El gran misterio del libro de Pastrana [Archivo]

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01-12-2013, 08:39:09

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El jueves pasado se desató una verdadera tormenta por cuenta del lanzamiento del libro 'Memorias olvidadas', del expresidente Andrés Pastrana, quien reveló detalles desconocidos de su secuestro a manos de Pablo Escobar, del proceso 8.000 y de las negociaciones de paz que su gobierno adelantó con las

FARC en la zona de despeje de la zona del Caguán entre 1998 y el 2002.

Allí contó la forma como llegaron a su poder los conocidos narcocasetes en los que se registraba la conversación entre los jefes del cartel de Cali, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela, y el periodista Alberto Giraldo, en la que acordaron el ingreso de miles de millones de pesos a la campaña presidencial de Ernesto Samper en 1994.

El expresidente reveló en el libro que el entonces presidente Cesar Gaviria estuvo enterado de la existencia de esos casetes y que prefirió el silencio para que el país no se enterara de esa financiación. Eso despertó la ira de Gaviria quien no dudó en responder a esos señalamientos.

Sin embargo, en medio del rifirrafe entre los presidentes, hay un capítulo que pasó desapercibido y que Pastrana en su libro llamó "la prueba reina". Se trata de una carta que le enviaron, siendo presidente, los hermanos Miguel y Gilberto Rodríguez Orejuela, el 12 de junio de 2000, desde la cárcel. Era, ni más ni menos, una prueba que durante años todo el mundo buscó.

El emisario fue Santiago Rojas, médico personal del expresidente, quien tenía un programa social en las cárceles y ocasionalmente se veía con los Rodríguez. En esa carta, que Pastrana revela 13 años después, los Rodríguez por primera vez reconocen haber entregado dinero a la campaña presidencial de Samper y dicen que no fue “a sus espaldas” como siempre dijo el expresidente.

“Si bien es cierto que en algún momento de nuestras vidas cometimos el error de contribuirle al señor doctor Ernesto Samper Pizano y a sus inmediatos colaboradores, con el dinero para su campaña presidencial, NO fue a sus espaldas ni mucho menos a espaldas de los directivos de sus campaña como lo pregonan en la plazas públicas. Solo lo hicimos con el deseo de que un gobierno liberal, en cabeza de los doctores Ernesto Samper y Horacio Serpa, llevara al país a mejores rumbos”, dice la misiva.

En ella los Rodríguez hablan de un “prudente silencio” sobre la financiación del cartel a esa campaña con el ánimo de desarmar los espíritus ya que en esa época recibían todo tipo de improperios y señalamientos, por parte de quienes habían recibido esa contribución.

Pastrana asegura en su libro que esa carta no la reveló durante su mandato por considerar que en su condición de presidente estaba en una posición de ventaja frente a Samper y, además, “creí que debía esperar a que la justicia avanzara, cosa que no sucedió”.

Quienes ahora conocen la carta se preguntan si no era una obligación de Pastrana dar a conocer esa misiva a la justicia. En segundo lugar, se preguntan por qué la guardó durante 13 años siendo que él fue el principal damnificado de la financiación del cartel de Cali a la campaña de Samper. Era la oportunidad de oro de que Colombia y el mundo supieran la confesión de los Rodríguez de quienes se creía guardarían ese secreto hasta el final de sus vidas
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