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Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
pakirris
09-12-2011, 12:12:54
Razones de un profesor para renunciar porque alumnos no escriben bien



http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/IMAGEN/IMAGEN-10906793-2.png





Camilo Jiménez, periodista y profesor de Comunicación Social de la Javeriana, renunció a su cátedra.


Un párrafo sin errores. No se trataba de resolver un acertijo, de componer una pieza que pudiera pasar por literaria o de encontrar razones para defender un argumento resbaloso. No. Se trataba de condensar un texto de mayor extensión, es decir, un resumen, un resumen de un párrafo, en el que cada frase dijera algo significativo sobre el texto original, en el que se atendieran los más básicos mandatos del lenguaje escrito -ortografía, sintaxis- y se cuidaran las mínimas normas: claridad, economía, pertinencia. Si tenía ritmo y originalidad, mejor, pero no era una condición. Era solo componer un resumen de un párrafo sin errores vistosos. Y no pudieron.



No voy a generalizar. De 30, tres se acercaron y dos más hicieron su mejor esfuerzo. Veinticinco muchachos en sus 20 años no pudieron, en cuatro meses, escribir el resumen de una obra en un párrafo atildado, entregarlo en el plazo pactado y usar un número de palabras limitado, que varió de un ejercicio a otro. Estudiantes de Comunicación Social entre su tercer y su octavo semestre, que estudiaron doce años en colegios privados. Es probable que entre cinco y diez de ellos hubieran ido de intercambio a otro país, y que otros más conocieran una cultura distinta a la suya en algún viaje de vacaciones con la familia. Son hijos de ejecutivos que están por los 40 y los 50, que tienen buenos trabajos, educación universitaria. Muchos, posgraduados. En casa siempre hubo un computador; puedo apostar a que al menos 20 de esos estudiantes tiene banda ancha, y que la tele de casa pasa encendida más tiempo en canales por cable que en señal abierta. Tomaron más Milo que aguadepanela, comieron más lomo y ensalada que arroz con huevo. Ustedes saben a qué me refiero.


Por supuesto que he considerado mis dubitaciones, mis debilidades. No me he sintonizado con los tiempos que corren. Mis clases no tienen presentaciones de Power Point ni películas; a lo más, vemos una o dos en todo el semestre. Quizá, ya no es una manera válida saber qué es una crónica leyendo crónicas, y debo más bien proyectarles una presentación con frases en mayúsculas que indiquen qué es una crónica y en cuántas partes se divide. Mostrarles la película Capote en lugar de hacer que lean A sangre fría. Quizá, no debí insistir tanto en la brevedad, en la economía, en la puntualidad. No pedirles un escrito de cien palabras, sino de tres cuartillas, mínimo. Que lo entregaran el lunes, o el miércoles.


De esas limitaciones y dubitaciones, quizá, vengan las pocas y tibias preguntas de mis estudiantes este último semestre, sus silencios, su absoluta ausencia de curiosidad y de crítica. De ahí, quizá, vengan sus párrafos aguados, con errores e imprecisiones, inútilmente enrevesados, con frases cojas, desgreñadas. Esos párrafos vacilantes, grises, que me entregaron durante todo el semestre. Pareciera que estoy describiendo a un grupo de zombis. Quizá, eso es lo que son. Los párrafos, quiero decir.



El curso se llama Evaluación de Textos de No Ficción y pertenece a la línea de Producción Editorial y Multimedial de la carrera de Comunicación Social de la Universidad Javeriana. En cuanto a lecturas, siempre propuse piezas ejemplares en los géneros más notorios de la no ficción: crónica, perfil, ensayo, memorias y testimonios. A partir de clásicos nacionales y extranjeros, los estudiantes componían escritos como los que debe elaborar un editor durante su ejercicio profesional. Primero, un resumen: todos los textos de los editores son breves, o deberían serlo -contracubiertas, textos de catálogo, solapas, etcétera-. Una vez que la mayoría hubiera conseguido un resumen pertinente y económico, pasábamos a escritos más complejos: notas de prensa y contracubiertas, para terminar con un informe editorial o una reseña.



En el centro de todo el programa estaban la participación y la escritura de textos breves a partir de otro texto mayor. Insistí siempre en la participación en clase para fomentar actividades que noto algo empañadas en la actualidad: la escucha atenta, la elaboración de razones y argumentos, oír lo que uno mismo dice y lo que dice el otro en una conversación.



El otro concepto transversal, la economía lingüística, buscaba mostrarles la importancia de honrar la prosa. Si uno en 100 palabras debe sintetizar un libro de 200 páginas, debe cuidar cada palabra, cada frase, cada giro. En últimas, la palabra escrita les dará de comer a estos estudiantes cuando sean profesionales, no importa si se desempeñan como editores de libros, revistas o páginas web, como periodistas o como profesores e investigadores.



Los estudiantes de este último semestre, y los de dos o tres anteriores, nunca pudieron pasar del resumen. No siempre fue así. Desde que empecé mi cátedra, en el 2002, los estudiantes tenían problemas para lograr una síntesis bien hecha, y en su elaboración nos tomábamos un buen tiempo. Pero se lograba avanzar. Lo que siento de tres o cuatro semestres para acá es más apatía y menos curiosidad. Menos proyectos personales de los estudiantes. Menos autonomía. Menos desconfianza. Menos ironía y espíritu crítico.


Debe ser que no advertí cuándo la atención de mis estudiantes pasó de lo trascendente a lo insignificante. El estado de Facebook. "Esos gorditos de más". El mensaje en el Blackberry.


Nunca he sido mamerto ni amargado ni ñoño: a los 20 años, fumaba marihuana como un rastafari y me descerebraba con alcohol cada que podía al lado de mis cuates. Quería ver tetas, e hice cosas de las que ahora no me enorgullezco por tocarlas. Empeñé mucho, mucho tiempo en eso. Pero leía.



No sé. En esos tiempos lo importante, creo, era discutir, especular, quedar picados para buscar después el dato inútil. Interesaba eso: buscar. Estoy por pensar que la curiosidad se esfumó de estos veinteañeros alumnos míos desde el momento en que todo lo comenzó a contestar ya, ahora mismo, el doctor Google.



Es cándido echarle la culpa a la televisión, a Internet, al Nintendo, a los teléfonos inteligentes. A los colegios, que se afanan en el bilingüismo, sin alcanzar un conocimiento básico de la propia lengua. A los padres que querían que sus hijos estuvieran seguros, bien entretenidos en sus casas. Es cándido culpar al "sistema". Pero algo está pasando en la educación básica, algo está pasando en las casas de quienes ahora están por los 20 años o menos.


Mi sobrino le dice a su madre, mi hermana, que él sí lee mucho, en Internet. Lo que debe preguntarse es cómo se lee en Internet. Lo que he visto es que se lee en medio del parloteo de las ventanas abiertas del chat, mientras se va cargando un video en Youtube, siguiendo vínculos. Lo que han perdido los nativos digitales es la capacidad de concentración, de introspección, de silencio. La capacidad de estar solos. Solo en soledad, en silencio, nacen las preguntas, las ideas. Los nativos digitales no conocen la soledad ni la introspección. Tienen 302 seguidores en Twitter. Tienen 643 amigos en Facebook.


Dejo la cátedra porque no me pude comunicar con los nativos digitales. No entiendo sus nuevos intereses, no encontré la manera de mostrarles lo que considero esencial en este hermoso oficio de la edición. Quizá la lectura sea ahora salir al mar de Internet a pescar fragmentos, citas y vínculos. Y en consecuencia, la escritura esté mudando a esas frases sueltas, grises, sin vida, siempre con errores. Por eso, los nuevos párrafos que se están escribiendo parecen zombis. Ya veremos qué pasa dentro de unos pocos años, cuando estos veinteañeros de ahora tengan 30 y estén trabajando en editoriales, en portales y revistas.



Por ahora, para mí, ha llegado el momento de retirarme. Al tiempo que sigo con mis cosas, voy a pensar en este asunto, a mirarlo con detenimiento. Pongo el punto final a esta carta de renuncia con un nudo en la garganta.












Camilo Jiménez
Especial para EL TIEMPO
:study: ft:http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/camilo-jimenez-renuncia-a-catedra-de-comunicacion-social-porque-sus-editores-no-saben-escribir_10906583-4

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
▬Goos Fraba▬
09-12-2011, 12:54:36
De esas limitaciones y dubitaciones, quizá, vengan las pocas y tibias preguntas de mis estudiantes este último semestre, sus silencios, su absoluta ausencia de curiosidad y de crítica. De ahí, quizá, vengan sus párrafos aguados, con errores e imprecisiones, inútilmente enrevesados, con frases cojas, desgreñadas. Esos párrafos vacilantes, grises, que me entregaron durante todo el semestre. Pareciera que estoy describiendo a un grupo de zombis. Quizá, eso es lo que son. Los párrafos, quiero decir.


Fue exactamente como me describí cuando me di cuenta de que, al dejar el bachillerato, no sabía nada de nada: como un zombi. Y fue gracias a ese acto de consciencia que pude levantarme. A veces el progreso intelectual no nace de la repetición, ni del hábito, ni de un fuerte regaño, sino de un acto de consciencia propio... Ahora, es realmente preocupante que estudiantes universitarios no estén capacitados aún para hacer actos de consciencia.


