La quinta columna de la Yihad en Europa

[Ayudante De Santa]

[PEDROELGRANDE]

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Foto: EPA
La policía belga comenzó la eliminación de una red de centros de reclutamiento para las bandas de rebeldes sirios. Los reclutadores operan en toda la UE y los islamistas mercenarios, una vez que regresan de la guerra, resultan útiles para ser empleados en la propia Europa.
La policía detuvo en Antwerpen, Vilvoorde y Bruselas, ya en el primer día de la operación, a más de una veintena de sospechosos de participar en organizaciones extremistas. Entre ellos, Fouad Belkacem, uno de los cabecillas de la agrupación islamista Sharía para Bélgica, reveló un portavoz de la Policía Federal del reino. Esa agrupación, entre otras similares, se ocupaba entusiastamente del reclutamiento y envío a Siria de jóvenes europeos para engrosar las filas de los rebeldes islamistas. Según datos policiales, del lado de la oposición combaten ya en Siria unos ochocientos súbditos del reino belga.
Bélgica dista de ser el primer país europeo donde sus autoridades se han inquietado por el reclutamiento de sus ciudadanos para destacamentos de la oposición siria. En Siria, contra las tropas regulares combate un centenar de voluntarios británicos, de cincuenta a cien ciudadanos de Francia. Según datos dispersos, y bastante aproximados, de la policía de una serie de países europeos, en la guerra contra Bashar Asad se han sumado unos cuantos centenares de ciudadanos de la UE.
El Ministerio del Interior de Gran Bretaña, a raíz de un quehacer tan insano, por darle algún nombre, redobló el control de las personas que vuelan del país con destino a Siria. Las autoridades de Francia, de Bélgica y de otros países intentan seguir la pista de la situación. Los organismos policiales europeos están intranquilos, naturalmente, no porque sus compatriotas puedan causar algún daño a Bashar Asad. Resulta que, todos esos voluntarios, aunque portan pasaportes europeos, en su inmensa mayoría son oriundos de países de Oriente Próximo, del Norte de África y de Asia Central. A los europeos nativos, que por ahora mantienen aún en sus manos las riendas de la gestión del Viejo Mundo, les atemoriza seriamente la perspectiva del retorno de la guerra de los islamistas mercenarios. Pues, ¿en qué se van a ocupar en casa esos “soldados de la fortuna”? Y es que, esos jóvenes, preferentemente, aparte de combatir a infieles no han logrado aprender nada útil, además de que no han sentido nunca tal deseo. Regresarán no a las universidades, sino ya como héroes a las innumerables comunidades musulmanas.
En este medio se ha formado una estructura bastante precisa de células y agrupaciones extremistas, explicaba a nuestra emisora Lev Korolkov, experto en crisis y veterano del Servicio de Espionaje y Contraespionaje de la Federación de Rusia:
—Se trata de una red muy bien organizada y fogueada como mínimo, a lo largo de la última década, con sus centros de reclutamiento, ubicados en lugares de concentración del alistamiento en el continente. Me refiero a las diásporas gigantescas de oriundos de países islámicos asentadas en Europa. El área fundamental de su residencia está en los Países Bajos y Bélgica, en mayor grado; Suecia, en grado menor. Noruega en un nivel menor aún, es decir, allí donde se han creado las condiciones más favorables para los denominados refugiados mártires. Allí existe la categoría de la joven población que vive justamente de los subsidios sociales. Para ellos existe poco trabajo, razón por la que en su inmensa mayoría sea mano de obra no cualificada.
Pero, lo principal es que existe la base material para el alistamiento de nuevos combatientes islamistas, o sea, financiamiento. Lev Koroklov no tiene la menor duda de que el reclutamiento de los guerreros del islam es financiado, fundamentalmente, por países del golfo Pérsico. Estos países envían dinero para el reclutamiento de voluntarios, por ejemplo, para la oposición siria, con un objetivo principal. A saber, se aseguran un determinado contingente de mercenarios en caso de que un día tengan que enfrentar hechos desagradables. Porque, por razones históricas objetivas, está llegando el ocaso para esas monarquías.
