David Trezeguet: "Lo que vivo en River es irrepetible" [Archivo]

John Dillinger

25-04-2012, 12:35:17

El francés soñó siempre con cerrar su carrera en el equipo de sus amores. Este fin de semana marcó el gol del triunfo ante Instituto de Córdoba, que dejó al club millonario en el segundo lugar de la tabla.

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Francia demostró que no sólo es la quinta economía mundial por el turismo y las telecomunicaciones. También es una gran industria en materia de jugadores. Es suficiente nombrar tres íconos como la torre Eiffel: Michel Platini, Zinedine Zidane y Eric Cantoná. Y seguro que entre ellos no podrá faltar David Trezeguet, más allá de que se considera el más argentino de los franceses.

En el otoño de su carrera como futbolista, este hombre nacido en Ruán pero criado en Vicente López, zona norte y acomodada de la provincia de Buenos Aires, volvió a su segunda patria. Y lejos de aquellos jugadores que regresan para tirar sus últimos cartuchos sobre el césped, el franco-argentino está más vigente que nunca. Lo dejó claro en esta segunda etapa en la Primera B Nacional, segunda división del fútbol de estas tierras. Con la camiseta de su amado River Plate pegó nueve gritos en 13 partidos. El último, el sábado, en el 1-0 ante Instituto de Córdoba, resultó clave. Porque su rival, el puntero del campeonato, le proponía una final por el ascenso directo. Y el gran David, siempre atento, encontró la pelota justa en el momento exacto. “Este gol no lo cambio por nada”, dice este profesional hecho y derecho, un rato después de un éxito que le da un envión a la banda roja en su camino a la Primera A.

¿Este triunfo ante Instituto era el impulso que necesitaban para sentirse seguros de ascender?

Había que ganar este partido contra el equipo que mejor venía haciendo las cosas. Sabíamos que nos enfrentábamos a los mejores de la categoría. Por eso Almeyda preparó el compromiso de otra manera durante la semana. Mostramos buen juego y fuimos inteligentes. Y eso es fundamental en el fútbol. Pero todavía quedan ocho fechas.

Es cierto, pero ya se sacaron de encima a un peso pesado...

Sí, pero ahora nos toca viajar a Mar del Plata para jugar con Aldosivi, que viene entonado. Y es un rival peligroso. Por eso no tenemos que confiarnos. Todavía no ganamos nada.

Su club amado

A los 34 años, Trezeguet es goleador y líder de este coloso del fútbol argentino que tiene que ascender o ascender. Y cuando se había decepcionado con la pelota por su frustrado paso en el Baniyas SC de Emiratos Árabes, River le devolvió las ganas de jugar. “Es el club del que siempre fui hincha. Cuando era chico y jugaba en las inferiores de Platense, uno de mis sueños era poder pisar el Monumental, hacer un gol, recibir una ovación con esta camiseta. El fútbol es pasión y yo necesitaba vivirla después del paso negativo que tuve en España y el mundo árabe”, reflexiona en el predio que la institución millonaria posee en Ezeiza, muy cerca del aeropuerto internacional Ministro Pistarini.

Teniendo en cuenta que tuvo una gran carrera en Europa, ¿no pensó en volver a jugar allá?

Tuve una experiencia extensa y muy importante ahí, pero esto que estoy viviendo en River es irrepetible. Tenía una necesidad muy grande de descubrir el fútbol argentino jugando en River. Me fui muy joven y necesitaba probarme acá. Me estoy integrando al equipo y el público me está aceptando, lo que es un orgullo porque en Argentina son muy exigentes. Y yo estoy respondiendo, porque hago las cosas con la máxima responsabilidad para poder ascender.

¿Cuánto tuvo que ver que River haya estado en la B Nacional para aceptar el desafío de volver?

Mucho. Cuando descendió, el 26 de junio del año pasado, yo estaba en la platea. No lo podía creer. Me fui antes porque sabía que la gente iba a reaccionar mal. En esta situación, no podía quedarme sentado en mi casa o jugando en otro equipo. Sentí la necesidad de venir a dar una mano.