Es cándido echarle la culpa a la televisión, a Internet, al Nintendo, a los teléfonos inteligentes. A los colegios, que se afanan en el bilingüismo, sin alcanzar un conocimiento básico de la propia lengua. A los padres que querían que sus hijos estuvieran seguros, bien entretenidos en sus casas. Es cándido culpar al "sistema". Pero algo está pasando en la educación básica, algo está pasando en las casas de quienes ahora están por los 20 años o menos.


No es cándido, ni tampoco gratuito: es una de las razones por las cuales el estudiante cada vez más se está alejando del estudio de su propia lengua... ¿Acaso la lengua sólo le concierne a un estudiante de periodismo o de lengua castellana?

Marine Sjkx
09-12-2011, 13:20:06
Excelente Topic parcero. Una berraca realidad que estamos pasando.

--Navarro--
09-12-2011, 13:45:36
Para buscarle salida a ese problema sería un buen inicio que se dictaran clases de redacción y argumentación en el colegio, y de sintaxis, como se hace en España. Yo nunca vi una.

EricCartman
09-12-2011, 13:48:41
Excelente post Paquirris, lo acabo de leer en el tiempo, deprimente simplemente deprimente.

▬Goos Fraba▬
09-12-2011, 13:54:42
Para buscarle salida a ese problema sería un buen inicio que se dictaran clases de redacción y argumentación en el colegio, y de sintaxis, como se hace en España. Yo nunca vi una.

Esas mismas clases fácilmente pueden ser dictadas por el mismo docente de Lengua Castellana, ese que, actualmente, se ciñe a un currículo ridículo que es incapaz de transformar en el aula de clase. El enfoque debería ser siempre el mismo: motivar al estudiante para que más o menos se apasione por la lectura y potenciarle su endeble producción escrita. Crear más cursos sólo saturaría más el plan de estudios.

armando2007
09-12-2011, 15:08:41
Excelente post y cruda realidad que desnuda la realidad de la educación en Colombia, no se salvan de las instituciones privadas de la mediocridad y baja calidad

Isidorito
09-12-2011, 15:20:44
Es que la gente no lee... de los amigos, sólo dos o tres son devora-libros; el resto, pura cultura light.

xZATANx
09-12-2011, 20:11:46
Una triste realidad que no solo es exclusiva de los estratos altos.

En la poblacion mas necesitada se hace aun mayor evidente esta problematica.

--Navarro--
09-12-2011, 20:38:00
Esas mismas clases fácilmente pueden ser dictadas por el mismo docente de Lengua Castellana, ese que, actualmente, se ciñe a un currículo ridículo que es incapaz de transformar en el aula de clase. El enfoque debería ser siempre el mismo: motivar al estudiante para que más o menos se apasione por la lectura y potenciarle su endeble producción escrita. Crear más cursos sólo saturaría más el plan de estudios.

Sí, a eso me refería.

Y sí, los modelos pedagógicos en muchos colegios son precarios. ¿Para qué son las clases de inglés si casi ningún estudiante se gradúa sabiendo inglés? No se motiva a los estudiantes para sumergirse en los temas de estudio...

Hannibal Lecter
09-12-2011, 20:47:58
que desastre, no es sino ver al batallon de zombies del blackberry pegados a ese ******o todo el dia escribiendo incoherencias... la involucion humana es un hecho!!

http://spf.fotolog.com/photo/15/5/71/go_vegevegan/1227647643563_f.jpg

►Shep◄
09-12-2011, 20:53:34
El problema es que cada dia el pensamiento de los jovenes que cursan la educacion basica se aleja mas de la proyeccion a futuro y viven el dia a dia, y asi es muy dificil que un joven salga adelante. Como dice Goos hay veces es cuestion de concienciarse, pero para un joven de 16 o 17 años que apenas sale del bachillerato y piensa en rumba cada ocho dias, es muy dificil.

TYT
09-12-2011, 21:40:17
Preocupante esta situación. Una de las tantas razones por las que vamos para atrás.

RICARDO69
09-12-2011, 21:45:02
Y si miramos el otro punto de vista?

Y si el encumbrado profesor es un inútil que no sabe comunicarse con sus estudiantes y esto no solo es culpa de los demás, sino de él mismo también?

No será posible?

Heráclito
10-12-2011, 13:50:46
Lo grave de este problema es que la queja es generalizada. No se lee y de ahí se derivan la mayor parte de estos problemas. Tenemos analfabetas que leen pero no comprenden, que no saben hilvanar dos frases, que son incapaces de argumentar y mucho menos de crear.

Todo se une a la crisis. Los padres no leen y en este ambiente se levantan los hijos. Los profesores tampoco hacen mucho y se quedaron en "La voragíne", "La María" y si acaso obligan a leer "Cien de soledad" o "La odisea".

Tampoco los medios audiovisuales ayudan, ni mucho menos los resúmenes que se venden en las librerías para pasar la materia y, obvio, Internet tiene su cuota con su mediocre contenido en muchos casos, y el facilismo que ello implica.

No hay métodos para aprender a escribir, ni reglas que sirvan para tener buena ortografìa y redacción, si sólo se limita a recitarlas como loro mojado. Por experiencia propia sólo la lectura de buenos libros consigue los resultados que se quieren.

Si los renuentes a leer supieran el placer que se siente. No hay experiencia que lo iguale. Son miles de películas, miles de videos, miles de canciones, miles de personajes, que nos llegan a torrentes, desbordando la imaginación que no pueden alcanzar los medios audiovisuales.

Entiendo al profesor de la Javeriana por experiencia propia. Es frustrante, porque esto es un proceso de muchos años que un profesor no puede iniciar, desarrollar y completar. La misión del catedrático es pulir una escultura no crearla.

Por eso, bienvenidos Harry Potter y Crepúsculo. No son una maravilla, pero al menos, como alguien decía, los adolescentes lo leen, y en estos tiempos, conseguirlo es un logro extraordinario. A ese punto hemos llegado.

(Ejemplos hay en este foro. Las faltas de ortografía y las fallas en la redacción son frecuentes. Un ejemplo: mamacita, tercamente se escribe mamasita y mamazota se escribe por todos lados "mamasota" Incluso, cuando uno entra al perfil se encuentra de boca con otra falta. "Nadie le a dado un regalo todavía", se olvidó la hache, porque se trata del verbo haber, lo correcto sería: "Nadie le ha dado un regalo todavía")

Hannibal Lecter
10-12-2011, 14:11:57
(Ejemplos hay en este foro. Las faltas de ortografía y las fallas en la redacción son frecuentes. Un ejemplo: mamacita, tercamente se escribe mamasita y mamazota se escribe por todos lados "mamasota" Incluso, cuando uno entra al perfil se encuentra de boca con otra falta. "Nadie le a dado un regalo todavía", se olvidó la hache, porque se trata del verbo haber, lo correcto sería: "Nadie le ha dado un regalo todavía")




asi es. :laughing9:

! Master !
10-12-2011, 14:31:46
El mundo no necesita más intelectuales, necesita es reproductores de conocimiento.

RICARDO69
10-12-2011, 14:47:50
Toda la razón, Heráclito. El copiar/pegar ha hecho estragos en la juventud. Pero un buen educador busca los métodos (a no ser que sean casos perdidos) y les inculca el deseo de aprender.

Le pongo un ejemplo personal: A lo largo de mi carrera, nunca me gustó el Derecho Adminstrativo. No me iba mal, porque el que no le guste algo a uno no puede servir de excusa para no estudiar, pero requería grandes dosis de sacrificio para sentarme a estudiar esa materia.... Hasta que llegó la hora de ver Procedimiento Administrativo.

El catedrático (no lo puedo llamar sólo profesor) era una eminencia en el derecho público, una Biblia; inclusive fue co-redactor del Código Contencioso Administrativo pero, al mismo tiempo, era un loco genial.

Sus clases eran muy amenas, tenía mil maneras de llamar la atención del estudiante y presentaba los temas de forma tan espectacular (esa es la palabra, no estoy exagerando) que fui enrolándome en ese loco carrusel y, casi sin darme cuenta, me fue tan agradable estudiar administrativo que pasó por mi cabeza especializarme en esa área.¡Increible!

Lo que trato de decir es que, si bien todos los defectos que han nombrado existen en realidad, también le corresponde al docente ganarle la batalla a la ignorancia, la apatía y la pereza que se ve en los muchachos de ahora (no en todos, afortunadamente)

pakirris
10-12-2011, 16:20:49
Tampoco los medios audiovisuales ayudan, ni mucho menos los resúmenes que se venden en las librerías para pasar la materia...


cierto

Raylan Givens
10-12-2011, 16:39:35
Buen post, la lectura es algo importante pero como algo que enriquece el "fondo cultural" del que lo hace (no se trata de devorar libros), además de enriquecer el vocabulario, mejorar la comprensión, mejorar la forma de escribir y de expresar ideas... da tristeza ver y oir periodistas que no son capaces de articular una presentación sin poder hacerlo de manera adecuada o coherente...

