PDA

Ver la Versión Completa Con Imagenes : Gay colombiano cuenta cómo fue golpeado en metro de Nueva York


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
PEDROELGRANDE
09-05-2013, 20:50:59
http://thumbnails108.imagebam.com/25368/949563253678879.jpg (http://www.imagebam.com/image/949563253678879)

http://thumbnails104.imagebam.com/25368/ca36b4253678984.jpg (http://www.imagebam.com/image/ca36b4253678984)
Ricardo Salazar, quien fue agredido en el metro de Nueva York.Foto: Ricardo Salazar



Un afroamericano lo golpeó sin razón alguna el 30 de abril pasado en la madrugada.

Es una semana de sol y cielos azules. La ciudad vibra en las vísperas de esa estación, que millones esperan por meses. Los árboles cambian su look desnudo por los colores palpitantes de las flores que los envuelven. En las calles la gente ha cambiado los abrigos oscuros del invierno por intensos tonos primaverales y ya no hay que decir "buenas noches" a las 5 de la tarde. La cúpula metálica del edificio Chrysler ahora refleja los últimos rayos del sol, casi a las 8 pm. Las mesas de los bares y restaurantes se toman de nuevo los andenes. Es Nueva York en su carrera hacia el verano, despidiendo sus aires de ciudad gótica para ser hogar de millones de sonrisas.
Pero, tan a pesar de la vibrante primavera, hay una sonrisa que esta semana vacila antes de dibujarse en el rostro. Mi sonrisa no se abre hoy con la misma soltura que una semana atrás. Atacado por mil preguntas que se desvanecen en la duda, la única pregunta que persiste como un martillo en obra es: " ¿Dónde está el amor?"
Una sutura de ocho puntos atraviesa mi ceja izquierda casi de un extremo a otro, sobre un ojo que tímidamente comienza a abrirse rodeado de un hematoma de varios púrpuras. Me duele la quijada, me duelen las costillas, me duele la espalda pero sobre todo ...me duele el alma.
Es la semana de mi cumpleaños, del cumpleaños de mi papá, del aniversario de bodas del amor de mis viejos y la semana en que los neoyorquinos han cantado primavera. Oficialmente, la estación había empezado más de un mes atrás, pero ni las temperaturas ni los cielos grises parecían verificarlo con mucha eficacia.
Con el vigor al que empuja la nueva estación y tantas razones para celebrar, me aventuro al safari urbano. Me acompaña un amigo y nuestro capricho de la noche es encontrar un karaoke. En la ciudad que nunca duerme, lunes da casi lo mismo que viernes para efectos de opciones. El ánimo de la gente está en ascenso por la ansiedad que produce la llegada del verano. Los bares exhiben una decente multitud y los tragos se sirven como si fuera fin de semana.
Entramos a un bar en 4West y la séptima avenida y no sentamos al costado de la mesa de billar frente a la barra y justo en frente de un pequeño escenario donde presumimos que el karaoke tendrá lugar pero, después del primer trago, indagamos con el bartender que nos explica que tenemos que esperar hasta el martes si queremos "karaoke night" . Empecinados con una noche de micrófono abierto, dejamos el bar de Downtown para continuar la búsqueda. Los celulares nos dicen que hay un bar en Midtown y, decididos, caminamos hacia la estación del tren para conquistar nuestro objetivo. Lunes, medianoche, y la plataforma; atiborrada de gente. Subimos a un tren que va local y al llegar a la estación de la calle 14, vemos un tren expreso al frente y corremos para entrar antes de que se cierren las puertas. Hacía meses no veía un tren tan lleno en una noche de lunes.
Era como si, durante todo el invierno, la gente hubiera estado esperando ese día para celebrar la vida.
Aparte de eso, nada es muy diferente a cualquier otra noche en Nueva York. Gente de todos los colores, modas de todas las tendencias, tres o cuatro idiomas mezclados con los sonidos del tren; grupos de amigos, parejas, solitarios, ancianos, jóvenes, algunos que terminan un largo día de trabajo, otros que empiezan una noche de luces en la ciudad.
Ante la ausencia de asientos disponibles, viajamos de pie. Mi amigo, recostado contra la barra del centro escuchando la música de su Ipod, y yo, casi en la puerta, esperando nuestra estación para bajar.
Era, de hecho, un vagón bastante calmado. Cualquier persona que haya estado en Nueva York sabe que, especialmente durante la noche, es bastante probable encontrar un grupo de freestylers haciendopiruetas y contorsiones saltando por todo el tren, ver una anciana de 70 años cantando La Cucaracha, mientras mastica chicle como una pre-púber o escuchar las palabras apocalípticas de algún sujeto que predica la cercanía del fin del mundo.
En mi espera se me acerca un hombre y me pregunta por mi amigo:
"Está disfrutando bastante la música, ¿no?", dice él.
"Sí, tenemos muchas razones para celebrar esta noche", respondo.
Nada del hombre me llamó particularmente la atención como su mirada. 1,71 de estatura tal vez , piel negra, camisa abotonada hasta el cuello, pantalones de prenses. Pero sus ojos no correspondían al lenguaje de su cuerpo.
Cuando traté de llamar la atención de mi amigo, el hombre me toma de la chaqueta y me dice, levantando la voz: "Your friend´s a faggot, isn´t he?". Quise pensar que no había malicia en su pregunta y lo ignoré. Entonces me haló de nuevo y me dijo: "¿Y usted? Usted es maricón también, ¿verdad?".