De regreso de la guerra, los mercenarios que pasaron una magnífica escuela de campaña, y empapados por el espíritu de la guerra santa, constituyen un excelente material de consumo, dispuesto para su empleo. Son personas que traspasaron los umbrales de la moral, del miedo, armados impecablemente, desde su punto de vista, con la ideología del asesinato en aras de un objetivo superior. Los que están acostumbrados a matar regularmente tienen dificultad para deshabituarse de ello.
Lo más terrible es que crece el número de tales veteranos, así como de materia prima, de los que no se han integrado en las tradiciones europeas y que no desean adaptarse. Lev Korolkov asegura que Europa ha llegado a un límite peligroso. Cuando este continente alcance la masa crítica, que amenace el orden europeo existente, la catástrofe étnica en Europa será inevitable.
La política exterior de la UE ha estado, en los últimos años, provocando la amenaza del terrorismo interno en Europa. A ello contribuye, sobre todo, la intromisión enérgica de la UE en los procesos en Oriente Próximo, en el Norte de África y en Asia Central, considera Dmitri Danilov, jefe del Departamento de Seguridad Europea del Instituto de Europa de la Academia Nacional de Ciencias.
—En este contexto, es del todo comprensible que la amenaza terrorista no solo no decrezca, sino que aumente. Y cuantos más Estados europeos sean arrastrados a la lucha contra el terrorismo internacional, no solo más allá de Europa, sino también dentro de sus países, mucho mayor será el peligro de los ataques terroristas. Yo no vincularía la actividad militar directa de los países europeos en el mundo árabe al crecimiento inmediato de la amenaza terrorista. Aunque existe un vínculo lógico de tal naturaleza. Los europeos intentaron en un comienzo, por todos los medios, presentar el asunto de tal manera que se tratara de terrorismo internacional. Sin embargo, muy pronto quedó claro que era imposible diferenciar el terrorismo internacional y el interno. El terrorismo internacional es tal porque no se detiene ante las fronteras. Esta es una amenaza ramificada que, geográficamente, resulta bastante compleja determinar.
Es posible discutir sobre la magnitud de la amenaza del terrorismo interno y sobre la escala real de la islamización de Europa Occidental pero, a día de hoy, nadie ha expuesto de una manera tan nítida la rutina y profundidad de estos fenómenos como el periodista televisivo de Israel Tzevi Yehezkeli, en el documental Alá Islam. Presentándose como palestino, los episodios más elocuentes los filmó en Suecia, Bélgica y Gran Bretaña. En la ciudad sueca de Malmö se filma una mezquita en la que se proclama, con todas sus letras, la guerra santa. Y sus paredes están marcadas con llamamientos a una guerra implacable contra los infieles. En el hogar de una familia de musulmanes del lugar, a la pregunta del periodista: "¿Qué sueñas llegar a ser?", el adolescente, hijo de una inmigrante, respondió sin inmutarse: "Mi sueño es la Yihad, la guerra santa".
En Bruselas, uno de los miembros de la organización Sharía para Bélgica promete que, cuando se establezcan allí las leyes de la Sharía, los belgas tendrán primero que reducirse mucho más y, en un cierto momento, en general, marcharse del país. “Nunca nos vamos a detener. No nos asusta la cárcel y ni siquiera la muerte, porque estamos dispuestos a morir como shahides”, confiesa ante la cámara otro militante de una célula belga.
El jeque Andjim Hudari, líder de los islamistas en Londres, reconoce que para ellos el 11 de septiembre fue como el inicio del renacimiento: después de aquel acto terrorista, todos los musulmanes en el mundo volvieron a sus raíces y comenzaron a ahondar en el estudio correcto del Corán. En el centro islámico ubicado en la localidad de Luton, un joven musulmán declara solemnemente: “El Islam está ahora en todas partes. ¡Trabajamos las veinticuatro horas del día en la creación del califato mundial. Y venceremos!”.
Tzevi Hejezkeli explica en el documental que la mayoría de los personajes más agresivos de la cinta son exponentes de la cuarta generación de inmigrantes musulmanes. La que dice tajantemente ¡NO! a la civilización occidental y se prepara para la guerra santa. Esta generación es una bomba instalada en Europa, resume el autor. O una “quinta columna” de la Yihad Islámica, aunque la terminología no cambie el vínculo de causa y efecto de lo que ocurre actualmente y, posiblemente, en un futuro no muy lejano.
sb/as/sm