SIMON CON EL RUDE
10-12-2011, 18:17:58
en el colegio ya no dan clases de gramatica, almenos no las suficientes para una buena redaccion. Los profesores se empeñan en enseñar la acentuacion de palabras pero los alumnos no aprenden muy bien este tipo de cosas (acá no le pongo acento ortográfico a nada porque simplemente me da pereza :D), en cuestion de trabajos, talleres y tareas he visto mucha mediocridad en contenido, en redaccion, y en acentuacion. este tipo de cosas deberian hacerse con la mayor seriedad y hacer un buen uso de nuestra lengua. :)

Heráclito
10-12-2011, 18:31:49
Toda la razón, Heráclito. El copiar/pegar ha hecho estragos en la juventud. Pero un buen educador busca los métodos (a no ser que sean casos perdidos) y les inculca el deseo de aprender.

Le pongo un ejemplo personal: A lo largo de mi carrera, nunca me gustó el Derecho Adminstrativo. No me iba mal, porque el que no le guste algo a uno no puede servir de excusa para no estudiar, pero requería grandes dosis de sacrificio para sentarme a estudiar esa materia.... Hasta que llegó la hora de ver Procedimiento Administrativo.

El catedrático (no lo puedo llamar sólo profesor) era una eminencia en el derecho público, una Biblia; inclusive fue co-redactor del Código Contencioso Administrativo pero, al mismo tiempo, era un loco genial.

Sus clases eran muy amenas, tenía mil maneras de llamar la atención del estudiante y presentaba los temas de forma tan espectacular (esa es la palabra, no estoy exagerando) que fui enrolándome en ese loco carrusel y, casi sin darme cuenta, me fue tan agradable estudiar administrativo que pasó por mi cabeza especializarme en esa área.¡Increible!

Lo que trato de decir es que, si bien todos los defectos que han nombrado existen en realidad, también le corresponde al docente ganarle la batalla a la ignorancia, la apatía y la pereza que se ve en los muchachos de ahora (no en todos, afortunadamente)

Buena anécdota y por supuesto que los profesores marcan la diferencia, aunque entre cincuenta alumnos apenas unos cuantos reciben el mensaje, pero por ellos se puede decir, al final del curso, que valió la pena enseñar.

Heráclito
11-12-2011, 19:31:43
Para ambientar la discusión desde un ángulo distinto. Aquí la respuesta a la carta del profesor renunciante, escrita por el decano de la Facultad de economía de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gaviria que se pone del lado de los estudiantes:

"Profesores

Por: Alejandro Gaviria

Leí con interés la perorata del editor y profesor Camilo Jiménez, publicada esta semana en el diario El Tiempo, en la que denuncia la incapacidad de un grupo de veinteañeros (todos mimados por la vida y el sistema) de componer un párrafo, uno sólo, después de un largo semestre de lecturas inteligentes y sermones indignados.

“Estoy por pensar que la curiosidad se esfumó de estos alumnos míos desde el momento en que todo lo comenzó a contestar ya, ahora mismo, el doctor Google”. Mejor dicho, nos llevó el diablo. Nuestros estudiantes no aprenden o no quieren aprender o no pueden hacerlo. Son un caso perdido.

Camilo Jiménez tiene razón. Muchos estudiantes no conocen los rudimentos de redacción. Pero su perorata, su manifiesto apesadumbrado, dice más sobre los profesores que sobre los estudiantes. Camilo no es el primero, ni será el último profesor que denuncia la frivolidad de los jóvenes, que recurre a la misantropía inteligente para ventilar las frustraciones de un oficio extraño, descomedido. La melancolía siempre ha sido el riesgo ocupacional de los profesores. “Nos sentimos, simultáneamente, superiores e infravalorados, por encima del resto de los mortales pero aislados e insuficientemente recompensados y reverenciados”, escribió recientemente el ensayista estadounidense Joseph Epstein.

Cada que me asaltan sentimientos parecidos, en lugar de escribir una carta denunciando la perdición del mundo, releo un texto producido hace ya varios años por el filósofo Robert Nozick, una biografía estandarizada de los profesores universitarios. Todos fuimos cortados con la misma tijera. Pasamos veinte o más años por el sistema escolar coleccionando buenas notas, recibiendo encomios de padres y maestros, siendo apreciados y reverenciados. Después de haber acumulado muchos títulos, decidimos, razonablemente, permanecer en el mismo mundo, el de las aulas de clase, que había sido el escenario de nuestros grandes proezas, de nuestras gestas académicas.

La cosa funciona bien por un rato, dice Nozick. Pero, con el tiempo, las tensiones comienzan a florecer. Tarde o temprano nos damos cuenta de que nuestros compañeros de clase, aquellos que no eran capaces de escribir un parrafito, tienen vidas reconfortantes, mientras tanto nuestras angustias se multiplican: no sólo las financieras sino también las espirituales. La docencia resulta menos atractiva de lo que parecía (sigo citando a Nozick). Los estudiantes no demuestran una pasión acorde con nuestros sacrificios y conocimientos. Todos parecen más interesados en los juguetes de la modernidad que en la búsqueda de la sabiduría. Poco a poco, la frustración le va dando paso al resentimiento hasta que llega un día en que renunciamos o escribimos una carta rabiosa denunciando la injusticia del mundo y la ignorancia de sus pobladores más privilegiados, los veinteañeros acomodados.

Los jóvenes de esta época, como todos nosotros, son hijos de su tiempo. Algunos no son capaces de borronear un párrafo. Pero qué más da. Casi todos dominan a su antojo los milagros de la época. No me gusta la condescendencia, pero convertir a los alumnos en blanco de nuestro bien aprendido resentimiento es una tontería. Prefiero la autoironía, al esnobismo profesoral. Después de todo, cabe reconocer que, en la gran mayoría de los casos, el problema no son los estudiantes, somos nosotros los profesores.

Fuente: El Espectador (http://www.elespectador.com/impreso/opinion/columna-315878-profesores)

Heráclito
12-12-2011, 23:02:47
Un nuevo pronunciamiento del profesor admite que él mismo falló en la enseñanza de su cátedra:

Profesor que renunció por mala escritura de alumnos admite que falló

Por: REDACCIÓN REDES SOCIALES | 5:15 p.m. | 12 de Diciembre del 2011


Camilo Jiménez, docente de Comunicación Social de la Javeriana, participó en Twitcam de EL TIEMPO.

El profesor Jiménez realizó unas 15 versiones de la carta donde se desahogó ante sí mismo, jefes y colegas de Comunicación Social de la Universidad Javeriana, misiva en la que se enfocó en la mediocridad de estos últimos. Sin embargo, este lunes en una Twitcam de EL TIEMPO dejó entrever que del nombrado mal y también del anquilosamiento sufren profesores, incluido él mismo.

Confesó que prefirió apartarse, señal de rendición para muchos tuiteros, para entender cómo piensan los estudiantes y aprender a integrar la tecnología en los procesos educativos. El profesor de la cátedra Evaluación de

Textos de No Ficción pasó al "tablero" y por más de una hora amplió sus opiniones sobre la educación.

@sofiorozco (https://twitter.com/#%21/sofiorozco/status/146231035796000770) ¿Cree que sus estudiantes han entendido realmente el motivo de su renuncia?

@Bocasdeceniza (https://twitter.com/#%21/bocasdeceniza) No lo entendieron. Se vieron reflejados en lo que vieron y no les gustó lo que vieron. En la carta no estoy criticando la tecnología. Estoy criticando la mediocridad o el uso que se hace de la tecnología.

@EstebaNOHZ (https://twitter.com/#%21/EstebaNOHZ/status/146230462614994944) ¿Cree que renunciar fue adecuado para la situación de la cual se queja?

@Bocasdeceniza Esto fue una reflexión privada que se volvió pública. Veo que no estoy comunicándome con los estudiantes de manera adecuada y decido hacerme a un lado.

@DavidMontero83 (https://twitter.com/#%21/DavidMontero83/status/146235596459880448) ¿Qué tan grande es la responsabilidad del Departamento de Admisiones de la Universidad?

@Bocasdeceniza Necesitamos exámenes de admisión de verdad.

@DanielaVagh (https://twitter.com/#%21/DanielaVagh/status/146243485366882304) Si sus estudiantes no merecían pasar y usted igual iba a renunciar, ¿por qué su cobardía?

@Bocasdeceniza ¿Para qué me voy a convertir en una zancadilla, si hay un problema estructural?

@Richard_Revelo (https://twitter.com/#%21/Richard_Revelo/status/146242109513543681) Ese es el problema @bocasdeceniza, que los profesores hace mucho dejaron de hacer zancadilla. El sistema educativo complace a perezosos.

¿Regresaría a dictar la cátedra que dejó?

Sí, pero después. Quiero mirar cómo involucrar nuevas tecnologías, quiero analizar cómo están pensando los estudiantes, cómo están acercándose al conocimiento...

¿Cree que su método falló?

@Bocasdeceniza Sin duda. Eso es. No supe encontrar la manera de ver cómo estaban los estudiantes pensando y acercándose a la lectura.

@Cabralita (https://twitter.com/#%21/cabralita/status/146246421094469633) ¿Por qué se aparta para aprender? ¿Por qué no aprender de los alumnos y el contexto?

@Bocasdeceniza Porque lo intenté y no lo logré.

@cuimbo (https://twitter.com/#%21/cuimbo/status/146241987400577024) Es que las competencias que necesitábamos hace unos años, no son la mismas que se necesitan ahora.

@ereaye (https://twitter.com/#%21/ereaye/status/146246272272171009) ¿Cómo enseñar a estudiantes que no quieren aprender en universidades que no los quieren rajar?

