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Ver la Versión Completa Con Imagenes : China comprará más productos de América Latina que la UE en 2016


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
PEDROELGRANDE
27-12-2013, 22:57:02
Autor:Carla Jiménez
País:China
Fuente:El País


http://thumbnails101.imagebam.com/29751/33eb54297500865.jpg (http://www.imagebam.com/image/33eb54297500865)

El avance de China como socia de Latinoamérica debe continuar los próximos años, lo que puede hacer que el gigante asiático supere a la Unión Europea como segundo destino de las exportaciones de la región en 2016, solo detrás de Estados Unidos. La hazaña tendrá lugar si el ritmo de crecimiento de la demanda china y europea por productos latinoamericanos se mantiene hasta entonces, explica el informe Promoción del Comercio e Inversiones con China, producido por la Comisión Económica para Latinoamérica y Caribe (Cepal).
Para Brasil, China es el principal país destino de las exportaciones. Rebasó a Estados Unidos a finales de 2009, tras la crisis financiera que devastó el mercado norteamericano. Pero cuando la comparación es la Unión Europea, el Viejo Continente aún tiene ventaja sobre China. Ésta, sin embargo, disminuyó en 2013, como muestran los números del Ministerio de Desarrollo brasileño. Entre enero y noviembre de este año, la UE importó de Brasil el equivalente a 44.000 millones de dólares, o el 19,93% del total de las exportaciones. En 2012 esa participación era del 20,24%.

Los chinos, por su parte, aumentaron sus pedidos, principalmente de bienes primarios, como soja y minerales metálicos, lo que hizo las exportaciones brasileñas para este país avancen más del 12%, haciendo que su participación total subiese del 17% en 2012 al 19,23% este año.

No se sabe aún cuál será el efecto que la recuperación americana puede traer para el comercio global. Pero, incluso aunque los estadounidenses aumentemen las importaciones a medio plazo, China continuará con su política de expandir el mercado de consumo interno y garantizar el crecimiento de la renta de su población.

Entre 2000 y 2012, el comercio chino con Latinoamérica se multiplicó con 21, convirtiendo a China en un actor céntrico para los países de la región.
En contrapartida, China ya ha superado a la UE como segundo mayor exportador para las naciones latinoamericanas. Las canastas, sin embargo, no son equivalentes. La cesta latinoamericana de exportación se compone en su mayoría de materias primas. En sentido inverso, las manufacturas chinas, de tecnología simple, representan más del 90% de las importaciones de América Latina, en la clásica ecuación a la cual está sometido el continente.

La situación es dispar y alimenta otra dificultad para las naciones latinoamericanas. La política industrial china termina por privilegiar una cadena productiva con otros países asiáticos vecinos. Es decir, países como Malasia, Vietnam o Corea del Sur son proveedores de las industrias chinas. "El comercio intracontinental asiático representa 53% del total", dice Sergio Amaral, director del Centro de Estudios Americanos de la Fundación Armando Álvares Penteado (Faap), de São Paulo. En comparación, el comercio intracontinental en Latinoamérica es de solo el 20%, mientras que el restante 80% de las relaciones comerciales son con países de fuera de la región. "Eso quiere decir que China ejerce el papel de atenuar el comercio entre los países de Latinoamérica", analiza.

El foco en atender demandas de materia prima por parte de Asia, cada vez más creciente, hace que los países de la región coloquen en segundo plan el valor agregado en sus productos manufacturados. "China expone nuestro déficit en competitividad. Eso añade para nosotros", enfatiza Amaral.
Para Clodoaldo Hugueney, que fue embajador del Brasil en China, es posible corregir la ruta rápidamente, trabajando para desarrollar un pensamiento estratégico en la región. "Es preciso reunir a académicos, empresarios y Gobiernos para saber lo que se espera de esa relación con los chinos", recomienda Hugueney. "Es necesario planificar con visión a largo plazo", añade. Cree que tras el ciclo de materias primas, habrá otro de demanda de alimentos industrializados, lo que abre una gran oportunidad para todos los países del continente. Eso hace la planificación aún más fundamental para afrontar lo que se avecina en un futuro próximo.

Materias primas

Las relaciones entre China y Brasil siguen la misma norma que China estableció con sus principales socios de la región: exportación de materias primas para garantizar el abastecimiento del gigante mercado interno, donde la urbanización de las zonas rurales aumenta el consumo de alimentos y de bienes duraderos. De esta forma, la búsqueda de proveedores de soja para alimentar el ganado, por ejemplo, y de petróleo para garantizar energía y combustible, hacen que la balanza de los países latinoamericanos dependan mucho más de la tierra de Mao Tsé Tung. El informe de la Cepal muestra que solo cinco prodcutos exportados por los principales países de Latinoamérica para China representan entre un 80% y un 90% del total de las divisas obtenidas por cada una de esas naciones con las exportaciones al mercado asiático.

Los chinos no se hacen protagonistas de las compras latinoamericanas porque México, que exportó 370.000 millones el año pasado, tiene a Estados Unidos como principal destino de sus productos. Pero China también quiere avanzar en dirección a los mexicanos, como quedó claro con la visita del líder Xi Jinping en junio, cuando firmó el pacto del tequila. El acuerdo prometía un mayor equilibrio en las relaciones entre los dos países, abriendo espacios para productos mexicanos en territorio chino. Actualmente, la balanza es deficitaria en 50.000 millones de dólares para México.

