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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Los misiles rusos volverán a los ferrocarriles


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
PEDROELGRANDE
26-04-2013, 22:56:26
http://thumbnails103.imagebam.com/25113/242463251126183.jpg (http://www.imagebam.com/image/242463251126183)
Foto:rg.ru
Rusia procedió a desarrollar sistemas de misiles emplazados en ferrocarril (SMEF), parecidos a los que tenían las Tropas de Misiles Estratégicos de la URSS/Rusia entre 1987 y 2005.
Los SMEF fueron retirados de los arsenales a tenor con las cláusulas del Tratado START-2, suscrito por Rusia y EEUU en 1993. Rusia abandonó este documento en 2002 en respuesta a la retirada de EEUU del Tratado de Defensa Antibalística de 1972. Expertos comentan las ventajas y perspectivas de los SMEF.
Movilidad como factor de protección
Los primeros misiles soviéticos intercontinental es R-7 que sirvieron de referencia para desarrollar toda una famosa familia de vehículos impulsores, se lanzaban desde plazas a cielo abierto. Las deficiencias eran evidentes: cualquier casco de metralla o simplemente la onda de choque generada por una explosión cercana de una bomba, podían causar un fuerte daño al misil. Una carga nuclear, en caso de explotar incluso a una distancia de varios kilómetros, podía poner fuera de servicio la rampa de lanzamiento.
Los misiles balísticos intercontinental es de la generación siguiente ya se colocaban en silos, de los que eran elevados y lanzados desde la superficie. Y, por fin, a mediados de los años 60 los lanzadores pasaron a instalarse en silos. Los misiles eran protegidos por una gruesa envoltura (varios metros) de hormigón armado y decenas de centímetros de coraza.
Suspendidos en los contenedores en el espacio interior de los silos, los misiles podían soportar los efectos de una cercana explosión nuclear y asestar un golpe de represalia.
Ello no obstante, la creciente precisión de impacto de los armamentos tanto nucleares como convencionales obligó a emplazar nuevamente los misiles en la superficie de la Tierra, pero esta vez empleando lanzadores móviles.
En los años 70, la URSS empezó a desplegar lanzadores móviles emplazados sobre el terreno (LMET), y en la siguiente década, los SMEF. La ventaja de los LMET consistía en que podían desplegarse de hecho en cualesquiera condiciones del terreno. La ventaja de los SMEF era su alta movilidad, pues en un día podían cubrir 1.500 kilómetros, cuando menos. Ambos sistemas eran difíciles de localizar. Los remolcadores de los LMET, por supuesto, eran perfectamente inidentificables, pero las enormes extensiones y unas condiciones meteorológicas de Rusia (una considerable parte del territorio está constantemente cubierta por nubes) y un estrecho campo visual de los satélites espía dejaban pocas oportunidades para detectarlos. Tampoco era fácil identificar los SMEF, instalados en plataformas tipo, en toda la maraña del entramado ferroviario.
A tenor con el Tratado START-2, suscrito en 1993, Rusia debía desmantelar los SMEF. En 2002, en respuesta a la retirada de EEUU del Tratado de Defensa Antibalística de 1972, Rusia abandonó el Tratado START-2, pero ya era prácticamente imposible detener el proceso de desmantelamiento . La situación se vio agravada, además, por la procedencia ucraniana del misil SS-24 Scalpel. En resumidas cuentas, hacia el 2005, los SMEF fueron definitivamente retirados del servicio operacional.
Antigua concepción con misil nuevo
A finales de los 2000, cuando las FF.AA. de Rusia recibieron el misil RS-24 Yars, la cúpula militar planteó recuperar los SMEF.
Con su masa de despegue de cuarenta y cuico toneladas, Yars se presta mucho mejor al emplazamiento ferroviario que los Scalpel cuya masa de despegue es de cien toneladas. Una buena solución podría ser el emplazar en plataforma ferroviaria el sistema Avangard, dotado, según la información disponible, de la versión terrestre del misil Bulava, originariamente diseñado para ser lanzado desde submarinos, cuyo peso y dimensiones son inferiores frente a los del Yars.
Un moderno tren portamisiles (dotado de 3 ó 4 misiles) podría llegar a ser un eficaz componente del escudo nuclear ruso y una eficaz herramienta para superar la defensa antimisiles, ya que de hecho es imposible adivinar el punto de lanzamiento de misiles móviles.
ach/lj