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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Encolombia cantan las motosierrasCon las canciones de Iglesias torturaban a los enemigos de Pinochet


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
PEDROELGRANDE
17-09-2013, 19:23:00
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Хулио Иглесиас
Foto: EPA
Las canciones de Julio Iglesias no solo pueden deleitar, sino también causar sufrimientos insoportables. De ello se han convencido los opositores chilenos que fueron torturados durante el Gobierno de Pinochet, privándolos del sueño y obligándolos a escuchar a todo volumen la dulce voz del cantante español.
Lamentablemente, semejantes métodos de tormento no han caído en el olvido junto con el régimen del dictador chileno. Además, los aplican aquellos que pretenden ser los principales defensores de los derechos humanos.
Las canciones de Julio Iglesias y del exbeatle George Harrison, así como la banda sonora de la película La naranja mecánica de Stanley Kubrick eran utilizadas en tiempos de Pinochet para torturar a los presos políticos. Hacían escuchar esta música a todo volumen y durante muchas horas consecutivas a los enemigos del régimen para quebrantar su voluntad. Esto lo comunicó en sus investigaciones, con ocasión del 40 aniversario del golpe de Estado en Chile, la doctora de la Universidad de Manchester, Katia Chornik. Los principios sobre los que se basa la tortura con música fueron relatados a La Voz de Rusia por la jefa de la cátedra de Psicología Criminal de la Universidad de Pedagogía y Psicología de Moscú, Serguéi Yenikólopov:
—Nuestro oído está estructurado de tal manera que las diversas frecuencias influyen en él de diferente manera. Hay frecuencias que producen un gran molestia. En segundo lugar, el sonido fuerte, el alto nivel de los decibelios es, en primer lugar, un estrés para el oído y también para el cerebro. Y, en tercer lugar, el ritmo de la música puede ser asimismo insoportable. Estos tres métodos de influencia sobre el cerebro humano y, a través de él en la psique, se utilizan con frecuencia durante las torturas.
Puede parecer que la elección de obras de Julio Iglesias y George Harrison como instrumento de tortura es bastante extraño. Ambos cantantes de ninguna manera son asociados con la violencia y sus canciones son agradables para cualquier oído. Pero precisamente estos intérpretes fueron escogidos con mala intención, explica Serguéi Yenikólopov:
—Con mucha frecuencia, y así actuaban no solo los chilenos, sino también, por ejemplo, los argentinos, se ponía esa música para que el cautivo sienta la sensación de la pérdida de algo muy bueno, romántico, lírico. Al obligar a la persona a escuchar esa música, le recuerdan que él ya está arrestado y que la buena vida nunca más volverá.
Al parecer métodos como la tortura con música debían haber quedado en el pasado junto con los odiosos líderes de los regímenes autoritarios. Los norteamericanos hasta el día de hoy siguen utilizando la música para aplastar la voluntad de sus enemigos. Sabido es que durante los ataques en la campaña afgana, ellos conectaban a todo volumen rock duro para aturdir a los talibanes, que nunca habían escuchado algo semejante. Los servicios secretos norteamericanos torturaban a los terroristas capturados no solo con rock, sino también con rap. Incluso se confeccionó una lista de éxitos musicales con los que atormentaban a los cautivos de las cárceles de Abu Ghraib y Guantánamo. Esa lista incluía los éxitos de los grupos AC/DC, Aerosmith, Marilyn Manson, Metallica, de los raperos Dr. Dre y Eminem, y asimismo de los intérpretes pop Britney Spears y Christina Aguilera. Todo esto poco tiene que ver con la idea de la lucha por los derechos humanos, sostiene el director del Centro de Investigaciones Relativas del Instituto ruso de Economía Mundial y Relaciones Internacionales, Nikita Zagladin:
—En territorio de EEUU se observan determinadas normas con respecto a los derechos de los presos. Por eso disponen de esas cárceles fuera de su territorio. En EEUU por la aplicación de torturas se puede instruir un sumario. Pero, fuera del territorio de ese país, por ejemplo, en Guantánamo o en las cárceles secretas de Europa del Este, se pueden aplicar esos métodos al margen de la legislación estadounidense.
Cabe agregar que a algunos músicos les gusta que su obra sea instrumento de tortura. Por ejemplo, el baterista del grupo Deicide, Steve Asheim, declaró que los terroristas apresados “no son niñas de la escuela dominical” y, por tanto, deben saber soportar con firmeza la influencia de la música fuerte. Tal postura es más bien una excepción. La mayoría de los músicos se manifiestan en contra de la tortura con música. Por ejemplo, el líder del grupo Metallica, James Hetfield, al principio había bromeado diciendo que él y sus compañeros a los largo de muchos años atormentaban con su música a los familiares y amigos, y porqué no atormentar ahora a los iraquíes. Pero, más tarde, Metallica exigió al Pentágono no conectar música durante los interrogatorios.
mj/as/er