En contrapartida, los chinos anunciaron que van a aumentar sus inversiones productivas en México. Nuevamente, las áreas elegidas no sorprenden: minería, energía e infraestructuras. Con la apertura de capital de la petrolera Pemex, no será sorpresa si otros gigantes chinos como Sinopec, CNOOC y CNPC se instalen allí, así como hicieron en Brasil. China ya se ha convertido en la mayor importadora de petróleo del mundo. Con una producción interna de cuatro millones de barriles por día, el país importa 6,4 millones de barriles diarios para mover su economía.

"China no es importante solo para Latinoamérica. Es importante para el comercio de todo el mundo", afirma Hugueney. "Existe complementariedad entre ellos y el continente latinoamericano porque ellos demandan recursos naturales que nosotros tenemos de sobra", dice Hugueney. Sergio Amaral, de la Faap, observa que la boda entre la China y América Latina era casi inevitable. "China tiene un déficit de tierras cultivables y de agua, mientras Latinoamérica tiene un excedente", dice Amaral. "Si quisiéramos duplicar nuestra producción de alimentos, tenemos 120% espacio para eso", agrega.

China, por otro lado, tiene un excedente de capital productivo para invertir, algo que en países con tasas de ahorro más pequeños, como Brasil, es muy bienvenido. Entre 2004 y 2012, el país contabilizaba más de 120 proyectos con capital chino, que sumaban anuncios de 25.000 millones de dólares. No siempre esos recursos constan en las estadísticas de inversión extranjera del Banco Central, pues hay operaciones trianguladas que entran por otros países destinados a los proyectos emprendedores chinos.

Esa participación creció aún más este año, con la entrada de Petrochina y de CNOOC en la sociedad del campo de Libra (Río de Janeiro). Ambas se hicieron socias de Petrobras en un consorcio que contó también con Shell y la francesa Total para la explotación del área, que contiene hasta 12.000 millones de barriles de petróleo en la capa de gran profundidad

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
QUEMANTANALETA
28-12-2013, 09:16:40
me imagino q gran parte de ese porcentaje son las minas de oro ,bauxita etc (y el petroleo) q el gobierno de maduro les entrego,,, asi cualquiera compra

PEDROELGRANDE
28-12-2013, 15:33:23
me imagino q gran parte de ese porcentaje son las minas de oro ,bauxita etc (y el petroleo) q el gobierno de maduro les entrego,,, asi cualquiera compra

El comercio estrecha vínculos entre China y América
Latina

Las relaciones comerciales entre China y los países de América Latina han prosperado en los últimos
años gracias a intereses económicos compartidos, trayendo múltiples beneficios para ambos . Pero, ¿de
qué manera afectarán las políticas comerciales y cambiarias, usualmente consideradas como una fuente
de fricción, al delicado equilibrio de intereses?

La economía de China ha crecido significativamente, aligual que su influencia económica en América Latina. La cantidad de productos que China importa de América Latina, principalmente productos Primarios(commodities), han aumentado rápidamente y han ejercido un profundo impacto en las economías de los países exportadores en la región. Asimismo, los productos chinos importados por América Latina han tenido un efecto impresionante, tanto en los consumidores como en los productores. En la actualidad, China es el mayor socio comercial de Brasil, el segundo mayor mercado exportador de Chile y el segundo mayor socio comercial de Perú. Los tres países han experimentado altos niveles de crecimiento económico en los últimos años.
En cambio, países que no son grandes exportadores de productos primarios hacia China, como México y los países de América Central, no han presentado los mismos niveles
de crecimiento.

China ha alcanzado vertiginosamente un promedio de 10.3 por ciento de crecimiento económico anual real
desde el año 2000, y ahora es la segunda economía más grande del mundo en términos de Producto Interno
Bruto (PIB) al tipo de cambio oficial. Mientras en el año 2000, el comercio de China con América Latina llegó
a alcanzar los 12 mil millones de dólares estadounidenses, hacia el año 2009, había crecido hasta cerca de los
118 mil millones de dólares. El Economist Intelligence Unit estima que durante los próximos cinco años, el
crecimiento del PIB real de China llegará a estar entre el 8 y 9 por ciento, logrando que la continua demanda
china sea un componente clave del crecimiento mundial y un importante mercado para las exportaciones de
América Latina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL)
estima que para el año 2015, el comercio entre America Latina y China llegará a superar a la Unión Europea,
convirtiéndose en el segundo mayor mercado exportador de la región, detrás de Estados Unidos. Además, se
estima que para el año 2020, China comprará cerca del 20 por ciento del total de las exportaciones.

La demanda de China por productos de exportación de América Latina tuvo un papel muy importante durante la
crisis financiera internacional y la recesión mundial. A diferencia de las crisis anteriores, las economías de
América Latina estaban en una posición fuerte cuando la recesión arremetió, con fundamentos macroeconómicos bastante sólidos (déficits fiscales y de cuentas corrientes bajos, y un mayor grado de
flexibilidad del tipo de cambio), bajos niveles de deuda externa de corto plazo, y altos niveles de reservas
internacionales. La demanda de China por productos primarios significó que las economías de exportación
gozaron de un aumento en volúmenes y altos precios por sus productos lo cual sirvió para blindar las economías
de la region. No fue por coincidencia que los países de América Latina con los más altos niveles de exportación a China, incluyendo a Brasil, Chile, Perú y Argentina (ver tabla 1), fueron los países que se recuperaron más rápidamente de la recesión En los últimos años, los productos importados de China también aumentaron considerablemente, en especial por
parte de Brasil, México, Chile, Venezuela y Argentina, una rápida tasa de aumento que disminuyó solo debido a
la crisis del año 2009 (ver tabla 2). Estos productos importados de China principalmente son bienes procesados
o manufacturados (ver tabla 3). Además, China también está invirtiendo en proyectos de energía y minería en
toda la región latinoamericana.