Más incómodo con el tono en que lo dijo que con la pregunta en cuestión, le contesté sin vacilar: "Sí, los dos somos "maricones". No hay nada de especial en eso, ¿verdad?".
Mis palabras fueron como lanzar chorros de petróleo en una fogata. El hombre, con los ojos casi desbordándose de su cara, empezó a gritar sin detenerse:
"Maricones. Deberían morir todos y cada uno. Nadie quiere a los maricones. No es un secreto para el mundo que nadie los quiere aquí. Deberían morirse todos".
Un poco perplejo ante el calibre de sus palabras, esperaba ingenuamente la reacción de alguien en el tren pero, indiferentes quizás, o de pronto tan abrumados como yo, todos permanecieron petrificados.
Mi boca necesitaba hablar. "Sus palabras no tienen sentido", le dije. "Estamos en Nueva York y es el año 2013".
A lo que casi instintivamente el hombre respondió gritando, mientras me empujaba al piso: "MARICONES!"
Rápidamente me repuse y me levanté . El hombre no paraba de repetir las mismas palabras, una vez detrás de otra, como si quisiera grabarlas en los oídos de cada una de las personas que, desconcertadas, miraban o ignoraban la escena.
En ese momento caminé hacia el hombre y mi amigo trató de detenerme y hacerme caminar hacia el otro lado del tren. Cuando mi cuerpo giró por el tirón de mi amigo, el hombre dejó venir su rabia sobre mí y su puño se encontró con mi ojo. Entonces me tapé la cara, para protegerme, y sentí la sangre bañando mis manos.
Ya la calma se había perdido. Una voz en el sótano de mi mente me decía que estuviera tranquilo y buscara ayuda, pero la voz de mi instinto de supervivencia me empujaba hacia él.
Cuando la sangre estaba en el piso del tren, y era evidente que la proporción de los hechos había desbordado la normalidad, el hombre empezó a correr hacia la parte trasera y yo emprendí la carrera a su caza.
Ni la adrenalina ni la incapacidad de ver por un sólo ojo en ese momento, me permiten recordar mucho del entorno. Perdí conciencia de mi amigo, y las personas del tren pasaban por mi vista como flashes. Cruzamos al siguiente vagón, donde la escena carecía de contexto.
La puerta trasera del vagón se abre, un hombre cruza corriendo y, detrás de él, a su caza, un sujeto con sangre en la ropa, la cara y las manos. Cualquier desprevenido habría buscado cámaras y un equipo de producción filmando una película de acción, pero pocas veces la realidad se había sentido tan real para mí.
Los parlantes del tren se activaron y la velocidad se redujo.
En el delirio de la persecución, todo lo que pasaba a mi alrededor era "background".
Cuando cruzábamos de un vagón a otro el hombre se tiró a un lado y se agarró del costado del tren como para lanzarse a la vía férrea. Cada trozo de segundo parecía una vida entera. De repente, la locura se detuvo. la puerta detrás de mí se abrió de nuevo y alguien, desde adentro, me sujetó hacia el interior del tren.
Las puertas del tren estaban abiertas y afuera esperaban policías y paramédicos.
En ese momento toda la energía que me acompañó en la carrera se derrumbó y tuve la sensación de despertar de una pesadilla de esas de las que uno se levanta sudando y desorientado.
Preguntas de rutina, ambulancia, hospital.
Nunca la aguja de una jeringa había entrado tan fácil en mi cuerpo como en ese momento. Todas mis nociones de realidad parecían haberse desvanecido. Ni siquiera mi piel sintió la anestesia, y mucho menos, los ocho puntos que suturaron la herida en mi ojo.
Lo que había empezado como una celebración se había convertido en una pesadilla.
Hoy celebro la vida, pero desdeño la intolerancia.
La homofobia no puede seguir escondiéndose tras la fachada de religiones o ideologías. El respeto a la vida del otro y sus decisiones, en tanto no lastimen a nadie, es absolutamente necesario.
Un voto en el Congreso contra políticas como el matrimonio igualitario esconde más intolerancia de la que está dispuesta a admitir.
La historia que hoy comparto con usted no tuvo lugar en una villa de África en la época del Apartheid. Ocurrió en una de las ciudades más diversas del mundo, ante los ojos de decenas de personas, en un año en que el mundo entero ha virado sus ojos hacia la desigualdad y discriminación basados en orientación sexual.
No es activismo mi bandera. Comprensión y respeto no deberían ser dos palabras por las que nadie tenga que luchar en la antesala de un Congreso.
Tengo grabada en mi mente la mirada de ese hombre mientras nos insultaba repetidamente y a gritos. No recuerdo haber visto nunca antes, tanto ODIO en un par de ojos. Y luego, en cuestión de horas solamente, el desmesurado AMOR y apoyo que recibí de todos mis amigos y mi familia. Los dos me despiertan trémulos sentimientos que no han dejado de aflorar segundo tras segundo desde esa noche. Pero es el amor el que hoy escojo abrazar. El odio se los dejo a los que abandonaron su alma.
RICARDO SALAZAR

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
INDIVIDUAL
09-05-2013, 21:15:57
Por marica

LoboCarrasco
09-05-2013, 21:26:00
pero como va a ser eso? en 1 pais del primer mundo? donde hay igualdad y al que tanto nos debemos paracer segun nenedeti?....