La vida dulce es enemiga de la humanidad

[Ayudante De Santa]

[PEDROELGRANDE]

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Foto: EPA
Los médicos declararon la guerra al azúcar. Por el perjuicio que causa se lo compara con el tabaco y lo ligan directamente con la obesidad y hasta con el cáncer. Pero también existe otra opinión: simplemente hay que formar nuevos estereotipos de alimentación que respondan directamente al sentido de la medida.
Suele considerarse que hace muchos siglos los habitantes de la antigua India, en territorio de la actual provincia de Bengala, comenzaron a elaborar azúcar de caña. En cierto momento los mercaderes indios y persas llevaron el azúcar a Egipto, que entonces formaba parte del Imperio Romano, y así comenzó su difusión en Europa. También existe la suposición de que el azúcar como producto apareció aún antes en Asiria y Babilonia.
No hace mucho la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció las intenciones de reducir el nivel recomendado de consumo de azúcar y en las páginas de influyentes publicaciones occidentales se inició una acalorada discusión. Muchos médicos ostentan la opinión de que la epidemia de obesidad que se extendió por el mundo es responsabilidad de los fabricantes de productos alimenticios, porque no indican o disminuyen los índices de contenido de azúcar en esos productos. Entre tanto, los médicos afirman que el azúcar provoca en el consumidor una verdadera independencia. En realidad, es lo mismo que el tabaco, declara, por ejemplo el epidemiólogo Simon Capewell en las páginas de The Independent.
Es más, muchos participantes de las discusiones, citando investigaciones hechas por científicos de la OMS, consideran prácticamente demostrada la relación entre el consumo de azúcar y el cáncer, y asimismo el peligro de surgimiento de la enfermedad de Alzheimer. Para los niños el azúcar es lo mismo que el alcohol, cita el The Guardian al endocrinólogo Robert Lustig.
Lo mejor es no acostumbrar a los niños a comer dulces, afirma la catedrática de Dietética de la Academia Rusa de Medicina de Formación Postgradual, Elena Chiguia. En caso contrario, las personas se acostumbran desde la infancia a calmar los estreses comiendo dulces. Es que el azúcar son carbohidratos fáciles de digerir, cuyo consumo superior a los cincuenta gramos diarios constituye una carga pesada para el páncreas. Pero el consumo moderado de dulces no causa ningún daño el niño sano, igual que a los adultos, asegura la dietista. Más aún que nuestro organismo necesita carbohidratos como principal material energético.
El consumo de cualquier producto por encima de la norma como mínimo no se provechoso, para no decir nocivo, dijo a La Voz de Rusia el experto del Instituto de Coyuntura del Mercado Agrario, Evgueni Ivanov. En algunos casos la sustitución del azúcar natural por edulcorantes es en general contraindicada, lo cual está registrado en las actas legislativas de muchos países. El azúcar, según el experto, debe ser consumido dentro de la norma diaria de 10-15 % del volumen diario de calorías, que a su vez depende del sexo, la edad, el peso y demás parámetros individuales del hombre. Hoy es fácil calcular esta norma. En Internet se pueden encontrar muchas calculadoras dietéticas.
El problema del consumo de azúcar requiere un análisis detallado y, en general, es irreflexivo, dicho moderadamente, colocar indiscriminadamente una "marca negra" a cualquier producto, subraya Evgueni Ivanov:
–Está bien, dejamos de comer azúcar. ¿Y qué, llegará la felicidad de la humanidad? Lo dudo. Otra cosa diferente es que la combinación de comida muy dulce y muy grasosa, que predomina en las últimas décadas, no es muy provechosa. O sea que hay que moderar un poco el consumo de grasas y azúcar, siempre dentro de la norma, y todo estará bien.
Entre tanto, muchos países ya están luchando contra la obesidad y la diabetes aplicando las más variadas restricciones a la industria alimentaria y el comercio. Las autoridades mexicanas tienen previsto gravar con un impuesto del 8 % los productos alimenticios que desprenden de 275 y más calorías por cien gramos. En Hungría todo tipo de pasteles se vieron contemplados en el impuesto a la "papa chip". Pero la raíz del mal está en la mente y la psicología de la gente y allí hay que buscar la curación. Es que, por ejemplo, la obesidad es realmente una enfermedad muy seria, consigna la dietista Elena Chiguia:
–Es una enfermedad que afecta a todo el organismo. Se alteran todos los metabolismos: proteico, graso, de los carbohidratos, etc. Desde luego que el consumo excesivo de carbohidratos de fácil digestión hace que estos de conviertan en grasas. Y esto, a su vez, es el causante de la obesidad. Si se elaboran determinados estereotipos de alimentación, en los que no prevalecen los carbohidratos de fácil digestión, como el azúcar, esto será un granito de arena en la lucha contra la obesidad.
Los representantes de la industria alimentaria dicen aproximadamente lo mismo. En respuesta a los ataques una parte de los médicos, los expertos de la Food and Drink Federation declaran que el azúcar que se consume en una ración variada y equilibrada no produce obesidad.
Por lo demás, los analistas no excluyen que la campaña que se ha desplegado contra el azúcar tenga un trasfondo económico. Es lógico que así sea, si tenemos en cuenta la cantidad de corporaciones farmacéuticas que anualmente sacan al mercado nuevos sucedáneos del azúcar y bioaditivos dietéticos.
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