La dimensión del problema Ordoñez (Con video)

[Ayudante De Santa]

[PEDROELGRANDE]

Ordoñez Y Borges



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Noticias Uno informó este domingo 31 de marzo de 2013 que “Los impedimentos de magistrados de la Corte Suprema para conocer los procesos disciplinarios del procurador Alejandro Ordóñez baten todos los récords, en cada uno de los 76 casos que han llegado a ese tribunal ha habido un carrusel de traslados de los expedientes”.

Aunque haya sido la Corte Suprema de Justicia la que haya acordado su postulación, a pesar que le abrió una investigación preliminar a Ordoñez por el caso de Yidis Medina - archivada curiosamente en octubre del año pasado -, es necesario citar las palabras de la valiente defensora de los derechos de las mujeres Mónica Roa: “Creo que hay un par de cosas sospechosas en la Corte Suprema: hay que mirar con cuidado quiénes votaron y quiénes son los familiares de los magistrados que trabajan en la Procuraduría. Había 51 quejas disciplinarias contra Ordóñez en ese tribunal y ninguna resultó en sanción. Es muy importante que el debate continúe con quienes seguimos creyendo que la reelección del procurador atenta contra el Estado Social de Derecho, los derechos humanos y la institucionalidad” .

Pero efectivamente el señor Ordoñez fue reelegido por el Senado de la República el pasado 27 de noviembre de 2012 por 80 votos de la U, Cambio Radical, Liberal, Conservador, Verdes y el PIN.

La dimensión del problema Ordoñez


Un señor que ha sido capaz de quemar libros en Bucaramanga - como lo revelaron varios medios de comunicación – tiene un grave problema con la civilización y la civilidad – ni siquiera y exclusivamente con el modelo capitalista, donde algo se ha hablado de ilustración, de racionalidad, e incluso de derechos.

Jorge Luís Borges, por ejemplo nos recordada en el prólogo de un voluminoso diccionario Grijalbo de 1985: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros; hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mi se refiere soy incapaz de imaginar un mundo sin libros. A lo largo de la historia el hombre ha soñado y forjado un sin fin de instrumentos. Ha creado la llave, una barrita de metal que permite que alguien penetre en un vasto palacio. Ha creado la espada y el arado, prolongaciones del brazo del hombre que los usa. Ha creado el telescopio, que le ha permitido indagar el alto firmamento. Ha creado el libro, que es una extensión secular de su imaginación y de su memoria”.

Entonces, cabría aquí la sana y lúcida sugerencia de un amigo nuestro: colocar un pequeño templo al frente de la Procuraduría con la imagen grandota del sacerdote colombiano Camilo Torres Restrepo. Aunque de pronto, el cínico Procurador maquina en el Vaticano, se alía con el nuevo Papa argentino, propone una nueva Encíclica y excomulgan al recordado sacerdote caído por los pobres del mundo entero en Patio Cemento – Santander, tras combates con tropas de la Quinta Brigada de Bucaramanga, dirigida por el Coronel Álvaro Valencia Tovar.

Reelección y profecía autocumplida



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Según el artículo 173º de la Constitución Política de 1991 numeral 7º, al Procurador le corresponde, entre otras funciones, “proteger los derechos humanos y asegurar su efectividad”, “defender los intereses de la sociedad”, o “ejercer vigilancia superior de la conducta oficial de quienes desempeñan funciones públicas, inclusive las de elección popular; ejercer preferentemente el poder disciplinario; adelantar las investigaciones correspondientes, e imponer las respectivas sanciones conforme a la ley”.

La situación excepcional del actual Procurador, pone disyuntivas que no debería atravesar el país, advertidas por el profesor Uprimny: “la reelección de cualquier jefe de un organismo de control, como la Procuraduría, la Defensoría o la Contraloría, es negativa, pues erosiona la propia función de control, por cuanto estos funcionarios son elegidos por otros funcionarios, que los primeros deben controlar”, o “un procurador que pretende ser reelegido y busca los apoyos de aquellos funcionarios que debe controlar pierde, en el mejor de los casos, toda apariencia de imparcialidad” .