El avance de los bienes procesados
Cuando se habla del comercio entre China y América Latina, la región tiene una clara ventaja comparativa
con respecto a los productos primarios (materias primas y recursos utilizados en el proceso de manufactura),
sin embargo existen otros factores que no permiten la diversificación del comercio y afectan su composicion .
China impone barreras comerciales, incluyendo aranceles relativamente altos e instrucciones a las empresas
de propiedad del estado para que prioricen la compra de bienes nacionales. Las restricciones comerciales
también tienden a aumentar con el grado de procesamiento y el valor agregado del bien comercializado. Por
ejemplo, Argentina entró en una disputa comercial con China cuando trató de exportar a ese país aceite de
soya en lugar de soya en grano. Cuando el embarque fue considerado inaceptable debido a supuestas
preocupaciones sanitarias, Argentina tuvo que ceder y volvió a enviar soya en grano. Finalmente, las políticas
cambiarias de China, que mantienen bajo el valor del yuan, sirven para aumentar el precio de las
exportaciones de América Latina a China. Todas estas restricciones en conjunto hacen más complicados los
esfuerzos para ampliar las exportaciones de bienes procesados y manufacturados.

El auge en las exportaciones basado en solo unos cuantos productos primarios tiene sus riesgos. Una
contracción significativa en la economía de China tendría un impacto importante en el crecimiento en América
Latina, ya que los flujos comerciales y de inversión disminuirían. Además, más allá del hecho de que el
incremento de las exportaciones basado en solo unos pocos productos primarios deje al país vulnerable a la
volatilidad de precios, aquellos países que gozan de un auge en recursos naturales estarían vulnerables a la
llamada "maldición de los recursos", conocida también como "enfermedad holandesa", que tiene el efecto de
desviar las inversiones de otras actividades económicas. (Encontrará una descripción detallada de la maldición
de los recursos en el artículo "Los hallazgos de petróleo en Brasil traen nuevos desafíos" en la edición del primer trimestre 2011 de EconSouth). En resumen, los países latinoamericanos enfrentan un reto cuando se trata de diversificar la pequeña gama de productos que exportan actualmente a China.

Mientras que América Latina exporta sobre todo productos primarios a China, sus importaciones de
China principalmente son productos procesados, que tienen más valor agregado y requieren de un mayor
aporte de trabajo y capital. Muchas de las importaciones provenientes de China son maquinarias y productos eléctricos y manufacturados (ver tabla 3).
Esta asimetría comercial es una preocupación en América Latina ya que los productos primarios son finitos, su valor agregado es limitado, y su impacto potencial sobre el desarrollo a largo plazo podría ser limitado si los ingresos provenientes de estos recursos no son asignados adecuadamente.

El comercio entre América Latina y China: ¿una historia de dos regiones? Así como lo enfatiza un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los mercados emergentes son los líderes en recimiento mundial y representan el 75 por ciento del crecimiento de la demanda mundial, una cifra superior al 50 por ciento de años anteriores. Estos países, cuyas relaciones comerciales están concentradas donde el crecimiento es más sólido, sobre todo en Asia emergente, están cosechando los beneficios de precios altos por sus productos primarios y mayores entradas de capital. El BID llama a estos países "el grupo de Brasil", donde también incluye a países como Argentina, Chile y Perú. Paulo Sotero, director del Instituto Brasil del Centro Woodrow Wilson, resumió esta relación sin rodeos cuando declaró en un reportaje: "Probablemente, Brasil no sería hoy en día un mercado emergente ni un país emergente sin la relación comercial que tiene con China. Uno no puede llegar a entender el crecimiento económico de Brasil sin considerar su relación comercial con China."

En contraste con el "grupo de Brasil", el informe del BID agrupa a los países de América Central y el Caribe
con México dentro del "grupo de México." Éstos son países que tienen una mayor relación comercial con
Estados Unidos y otros países industrializados, los cuales generalmente tienden a ser importadores de productos primarios (las exportaciones de petróleo de México son consideradas una excepción). Su relación de dependencia con regiones de lento crecimiento en áreas como el comercio, el turismo, inversiones y remesas ha hecho que su recuperación de la recesión mundial sea mucho más lenta. Además, el BID argumenta que estos dos grupos de países están en dos ritmos de crecimiento diferentes, tal como se resume en el título del informe: "Una región, ¿dos velocidades?"

Los factores que contribuyen a estas "dos velocidades" se describen con gran detalle en el libro de Kevin P.
Gallagher y Roberto Porzecanski (2010) titulado: The Dragon in the Room: China and the Future of Latin
American Industrialization (El dragón en el cuarto: China y el futuro de la industrialización en América Latina),
el cual describe cómo las exportaciones latinoamericanas hacia China están concentradas en unos cuantos países y en un pequeño grupo de productos primarios. Los autores observan que los 10 principales productos primarios de exportación de América Latina a China representan el 91 por ciento de todos los productos primarios de exportación y el 74 por ciento del total de las exportaciones a China. Los 5 principales productos primarios representan el 75 por ciento de los productos primarios de exportación a China y el 60 por ciento del total de las exportaciones de América Latina a China. De esta lista de los 5 principales productos primarios (ver tabla 4), cuatro países encabezan la lista: Argentina, Brasil, Chile y Perú. De este modo, cuando se describe el auge de productos primarios de la región, existe un grupo de países que son considerados los "ganadores."