@Bocasdeceniza No hay forma

Sobre los profesores

- "Los profesores tampoco leen".

- "Los profesores que reflexionan, lo hacen sobre la prima, el trabajo, y no sobre el contenido de la materia".

- "Mi método falló. No supe encontrar la manera de ver cómo estaban pensando los estudiantes".

- "Buscar que los estudiantes no se "rajen" es parte de la mediocridad".

- "Los docentes están leyendo las mismas fotocopias de Juan Pablo Freire y Maria Montessori"

Sobre el sistema educativo y los estudiantes

- "Los estudiantes están llegando muy pobremente preparados del colegio en habilidades de lecto-escritura, las que deberían ser transversales en todos los programas"

- "Debe haber exigencias básicas como escribir una frase bien"

- "En la casa hay una labor esencial, mucho más que en el colegio"

- "Los estudiantes ahora solo leen el libro del secuestrado de turno"

- "A mí no me cabe en la cabeza que un estudiante de quinto semestre de periodismo no sepa quién es Truman Capote"

Sobre el Periodismo

- "Algunos periodistas hoy son ligeros, frívolos, escriben de afán, no contrastan fuentes..."

- "Muchos periodistas no van más allá de la información que encuentran en Internet"

REDACCIÓN REDES SOCIALES

Fuente: El Tiempo (http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/profesor-que-renuncio-por-mala-escritura-de-alumnos-admite-que-fallo_10911713-4?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+eltiempo%2Ftitulares+%28eltiempo.com+--+titulares%29)

RICARDO69
14-12-2011, 15:00:32
Y aquí la respuesta de una estudiante:

Está que arde el debate iniciado por la carta de renuncia del profesor de la Universidad Javeriana.

Señor Camilo Jiménez:

Mi nombre es Victoria Tobar, tengo 20 años, soy estudiante de Comunicación Social con énfasis Audiovisual de la Universidad Javeriana, y leí su emotiva carta de renuncia (http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-10906583.html). Encontré en su declaración una serie de inconsistencias en los motivos que sustentan su renuncia.

Con respecto al segundo párrafo, me parece que su argumento, básicamente, es que sus estudiantes deberían saber escribir un resumen decente porque vienen de familias bien, comen bien y estudiaron en colegios bien. En ese orden de ideas, si bien entiendo, tomar aguadepanela, comer huevito con arroz, tener un papá carpintero o celador y no haber salido nunca del país son condiciones de la existencia que atrofian el cerebro, la capacidad de análisis y la actitud crítica. Su declaración es sumamente injusta. Es una extensa -y en varios puntos, desacertada- crítica de la disposición actual de los estudiantes hacia el aprendizaje.

Porque le recuerdo que a eso vamos a la universidad: a aprender.
Lo que veo en su columna es que usted sería feliz con un salón lleno de gente experta, con una capacidad de análisis y redacción tan perfecta como la suya, de manera que su tarea se pueda limitar a leer y calificar genios.

Después de una crítica sobre la disposición de sus estudiantes (que cada vez iba pareciendo más una crítica a sus capacidades y tomando un tono algo ofensivo, como aquel que refleja esa frase "no pudieron pasar del resumen"), pasa usted a considerar la posibilidad de que el problema sea usted, y no ellos, cosa que me parece por lo demás muy válida. Lo que sí no lo es, es la actitud que toma usted ante tal consideración. Unas afirmaciones que transpiran sarcasmo y que se encargan de lavar sus manos de cualquier indicio de culpa. Creo que usted y todos nosotros tenemos claro que las presentaciones en PowerPoint y las películas-resumen no son la mejor herramienta de aprendizaje. Sin embargo, hay algo que no entiendo. Usted critica, principalmente, la actitud adormilada de sus estudiantes, su ausencia de espíritu crítico y, en consecuencia, sus largos e incómodos silencios durante sus clases. Le pregunto, ¿cree usted que un resumen es el mayor fomento del espíritu inquieto y crítico? Cuando un gran profesor de cine, que tuve hace un par de semestres, me explicó qué era el neorrealismo italiano, no tuve espacio para la duda. Lo que hice con el concepto que él introdujo abrió infinitos escenarios de duda y debate. Humildemente le sugiero: si usted quiere dar una clase en la que la crítica, la duda y el debate sean los protagonistas, (haga) que su eje transversal no sea saber hacer un resumen. ¿Qué le puedo preguntar a un resumen? Con esto (no) quiero decir que no sea fundamental para un editor escribir bien y manejar la economía de medios, pero creo que sus críticas deberían ser más coherentes con el tipo de contenidos que ofrece en su clase.

Si se queja de que no hay estudiantes con un espíritu curioso y crítico, yo me quejo de que no tengo profesores que siembren en mí la duda y las ganas de saber. Porque si hay algo que creo es que las ganas de aprender de un estudiante residen, en gran medida, en las ganas del profesor de que sus estudiantes aprendan. El semestre pasado, un profesor de 27 o 28 años hizo que yo entendiera a Félix Guattari, cuando para mí -antes de ver esa clase- el deseo solo era interesante si se entendía como las ganas de follarse al prójimo. Y lo hicieron otros estudiantes. Todos quisieron entender y el profesor no descansó hasta que lo logramos. Si sus estudiantes, al entrar a su clase, no sabían hacer un resumen, su meta como profesor era enseñárselo.

Considero una falencia creer que el único conocimiento válido es el que reside en los libros. Esa es la premisa que está detrás de toda su exposición. Entiendo que pueda ser su visión como editor y que, cuando usted tenía la edad de sus estudiantes, esa fuera la única, pero déjeme contarle que hay otras formas, igualmente válidas.

Creo también que su afirmación según la cual las ideas solo pueden nacer del silencio y la introspección es debatible. Si bien algunas de mis ideas y preguntas -no solo académicas, sino también sobre la vida- surgen desde ese estado de soledad, muchas otras surgen desde la interacción con personas y puntos de vista. La época en que vivimos permite que esas personas y esos puntos de vista se manifiesten por medios diferentes de la palabra, y no es una desgracia, es una suerte. Hay blogs de arte, de música, de fotografía, de política, de diseño... Y allí mismo, alguien, en cualquier lugar del mundo, ha condensado una forma de ver la vida. Esta carta es una prueba de ello. Es una idea que, si bien se materializó en la palabra, surgió de uno de esos medios que usted tanto critica: Twitter. Si no fuera por ese medio, tal vez nunca habría tenido noticia de la polémica que su carta ha desencadenado, y, en ese sentido, esta carta, sin importar la validez de su contenido, es un argumento en su contra, al igual que todas las respuestas a favor y en contra que ha recibido hasta ahora. Creer que los nuevos medios solo sirven para que los jovencitos hablen mierda es, como mínimo, ingenuo.

Hice un conteo similar al suyo. He cursado un total de 29 materias y nunca he repetido profesor. De esos 29 profesores, 3 me han enseñado algo, y uno ha hecho el esfuerzo. 25 profesores han pasado por mi vida desapercibidamente. ¿25 estudiantes no le dieron la talla? Bueno, a mí 25 profesores no me la han dado, y a mí no me pagan; yo pago. Sé que no es su culpa que nosotros los estudiantes no denunciemos este tipo de cosas. Este es un intento por empezar a hacerlo, como ustedes, profesores, diariamente lo hacen.

Entiendo que se haya cansado de su oficio. Nadie está obligado a permanecer donde no quiere estar. Me parece injusto que la culpa (porque hay culpables en su texto) sea de sus estudiantes, que "no pudieron" con usted. Humildemente, creo que su cansancio radica en que para usted la docencia es eso, un oficio. Ser profesor requiere de una vocación inmensa, tan grande, quizás, como la de un médico. Lo invito, con todo respeto, a que considere la posibilidad de que usted se haya ido porque se dio cuenta, tal vez, muy en el fondo, de que enseñar no es lo suyo.

No le pido que vuelva. Agradezco la sensatez de haberse ido. Me imagino que a usted no le gustan los médicos que, durante la consulta, no lo miran a los ojos. A mí no me gustan los profesores que no pueden asumir su responsabilidad. Al igual que usted, termino esta carta con un incómodo nudo en la garganta.

SIMON CON EL RUDE
14-12-2011, 15:27:47
faltaba ese lado del roblema

Heráclito
14-12-2011, 15:54:17
Ambos lados tienen la razón. El profesor se queja de que sus alumnos no están a la altura de sus expectativas. La alumna, a su vez, de que el profesor no los motiva.

Un mal profesor puede destruir una clase. He tenido profesores que me espantan: impotables porque se creen Dios renacido; mediocres, porque sólo sirven para repetir las ideas de otros; monótonos, porque duermen a un tigre hambriento.

Pero también he tenido alumnos idiotas que se limitan a copiar, vagos, que sólo estudian para pasar repitiendo como loros, soberbios, que se creen más papistas que el Papa y extraterrestres que viven en la luna.

Pero junto a unos y otros he encontrado profesores maravillosos cuyas clases uno atesora y alumnos estupendos con la capacidad de asombro intacta que lo llevan a uno literalmente al mejor de los mundos, el del diálogo constante y el aprendizaje mutuo.

Pero lo más valioso de esta polémica, es que hay profesores que no se limitan a enseñar y, errados o no, cuestionan y se cuestionan, y lo más fascinante para mi es la valiente y atrevida carta de la estudiante.

