Nuevas pruebas de la existencia de la llamada materia oscura

[Ayudante De Santa]

[PEDROELGRANDE]

Tomarle el pulso a la materia oscura
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Los científicos han obtenido nuevas pruebas de la existencia de la llamada materia oscura. Teóricamente, esta sustancia misteriosa ocupa el 80 % de nuestro universo y hace el papel de “esqueleto” que “sujeta” la materia común como las estrellas y las galaxias.
Los científicos llegaron a estas conclusiones optimistas, tras estudiar los resultados del trabajo del Espectrómetro Magnético Alpha (EMA). Este equipo fue instalado en la Estación Espacial Internacional (EEI) en 2011. Fue fijado a su superficie exterior y por sus dimensiones se asemeja a un ómnibus de siete toneladas. Su función consiste en captar y analizar las partículas procedentes desde las profundidades del cosmos.
La materia oscura debe su nombre, justamente, a que no es posible observarla con medición alguna, pero incide en los campos gravitacionales. Solo puede percibirse indirectamente: los rayos de luz procedentes de las galaxias lejanas se distorsionan producto de estos campos gravitacionales al atravesar sus concentraciones. Es por ello que los astrónomos observan una imagen deformada de estas galaxias. Las partículas de materia oscura, según los científicos, colman todo el universo y atraviesan sin dificultad cualquier objeto: el planeta, los seres humanos, las estrellas. Pero, ¿cómo pueden ser observados por un equipo a bordo de la EEI?
Según los físicos, las partículas se reúnen paulatinamente alrededor de las estrellas. Cuando las cantidades y la temperatura son muy elevadas reaccionan entre sí generando micropexplosiones y fisiones nucleares. Como resultado, surge el par de partículas elementales: el electrón y su antipartícula, el positrón. Este resulta especialmente interesante, porque es precisamente el tipo de partícula observado por el EMA. El académico Nikolái Kárdashev, jefe del Centro Astrocósmico del Instituto de Física de la Academia de Ciencias de la Federación Rusa, nos comenta:
−Los resultados mostraron la presencia de una gran cantidad de positrones. Esto podría indicar la existencia de un determinado tipo de materia oscura. Por otro lado, las explosiones de las supernovas que forman estrellas de neutrones y púlsares pueden constituir también una fuente de positrones.
Para no confundir los positrones, generados con partículas procedentes de las estrellas de neutrones y púlsares, es necesario ubicar la fuente. El EMA no puede realizar esta tarea, porque tiene un ángulo ancho de captura de partículas, nos explica el jefe del departamento de Astrofísica del Centro Astrocósmico del Instituto de Física de la Academia de Ciencias de la Federación Rusa, Vladímir Lukash:
−Se pueden fabricar detectores, basados en otro principio, capaces de determinar la dirección. Voltear el detector y comprender de dónde proceden las partículas. Y luego hallar la fuente. Si se halla en el centro de una galaxia, la hipótesis de la materia oscura tendrá una confirmación adicional. De lo contrario, esto demostrará inequívocamente que la fuente de estas partículas son los púlsares y no la materia oscura.
La gran cantidad de datos obtenidos por la EEI serán estudiados por los físicos durante varios meses. Si se distribuyen las partículas capturadas en dependencia de la energía, o sea, por el espectro, algunas particularidades de este pueden mostrarnos la “firma” por la que se reconoce la materia oscura. Es cierto también que son muchas las hipótesis que pretenden explicar en qué consiste la materia oscura. Supuestamente, existen hasta determinados tipos de materia oscura que no generan positrones. Por ello, la discusión en torno a los resultados del EMA tomará buen tiempo todavía.
Mientras, los científicos continúan a la espera de nuevos datos procedentes de este equipo científico, quizás el más caro del mundo. Su fabricación requirió dos millardos de dólares, con la participación de cincuenta y seis equipos científicos de dieciséis países, incluyendo a Rusia. El EMA estará a bordo de la EEI hasta 2020. Sus creadores no ponen en duda que los descubrimientos más sorprendentes aún están por llegar.
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