Para un país como México, que no es un exportador principal de productos primarios hacia China pero que sí
compite directamente con China por exportaciones manufacturadas, el cuadro es mucho menos prometedor.
Gallagher y Porzecanski estimaron la magnitud en que China es una amenaza competitiva para las
exportaciones latinoamericanas. Ellos consideraron a China como una amenaza directa dentro de un
determinado sector si sus exportaciones de productos manufacturados aumentan al mismo tiempo que las
exportaciones de un determinado país latinoamericano se reducen, y una amenaza parcial si las exportaciones de ambos países aumentan pero las de China aumentan a una mayor tasa. Utilizando datos del año 2007, los autores encontraron que China era una amenaza directa al 70 por ciento de las exportaciones manufacturadas de México y una amenaza parcial al 28 por ciento de sus exportaciones manufacturadas. En otras palabras, 98 por ciento de las exportaciones manufacturadas de México (las cuales representan el 73 por ciento del total de exportaciones de México) enfrentan una amenaza competitiva de China.

En contraposición, la amenaza competitiva con respecto a Brasil es menor (ver recuadro). Solo el 39 por ciento del total de las exportaciones brasileñas son productos manufacturados, y de aquellos, solo el 9 por ciento enfrenta una amenaza directa de China, con lo cual queda un 30 por ciento que enfrenta una Amenaza parcial. En términos generales, para América Latina y el Caribe, la competencia china representa una amenaza directa o parcial al 93 por ciento de las exportaciones manufacturadas. Cuando los productos
manufacturados se agrupan junto con los productos primarios, la competencia de China es una amenaza
para el 41 por ciento del total de las exportaciones.
[CENTER]
El desarrollo de una relación compleja

La demanda por productos primarios está manteniendo los precios elevados, trayendo beneficios para América Latina que se concentran en solamente seis países. Por otra parte, las fábricas latinoamericanas están luchando contra una competencia muy dura respecto a las exportaciones. Mientras que México es el país más afectado, el rápido aumento de productos manufacturados importados de China ha creado tensión en toda la región.

Sin duda alguna, la relación entre China y América Latina es compleja. Algunos países como Brasil, Chile, Perú y Argentina han observado un aumento vertiginoso de los ingresos por exportaciones los cuales contribuyen con altos niveles de crecimiento del PIB. Otros países, como México y los países centroamericanos, no se han beneficiados del comercio con China. De hecho, países que compiten con China en el campo de las exportaciones manufactureras enfrentan desafíos importantes. El gobierno de Brasil ha realizado un esfuerzo significativo para reducir los desequilibrios comerciales, pero es claro que muchas de las asimetrías están profundamente adheridas a las relaciones comerciales ya existentes. Probablemente, los amplios aspectos de la relación económica entre China y América Latina van a persistir en los años venideros.

Este artículo fue escrito por Stephen Kay, coordinador del Centro de las Américas del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, y Gustavo Canavire-Bacarreza, candidato a doctor en Economía por la Universidad Estatal de Georgia e investigador practicante en la Fed de Atlanta.

Recuadro

La relación entre Brasil y China

El comercio bilateral entre Brasil y China se disparó entre los años 2000 y 2010, pasando de US$2,000 millones a $56,200 millones en dicho período. China superó a Estados Unidos al convertirse en el más grande socio comercial de Brasil; además, en el año 2010, pasó a ser el mayor inversionista extranjero directo de Brasil con $17 mil millones luego de tener el puesto 29 justo un año antes. Si bien la demanda de China ha sido un factor clave en el resurgimiento de la economía brasileña, la relación entre Brasil y China también ha tenido su cuota de fricciones.

El aumento galopante en importaciones de China, que creció 61 por ciento entre los años 2009 y 2010, y 47 por ciento en los dos primeros meses del 2011, ha causado una alarma considerable entre los fabricantes brasileños y ha creado continuas tensiones entre los dos países. En 2010, el 84 por ciento de las xportaciones de Brasil a China fueron materias primas, entre las cuales el hierro, la soya y el crudo representaban tres cuartos de las exportaciones. Por otro lado, el 98 por ciento de las importaciones de China fueron productos manufacturados, encabezando la lista los televisores, pantallas LCD y teléfonos. La política cambiaria de China, que sirve para mantener subvaluada su moneda, combinada con la fortaleza de la moneda brasileña, el real, exacerbaron las presiones sobre los fabricantes brasileños. El fuerte impacto sobre las industrias textiles y de calzado ha llevado a la Confederación Nacional de Industrias a realizar advertencias sobre la desindustrialización en aquellos sectores.
Algunos sectores manufactureros han logrado tener éxito al pedir protección del gobierno, tal como sucedió en diciembre de 2010, cuando Brasil aumentó sus aranceles de importación aplicables a una lista de Juguetes, pasando de 20 a 35 por ciento. Brasil también ha iniciado una serie de investigaciones anti-dumping contra productos chinos.

Debido a que la actual relación entre Brasil y China es tal que Brasil exporta materias primas e importa
productos manufacturados, Brasil está buscando un mayor equilibrio. Brasil quiere vender, a China, productos con mayor valor agregado , y tomando en cuenta que noventa por ciento de la inversión directa extranjera se realiza en recursos naturales, esperan que las inversiones chinas vayan más allá de la simple extracción de recursos naturales.