Leyendo su emotiva carta, no puede uno menos que aplaudir porque eso es lo que se quiere al final de cuentas, alumnos que cuestionen, que busquen la verdad en otras fuentes, que encuentren su propio camino, a pesar de sus profesores.

--Navarro--
14-12-2011, 16:51:54
Usted critica, principalmente, la actitud adormilada de sus estudiantes, su ausencia de espíritu crítico y, en consecuencia, sus largos e incómodos silencios durante sus clases. Le pregunto, ¿cree usted que un resumen es el mayor fomento del espíritu inquieto y crítico? Cuando un gran profesor de cine, que tuve hace un par de semestres, me explicó qué era el neorrealismo italiano, no tuve espacio para la duda. Lo que hice con el concepto que él introdujo abrió infinitos escenarios de duda y debate. Humildemente le sugiero: si usted quiere dar una clase en la que la crítica, la duda y el debate sean los protagonistas, (haga) que su eje transversal no sea saber hacer un resumen. ¿Qué le puedo preguntar a un resumen? Con esto (no) quiero decir que no sea fundamental para un editor escribir bien y manejar la economía de medios, pero creo que sus críticas deberían ser más coherentes con el tipo de contenidos que ofrece en su clase.



Se supone que el profe les pidió a sus estudiantes hacer un resumen porque es un ejercicio que tienen que hacer muchos editores en su ejercicio profesional, condensar en un pequeño espacio (una pequeña columna/reseña en alguna revista, o la contratapa de un libro) el por qué un libro o novela -o lo que sea- reviste interés y qué tiene para ofrecerle a los lectores , ¿no era así?

karenalga
14-12-2011, 19:16:11
Esta conmociión generada por el escrito-renuncia-denuncia del señor Jimenez deja en claro muchas falencias del sistema educativo.

Alumnos perezosos, profesores desmotivados y sufiecientemente arrogantes para no admitir sus errores, un sistema permisivo y facilista, en fin ... Toda una mezcla para un sistema educativo mediocre y de baja calidad como lo es el criollo.

La pregunta es: que vamos a hacer a partir de ahora para mejorar las cosas??

armando2007
14-12-2011, 20:02:04
Esta conmociión generada por el escrito-renuncia-denuncia del señor Jimenez deja en claro muchas falencias del sistema educativo.

Alumnos perezosos, profesores desmotivados y sufiecientemente arrogantes para no admitir sus errores, un sistema permisivo y facilista, en fin ... Toda una mezcla para un sistema educativo mediocre y de baja calidad como lo es el criollo.

La pregunta es: que vamos a hacer a partir de ahora para mejorar las cosas??

De acuerdo. Aunque al menos se logró parar una reforma que no ayudaba en nada a mejorar la calidad de la educación.

Diego San
14-12-2011, 23:23:30
Acá le responde otro profesor a la nena

Carta a Victoria Tobar


Por su parte el profesor Richard Tamayo, continúaa el debae y responde a Viviana Tobar

Estimada Victoria. Ayer, tan pronto publicaste tu carta sobre el affaire Jiménez, la leí con detenimiento. Me impresionó la seriedad y el tono de tu escritura. Como editor, no pude dejar a un lado la neurosis desgraciada que me obliga a buscar erorres. Pero sobre todo, la leí como profesor. Como el profesor que no podrás contar en tu lóbrega lista de 29 docentes, porque hace unos meses decidí claudicar. No quiero contarte porqué lo hice, pero sí quiero comentar algunos aspectos de tu carta que me llevaron a la reflexión.

En primera instancia, Victoria, tu carta muestra que desconoces el sistema de administración y selección de personal de la Universidad. Tú no le pagas al profesor, él no es tu obrero. Él, en el mejor de los casos, fue elegido a través de un proceso extenso, burocrático y agotador en el que se evaluaron sus competencias en investigación y docencia, y su carrera académica y profesional. En el mejor de los casos, digo, porque todos sabemos que con los profesores de cátedra ello no siempre ocurre y que muchos concursos para profesores de planta están amañados en su origen y carecen de instancias objetivas de supervisión. Gracias a los concursos y evaluaciones, Victoria, has tenido 4 profesores decentes. Gracias a la corrupción del mismo sistema, has tenido 25 profesores incompetentes. Y a todos esos 29 docentes, les pagan las Facultades a través de sus Departamentos. A ellos no les pagan los estudiantes, les paga una institución que debería preocuparse por tener excelentes empleados, pero que muchas veces les destina salarios vergonzosos y pocos estímulos a su gestión. ¿Sabes? Una Navidad, a todos sus profesores de planta, la Facultad tuvo a bien regalarnos como premio anual a nuestra labor docente un juego de pocillos. Bonito. Pero muy desconcertante. Si tus jefes piensan que lo que más puede motivarte a seguir trabajando en la Universidad es un juego de pocillos y no un bono para comprar un libro en la Tienda Javeriana, estamos en problemas.

También, como la gran mayoría de tus compañeros, desconoces el sistema de gobierno de la Universidad. Y eso no es culpa tuya. La verdad, la Universidad no parece hacer ningún esfuerzo por aclararles a los estudiantes cómo funciona. Tal vez ello asegura que las quejas nunca lleguen a donde deben llegar y las responsabilidad se diluyan de manera perversa. Nuestros jefes son los Decanos, pero rendimos cuentas a los Jefes de Departamento. Y por un mecanismo bien particular, son las Carreras las que compran las clases a los Departamentos. En la práctica esto quiere decir que si tienes un pésimo profesor en clase, tú vas a la Carrera a quejarte, pero ella, a su vez, debe tramitar la queja al Departamento al que le compró el servicio y éste, si lo estima conveniente, pues llama al profesor y le pregunta qué sucede. Una Carrera puede tener cientos de profesores que pertenecen a decenas de Departamentos distintos. Si todos conspiran para que tu queja sea respondida, tal vez en algún momento del siguiente semestre sepas qué opinó el Jefe del docente en cuestión. Obviamente, el profesor tiene derecho a réplica y la rueda kafkiana girará una vez más.

Como parte del gobierno académico, los estudiantes tienen un representante al Consejo Académico que tú debiste ayudar a elegir. Si no lo hiciste —porque la Facultad no te comunicó a través de los mecanismos pertinentes cuándo fueron las elecciones, o simplemente porque no te interesó— pues te has perdido la posibilidad de tener una voz que represente tus demandas y exija tus derechos. ¿Sabes quién te representa?, ¿tú y tus compañeros se han preocupado por hacer una evaluación de la gestión de sus representantes?, ¿sabes qué tanto poder real tiene dicho representante? A él o ella deberíamos pedirle que nos cuente qué ha hecho por ustedes.

Tengo entendido que algunos estudiantes promovieron la creación de una Asamblea estudiantil. Me sentí muy orgulloso al leer la amable invitación que hicieron por Facebook y Twitter para que todos los estudiantes de la Facultad asistieran y comenzaran a forjar un movimiento estudiantil javeriano, digno de hacer parte del valioso movimiento nacional. ¿Fuiste a la Asamblea?, ¿sabes a qué conclusiones o a qué acuerdos programáticos o tácticos llegaron?, ¿sabemos de qué manera la Asamblea interactúa con los directivos de la Facultad?, ¿cómo le comunicó esta Asamblea su trabajo a todos los compañeros que no asistieron?

Victoria, es importante que tú sepas claramente qué servicio estás pagando y qué mecanismos te otorga la institución y la Ley para exigir la correcta prestación del oneroso servicio educativo que pagas. En nuestro país, desafortunadamente, las empresas e instituciones están acostumbradas a ocultar sus mecanismos de su funcionamiento, con el fin, tal vez, de impedir que sus usuarios puedan exigir cambios y mejoras.

Por otra parte, creo que haces mal en cuestionar una metodología educativa en unas competencias cuyo modo de adquirir desconoces. El profesor Jiménez forma en competencias editoriales. Para un editor, saber leer y escribir no es una opción, es una obligación, un principio de funcionamiento, una necesidad fundamental. El editor VIVE de leer y escribir, luego se debería preocupar por refinar sus herramientas de supervivencia. Algunos profesores creemos que TODOS los comunicadores deberían desarrollar en la Carrera excelentes competencias lecto-escriturales, pero otras personas creen que no y tienen buenos argumentos para ello. Es un debate abierto que también podríamos dar. El caso es que, para los que libremente decidieron pagar el servicio de enseñanza del Campo Editorial, el desarrollo de estas competencias es fundamental y todos los profesores deben estar en la obligación de exigirlo. Un “resumen” no me parece un ejercicio inocuo, estúpido o falto de exigencia. De hecho, muestra bien qué capacidades tiene el estudiante para comprender las estructuras lógicas, argumentativas y narrativas que componen un texto. Si yo dictara clases de narrativa audiovisual, sería interesante plantearles el ejercicio de convertir un cortometraje en un filminuto, tal vez ello te muestre a ti misma que sintetizar es un ejercicio que merece ser explorado.

