El efecto del Madrid sobre el Atlético

[Ayudante De Santa]

[metromadrid]

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Me lo decía tras el partido un atlético decepcionado: "Veintiún mil aficionados por la mañana y ni un tiro a puerta por la tarde". El segundo dato no era exacto, hubo cuatro (sólo uno de ellos peligroso, conjurado por Casillas), pero expresa muy bien la decepción. Es relevante un dato: hasta ahora, el Atlético salía a catorce remates por partido, en el Bernabéu bajó a cuatro. Salía a veintisiete centros al área por partido, en el Bernabéu bajó de la mitad de eso. Una vez más, se afligió. Bastó la mano tonta de Arda seguida del fenomenal tiro libre de Cristiano para que el Atlético se viniera abajo.

El recorrido de Simeone ha sido magnífico. Del Atlético que encontró al que ha edificado, casi con lo mismo (o con menos, se ha ido Diego) hay una distancia. Pero lo del sábado fue una decepción mayúscula. El carácter duro de ese equipo que ha ido sacando partidos difíciles en cualquier campo se redujo en el Bernabéu a la pendencia constante de Diego Costa, que se las tuvo él solo con Pepe, Xabi y Ramos. Lo demás fue desconfianza para subir, leña suelta y un continuo ir a menos según avanzaba el partido. No fue el equipo del Cholo, fue otra vez el equipo desmedrado de un año antes.

Es el efecto del Madrid sobre el Atlético. Y viceversa. El efecto del Atlético sobre el Madrid es beneficioso. Cristiano, que llevaba tres partidos sin marcar, hecho absolutamente excepcional en él, reencontró en el partido las mejores sensaciones. En noches así me parece que está por encima de cualquiera, por el poderío de su fútbol y por su capacidad de influencia en el juego y en la moral de todos, no sólo en el marcador. Estamos ante un Cristiano cada día mejor, en trabajo, en colocación, en solidaridad... Y tan imponente como siempre cara a puerta. Conviene recordarlo porque es de justicia.

artículo de ALFREDO RELAÑO - EL PAIS

[Ayudante De Santa]

[Heráclito]

Varias cosas para destacar. Lo primero, el complejo de inferioridad. El mismo que le impidió al Real Madrid, en varios partidos, imponerse al Barça. Es ese estado mental del jugar a no perder. Se entra a la canchas con miedo, miedo a la historia, miedo al resultado, miedo a decepcionar, en suma, miedo al partido.

Dijo Falcao antes del partido que el clásico no tensionaba sino motivaba. Quizás por él, pero lo que se vio en la cancha fue otra cosa. Crispación de nervios, incluso también por parte del Madrid que entró a la cancha golpeado por los últimos resultados, y por ello, salvo el estupendo gol de Cristiano, cada quien se dedicó a parar al rival a punta de faltas, volviendo el partido espeso, imposible de digerir.

Hay que reconocer también que el Atlético tuvo dos bajas sensibles que quizás no hubieran cambiado el resultado, pero al menos se habría visto otro Atlético. Filipe Luis no estuvo en la banda izquierda y dejó sin salida a los colchoneros por allí. Tampoco el "cebolla" Rodríguez, un guerrero de la cancha, uno de esos gladiadores que se necesitan en partidos como éste.

Y tener a Cristiano enfrente privó al Atlético de otra de sus armas, las proyecciones de Juanfran que debió quedarse agazapado por la izquierda en su imposible tarea de frenar al luso, mientras Arda naufragaba en el medio campo, entre faltas de lado y lado, incapaz de ordenar el juego y crear opciones adelante,al tiempo que un solitario Falcao, marcado al centímetro por Ramos, no tuvo cómo desplegar su juego. Apenas se vio a un minino tratando de escaparse de la jauría madridista.

En este partido el Atlético mostró lo que realmente es, el tercer equipo de España, un adelanto significativo para él mismo, pero le falta mucho para acercarse a los dos dueños de la Liga y si bien es segundo, sin desconocerle los méritos propios, el lugar es prestado pues también ayudaron los tropiezos del Madrid. Al final de temporada, su calidad le va a alcanzar para quedar tercero y cumplir con su meta para esta temporada, regresar a la Champion.