mi mujer y los obreros [Archivo]

metromadrid

04-05-2012, 04:05:39

Nuestros vecinos de al lado empezaron a hacer obras y la casa se lleno de ruidos, polvo y otras incomodidades. Debían tener prisa por terminar todas las obras, pues trabajaban hasta los sábados, incluso por la tarde. Cada día al salir de casa o al volver, nos encontrábamos con alguno de los obreros, eran lo menos cinco o seis, y todos nos saludaban amablemente. Uno de ellos a Isa le resultaba guapísimo, era joven, alto y fuerte; además de ese, había dos o tres inmigrantes hispanos, otro que era muy fuerte y grande pero no muy agraciado de cara, y otro mayor que supongo que sería el albañil jefe. A Isa le molestaba mucho al principio el olor a sudor que dejaban en el pasillo, pero que de tanto tiempo se acostumbró y dejo de molestarla.

Un sábado por la mañana, Isa se disponía a salir de casa para ir de compras con su amiga; se había arreglado más de lo normal, lo suficiente para verse guapa. Un vestido oscuro y escotado, tacones, medias y algo de maquillaje sin exagerar. Antes de salir de casa siempre se asoma antes por la mirilla, la gusta evitar, si puede, encontrarse con alguien, pero ese día ya llegaba tarde así que salió rápidamente de casa. Nada más hacerlo comprobó que estaban allí todos los obreros sentados, tomándose una cerveza, debía ser la hora del descanso, y la dio bastante vergüenza sentirse observada por tantos ojos, que no la quitaban la vista de encima. Hasta se puso colorada solo por la situación.

Isa se dispuso a intentar pasar para coger el ascensor, pero ocupaban todo el rellano, así que empezó a sortear los obstáculos. Mientras lo hacía, uno de ellos, el mayor, la dijo:

-"Qué pibón…, jeje, ¿te has vestido así para ir de caza?"

Isa le miró avergonzada y dijo:
-"No, me voy de compras con una amiga"

Mientras hablaba no sabía dónde ni a quien mirar, pero la mayor parte del tiempo echaba miradas furtivas al chico joven que la gustaba, y alguno de sus compañeros debió darse cuenta, porque le hicieron una señal golpeándole con el codo.

-"Solo de compras con una amiga dice, jajaja, se te va a poner la nariz de pinocho tía" dijo el obrero jefe

Isa estaba indignada con la actitud déspota del viejo, y le respondió enfadada:

-"Seguro que me lo paso mejor que usted" e hice el amago de irse

Pero el guapo dijo algo y se volvió otra vez hacia ellos:

"¿Qué pasa? ¿no nos invitas a ir contigo?"

-"No os dejarían entrar a ningún sitio con esas pintas y ese olor a sudor" dijo todavía enfadadilla

Entonces el chico se acercó un poco más a Isa y la dijo desafiante:

-"¿Quieres decir que para que me lleves de compras tengo que quitarme esta sucia ropa?"

Mientras Isa respondía "más o menos eso quería decir..." el tipo se empezó a desnudar rápidamente y mirándola en todo momento a los ojos. Se abrió la cremallera del mono hasta abajo mostrando su pecho y luego se lo bajó dejándoselo en las rodillas. Isa no se lo podía creer, se quedó petrificada y embobada mirando, ¡no llevaba nada de nada debajo!
Isa no sabía que decir, pero él sí:

-"Ahora ¿me llevas contigo, o prefieres hacer la fiesta aquí?" la dijo mientras se acercaba mucho a ella.

Isa no le miraba directamente a ninguna parte delicada, ni a los ojos, ni a su entrepierna, le miraba al pecho, pero de refilón podía casi ver como su polla estaba moviéndose palpitante y levantándose solita. No sabía ni qué hacer ni que decir, estaba totalmente bloqueada, cada vez tenía más calor, y entre el calor y aquel olor corporal que, ahora que estaba tan cerca, notaba muchísimo más, estaba medio mareada.

Isa hizo el amago de irse de allí, pero el chico la agarró del brazo con fuerza, y cuando ya volvía a estar frente a él se lo fue soltando con suavidad hasta que llegó a su mano, se la cogió y se la llevó a sus labios; mientras la besaba la miraba directamente a los ojos y mi mujer notó que se moría de calor.
A continuación tiró de la mano hacia abajo y se la puso sobre su polla, que ahora estaba completamente tiesa. Cuando su mano la rodeó Isa sintió un escalofrío en todo el cuerpo, era enorme, estaba durísima, mojada y ardiendo. Él dirigió la mano en un movimiento acompasado a lo largo de aquel hierro candente. Fue un momento en el que todo el calor que Isa tenía se transformo en una excitación enorme y notó como se la mojaban las bragas sin poder evitarlo.

-"¿Te gusta cariño?" la decía mientras que ella mantenía los ojos cerrados y la boca entreabierta, pero sin responder.

Isa se había olvidado por completo que allí había más gente, hasta que notó ruidos a su alrededor; al abrir los ojos vio que todos ellos estaban en el mismo sitio, pero ésta vez habían liberado sus rabos y se los tocaban lentamente mientras les miraban. Eso la excitó aun más a la vez que incrementaba su vergüenza.

