Martha Mariño, la primera colombiana que correrá un Dakar [Archivo]

PEDROELGRANDE

30-12-2012, 15:34:28

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El 'buggy' con el que participará la dupla colombiana tiene modificaciones grandes de fábrica. Foto: Archivo particular

El 5 de enero arranca desde Perú una nueva versión de la prueba máxima del todoterreno en el mundo.

Ser la primera colombiana que correrá un rally Dakar –la prueba más difícil del mundo después del ascenso al Everest– es un asunto que rápidamente pierde vigencia cuando se conversa con Martha Mariño.
Su afición por las armas de competencia, su pasión por el buceo (es instructora y ha certificado casi a toda su familia), su habilidad para el baloncesto, que practicó en la Liga de Bogotá y que le valió una beca en Estados Unidos, o su carrera como alta ejecutiva de una multinacional inglesa que fabrica anestesia parecen robarle, por momentos, el protagonismo al tema.
Sin embargo, estar en la largada de este rally, lista para enfrentarse a los cordones de dunas en la versión número 35 de la competencia –la quinta en tierras suramericanas–, es el sueño más grande que ha tenido esta médica bogotana de 50 años. Es, quizá, una ilusión solo superada por la de llegar a la meta y completar una carrera infernal, que solo terminan el 40 por ciento de los competidores.
Se ha preparado muy duro, en un nivel casi obsesivo, durante los últimos tres años. Sus vecinos de La Calera, donde vivió con su hijo –de 11 años– hasta hace unos meses, antes de radicarse en Brasil por cuestiones de trabajo, se acostumbraron a escucharla salir a entrenar a la 1 o 2 de la mañana a bordo de su cuatrimoto.
“Mientras el niño duerme, yo salgo y piloteo hasta que amanece. Por la trocha, he ido hasta Villa de Leyva en algo más de seis horas”, dice con una alegría infinita, como si estuviera hablando de la plenitud.
Su afición le cuesta mensualmente unos cinco millones de pesos en gasolina y repuestos, según dice. Y nunca para: “No he dejado de practicar ni un solo momento. A veces, incluso, me tengo que llevar a Alejandro (su hijo) en la silla de atrás de la moto. A él no le gusta mucho, pero igual me acompaña”, cuenta.
Y no es una exageración. Desde que tomó la decisión, a mediados del 2010, de llegar al Dakar (ha asistido otras dos veces, pero solo de forma recreativa), no ha hecho otra cosa en sus horas no laborales que prepararse. Desde entonces, dice enfática, absolutamente todos los fines de semana se ha dedicado a pilotear alguna de sus máquinas –el buggy, la moto o la cuatrimoto– y ya ha cosechado triunfos, como el tercer lugar en el rally-raid Baja Orinoquia, el evento más importante de todoterreno en Colombia y donde también fue la primera mujer en participar. No en vano la patrocinan, entre otras empresas, Mobil Uno, la misma firma que representa a Kimi Räikkönen.
Eso, y muchos años de competición de enduro (motociclismo en campo abierto), le valieron a los organizadores del Dakar para aceptarla como uno de los 10 competidores que este año hacen parte de la delegación colombiana en diversas categorías. “Aprendí a manejar a los 11 años, en un Renault 4 de mi papá. Como íbamos mucho a los Llanos, yo aprovechaba para manejar a campo traviesa”, dice, entusiasmada al hablar de su niñez. Eran los días en que ‘sobornaba’ a los empleados de la finca de su abuelo para que le dejaran conducir el tractor.
El riesgo y la competición
Cuando la charla amenaza con volverse seria, apaga un poco su voz: “Sé que soy una mujer diferente. No sé cocinar y los oficios domésticos no son lo mío. Lo mío, definitivamente, es el riesgo y la competición”, dice esta mujer a la que le costó acostumbrarse a no lavarse el pelo durante días por las competencias y quien perdió la cuenta de todas las veces que se ha fracturado los brazos y las piernas o lesionado las muñecas y los tobillos.
Al otro lado del teléfono, desde Río de Janeiro, Martha se oye cálida y entusiasta, como si nunca hubiese fracasado, pese a sus dos divorcios.
“Desde que tengo uso de razón me han gustado las competencias de riesgo y, en particular, los deportes de motor. Primero competí en motos, luego pasé a las cuatrimotos y desde hace tres años lo hago en UTV (buggys). Siempre soñé con participar en el París-Dakar y, cuando supe que esta prueba se trasladó a Suramérica, me propuse asistir”, sentencia.
Y es que el Dakar no se trata solamente de velocidad. Hay que tener pericia y fortaleza. Son catorce días de competencia (arranca el 5 de enero) por Perú, Argentina y Chile, a lo largo de 8.570 kilómetros. Martha asegura estar preparada para todo. Dice que es capaz de no comer durante cuatro días, no bañarse durante una semana o arreglar cualquier avería de su vehículo, al que conoce de memoria. “Lo único que no puedo es cambiar el motor. De resto, puedo arreglar casi cualquier cosa”.
Martha Mariño y su copiloto, Carlos Bustamante, también colombiano, conforman el equipo Team Nextel Huawei by Can-Am, el más grande de Suramérica en UTV –una categoría de autos anexada el año pasado a la competencia y que agrupa vehículos 4x4 modificados y livianos, como cuatrimotos y vehículos tipo buggy.
Además de la preparación física, Martha se entrena mentalmente. Ha estudiado las colinas de arenas movedizas y el desierto con la rigurosidad de un relojero, y está segura de que hará un buen papel.
“Claro que tengo miedo, siempre lo tengo. Pero eso es un buen indicador. Eso es lo que me gusta hacer. Enfrentarlo y derribarlo”, confiesa.
ANDRÉS ROSALES
Redacción Domingo