También te quejas de la falta de vocación del profesor Jiménez. La verdad, él no lleva 6 meses siendo docente. Sus años de trabajo parecen delatar que sí tiene una vocación. Pero la resignación, el sacrificio y la entrega total no son valores que considere inherentes al trabajo pedagógico. Esos principios de moral católica no se los podemos pedir a un docente. En cambio, sí le podemos exigir que permita la construcción de las reglas de funcionamiento del dispositivo escolar de manera democrática, honesta y dialógica. ¡Y que las cumpla! Que sea claro en sus mecanismos de evaluación y que los comunique debidamente. Que llegue a tiempo a clase. Que cumpla con el programa que el estudiante pagó. Eso sí es deseable éticamente, pero sacrificarse por los estudiantes sólo los lleva a la puerilización y la incompetencia.

Todo lo anterior no quiere decir que suscriba las explicaciones que el profesor Jiménez da sobre el origen de la mediocridad de tus compañeros. Tu carta está bien escrita y, el solo hecho de que la hayas escrito tú, estudiante de otro Campo profesional ajeno a la edición, habla de tu seriedad académica y tu compromiso político, por eso no te cuento en el mayoritario grupo de estudiantes que sufren variados problemas en sus competencias cognitivas y comunicativas. Creo que Camilo es muy ligero al enunciar su hipótesis sobre los nativos digitales y que, como tú misma lo indicas, menosprecia unas tecnologías que claramente le aseguraron a él mismo un éxito inusitado y una viralidad impresionante de su carta de renuncia. Pero sus razones para renunciar son totalmente legitimas. Si uno es infeliz en un trabajo, no tiene que sacrificar su felicidad al desarrollo de competencias de unos seres a los que, seguramente, no les interesa refinarse. Tú no puedes juzgar si el faltó a su responsabilidad ética porque, de nuevo, él sólo es responsable de prestar adecuadamente el servicio que tus compañeros pagaron durante el tiempo que le fue contratado. Si él incumplió su contrato, lo tendrá que investigar la Facultad. Si él no desea renovarlo, está en su derecho, pero date cuenta que decidió no renovarlo, pero no dejó tirado su curso a la mitad del camino.

Victoria, entiendo tu rabia. Tú dijiste —de una manera que me pareció jocosa— que éramos unos hijueputas que creíamos haber nacido profesores. Y sí, tienes razón, algunos profesores lo creen. Pero algunos otros somos docentes precisamente porque fuimos estudiantes. Yo soy egresado de la carrera que hoy estudias y recibí una educación bastante regular. En venganza, o al menos como cierto mecanismo de retribución, decidí ser profesor y exigirme no ser tan mediocre como los docentes que tuve. He hecho lo mejor que he podido. Di 9 años de mi vida a la Facultad de la que hoy te quejas, por un salario francamente vergonzoso. Pero intenté hacer las cosas bien, aunque muchos de mis estudiantes nunca hayan comprendido el sentido de mis clases. Yo también renuncié. También hago parte del grupo de profesores agotados al que tú llamas irresponsable, pero te juro que aguanté lo que más pude.

Atentamente,

Richard Tamayo N.

felipe33
15-12-2011, 11:58:58
Haciendo un paréntesis, la carta del profesor Richard Tamayo me recuerda esos aires de inocencia con el cual uno pisa por primera vez la universidad privada. Pero con el pasar de los semestres descubres que es un nido de corrupción donde muchos estudiantes que saben disimularlo muy bien, son beneficiados extraordinariamente por el sistema de calificación, casualmente son los hijos de familias con grandes influencias empresariales o políticas, y las mujeres con llamativos atributos físicos.

La meritocracia no solo es un modelo en crisis en la administración pública. A veces tiendo relacionar sin ningún argumento sólido, que el acentuamiento del creciente fenómeno de la “palanca” es una consecuencia cultural de las grandes inversiones legalizadas producto del narcotráfico en las ultimas décadas.

“Pues... y para que me voy a esforzar estudiando si tengo muchos amigos que me ayuden, ¿verdad?”

Misos
15-12-2011, 18:54:17
Que cosa...

Desde hace días había visto que este tema estaba en la lista de ZP, pero me daba pereza entrar a él porque le conozco y me causa, por un lado (debo reconocerlo), mamera por que a corto plazo es muy frustrante y rinde escazos frutos.

Tal vez para la próxima semana, como es costumbre, sea otro tema que se va hundiendo y será olvidado; y no debería ser así porque la educación, en este caso institucional (superior), es la base sobre la que la sociedad puede superar sus problemas. Tengo cierto sentido, como un cosquilleo (por mi formación universitaria), que me impulsa a dar mis apuntes sobre el tema; pero mejor mañana...

Muy buenos aportes se han hecho, muy buen tema se ha convertido o puede llegar a ser... No lo dejen pasar tan rápido

Heráclito
15-12-2011, 20:06:57
Que cosa...

Desde hace días había visto que este tema estaba en la lista de ZP, pero me daba pereza entrar a él porque le conozco y me causa, por un lado (debo reconocerlo), mamera por que a corto plazo es muy frustrante y rinde escasos frutos.

Tal vez para la próxima semana, como es costumbre, sea otro tema que se va hundiendo y será olvidado; y no debería ser así porque la educación, en este caso institucional (superior), es la base sobre la que la sociedad puede superar sus problemas. Tengo cierto sentido, como un cosquilleo (por mi formación universitaria), que me impulsa a dar mis apuntes sobre el tema; pero mejor mañana...

Muy buenos aportes se han hecho, muy buen tema se ha convertido o puede llegar a ser... No lo dejen pasar tan rápido


Pues parece, Misos, que los involucrados han provocado una marea saludable donde interviene todo el mundo, estudiantes, profesores, columnistas, gente del común. Lo interesante es cada quien tiene algo que decir, cuentan sus propias experiencias y enriquecen el debate. Esperemos que siga ahondándose en el problema.

chepe88
15-12-2011, 21:09:03
Tiene Toda La Razon La Educacion Basica Y Mas En Este Pais Creo Que Va En Decadencia :/ Lo Digo Por Que Mis Estudios De Bachillerato No Fueron Muy Buenos A Comparación De Los De Primaria

RICARDO69
16-12-2011, 22:17:48
Carta a Victoria Tobar


Por su parte el profesor Richard Tamayo, continúaa el debae y responde a Viviana Tobar

Estimada Victoria. Ayer, tan pronto publicaste tu carta sobre el affaire Jiménez, la leí con detenimiento. Me impresionó la seriedad y el tono de tu escritura. Como editor, no pude dejar a un lado la neurosis desgraciada que me obliga a buscar erorres. Pero sobre todo, la leí como profesor. Como el profesor que no podrás contar en tu lóbrega lista de 29 docentes, porque hace unos meses decidí claudicar. No quiero contarte porqué lo hice, pero sí quiero comentar algunos aspectos de tu carta que me llevaron a la reflexión.

En primera instancia, Victoria, tu carta muestra que desconoces el sistema de administración y selección de personal de la Universidad.

Primera vez que leo que un estudiante tiene que ser experto en administración y selección de personal de la universidad para saber si un profesor es bueno o no; si satisface sus expectativas como alumno y si considera que sabe transmitir sus conocimientos.

Tú no le pagas al profesor, él no es tu obrero. Él, en el mejor de los casos, fue elegido a través de un proceso extenso, burocrático y agotador en el que se evaluaron sus competencias en investigación y docencia, y su carrera académica y profesional.

En el mejor de los casos, digo, porque todos sabemos que con los profesores de cátedra ello no siempre ocurre y que muchos concursos para profesores de planta están amañados en su origen y carecen de instancias objetivas de supervisión. Gracias a los concursos y evaluaciones, Victoria, has tenido 4 profesores decentes. Gracias a la corrupción del mismo sistema, has tenido 25 profesores incompetentes. Y a todos esos 29 docentes, les pagan las Facultades a través de sus Departamentos. A ellos no les pagan los estudiantes, les paga una institución que debería preocuparse por tener excelentes empleados, pero que muchas veces les destina salarios vergonzosos y pocos estímulos a su gestión.

Las universidades privadas tienen su razón de ser en el alumno. si no lo hay o si no paga la matrícula y todos los gastos extras que se erogan en ese proceso y a lo largo del semestre, simplemente no pueden seguir funcionando. Por lo tanto, el dinero de los estudiantes, si paga los salarios de los profesores.

Estoy de acuerdo en que no se puede tratar a los profesores como obreros, pero que tampoco caigan los docentes en la soberbia de pensar que son independientes laboral y económicamente de sus alumnos.

¿Sabes? Una Navidad, a todos sus profesores de planta, la Facultad tuvo a bien regalarnos como premio anual a nuestra labor docente un juego de pocillos. Bonito. Pero muy desconcertante. Si tus jefes piensan que lo que más puede motivarte a seguir trabajando en la Universidad es un juego de pocillos y no un bono para comprar un libro en la Tienda Javeriana, estamos en problemas.

Y es que hay que darles regalos para motivarlos a enseñar?

Continúa...

RICARDO69
16-12-2011, 22:19:04
También, como la gran mayoría de tus compañeros, desconoces el sistema de gobierno de la Universidad. Y eso no es culpa tuya. La verdad, la Universidad no parece hacer ningún esfuerzo por aclararles a los estudiantes cómo funciona. Tal vez ello asegura que las quejas nunca lleguen a donde deben llegar y las responsabilidad se diluyan de manera perversa. Nuestros jefes son los Decanos, pero rendimos cuentas a los Jefes de Departamento. Y por un mecanismo bien particular, son las Carreras las que compran las clases a los Departamentos. En la práctica esto quiere decir que si tienes un pésimo profesor en clase, tú vas a la Carrera a quejarte, pero ella, a su vez, debe tramitar la queja al Departamento al que le compró el servicio y éste, si lo estima conveniente, pues llama al profesor y le pregunta qué sucede. Una Carrera puede tener cientos de profesores que pertenecen a decenas de Departamentos distintos. Si todos conspiran para que tu queja sea respondida, tal vez en algún momento del siguiente semestre sepas qué opinó el Jefe del docente en cuestión. Obviamente, el profesor tiene derecho a réplica y la rueda kafkiana girará una vez más.

