Negret, pionero, visionario y figura de la plástica latinoamericana [Archivo]

PEDROELGRANDE

14-10-2012, 21:49:36

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El maestro Edgar Negret, en su casa de la Capital.Foto: EL TIEMPO / Carlos Julio Martínez

El artista payanés falleció el jueves en la noche, a los 92 años, en Bogotá.

Con la muerte de Édgar Negret termina una era en el arte latinoamericano de grandes logros y contribuciones al desarrollo de la escultura moderna. Su obra patentiza en todos sus períodos una clara sintonía con el acontecer plástico y social de su tiempo, por lo que sus aportes a la historia del arte no solo fueron innovadores en su momento, sino que siguen siendo fuente de reflexión para los artistas que han decidido expresarse tridimensionalmente.
Sus trabajos iniciales, su obra formativa, incluyó desnudos en lápiz, sanguina y carboncillo que indican un inmediato dominio de la anatomía, así como una línea al tiempo simple y descriptiva, que hablaba desde entonces de un innato sentido de las proporciones y de una serena sensibilidad.
Ejecutó así mismo algunas acuarelas de orientación naturalista, y realizó sus primeros trabajos tridimensionales, entre los cuales -aparte de algunos retratos- figuran piezas religiosas que revelan la influencia del entorno de su infancia, es decir, de Popayán, su ciudad natal, donde una inclinación barroca, pero comedida, atemperada -como habrá de reconocerse también en buena parte de las obras posteriores de Negret- es la principal característica de su herencia colonial.
La escultura ya madura de Negret se apoya en la idea de que la nobleza de los materiales se encuentra en el talento e imaginación de quien los utiliza, así como en la convicción de que el arte es un concepto, no una manualidad, y de que, por lo tanto, la autoría de una obra no es de quien la ejecuta sino de quien la concibe. Y armado con estos presupuestos, así como de la voluntad de hacer de la geometría orgánica la columna vertebral de su trabajo, Negret abandonó a mediados del siglo pasado los parámetros de la escultura tradicional para adentrarse en un sendero creativo que habría de conducirlo a un puesto de primera línea en la escena artística internacional. Negret es claramente la figura más sobresaliente de la escultura latinoamericana del siglo XX.
Sus aportes a la escultura moderna trascenderían las fronteras del país y se convertirían en verdaderas conquistas para la creatividad plástica internacionalmente. Entre ellos se cuentan: la introducción del aluminio, un metal maleable, ligero, inoxidable y característico del mundo contemporáneo; la utilización del ensamblaje como recurso tridimensional con propósitos abstractos, y el empleo de módulos que sugieren una multiplicidad formal a pesar de su rigor.
Pero tal vez sus contribuciones más definitivas fueron: la flexión del aluminio y la utilización del color. Con su iniciativa de arquear o curvar el aluminio y sujetarlo por los bordes, ideó finalmente un tipo de escultura que permite apreciar sus áreas internas y externas, es decir, consiguió hacer realidad de manera ingeniosa y personal el viejo sueño de Henry Moore y los constructivistas de poder observar simultáneamente las formas exterior e interior de la escultura.
Y con la utilización del color logró eliminar sensorialmente el brillo, la dureza y el peso del metal, concediéndoles a sus obras una liviandad visual inesperada, una ligereza tal que en ocasiones pareciera que fueran a elevarse.
El empleo de tuercas y tornillos a la vista complementó los planteamientos modernistas de su producción, puesto que además de tratarse de un recurso seguro y coherente con las implicaciones industriales del aluminio, constituye un método franco y claramente indicativo de su proceso constructivo.
Su trabajo gira básicamente alrededor de cuatro ejes temáticos: la máquina, a la cual se aproximó como a un elemento emblemático de la época y para valorar las posibilidades estéticas de su morfología; el espíritu, a cuya consideración plástica llegó después de una investigación acerca del arte de los indios norteamericanos; la naturaleza, que evocó a través de alusiones a los astros, los árboles, las flores y las cascadas; y la historia y los ancestros, los cuales aparecen en su última etapa, en la que su trabajo comienza a inspirarse en la arquitectura y escultura de San Agustín, Tierradentro y Machu Pichu, y a llenarse de detalles en correspondencia con la libertad que empezaba a reinar en la escena artística contemporánea.
Negret hace parte de la generación de artistas que -como Agnès Martin, Robert Indiana, Ellsworth Kelly, Louise Nevelson y Jack Youngerman, con quienes exhibió en distintas oportunidades- se opusieron radicalmente a los preceptos del Expresionismo Abstracto, movimiento que se hallaba en su apogeo a mediados del siglo pasado. Sus obras implican la reintroducción de la forma y la recuperación del control y de la precisión como valores expresivos, así como una revaloración de la estructura en la producción artística, todo lo cual representa impulsos visionarios en relación con el desarrollo de la modernidad plástica.
Con su dignidad de gran artista, con su generosidad sin límites -gracias a la cual muchas instituciones colombianas cuentan con piezas de su autoría- y con sus grandes conocimientos de la historia del arte y en particular de la escultura, el maestro Negret enriqueció ostensiblemente, no solo el patrimonio cultural, sino los derroteros y la reflexión artística de Colombia y de toda América Latina.
Reacciones
Efraín Riaño
Director de artes del Banco de la República
Con la muerte del maestro Édgar Negret se cierra uno de los capítulos más importantes de la escultura colombiana. El medio artístico colombiano pierde a una de las figuras que más aportaron a la plástica moderna.
María Elvira Ardila
Curadora del Mambo
Se ha ido uno de los escultores más extraordinarios y contundentes del siglo XX. Solo nos queda esperar que los herederos no diseminen el legado que él conservaba en su casa, para que el público colombiano pueda verlo.
Acerca del autor
Crítico y curador independiente. Es autor de veinte libros acerca de arte colombiano. Fue curador por 20 años del Museo de Arte Moderno de Bogotá, director de asuntos culturales de la Cancillería y director de arte del Ministerio de Cultura.
EDUARDO SERRANO