¿Ninguno de sus excompañeros en Les Bleus le dijo que estaba de psiquiátrico por haber dejado todo por volver a River?

No, no... A ellos no podía sorprenderlos esta situación, porque sabían que en algún momento iba a jugar con la camiseta de River. Ya se lo había dicho a Zizou (Zinedine Zidane), que le puso Enzo al hijo por Francescoli, un jugador de una categoría espectacular.

Habló de la pasión y la exigencia del público argentino y de que lo que está viviendo es único. ¿No le había pasado en Francia o en Italia?

En Turín, donde jugué 10 años, también recibí demostraciones de afecto porque los italianos son pasionales. Pero en Argentina todo es distinto. Los hinchas se me acercan, me piden un autógrafo, me hablan. Y hasta ahora han sido muy respetuosos. Además, se ha generado una relación muy especial con ellos porque saben lo que siento por esta camiseta.

¿Encuentra similitudes entre la situación que vivió Juventus y la que está pasando River Plate ahora? También es un grande que se fue al descenso...

Sé perfectamente que esto es apenas una transición. Era posible que pasara. Si no se hacen bien las cosas, cualquiera puede irse a la B. Pero yo estoy feliz de estar en River y poder dejar mi huella. Hay un equipo con mucho futuro, que vive un momento difícil. Junto con Leo Ponzio, el Chori Domínguez y Cavenaghi, que vinieron seis meses antes, vamos a hacer todo lo posible por ascender. Porque River es de Primera.

Con tantas figuras, y por lo visto en el torneo, a River lo han salvado sus individualidades y no tanto el funcionamiento colectivo. ¿Usted lo ve de esa manera?

El objetivo principal es construir un equipo basado en las características que siempre tuvo River: tenencia de pelota, brillo y contundencia. En ciertos momentos es verdad que el equipo no está bien y que las individualidades marcan la diferencia. No es un pecado. Barcelona o Real Madrid tienen cracks como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo, y ellos resuelven situaciones. A River siempre se le va a pedir más por ser River. Pero lo importante es que estamos respondiendo a la presión.

Y a propósito de Cavenaghi, aquí se instaló una polémica: que su compañero no le pasaba la pelota...

Con Cavenaghi tengo una excelente relación. Y yo tengo la suerte de acostumbrarme a actuar con los mejores. Jugué con Del Piero y Zidane, y hoy tengo la posibilidad de hacerlo con Cavenaghi y Domínguez. Es fundamental estar con ellos, son importantísimos para el equipo. Les tengo un gran respeto y son los mejores jugadores del fútbol argentino, no tengo ninguna duda.

¿Considera que el 9 es egoísta?

Depende del punto de vista de cada uno. Yo no lo siento así dentro del campo del juego. Sé lo que significa un gol para un centro delantero y a mí me pone contento cuando Fernando convierte. Siempre fui claro desde un primer momento. No vine a sacarle protagonismo a ninguno de mis compañeros. Nunca fue mi manera de ver el fútbol ni mi criterio. Lo único que me preocupa es hacer las cosas lo mejor posible para River.
En la semana lo elogió Juan Román Riquelme, ídolo de Boca Juniors. Su técnico, Matías Almeyda, dijo que usted tiene el manual del 9. No para de recibir elogios.

Pero, como dije antes, esto es fruto del esfuerzo. Aprendí en Platense un montón de cosas y me perfeccioné en Europa. Siempre me quedaba más allá del tiempo entrenándome. Me enseñó mucho jugar al lado de Thierry Henry, de jugadores que hicieron muchísimos goles, que son futbolistas de primera línea. Del Piero pateaba 100 tiros libres. Ese es el camino a seguir y es lo que le recomendaría a los chicos de inferiores. Y de Román, ¿qué puedo decir? Es una gran persona y un excelente futbolista. Más allá de que juegue en Boca, lo aprecio mucho. Y ojalá pueda enfrentarlo en un superclásico en Primera. Va a significar que logramos el objetivo: que ascendimos.

El Espectador