iOS 7, un antes y un después en la historia de Apple durante 2013

[Ayudante De Santa]

[HOMER.]

El 2013 ha sido un año de renovación en Apple, un punto de partida con el que la compañía ha vuelto a empezar, siendo el mayor protagonista todo esto iOS 7, el nuevo sistema operativo móvil de la compañía.

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Dentro de un tiempo, cuando echemos la vista atrás podremos afirmar con certeza que el 2013 ha sido el año de iOS 7 para Apple. Más allá del nuevo Mac Pro, los nuevos iPads, OS X Mavericks, el iPhones 5s o el salto de la compañía al mercado lower-cost con el iPhone 5s, la nueva versión del sistema operativo móvil ha marcado un antes y un después, un punto de inflexión que sin duda es el próximo paso para el futuro de la compañía y ha llegado para asentar las bases sobre las que construir lo nuevo que tiene que llegar.


iOS 7: punto de inflexión

Si hace cuatro meses nos hubieran dicho que iOS 7 iba a suponer un cambio estético tan radical respecto a iOS 6 la mayoría no lo hubiera creído. Y no, no estoy hablando de los iconos. A pesar de que su diseño está totalmente cambiado, la esencia del sistema sigue siendo la misma: funciona igual, la interacción dispositivo-usuario sigue siendo igual, y la curva de aprendizaje de la mayoría de las nuevas funcionalidades es bastante sencilla. Por tanto, en este sentido, apenas ha supuesto un paso hacia delante; pero no nos equivoquemos, iOS 7 lleva implícito en su ADN algo más que un cambio estético.



Y eso es precisamente lo que convierte a iOS 7 en el punto de inflexión de Apple. Cuando hablamos de iOS 7 no hablamos solo de un mero cambio estético, puesto que el salto de iOS 6 a iOS 7 ha supuesto un buen número de nuevas características en el sistema, y desde luego las más importantes son aquellas que el usuario no percibe a simple vista.
En este sentido, si comparamos la evolución de las versiones del sistema operativo móvil anteriores a iOS 7 nos damos cuenta de cómo la evolución ha sido muy limitada desde los inicios. Poco a poco se han ido introduciendo cambios, tanto estéticos como funcionales, y la mayoría por las necesidades del mercado y por las peticiones de los usuarios -algo bastante raro en Apple-, sin que realmente puedan catalogarse cada una como un gran salto respecto de la versión anterior. En cambio, con iOS 7 esta continuidad entendida desde el punto de vista estético y funcional se ha roto.
De la continuidad estética a la ruptura bien ejecutada

Decíamos que a pesar del punto de vista rupturista estético que ha supuesto iOS 7, nuestra forma de trabajar con el sistema sigue intacta. Pero ahora es más agil: pequeños detalles como el centro de notificaciones o la previsualización de las aplicaciones en segundo plano, que hasta ahora eran un simple icono en la parte inferior, nos permiten trabajar con más soltura. Y si a esto le sumamos los cambios en muchas de las APIs del sistema, que son los desarrolladores los que las aprovechan, nos encontramos ante un ruptura de lo conocido.
Y es esa ruptura la que ha marcado el antes y después. Hasta ahora, si algo caracterizaba a Apple es mantener una tendencia previsible en casi todos sus dispositivos y con iOS 7 eso se ha roto. Pero se ha roto para marcar una nueva línea de continuidad que seguirán las próximas revisiones del sistema operativo móvil de la compañía, ya que si algo está claro es que iOS 7 es el nuevo lienzo sobre el que Apple va a comenzar a trabajar, hasta que dentro de otras 5,6 o 7 generaciones volvamos a ver esa ruptura. Un cambio que sin duda también lo vamos a ver en OS X en los próximos años para empezar de nuevo con un planteamiento similar al que hemos visto con iOS 7

Creo que plantear el debate entre iOS 6 e iOS 7 es algo fútil, más que nada por que iOS 6 es la suma de lo anterior. De la evolución de un sistema operativo que ha servido de inspiración para otros operadores del mercado.
En cambio iOS 7 es algo nuevo: el salto evolutivo necesario para que Apple pueda continuar innovando con su sistema operativo y para que los usuarios sigan preguntándose qué llegará luego. Y siendo sinceros era algo que se había perdido con iOS 6: su tarea la desempeñaba correctamente, pero seguía siendo lo mismo, desde el punto de vista del usuario, de lo que era iOS 3, 4 y 5.
Por eso el cambio era más que necesario, y 2013 ha sido el año que ha traído ese cambio, el año de iOS 7 y el punto de partida del futuro de un sistema operativo que aún tiene mucho recorrido. Con iOS 7, Apple ha vuelto a empezar con la experiencia adquirida, poniendo lo que faltaba y eliminando lo que sobraba. Y quizás volver a empezar es la mejor forma de seguir adelante.