La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su viaje a China en abril de 2011, firmó 22 acuerdos de cooperación entre los que se incluye el desarrollo conjunto de tecnología agrícola y biocombustibles, así como la investigación y desarrollo en nanotecnología, electricidad y petróleo. Por ejemplo, Petrobras, la compañía petrolera del Estado, está de acuerdo en trabajar con las compañías chinas Sinochem y Sinopec en tecnologías prospectivas en aguas profundas. (Leer el artículo "Los hallazgos de petróleo en Brasil traen nuevos desafíos" en la edición del primer trimestre 2011 de EconSouth). La compañía minera brasileña Vale recibió un préstamo del Banco Chino de Exportaciones - Importaciones por un valor de $1,230 millones para construir 19 enormes barcos de carga (apodados "monstruos marinos") para transportar el mineral de hierro. China también aceptó realizar una compra adicional de $1,200 millones en aviones brasileños de Embraer, y se comentaba que la compañía Foxconn, con sede en Taiwán, estaba considerando una inversión de cinco años en Brasil valorizada en $12 mil millones. Sin embargo, a pesar de estos acuerdos, y dada la demanda de China por materias primas brasileñas, y de la necesidad de Brasil por inversiones (sin mencionar lo atractivo de los bajos precios de los productos manufacturados importados de China), las relaciones comerciales entre Brasil y China probablemente no cambien muy pronto.

iadb. org/

PEDROELGRANDE
28-12-2013, 15:33:41
me imagino q gran parte de ese porcentaje son las minas de oro ,bauxita etc (y el petroleo) q el gobierno de maduro les entrego,,, asi cualquiera compra

El comercio estrecha vínculos entre China y América
Latina

Las relaciones comerciales entre China y los países de América Latina han prosperado en los últimos
años gracias a intereses económicos compartidos, trayendo múltiples beneficios para ambos . Pero, ¿de
qué manera afectarán las políticas comerciales y cambiarias, usualmente consideradas como una fuente
de fricción, al delicado equilibrio de intereses?

La economía de China ha crecido significativamente, aligual que su influencia económica en América Latina. La cantidad de productos que China importa de América Latina, principalmente productos Primarios(commodities), han aumentado rápidamente y han ejercido un profundo impacto en las economías de los países exportadores en la región. Asimismo, los productos chinos importados por América Latina han tenido un efecto impresionante, tanto en los consumidores como en los productores. En la actualidad, China es el mayor socio comercial de Brasil, el segundo mayor mercado exportador de Chile y el segundo mayor socio comercial de Perú. Los tres países han experimentado altos niveles de crecimiento económico en los últimos años.
En cambio, países que no son grandes exportadores de productos primarios hacia China, como México y los países de América Central, no han presentado los mismos niveles
de crecimiento.

China ha alcanzado vertiginosamente un promedio de 10.3 por ciento de crecimiento económico anual real desde el año 2000, y ahora es la segunda economía más grande del mundo en términos de Producto InternoBruto (PIB) al tipo de cambio oficial. Mientras en el año 2000, el comercio de China con América Latina llegó
a alcanzar los 12 mil millones de dólares estadounidenses, hacia el año 2009, había crecido hasta cerca de los 118 mil millones de dólares. El Economist Intelligence Unit estima que durante los próximos cinco años, el crecimiento del PIB real de China llegará a estar entre el 8 y 9 por ciento, logrando que la continua demanda
china sea un componente clave del crecimiento mundial y un importante mercado para las exportaciones de América Latina. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL) estima que para el año 2015, el comercio entre America Latina y China llegará a superar a la Unión Europea,
convirtiéndose en el segundo mayor mercado exportador de la región, detrás de Estados Unidos. Además, se estima que para el año 2020, China comprará cerca del 20 por ciento del total de las exportaciones.

La demanda de China por productos de exportación de América Latina tuvo un papel muy importante durante la crisis financiera internacional y la recesión mundial. A diferencia de las crisis anteriores, las economías de América Latina estaban en una posición fuerte cuando la recesión arremetió, con fundamentos macroeconómicos bastante sólidos (déficits fiscales y de cuentas corrientes bajos, y un mayor grado de flexibilidad del tipo de cambio), bajos niveles de deuda externa de corto plazo, y altos niveles de reservas internacionales. La demanda de China por productos primarios significó que las economías de exportación
gozaron de un aumento en volúmenes y altos precios por sus productos lo cual sirvió para blindar las economías de la region. No fue por coincidencia que los países de América Latina con los más altos niveles de exportación a China, incluyendo a Brasil, Chile, Perú y Argentina (ver tabla 1), fueron los países que se recuperaron más rápidamente de la recesión En los últimos años, los productos importados de China también aumentaron considerablemente, en especial por
parte de Brasil, México, Chile, Venezuela y Argentina, una rápida tasa de aumento que disminuyó solo debido a la crisis del año 2009 (ver tabla 2). Estos productos importados de China principalmente son bienes procesados o manufacturados (ver tabla 3). Además, China también está invirtiendo en proyectos de energía y minería en toda la región latinoamericana.

