al servicio del interés colectivo, esto es, de índole absolutamente social. Y, una concepción mixta, que combina ambas pautas como la acogida por el legislador penal italiano de 1930.

La Constitución alude al delito político (artículos 35 inciso 3º, 150-17, 179-1, 201-2, 232-3, 299 penúltimo inciso, 18 num. 1º y 30 transitorio) para distinguirlo del delito común (artículo 175-3) y del delito atroz (artículo 30 transitorio). En el plano legislativo, dice Bernardo Gaitán Mahecha el asunto no es nuevo y pasa por consideraciones subjetivas (Decreto 1823 de 1954), objetivas (Ley 77 de 1989, artículo 3º y Decreto 474 de l982) y mixtas (Decreto Legislativo 328 de 1958 y Ley 13 de 1982 en su artículo 2º). Incluso, recuérdese, ya el artículo 71 de la Ley 975 de 2005 de impronta uribista abogó por la consideración del concierto para delinquir como una modalidad agravada de “sedición”, con lo cual los temibles paramilitares se convirtieron en delincuentes “políticos”.

Por ello, no debe extrañar que Clara López Obregón nos haya metido a todos los dedos en la boca cuando, al señalar lo que pretenden sus conmilitones y el Presidente, de manera tajante dice: “...lo contenido en todo el Código Penal es conexo al delito político, porque se delinque en función de la motivación política” ; con ese punto de partida, entonces, cualquier crimen atroz debe ser tenido como conexo (¡adiós a las distinciones constitucionales!). Y, no muy lejos de ese enfoque, el profesor Carlos Gaviria Díaz en entrevista televisiva dijo que era normal entender el “narcotráfico” como actividad conexa al “delito político”, cosa que también cree el Fiscal General.

Por supuesto, tales actores de la vida nacional pierden de vista algo elemental e incurren en un sofisma mayúsculo: solo se puede hablar de delitos conexos en este ámbito (esto es, relacionados o enlazados) cuando con antelación se demuestre la existencia de un comportamiento calificable como político (por ejemplo: rebelión, sedición y asonada). Eso, que sepamos, no sucede con hechos tan espeluznantes como el crimen de los once diputados; la conducta de degollar policías después del combate y, borrachos, jugar fútbol con sus cabezas (en Arboledas); el asesinato de humildes parroquianos en Bojayá; la masacre de Machuca; la muerte alevosa de uniformados mediante el llamado plan pistola; el secuestro y muerte de civiles indefensos; etc., solo para mencionar algunas de las miles de tropelías realizadas por esos agentes armados. Suena entonces inaceptable que se pretenda hacerle creer al país entero que todos esos hechos atroces son “delitos políticos”, porque no lo son.

Así las cosas, de la mano del mefistofélico discurso santista, de sapo en sapo, la tan anhelada paz nos indigesta y, para recordar a reputados lingüistas (Samuel I. Hayakawa), queda claro que uno es el lenguaje “en el pensamiento” y otro “en la acción”.