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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Odisea de un suizo que busca pistas de su madre biológica en Cali


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
►Shep◄
02-10-2014, 12:42:07
Cuando tenía seis meses de nacido fue adoptado por una familia suiza, que lo ha cuidado con amor.

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Foto: Santiago Saldarriaga/EL TIEMPO
Gustavo Quiceno espera una llamada que le dé pistas de su madre.

No hay un solo recuerdo. Solo sabe que ella lo dejó abandonado en una habitación del Hospital Universitario del Valle hace 33 años. Tal vez ella estaba muy joven cuando él nació. O quizás tuvo otra razón para no amamantarlo y criarlo. Fue una decisión que ahora él no quiere juzgar.

Es la historia de Gustavo Quiceno, un suizo que espera que con el nombre con el que fue registrado en una notaría de Cali en 1981, logre una pista que le permita llegar a su madre biológica.

Desde hace tres años cuando experimentó el fuerte deseo de encontrar sus raíces empezó a prepararse para comenzar la búsqueda desde cero. “Ahora tengo el corazón fuerte”, dice este hombre de rasgos definidos, delgado y consciente de que no será fácil. Más cuando no habla una gota de español.
En su cruzada lo acompaña su amigo Jan, que toma fotos y graba los recorridos que Gustavo realiza desde hace una semana cuando llegó a Cali.
“Decidí venir porque quiero conocerla, nada más”, explica este enfermero de profesión.

http://www.eltiempo.com/contenido/colombia/cali/IMAGEN/IMAGEN-14623137-2.jpg Gustavo (izquierda) y su amigo Jan recorren Cali para encontrar pistas de su madre.


Aclara que no tiene ningún trauma que lo motive a hacerlo. Desde los seis meses de nacido cuando fue dado en adopción llegó a un hogar maravilloso en Suiza, donde sus padres le han proporcionado una vida feliz y tranquila, que completan una hermana (hija de la pareja) y otro caleño, también acogido en el hogar. “He sido muy feliz”, agrega sin ampliar más detalles de su vida personal. Es la segunda vez que recorre lo ciudad, pero esta vez no lo hace como un turista. La primera vez que visitó a Cali fue hace 12 años cuando una pareja de alemanes amigos de siempre lo invitaron a conocer el sitio donde nació.

En esa ocasión se encontró con un mundo diferente al de su país. Pero con gente extraordinaria, amigable y gentil, aunque no sintió ninguna conexión especial. Y alentado por sus amigos fue en busca de información al HUV, pero no encontró nada. Entonces, las enfermeras del centro asistencial lo llevaron a la sala de partos. “Solo vi bebés”.

Tampoco pudo conocer la habitación de la historia de su nacimiento. Allí, según los relatos, su madre, a quien se la imagina de cabello negro, muy delgada y de piel clara, dejó dinero debajo del teléfono que estaba en la mesa de noche. Pero las vacaciones terminaron y regresó a su país sin preguntas ni dramas. Todo fue así hasta ahora cuando está dispuesto a aceptar lo que llegue porque -insiste Gustavo- sabe que no será fácil.

En esta correría, que lleva una semana, llegó al centro infantil donde permaneció antes de su adopción y se encontró con dos fechas probables de nacimiento, una el 28 de marzo de 1981 y otra el 29 de mayo del mismo año. La mujer que dio a luz ese día, o esos días, nunca dio su nombre.

Supo, además, que su apellido se lo dio la entonces directora del centro infantil y su nombre un empleado del lugar. Es la primera vez que viene con este propósito de buscar a su madre y confía en contar con la fortaleza suficiente para enfrentarse a una búsqueda que no sabe si va a resultar o no.

“No hay nombre, no hay por quién preguntar. Por eso no hubo búsqueda previa, no hay nada ni siquiera en el hospital donde tampoco hay archivos”, dice, al tiempo que pide el apoyo de quien le permita hallar una pista, de quien reconozca la historia o de aquella mujer con la que sueña y que espera le diga “aquí estoy”. La probabilidad de hallar un padre no le interesa. “Nunca he pensado en un padre, no está en mi cerebro ni en mi corazón que haya un papá”, concluye, mientras espera una noticia antes de partir este 13 de octubre.

Gustavo espera un contacto

Mientras llega la fecha de su viaje para retomar labores, Gustavo Quiceno espera visitar de nuevo el Hospital Universitario del Valle. Es la esperanza de que en esta oportunidad llegue algún dato importante.

La información que permita descifrar la suerte de su madre, puede ser compartida a través de la traductora Magnolia Franco, al celular 311 7148127.

Fuente: El tiempo