El avance de los bienes procesados Cuando se habla del comercio entre China y América Latina, la región tiene una clara ventaja comparativa con respecto a los productos primarios (materias primas y recursos utilizados en el proceso de manufactura), sin embargo existen otros factores que no permiten la diversificación del comercio y afectan su composicion .
China impone barreras comerciales, incluyendo aranceles relativamente altos e instrucciones a las empresas de propiedad del estado para que prioricen la compra de bienes nacionales. Las restricciones comerciales también tienden a aumentar con el grado de procesamiento y el valor agregado del bien comercializado. Por
ejemplo, Argentina entró en una disputa comercial con China cuando trató de exportar a ese país aceite de soya en lugar de soya en grano. Cuando el embarque fue considerado inaceptable debido a supuestas preocupaciones sanitarias, Argentina tuvo que ceder y volvió a enviar soya en grano. Finalmente, las políticas
cambiarias de China, que mantienen bajo el valor del yuan, sirven para aumentar el precio de las exportaciones de América Latina a China. Todas estas restricciones en conjunto hacen más complicados los esfuerzos para ampliar las exportaciones de bienes procesados y manufacturados.

El auge en las exportaciones basado en solo unos cuantos productos primarios tiene sus riesgos. Una contracción significativa en la economía de China tendría un impacto importante en el crecimiento en América Latina, ya que los flujos comerciales y de inversión disminuirían. Además, más allá del hecho de que el
incremento de las exportaciones basado en solo unos pocos productos primarios deje al país vulnerable a la volatilidad de precios, aquellos países que gozan de un auge en recursos naturales estarían vulnerables a la llamada "maldición de los recursos", conocida también como "enfermedad holandesa", que tiene el efecto de
desviar las inversiones de otras actividades económicas. (Encontrará una descripción detallada de la maldición de los recursos en el artículo "Los hallazgos de petróleo en Brasil traen nuevos desafíos" en la edición del primer trimestre 2011 de EconSouth). En resumen, los países latinoamericanos enfrentan un reto cuando se trata de diversificar la pequeña gama de productos que exportan actualmente a China.

Mientras que América Latina exporta sobre todo productos primarios a China, sus importaciones de China principalmente son productos procesados, que tienen más valor agregado y requieren de un mayor aporte de trabajo y capital. Muchas de las importaciones provenientes de China son maquinarias y productos eléctricos y manufacturados (ver tabla 3).
Esta asimetría comercial es una preocupación en América Latina ya que los productos primarios son finitos, su valor agregado es limitado, y su impacto potencial sobre el desarrollo a largo plazo podría ser limitado si los ingresos provenientes de estos recursos no son asignados adecuadamente.

El comercio entre América Latina y China: ¿una historia de dos regiones? Así como lo enfatiza un reciente informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los mercados emergentes son los líderes en recimiento mundial y representan el 75 por ciento del crecimiento de la demanda mundial, una cifra superior al 50 por ciento de años anteriores. Estos países, cuyas relaciones comerciales están concentradas donde el crecimiento es más sólido, sobre todo en Asia emergente, están cosechando los beneficios de precios altos por sus productos primarios y mayores entradas de capital. El BID llama a estos países "el grupo de Brasil", donde también incluye a países como Argentina, Chile y Perú. Paulo Sotero, director del Instituto Brasil del Centro Woodrow Wilson, resumió esta relación sin rodeos cuando declaró en un reportaje: "Probablemente, Brasil no sería hoy en día un mercado emergente ni un país emergente sin la relación comercial que tiene con China. Uno no puede llegar a entender el crecimiento económico de Brasil sin considerar su relación comercial con China."

En contraste con el "grupo de Brasil", el informe del BID agrupa a los países de América Central y el Caribe con México dentro del "grupo de México." Éstos son países que tienen una mayor relación comercial con Estados Unidos y otros países industrializados, los cuales generalmente tienden a ser importadores de productos primarios (las exportaciones de petróleo de México son consideradas una excepción). Su relación de dependencia con regiones de lento crecimiento en áreas como el comercio, el turismo, inversiones y remesas ha hecho que su recuperación de la recesión mundial sea mucho más lenta. Además, el BID argumenta que estos dos grupos de países están en dos ritmos de crecimiento diferentes, tal como se resume en el título del informe: "Una región, ¿dos velocidades?"

Los factores que contribuyen a estas "dos velocidades" se describen con gran detalle en el libro de Kevin P. Gallagher y Roberto Porzecanski (2010) titulado: The Dragon in the Room: China and the Future of Latin American Industrialization (El dragón en el cuarto: China y el futuro de la industrialización en América Latina),
el cual describe cómo las exportaciones latinoamericanas hacia China están concentradas en unos cuantos países y en un pequeño grupo de productos primarios. Los autores observan que los 10 principales productos primarios de exportación de América Latina a China representan el 91 por ciento de todos los productos primarios de exportación y el 74 por ciento del total de las exportaciones a China. Los 5 principales productos primarios representan el 75 por ciento de los productos primarios de exportación a China y el 60 por ciento del total de las exportaciones de América Latina a China. De esta lista de los 5 principales productos primarios (ver tabla 4), cuatro países encabezan la lista: Argentina, Brasil, Chile y Perú. De este modo, cuando se describe el auge de productos primarios de la región, existe un grupo de países que son considerados los "ganadores."

