PDA

Ver la Versión Completa Con Imagenes : El Museo De Los OVNI's


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
INDIVIDUAL
28-12-2013, 18:02:52
http://www.masalladelaciencia.es/images/image/6_%281%29.jpg

En el corazón de Rió Grande do Sul (Brasil) se encuentra el único museo de Iberoamericana dedicado a los Objetos Voladores No Identificados (Ovnis). Desde su inauguración en 2001 atrae a curiosos de todo el mundo, que desean conocer más acerca de este asombroso fenómeno.

Cuando llegué al Museo Internacional de Ufología Víctor Mostajo, situado en Itaara (Brasil), su fundador, el historiador y ufólogo Hernán Mostajo, me estaba esperando en la puerta. El museo es un espacio de unos 2.500 metros cuadrados dedicado a los Objetos Voladores No Identificados (OVNIs) en el que se exponen elementos relacionados con la ufología, la astronomía, la astro náutica, la arqueología y la paleontología. Su origen fue la donación de algunos de los objetos personales de un campesino supuesta mente abducido por seres extraterrestres.


El 25 de mayo de 1958, en el pueblito de Sarandi, ubicado al norte del estado brasileño de Rio Grande do Sul, un hombre llamado Artur Berlet desapareció durante once días. Al regresar, afirmó haber sido raptado por un platillo volante y transportado a otro planeta, que identificó como Acart. Berlet –que falleció en la década de los 90 del pasado siglo- escribió un manuscrito en el que relataba su insólita aventura. Lo más sorprendente es que algunas de las tecnologías que describía en el texto aparecieron años más tarde, como las fotocélulas para la conversión de la luz solar, los alimentos deshidratados en forma de píldoras o las zapatillas deportivas con estructuras para amortiguar impactos y con refuerzos especiales. ¿Cómo pudo un simple labriego pronosticar tales cosas en aquella época?


Maquetas, fotos y... ¿restos de Ets?Hernán Mostajo decidió, junto a la familia de Berlet, reunirlos objetos y la ropa que llevaba el presunto abducido durante los días que supuestamente permaneció en Acart, así comootros elementos relacionados con el mundo del misterio para exhibirlos en el museo.En una de sus vitrinas descansan los cuadernos originales escritos por Berlet y el busto de Acorc, el ser que –según contaba- le sirvió de anfitrión en Acart. Otra guarda la camisa que usó el piloto civil de aviación Haroldo Westendorff el día en que avistó un gigantesco OVNI con forma de pirámide (ver recuadro).
Asimismo, el museo cuenta con bustos de presuntos extraterrestres, maquetas y dioramas de dinosaurios y pinturas que ilustran otros posibles mundos, realizadas por un grupo de artistas plásticos que colabora con el centro, entre los que figuran el pintor Geraldo Severo y el escultor José Alberto Martins.
El museo también cuenta con una biblioteca especializada en OVNIs –que consta de 2.000 títulos- y con una sala de vídeo, donde se proyecta un documental sobre la vida de Artur Berlet, así como con varias piedras supuestamente calcinadas por OVNIs en Uruguay, fragmentos de satélites, mapas y fotos de casos importantes a escala mundial y un auditorio para charlas.
La biblioteca Mostajo guarda ejemplares de revistas relacionadas con el mundo de la ufología, como el ejemplar de 1952 de O Cruzeiro, en el que aparecen las famosas fotos del supuesto “platillo volante” captado en la Barra de la Tijuca por el fotógrafo profesional alemán Ed Keffel, que dieron la vuelta al mundo.
Otra de las atracciones del museo es una réplica del presunto alienígena de Roswell (EE.UU.), que supuestamente falleció en 1947 junto a varios compañeros al estrellarse la nave en la que viajaban en el desierto estadounidense. Según se dijo en su día, los restos habrían sido recogidos y guardados en secreto por las autoridades de Washington. En la década de 1990 la historia se popularizó al difundirse una película en la que se mostraba la autopsia de uno de los cadáveres. Más tarde las imágenes fueron consideradas falsas por los especialistas, pero ya estaban incorporadas al “folklore ufológico mundial”.


