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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Mató a su víctima con balas falsas


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
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11-09-2013, 09:38:37
http://cdn.lapatilla.com/imagenes.lapatilla/site/wp-content/uploads/2013/09/IMG_0000227242_W_00600.jpgFoto cortesía Notitarde

Cuando los agentes del Cicpc llegaron a la casa situada en El Trigal, al norte de Valencia, estado Carabobo, vieron el cadáver del señor Dagoberto, el propietario, en el centro de la sala rodeado por un torbellino de objetos que formaban parte del mobiliario en su patético caos.
No había sangre; el cuerpo de Dagoberto no estaba golpeado, no tenía heridas de bala, ni de puñal, ni tampoco signos de estrangulamiento. Ni siquiera su ropa se veía arrugada, como para decir que había forcejeado con su verdugo, si es que lo había.
Pero la expresión, que era más bien un rictus de pánico como cincelado en sus labios y el pálido marmóreo de su rostro, sugería que se había enfrentado a un peligro mortal que terminó quitándole la vida.
A pesar de todo eso, los vecinos de la víctima insistían en que habían escuchado detonaciones de arma de fuego dentro de la casa y que vieron salir corriendo “como loco” a un sujeto no identificado por la parte delantera del inmueble. Por eso habían llamado a la Policía.
Carlos y Mario, agentes especiales de la Policía Científica para casos raros, fueron llamados a la escena del crimen y colectaron algunos indicios y evidencias de interés criminalístico antes de permitir el traslado del cadáver a la morgue de Valencia. El forense dijo con el tono de quien no admite idioteces: “este hombre murió por un ataque fulminante al corazón. Muerte natural”.
El misterioso efecto nocebo
Los detectives no lo contradijeron para no hacerle montar en cólera, pero ya tenían el caso resuelto. Explicaron a los jefes que el sujeto que los vecinos vieron salir de la quinta era conocido por el ridículo apodo de “El Mouse”, porque era un adicto a las computadoras, pero también un peligroso delincuente con un pliego romano de antecedentes en su haber, que incluía hasta robo de loncheras.
Dijeron que no hizo falta esforzarse mucho buscando el ADN en cabellos u otros elementos biológicos del asesino en la escena del crimen, pues el rostro del muy idiota estaba grabado con total nitidez por las cámaras de seguridad de la vivienda.
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