Para un país como México, que no es un exportador principal de productos primarios hacia China pero que sí compite directamente con China por exportaciones manufacturadas, el cuadro es mucho menos prometedor.
Gallagher y Porzecanski estimaron la magnitud en que China es una amenaza competitiva para las exportaciones latinoamericanas. Ellos consideraron a China como una amenaza directa dentro de un determinado sector si sus exportaciones de productos manufacturados aumentan al mismo tiempo que las
exportaciones de un determinado país latinoamericano se reducen, y una amenaza parcial si las exportaciones de ambos países aumentan pero las de China aumentan a una mayor tasa. Utilizando datos del año 2007, los autores encontraron que China era una amenaza directa al 70 por ciento de las exportaciones manufacturadas de México y una amenaza parcial al 28 por ciento de sus exportaciones manufacturadas. En otras palabras, 98 por ciento de las exportaciones manufacturadas de México (las cuales representan el 73 por ciento del total de exportaciones de México) enfrentan una amenaza competitiva de China.

En contraposición, la amenaza competitiva con respecto a Brasil es menor (ver recuadro). Solo el 39 por ciento del total de las exportaciones brasileñas son productos manufacturados, y de aquellos, solo el 9 por ciento enfrenta una amenaza directa de China, con lo cual queda un 30 por ciento que enfrenta una Amenaza parcial. En términos generales, para América Latina y el Caribe, la competencia china representa una amenaza directa o parcial al 93 por ciento de las exportaciones manufacturadas. Cuando los productos manufacturados se agrupan junto con los productos primarios, la competencia de China es una amenaza
para el 41 por ciento del total de las exportaciones.
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El desarrollo de una relación compleja

La demanda por productos primarios está manteniendo los precios elevados, trayendo beneficios para América Latina que se concentran en solamente seis países. Por otra parte, las fábricas latinoamericanas están luchando contra una competencia muy dura respecto a las exportaciones. Mientras que México es el país más afectado, el rápido aumento de productos manufacturados importados de China ha creado tensión en toda la región.

Sin duda alguna, la relación entre China y América Latina es compleja. Algunos países como Brasil, Chile, Perú y Argentina han observado un aumento vertiginoso de los ingresos por exportaciones los cuales contribuyen con altos niveles de crecimiento del PIB. Otros países, como México y los países centroamericanos, no se han beneficiados del comercio con China. De hecho, países que compiten con China en el campo de las exportaciones manufactureras enfrentan desafíos importantes. El gobierno de Brasil ha realizado un esfuerzo significativo para reducir los desequilibrios comerciales, pero es claro que muchas de las asimetrías están profundamente adheridas a las relaciones comerciales ya existentes. Probablemente, los amplios aspectos de la relación económica entre China y América Latina van a persistir en los años venideros.

Este artículo fue escrito por Stephen Kay, coordinador del Centro de las Américas del Banco de la Reserva Federal de Atlanta, y Gustavo Canavire-Bacarreza, candidato a doctor en Economía por la Universidad Estatal de Georgia e investigador practicante en la Fed de Atlanta.

Recuadro

La relación entre Brasil y China

El comercio bilateral entre Brasil y China se disparó entre los años 2000 y 2010, pasando de US$2,000 millones a $56,200 millones en dicho período. China superó a Estados Unidos al convertirse en el más grande socio comercial de Brasil; además, en el año 2010, pasó a ser el mayor inversionista extranjero directo de Brasil con $17 mil millones luego de tener el puesto 29 justo un año antes. Si bien la demanda de China ha sido un factor clave en el resurgimiento de la economía brasileña, la relación entre Brasil y China también ha tenido su cuota de fricciones.

El aumento galopante en importaciones de China, que creció 61 por ciento entre los años 2009 y 2010, y 47 por ciento en los dos primeros meses del 2011, ha causado una alarma considerable entre los fabricantes brasileños y ha creado continuas tensiones entre los dos países. En 2010, el 84 por ciento de las xportaciones de Brasil a China fueron materias primas, entre las cuales el hierro, la soya y el crudo representaban tres cuartos de las exportaciones. Por otro lado, el 98 por ciento de las importaciones de China fueron productos manufacturados, encabezando la lista los televisores, pantallas LCD y teléfonos. La política cambiaria de China, que sirve para mantener subvaluada su moneda, combinada con la fortaleza de la moneda brasileña, el real, exacerbaron las presiones sobre los fabricantes brasileños. El fuerte impacto sobre las industrias textiles y de calzado ha llevado a la Confederación Nacional de Industrias a realizar advertencias sobre la desindustrialización en aquellos sectores.
Algunos sectores manufactureros han logrado tener éxito al pedir protección del gobierno, tal como sucedió en diciembre de 2010, cuando Brasil aumentó sus aranceles de importación aplicables a una lista de Juguetes, pasando de 20 a 35 por ciento. Brasil también ha iniciado una serie de investigaciones anti-dumping contra productos chinos.

Debido a que la actual relación entre Brasil y China es tal que Brasil exporta materias primas e importa
productos manufacturados, Brasil está buscando un mayor equilibrio. Brasil quiere vender, a China, productos con mayor valor agregado , y tomando en cuenta que noventa por ciento de la inversión directa extranjera se realiza en recursos naturales, esperan que las inversiones chinas vayan más allá de la simple extracción de recursos naturales.