Eso no es culpa de los estudiantes. Por el contrario, es del cuerpo docente que acepta ese tipo de contratación.

Como parte del gobierno académico, los estudiantes tienen un representante al Consejo Académico que tú debiste ayudar a elegir. Si no lo hiciste —porque la Facultad no te comunicó a través de los mecanismos pertinentes cuándo fueron las elecciones, o simplemente porque no te interesó— pues te has perdido la posibilidad de tener una voz que represente tus demandas y exija tus derechos. ¿Sabes quién te representa?, ¿tú y tus compañeros se han preocupado por hacer una evaluación de la gestión de sus representantes?, ¿sabes qué tanto poder real tiene dicho representante? A él o ella deberíamos pedirle que nos cuente qué ha hecho por ustedes.

Que pasaría si ella responde que si conoce sus derechos, que si estaba enterada de las elecciones de representante, que votó por él y que está pendiente de su gestión? ¿Cambiaría algo eso?

Tengo entendido que algunos estudiantes promovieron la creación de una Asamblea estudiantil. Me sentí muy orgulloso al leer la amable invitación que hicieron por Facebook y Twitter para que todos los estudiantes de la Facultad asistieran y comenzaran a forjar un movimiento estudiantil javeriano, digno de hacer parte del valioso movimiento nacional. ¿Fuiste a la Asamblea?, ¿sabes a qué conclusiones o a qué acuerdos programáticos o tácticos llegaron?, ¿sabemos de qué manera la Asamblea interactúa con los directivos de la Facultad?, ¿cómo le comunicó esta Asamblea su trabajo a todos los compañeros que no asistieron?

Victoria, es importante que tú sepas claramente qué servicio estás pagando y qué mecanismos te otorga la institución y la Ley para exigir la correcta prestación del oneroso servicio educativo que pagas. En nuestro país, desafortunadamente, las empresas e instituciones están acostumbradas a ocultar sus mecanismos de su funcionamiento, con el fin, tal vez, de impedir que sus usuarios puedan exigir cambios y mejoras.

Idem

Por otra parte, creo que haces mal en cuestionar una metodología educativa en unas competencias cuyo modo de adquirir desconoces.

Este tipo parte del supuesto que su interlocutora es una imbécil y que todo lo desconoce. Debe ser z.... mejor no digo.

El profesor Jiménez forma en competencias editoriales. Para un editor, saber leer y escribir no es una opción, es una obligación, un principio de funcionamiento, una necesidad fundamental. El editor VIVE de leer y escribir, luego se debería preocupar por refinar sus herramientas de supervivencia. Algunos profesores creemos que TODOS los comunicadores deberían desarrollar en la Carrera excelentes competencias lecto-escriturales, pero otras personas creen que no y tienen buenos argumentos para ello. Es un debate abierto que también podríamos dar. El caso es que, para los que libremente decidieron pagar el servicio de enseñanza del Campo Editorial, el desarrollo de estas competencias es fundamental y todos los profesores deben estar en la obligación de exigirlo. Un “resumen” no me parece un ejercicio inocuo, estúpido o falto de exigencia. De hecho, muestra bien qué capacidades tiene el estudiante para comprender las estructuras lógicas, argumentativas y narrativas que componen un texto. Si yo dictara clases de narrativa audiovisual, sería interesante plantearles el ejercicio de convertir un cortometraje en un filminuto, tal vez ello te muestre a ti misma que sintetizar es un ejercicio que merece ser explorado.

De acuerdo, pero el profesor, para exigir que un estudiante haga algo, primero lo tiene que enseñar y enseñarlo bien. No se puede escudar en que los alumnos no lo saben hacer y tirar la toalla

También te quejas de la falta de vocación del profesor Jiménez. La verdad, él no lleva 6 meses siendo docente. Sus años de trabajo parecen delatar que sí tiene una vocación.

Si fuera solo cuestión de tiempo laborado, las universidades deberían solo tener profesores nonagenarios, que lleguen a dictar sus clases en silla de ruedas y con bala de oxígeno al lado...

Pero la resignación, el sacrificio y la entrega total no son valores que considere inherentes al trabajo pedagógico. Esos principios de moral católica no se los podemos pedir a un docente. En cambio, sí le podemos exigir que permita la construcción de las reglas de funcionamiento del dispositivo escolar de manera democrática, honesta y dialógica. ¡Y que las cumpla! Que sea claro en sus mecanismos de evaluación y que los comunique debidamente. Que llegue a tiempo a clase. Que cumpla con el programa que el estudiante pagó. Eso sí es deseable éticamente, pero sacrificarse por los estudiantes sólo los lleva a la puerilización y la incompetencia.

Al fin qué: el estudiante le paga al docente o no?

Todo lo anterior no quiere decir que suscriba las explicaciones que el profesor Jiménez da sobre el origen de la mediocridad de tus compañeros.

Vea, pues. Ya calificó a los estudiantes de Jiménez (no tengo ganas de llamarlo profesor) de mediocres. Como sobradorcito el señor, cierto?

Tu carta está bien escrita y, el solo hecho de que la hayas escrito tú, estudiante de otro Campo profesional ajeno a la edición, habla de tu seriedad académica y tu compromiso político, por eso no te cuento en el mayoritario grupo de estudiantes que sufren variados problemas en sus competencias cognitivas y comunicativas. Creo que Camilo es muy ligero al enunciar su hipótesis sobre los nativos digitales y que, como tú misma lo indicas, menosprecia unas tecnologías que claramente le aseguraron a él mismo un éxito inusitado y una viralidad impresionante de su carta de renuncia. Pero sus razones para renunciar son totalmente legitimas. Si uno es infeliz en un trabajo, no tiene que sacrificar su felicidad al desarrollo de competencias de unos seres a los que, seguramente, no les interesa refinarse. Tú no puedes juzgar si el faltó a su responsabilidad ética porque, de nuevo, él sólo es responsable de prestar adecuadamente el servicio que tus compañeros pagaron durante el tiempo que le fue contratado. Si él incumplió su contrato, lo tendrá que investigar la Facultad. Si él no desea renovarlo, está en su derecho, pero date cuenta que decidió no renovarlo, pero no dejó tirado su curso a la mitad del camino.

Ahora los estudiantes le salieron a deber a Jiménez or no dejarlos tirados a mitad de semestre? Si eso hubiera ocurrido, la facultad o el departamento, lo reemplazaría en dos días.

Las universidades, asi crean los docentes que son los putis boys del pueblo, tienen planes de contingencia y una planta de docentes de reemplazo para solventar cualquier tipo de situaciones!

Victoria, entiendo tu rabia. Tú dijiste —de una manera que me pareció jocosa— que éramos unos hijueputas que creíamos haber nacido profesores. Y sí, tienes razón, algunos profesores lo creen. Pero algunos otros somos docentes precisamente porque fuimos estudiantes. Yo soy egresado de la carrera que hoy estudias y recibí una educación bastante regular. En venganza, o al menos como cierto mecanismo de retribución, decidí ser profesor y exigirme no ser tan mediocre como los docentes que tuve. He hecho lo mejor que he podido. Di 9 años de mi vida a la Facultad de la que hoy te quejas, por un salario francamente vergonzoso. Pero intenté hacer las cosas bien, aunque muchos de mis estudiantes nunca hayan comprendido el sentido de mis clases. Yo también renuncié. También hago parte del grupo de profesores agotados al que tú llamas irresponsable, pero te juro que aguanté lo que más pude.

Desafortunadamente, la gran mayoría creen que están investido del poder mesiánico y que descienden directamente de la divinidad y éste, a pesar de que manifieste lo contrario, parece ser uno de ellos...

Atentamente,

Richard Tamayo N.



Chao!

Heráclito
17-12-2011, 00:07:48
Hemos hablado mucho de la carta de Camilo Jiménez, pero nada sobre él, ¿quién es Camilo Jiménez? Quizás, si nos acercamos un poco, consigamos entender las razones de su carta.

Lo primero a decir es que no es un aparecido. Es un editor brillante encargado de una de las revistas más talentosas del mundillo colombiano, "El malpensante".

También ha sido editor externo del Grupo Santillana y lleva dieciséis años en este oficio. En una entrevista (haz click acá (http://equinoxio.org/columnas/el-acierto-de-pensar-mal-774/)) se le preguntó por su oficio y la razón por la que se ha mantenido enla revista:

"...lo que me ha mantenido estos años aquí es una suerte de doctrina de puño y letra: puño para los autores y letra para los lectores. Es decir, en El Malpensante realizamos un trabajo editorial como cada vez se ve menos en este medio: director, subdirector y yo establecemos una negociación conjunta —o discusión, si quiere— con el autor para que los artículos salgan fortalecidos, carnosos."
Sobre los tipos de textos que llaman su atención como editor:

"Los que son sugerentes, están muy bien escritos, incluyen ironía o algún rasgo que asombre o divierta. Los que tienen buenas ideas, o que revisan de manera insólita las ideas establecidas. Los que ponen pereque, los que molestan con fundamento. Los que se dejan leer desde el comienzo hasta el punto final, sean del tema y la extensión que sean."