Y citado por el propio profesor Uprimny, el Artículo 126º de la Constitución Política: “Los servidores públicos no podrán nombrar como empleados a personas con las cuales tengan parentesco hasta el cuarto grado de consanguinidad, segundo de afinidad, primero civil, o con quienes estén ligados por matrimonio o unión permanente. Tampoco podrán designar a personas vinculadas por los mismos lazos con servidores públicos competentes para intervenir en su designación…”. (cursivas fuera de texto).

Pero el señor Ordoñez afirmó - a propósito de su reelección y de la relación con políticos y miembros de las Altas Cortes -: “También les recibo perfiles a los políticos, no voy a decir que no, y eso no lo hace el procurador Ordóñez, el sistema está diseñado así. Entonces, así como recibo esos perfiles, los someto a estrictos procesos, los entrevisto, analizo hojas de vida, se vinculan, se desvinculan, son buenos funcionarios, son malos, son corruptos, no son corruptos” . Claro está, no recibirá las hojas de vida de las miles de mujeres que han muerto por prohibirles el aborto en los casos permitidos por la Constitución.

Es que la aceptación implícita de un tráfico de influencias o de intercambio de favores con la Unidad Nacional, le resta de plano toda legitimidad a la desagradable presencia y reelección del mencionado funcionario.

Locomotora moralizante pero sin moral



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Este es el extraño caso – si se podría decir así - donde coinciden la reprimarización de la economía colombiana con la de la moral. La realidad es que el señor Ordoñez ha sido formado en el espíritu católico de la Constitución Política de 1886 y no en la de 1991. Ya son varios los señalamientos y críticas sobre la ruptura que ha hecho de la separación entre Iglesia y Estado, su perfil de extremista religioso, “católico fundamentalista” dentro de un Estado laico. Y que, por ejemplo, ha utilizado el edificio de la Procuraduría de uso público propio de un Estado laico, para celebrar misas conmemorativas en actos oficiales.

Con ese (re) sentimiento, el Procurador Ordoñez no reconoce ni respeta lo que en letra de muchas organizaciones sociales y feministas, equivale a “la autonomía en la decisión sobre derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, golpea a los defensores del aborto como libre opción de la mujer, a los de la eutanasia, a los de la despenalización de la dosis personal, entre otros” .

El señor Ordoñez antepone el juicio moral, al juicio en Derecho frente a los fenómenos y expresiones incompatibles con el dogmatismo religioso predicado por un funcionario de tan alto nivel. Inclusive, ha objetado e incumplido las órdenes emanadas de las sentencias de la Corte Constitucional en los tres casos avalados por esta sobre el aborto. También se le ha denunciado por haber “tergiversado el contenido de dos textos de la Organización Mundial de la Salud y conminar así al entonces Ministerio de Protección Social a no incluir el misoprostol (la llamada píldora del día después) dentro del Plan Obligatorio de Salud por ser un abortivo, cuando éste, se encuentra dentro de la Lista Modelo de Medicamentos de dicha organización y es un anticonceptivo” . Falsedad ideológica e incumplimiento de órdenes constitucionales, es otro de los antecedentes que pueden deslegitimar su actual reelección.

Y su actuación política

El actual Procurador no es la mejor presentación de un funcionario público en ese cargo para un proceso de paz, del cual se ha mostrado delicadamente “escéptico”, cuando el acompañamiento del Ministerio Público es fundamental en este proceso. En todo caso, tiene toda la potestad – por lo menos simbólica – para boicotearlo, especialmente sobre los funcionarios que están cumpliendo alguna misión o labor dentro de este, o sobre las eventuales medidas y acuerdos derivados de cualquier negociación. En otras palabras, un riesgo para la paz en Colombia.

Y finalmente, un riesgo para los gobernantes, parlamentarios, partidos y candidatos con tintes de izquierda, laicos y con amor hacia la lectura y los libros…Preguntémosle a los santandereanos…y a Borges, o a Cortázar.



Por Héctor Salazar

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Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de PEDROELGRANDE . Un aspecto muy importante que se olvida para tener en cuenta y mantener en mente es que los temas se traen para sano debate y no para irremediables diferencias. Saludos.
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