La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, en su viaje a China en abril de 2011, firmó 22 acuerdos de cooperación entre los que se incluye el desarrollo conjunto de tecnología agrícola y biocombustibles, así como la investigación y desarrollo en nanotecnología, electricidad y petróleo. Por ejemplo, Petrobras, la compañía petrolera del Estado, está de acuerdo en trabajar con las compañías chinas Sinochem y Sinopec en tecnologías prospectivas en aguas profundas. (Leer el artículo "Los hallazgos de petróleo en Brasil traen nuevos desafíos" en la edición del primer trimestre 2011 de EconSouth). La compañía minera brasileña Vale recibió un préstamo del Banco Chino de Exportaciones - Importaciones por un valor de $1,230 millones para construir 19 enormes barcos de carga (apodados "monstruos marinos") para transportar el mineral de hierro. China también aceptó realizar una compra adicional de $1,200 millones en aviones brasileños de Embraer, y se comentaba que la compañía Foxconn, con sede en Taiwán, estaba considerando una inversión de cinco años en Brasil valorizada en $12 mil millones. Sin embargo, a pesar de estos acuerdos, y dada la demanda de China por materias primas brasileñas, y de la necesidad de Brasil por inversiones (sin mencionar lo atractivo de los bajos precios de los productos manufacturados importados de China), las relaciones comerciales entre Brasil y China probablemente no cambien muy pronto.

iadb. org/

PEDROELGRANDE
28-12-2013, 15:44:44
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Según el Director de la División de Comercio Internacional e Integración de la CEPAL, Osvaldo Rosales, China ha logrado posicionarse como un socio comercial privilegiado para muchos países de la región. Por ello, aun cuando América Latina atraviesa un período difícil por causa de la crisis internacional, no debe descuidar su integración con el país que es hoy el principal motor de la economía mundial.

- América Latina y el Caribe ha visto caer su comercio con todas las regiones del mundo. ¿Ha caído también su comercio con China y el Asia-Pacífico?

El comercio de la región ha caído con todo el mundo. Pero con quien menos ha caído es con China, tanto a nivel de las exportaciones como las importaciones. Por eso China, a propósito de la crisis, ha elevado su presencia relativa como socio comercial de la región.

- ¿Cuáles son las razones por las que el volumen de comercio entre China y nuestra región no ha disminuido tanto como se preveía?

China lanzó un paquete de reactivación económica con un componente fiscal notable de 586 mil millones de dólares entre el último trimestre del 2008 y el año 2010. Además agregó un paquete crediticio monetario que es 4 veces esa magnitud. Así, el paquete chino en términos de porcentaje del PIB se transformó en el más importante a nivel mundial. Y eso ha permitido que pese a que las exportaciones de China al mundo estén cayendo en el primer semestre de 2009 en alrededor del 25% su economía esté creciendo en torno al 8%, gracias a una inversión doméstica por sobre el 30%.

Lo anterior significa más demanda de commodities (bienes básicos) que exporta nuestra región, como cobre, petróleo, entre otros minerales y metales, soja, y algunos alimentos, particularmente los que provienen de América del Sur.

- ¿Qué lugar ocupa China como socio comercial de la región?

Si se mide a nivel de países China sería el segundo socio comercial después de Estados Unidos. Ya es el principal mercado de destino para las exportaciones de Brasil y Chile. Y es el segundo para los envíos de Argentina, Perú, Costa Rica y Cuba. Y está en un lugar privilegiado para la mayoría de las economías de la región.

- ¿Cuál es el estado actual y las perspectivas de la inversión extranjera directa china en América Latina?

Esa es la contraparte que tendríamos que corregir. Tenemos un comercio bilateral muy activo pero un flujo de inversiones bilaterales bastante minúsculo respecto de la intensidad del comercio.

En los últimos dos años la inversión china ha venido creciendo a tasas importantes en la región en metales y minerales, y en países como Venezuela, Ecuador, Chile y Perú. Pero sigue siendo bastante marginal respecto de lo que la región recibe. Y al revés, la inversión que la región realiza en China podría calificarse como “anecdótica”.

- ¿En qué áreas productivas existen oportunidades para que América Latina y el Caribe incrementen su comercio y su flujo de inversión con China?

Allí hay un tremendo desafío para la estrategia de desarrollo de la región. Observamos que China se transforma en un mercado de privilegio para los países de la región. Por lo tanto, la buena noticia es que América Latina se está conectando bien con el motor de la economía mundial del siglo XXI.

La mala noticia es que lo estamos haciendo con una estructura exportadora del siglo XIX, porque sólo 2 ó 3 productos representan entre el 80 y 90% de las exportaciones a China. Es decir, estamos exportando a China con una estructura extremadamente concentrada en commodities con poca diversificación.

En otras palabras, estamos replicando la fase más pretérita de la relación centro-periferia, pues exportamos materias primas e importamos manufacturas.


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Para que esta relación sea mutuamente benéfica los esfuerzos de nuestros países debieran orientarse a diversificar la canasta exportadora hacia China y el mercado asiático. También, intentar participar en la cadena de valor que se va estructurando en torno al mercado chino y eso significa atreverse a invertir en el exterior y en particular en el Asia-Pacífico. En relación a los sectores, creo que todos están abiertos y se encuentran disponibles para ello.

- ¿Hay otras modificaciones más de fondo que debieran hacer las economías latinoamericanas para aprovechar mejor las oportunidades con China?

Un camino que permitiría mejorar sustantivamente la relación comercial con China y el resto del Asia-Pacífico es avanzar seriamente hacia un mercado regional más integrado, con normas comunes, con convergencia en las políticas fundamentales y con estabilidad jurídica. Eso permitiría no sólo atraer inversión, sino también ampliar la escala de los negocios. Así se generarían espacios para sinergias productivas, comerciales, tecnológicas entre nosotros mismos, y entre nuestros empresarios y el empresariado asiático.