¿Implantes extraterrestres?
El museo también ha realizado sus propias investigaciones de campo. Un ejemplo es el caso ocurrido a 220 kilómetros de Itaara, en Santo Ângelo, en 1996. En medio de una plantación de maíz aparecieron unos misteriosos círculos, después de que varios testigos afirmaran haber visto una luz sobrevolándola. Otro de los casos sucedió en 1993 en el municipio de Tenente Portela, donde supuestamente una esfera de 300 metros realizó en el suelo tres perforaciones de 3,80 metros de profundidad.


Uno de los sucesos más insólitos que ha investigado Hernán Mostajo, y que aún no ha sido esclarecido, es el supuesto implante de un objeto en el cuerpo de un ser humano por parte de seres alienígenas. En el museo se conserva un informe médico al respecto. Todo comenzó en 1993 cuando un ingeniero de carreteras -cuyo nombre no estoy autorizado a divulgar- estaba supervisando una obra. “Era de noche y vio una enorme luz cegadora. Después de aquello su carácter cambió bruscamente: se volvió cada vez más agresivo, hasta tal punto que llegó a violar a su propia hija. La familia, aterrada, logró que lo internaran en un psiquiátrico. Allí descubrieron que el hombre tenía un coágulo en el cerebro, además de un objeto extraño situado entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar. Lo más curioso de todo es que el hombre nunca había sido operado, por lo que no sabían cómo había podido llegar hasta allí aquel objeto, que medía casi un centímetro”, explica Mostajo a MÁS ALLÁ. El implante jamás fue analizado: antes de que le fuera extraído, el hombre tropezó con una piedra y murió a causa de un golpe en la cabeza.
Otra de las investigaciones se centra en la hacienda La Aurora, ubicada en Salto (Uruguay). Se trata de una zona de frecuentes avistamientos de OVNIs, especialmente desde el inicio de la década de los 1980 hasta mediados de los años 90. Según el director del museo, en la finca, cuyo propietario por aquel entonces era Ángel Tona, sucedían fenómenos inusuales: un árbol, varios perros y un toro quedaron calcinados por un presunto platillo volante. Hernán Mostajo recogió algunas muestras de dos rocas de la zona en la que se habría producido el suceso y pudo verificar –gracias a la colaboración de la Universidad de Santa María- que realmente habían sido sometidas a altísimas temperaturas.
Más tarde el lugar fue visitado por el astronauta estadounidense Neil Armstrong (el primer hombre que pisó la Luna), un apasionado de la ufología.


Naves y satélites
El Museo Internacional de Ufología de Itaara también cuenta con un sector dedicado a la astronomía y a la astronáutica. Una de sus piezas más valiosas es la réplica del módulo lunar Águila, el primero que se posó sobre la Luna en 1969, comandado por los astronautas Armstrong y Buzz Aldrin. Los visitantes asisten a las explicaciones de Hernán, mientras que, de fondo, se escucha la retransmisión del histórico evento por los locutores brasileños que estuvieron en Cabo Cañaveral.
Otro de los objetos más llamativos del museo es un fragmento de 4,25 kilos de un satélite de la NASA que cayó en la ciudad de Ibirubá (Brasil) en 1993. Se trata del tanque de estabilización esférico de OSO (Orbital Solar Observer). Cerca también se pueden ver los restos de una sonda meteorológica que se estrelló en São Gabriel en 1988 y que había sido lanzada desde Chicago (EE.UU.) en 1966.
En el jardín del museo se está construyendo un observatorio astronómico con una torre de 15 metros de altura y una réplica de un platillo volante de 12 metros de diámetro. El observatorio albergará dos telescopios que tendrán una función didáctica.
En el Museo Víctor Mostajo se exponen piezas arqueológicos halladas en la región, como hachas de piedra prehistóricas y utensilios de las antiguas poblaciones indígenas. De la zona de Ica, en Perú, proceden algunas piedras que muestran imágenes labradas de seres y hombres estilizados y que fueron estudiadas en la década de 1960 por el profesor Cabrera Darquea (MÁS ALLÁ, 190). Su hallazgo dio pie a un verdadero escándalo dentro de la comunidad arqueológica mundial, ya que muchas de ellas muestran a seres humanos conviviendo con dinosaurios.