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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Heráclito
07-01-2013, 18:19:42
Aunque ya pasó la época de Navidad, digamos que éste cuento casa muy bien en estos días de enero porque su tema, además, no es exclusivo de los días decembrinos. Paro aquí cualquier otro comentario para no tirarme el cuento :)

Cuento de Navidad

Por: GABRIEL SILVA LUJÁN | 8:28 p.m. | 06 de Enero del 2013

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/gabrielsilvalujn/IMAGEN/IMAGEN-12324762-1.jpg
Gabriel Silva Luján

Un divertimento que encontré por ahí, con el ánimo de no hablar hoy de tribulaciones, debates o pendencias, ya que la semana entrante nos atropellará a todos la dura realidad.

* * * *
Conocí a un hombre que componía canciones por encargo. Ejercía su profesión de músico a sueldo con dignidad y dedicación. Por las mañanas se vestía como alto ejecutivo, les daba un beso en la frente a Alba, su esposa, y a sus tres hijas.

Ninguna de ellas conocía realmente dónde laboraba el hombre o exactamente qué era lo que hacía. No había necesidad de averiguar demasiado. El tipo cumplía puntualmente con la obligación de llevar el pan a la casa.

En los últimos años las cosas se habían puesto más difíciles. Regalar canciones de amor pasó de moda. Sus clientes envejecían y con la edad iban perdiendo el apetito por la conquista. Las canciones que le encargaban eran cada vez más tristes y nostálgicas.

El momento de mayor angustia para el músico era cuando se acercaba la Navidad. Desde octubre empezaba la tortura sobre cómo iba a llegar con algún regalo en Nochebuena.

Mientras que para el comercio convencional las fiestas decembrinas son el paraíso terrenal, para un compositor por encargo es la peor época. La música no se puede dejar bajo el árbol y los amantes furtivos -importante cantera de clientes- se aconductan por estas fechas para acomodar sus remordimientos.

Con la Natividad en el horizonte llegaban el mal humor, el desespero, los ruegos al Señor para que este año sí le hiciera un milagro que le aliviara la vergüenza de llegar a casa con las manos vacías. Y de pronto algo cambió. Parecía que efectivamente en esta ocasión Dios sí se iba a apiadar de él.

Esa mañana apareció un cliente nuevo. Un hombre, cercano a los sesenta, llegó jovial y enardecido exigiendo una composición al mismo tiempo apasionada y romántica. Humberto le dio gusto, pero no le prestó demasiada atención. ¡Cuántas veces su clientela no se inventaba un amor para mantener la dignidad!

Pero este hombre -un caballero de medios- empezó a venir casi a diario a pedir más y más canciones, sonetos, composiciones. Aquí ya no estábamos ante el hombre que se consuela con una canción para apoyarse en un levante fugaz. En su mirada y, sobre todo, en el ardor creciente de la temática de sus solicitudes se hizo evidente que esto no era flor de un día.

El músico se puso feliz por el cliente y, ante todo, por él mismo. Con el entusiasmo en ascenso del enamorado otoñal aumentaban su generosidad y, por ende, los encargos y las propinas. Todo indicaba que si su cliente mantenía viva esa pasión llegaría a Navidad con más que suficiente para los regalos y de pronto hasta para un pavo y algo de vino espumoso.

Agradecido por el milagro, le rezaba al Señor para que avivara ese amor que le había cambiado a los dos la vida. Salía de su casa con una sonrisa en los labios, aunque no dejaba de sentir un vacío en la boca del estómago pensando que su cliente sufriera un desengaño o se cansara de su reciente conquista. Cuando a media mañana lo veía cruzar la calle con ese ímpetu que delata a los enamorados, le volvía el alma al cuerpo.

Por fin llegó la Navidad con sus alegrías. Humberto, cargado de paquetes, con pavo y espumoso vino, entró como un héroe a su casa. Preguntó a sus hijas por Alba, y le dijeron que se estaba arreglando para la tradicional cena. Subió con el orgullo que le da al hombre saberse proveedor. Ella estaba en la ducha tarareando. Humberto reconoció la música. Era la melodía de la última composición que le había entregado a su cliente.

Gabriel Silva Luján

Fuente: El Tiempo

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
►Shep◄
08-01-2013, 08:00:35
Un golpe muy bravo. Pero eso pasa por descuidar a la pareja. Y eso es en parte por culpa del señor, debido a que cuando llegan las obligaciones (mantener la familia) la gran mayoria de las veces la persona a la cual le prestamos menos atencón es a aquella de la cual nos enamoramos. y las responsabilidades como jefe de familia le ganan la partida al amor.

Le quedo debiendo la repu viejo Heráclito. Muy bueno :thumbleft:.