-"Vas a ser buena con nosotros ¿verdad?" la dijo mientras la pasaba la mano por el culo

Las manos de obrero ya no controlaban la mano de Isa, ahora ella la movía solita sobre su nabo; las manos de él estaban ocupadas tocando su cuerpo por encima del vestido, sin que ella opusiera resistencia; estaba tremendamente cachonda y aquellas caricias la ponían a mil. Poco a poco la fue quitando el vestido hasta dejarla solo con las braguitas, las medias y los zapatos.

Hasta ese momento Isa estaba realmente excitada, pero entonces el resto de obreros se acercó a ellos y la rodearon; se asustó al verse rodeada de aquel enjambre de macarras en celo, con sus pollas en la mano y mirándola de una manera agresiva y lujuriosa.

-"No pongas esa cara tía, que vas a disfrutar más que en tu vida" la dijo el viejo, y todos rieron

Isa comenzó a sentir innumerables manos sobre su cuerpo, tocándola en todos los sitios, palpando, acariciando, apretando y hasta pellizcando. La tocaban las tetas, los pezones, el culo, la mordían... También notaba de vez en cuando alguna de sus pollas golpeaba o rozaba sobre su piel. Isa no sabía qué hacer, lo que sí sabía era que era inútil resistirse, y también sabía que la estaba gustando, su excitación era otra vez enorme y tenía las bragas y los muslos empapados.

El chico joven la puso la polla en la boca y ella empezó a lamerla y a chuparla instintivamente; la gustaba muchísimo sentir aquella maravilla caliente y rígida en sus labios y en su boca. Se la chupaba con verdadera pasión y ansia mientras le clavaba las uñas en su apretado culo. Estaba tan concentrada en eso que casi no notó que alguien había metido los dedos entre sus piernas y los movía dentro de ella, mientras notaba lenguas en las tetas y sobre su piel. No sabía ni de quien ni donde exactamente pero no la importaba ya; no dejaba de escucharles decirme obscenidades.

-"Uumm esta puta está bien buena…"

-"Mira como chupa, parece una puta hambrienta"

-"Está chorreando la muy guarra"

Isa estaba silenciosa, chupando mientras otros la chupaban a ella, hasta que notó que ya no se conformaban con tener sus dedos dentro de su coño, y algo más grueso y caliente luchaba por entrar en su vagina. Cuando se la metieron de golpe, tuvo que dejar de mamar para gritar, porque aquello casi la parte en dos, ya no podía estar en silencio, no mientras aquella polla no dejara de entrar y salir de su vulva con tanta fuerza; se dejó llevar...

"Ahhhhhhhhhhhhhh.. siiiiiii… ahh ahhh ahhh ahhh… ay sigue… sigue por favor… aaaahhhhh… sigue cabron, fóllame, no te pares…"

"Toma zorra, te gusta que te den caña, ¿eh?"

Ya no solo era uno de ellos el que entraba en ella, se iban turnando para metérsela, y sabía cuando iban a cambiar cuando la dejaban la vagina vacía un poco más de lo normal, hasta que otra polla dura y ardiente entraba en sus tripas y la taladraba con desesperación. Mientras uno la penetraba, los demás esperaban tocándola y pasando las pollas mojadas por los diferentes flujos por su cuerpo, y ahora incluso jugaban con los dedos en su ano, metiéndola un dedo al mismo ritmo que se la follaban por delante.

Isa sabía que no se iban a conformar con eso, y tardaron muy poco para cambiar el dedo por una de sus pollas. Ahora trataban de penetrarla por el culo, nunca antes nadie había entrado por ahí, y le estaba costando metérsela; a Isa la estaba doliendo una barbaridad, se la saltaban las lágrimas, pero ninguno de ellos paraba en su intento, tenía la boca llena, el coño también, y alguien luchaba por entrar en su culito virgen.

Cuando tenía la cabeza de la polla dentro del ojete, empezó a empujar con mucha fuerza; al sentirla clavarse dentro de ella por completo Isa gritó, y estuvo a punto de desmayarse allí mismo, ensartada por todos los orificios, llena de fluidos, saliva, sudor...

Los orgasmos se sucedían en Isa, uno detrás de otro, sintiendo cada una de sus diferentes pollas introducirse y follarla por cada uno de sus agujeros; estaba mojada, agotada, desecha, de rodillas en el suelo, con todos ellos a su alrededor, masturbándose encima de ella con sus pollas hinchadas, a punto de explotar.

Empezaron a correrse sobre su cara; Isa notaba su lefa escurrirse por su cara y su cuerpo; chorros de semen que ardían en su piel mientras resonaban sus gemidos apagados. La obligaron a abrir la boca y tragarse parte de su esperma; el resto lo extendían con sus pollas sobre su cara. Estaba completamente cubierta y pringosa, con un olor fortísimo a semen y sexo.

La dejaron allí, sentada en el suelo, mojada, desnuda y cubierta de leche. Isa cogió su vestido y el bolso del suelo y se dirigió gateando a su casa. Cuando estuvo dentro se sentó apoyada en la puerta.

Tenía una sensación difícil de explicar, entre satisfacción y humillación, entre deseo, excitación y asco. No la apetecía responder las llamadas y mensajes que la habían hecho María José no acudir a la cita. Acabó sentada en el suelo detrás de la puerta, masturbándose pensando en lo sucedido, todavía cubierta del sudor y el semen de todos ellos, de su olor...