Sobre las recomendaciones que tiene para los escritores colombianos que están empezando y aspiran a tener una carrera literaria, señala:

"Que lean mucho, escriban mucho y caminen mucho. En la segunda parte del Quijote hay una frase a primera vista cándida, pero que no lo es tanto: “el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho”.


También les recomendaría que no se tomen la literatura, el oficio, tan en serio: un rasgo común de los principiantes es que consideran la literatura demasiado solemne, y el humor, la sátira y la ironía quedan proscritas de sus textos. Escribir no es buscar palabras raras y pomposas, quizá sea, entre muchas otras cosas, inventar mundos: ¿no es ese el oficio más divertido que pueda existir?"

Esto nos da una idea de lo que perseguía con sus alumnos. No exactamente eso por estar frente a novatos, pero sí lo que en el fondo quería conseguir hacia el futuro.

karenalga
17-12-2011, 06:24:43
ME gusto mas la carta del profesor Tamayo, muestra de manera un poco mas humilde la denuncia y la problemática que se esta dando en algunas universidades, mas que todo de caracter privado.

Yo he tenido la oportunidad de estar en universidad privada y universidad pública y la diferencia es abismal.

En la privada que estuve parecía un salón de primaria, con el profesor dictando las lecciones y de vez en cuando pidiendo silencio para el desordenado grupillo que se la pasaba casi toda la semana planeando rumbas y salidas.

Mientras en la pública, al menos en 3 de 4 profesores he visto algo de pasión por la materia y que esta sea correspondida por sus estudiantes.

Como nota final: En primer semestre de la pública me pusieron a hacer un trabajo arduo pero muy enriquecedor. En ese mismo semestre me encontré con mis compañeros de la universidad privada y estaban en el mismo ejercicio..ELLOS YA IBAN EN TERCER SEMESTRE.

RICARDO69
17-12-2011, 10:05:28
Lo primero a decir es que no es un aparecido. Es un editor brillante encargado de una de las revistas más talentosas del mundillo colombiano, "El malpensante".

También ha sido editor externo del Grupo Santillana y lleva dieciséis años en este oficio.

De lo que se puede deducir que Jiménez ha escogido la profesión correcta, en donde puede hacer un trabajo brillante, donde puede hacer lo que le parezca porque es el jefe y que tiene que permanecer allí.

La enseñanza, sobre todo universitaria, donde los métodos difieren un poco, donde el proceso es dinámico e incluyente, debe dejarla como una aventura y una experiencia más en su vida.

Esto nos da una idea de lo que perseguía con sus alumnos. No exactamente eso por estar frente a novatos, pero sí lo que en el fondo quería conseguir hacia el futuro.



Hay que decir en su favor que, por lo menos, trató de conseguir unos objetivos y que, como no los pudo o no los supo alcanzar, no va a seguir vegetando como muchos y deja el espacio para que llegue alguien que pueda transmitir a sus estudiantes sus conocimientos.

Heráclito
17-12-2011, 10:13:49
Hay que decir en su favor que, por lo menos, trató de conseguir unos objetivos y que, como no los pudo o no los supo alcanzar, no va a seguir vegetando como muchos y deja el espacio para que llegue alguien que pueda transmitir a sus estudiantes sus conocimientos.

De acuerdo, Rap. Pero por su perfil creo que haría una labor estupenda enseñando en un postgrado, una maestría o un doctorado. Tiene mucho para dar, pero su exigencia es mayúscula, propia de alumnos más avanzados.

Aparte de esto, tampoco es su primera aventura docente ya que lleva varios años vinculado a la Javeriana.

RICARDO69
17-12-2011, 10:20:00
De acuerdo, Rap. Pero por su perfil creo que haría una labor estupenda enseñando en un postgrado, una maestría o un doctorado. Tiene mucho para dar, pero su exigencia es mayúscula, propia de alumnos más avanzados.

Aparte de esto, tampoco es su primera aventura docente ya que lleva varios años vinculado a la Javeriana.

También es cierto que puede estar en el lugar equivocado y que su perfil y metodología sean para un nivel más alto, donde los estudiantes lleguen con unos conocimientos muy elevados y especializados.

Heráclito
17-12-2011, 11:40:53
Para ahondar en el tema, una entrevista a Camilo Jiménez en la que profundiza sobre la carta, las inquietudes que la llevaron a escribirla, las circunstancias que rodearon su publicación, y las consecuencias que de ella se derivaron:

Camilo Jiménez: “Hay que discutir sobre la calidad de la educación”, por Sinar Alvarado

¿En qué consiste la lealtad de un maestro hacia sus alumnos? ¿Hasta dónde llega ese compromiso? ¿Debe persistir en su tarea un educador, aún por encima de la incomunicación y la apatía de sus discípulos? ¿Cuándo es ética una renuncia? Habla un profesor de periodismo que se convirtió en noticia.


Por Sinar Alvarado | 12 de Diciembre, 2011

http://prodavinci.com/sistema/wp-content/uploads/2011/12/camilo300.jpg


A una decisión como ésta, profesor, no se llega de golpe. ¿Hace cuánto venía incubando su carta de renuncia? ¿Cuál era el objetivo cuando la escribió y la publicó?

Los sentimientos encontrados frente a mi clase venían de dos o tres semestres atrás. Desde entonces venía encontrándome ante una profunda desconexión entre lo que los estudiantes y yo queríamos y considerábamos esencial. Busqué maneras de llevar la clase, ensayé con otros títulos y formas distintas de presentarlos y acercarse a ellos, cambié los ejercicios que hacíamos, la manera de exponer puntos que yo estimaba importantes en esas lecturas. Este último semestre vi que durante el último año y medio o dos años, y a pesar de los intentos, no encontré la manera de comunicarme mejor con los estudiantes, y por eso la renuncia.

Ahora bien, no quería aducir “motivos personales” en una carta formal y protocolaria. Tenía sentimientos encontrados: tristeza, desconsuelo, esperanza y rabia, entre otros. Pero no sabía qué estaba primando en mí. No tenía nada claro, salvo que debía retirarme y pensar. Y la manera más efectiva de pensar, al menos para mí, es escribiendo. Con las propias ideas en el papel uno dialoga con ellas, las puede mirar desde distintos ángulos, las califica y discute con ellas, un poco como si fueran ajenas. La carta la escribí para mí y para mi jefa de la universidad, a quien se la pasé junto a la carta de protocolo, esa donde uno usa por única vez palabras como “irrevocable”.

Unos días atrás había reabierto mi blog, y la colgué allí para comentar todo lo que estaba sintiendo con los amigos que visitan la página. Ese era el objetivo: compartir mi desazón con mi jefa, y comentar esos sentimientos con los amigos que pasan por el blog y comentan, que son unos 30 o 40.

Mi jefa en la universidad me llamó unos minutos después de recibirla y me dijo que los colegas del departamento debían conocer la carta, que la había reenviado a unos cuantos. Al parecer uno de los profesores se la envió a la directiva de la universidad, y al día siguiente recibí una llamada del vicerrector académico pidiéndome autorización para enviarla a El Tiempo. Supuse que harían alguna nota o la usarían como insumo para una noticia sobre educación superior, qué sé yo. La publicaron a página completa el viernes y de ahí toda la resonancia que tuvo.

El diario El Tiempo, de Bogotá, publicó una versión de la carta bajo el título “Profesor renuncia a su cátedra porque sus alumnos no escriben bien”. ¿Puede reducirse a esa frase su decisión?

En lo más mínimo. Sí considero que un estudiante de periodismo de tercer semestre o superiores debería ya saber escribir y comunicarse mínimamente. No de manera creativa y original, eso se aprende con años de lectura y escritura, sino de manera efectiva. Mi decisión obedeció principalmente a que no me podía comunicar con ellos, a que no encontraba la manera de despertar su curiosidad y su interés en los asuntos del curso.

En un punto de la carta dice: “Buscaba que (los alumnos) practicaran hacerse entender en un grupo, una herramienta que estimo fundamental no sólo para la vida profesional, sino para la vida civil”. La universidad, además de enseñar un oficio, debería además colaborar en la formación de ciudadanos. Y creo que este es uno de los puntos claves de su reflexión. La apatía hacia el aprendizaje puede estar relacionada con la apatía por la civilización, que no puede sostenerse basada sólo en el desarrollo tecnológico. ¿La verdadera emergencia aquí, más allá de la incompetencia narrativa, no está más bien en el riesgo de graduar muchachos atrofiados para la vida en comunidad?

Para la vida en comunidad, sí, pero también para la vida en intimidad. Es claro que los modelos de aprendizaje que conocemos están cambiando. Ahora que todos estamos siempre conectados, expuestos; que tenemos seguidores sin ser estrellas del espectáculo ni gurús, y “amigos” de quienes apenas conocemos las fotos de un paseo, quizá lo que esté haciendo falta sea fomentar en los estudiantes el silencio, la intimidad, la introspección. Con tantos estímulos lo que se está perdiendo es la mirada hacia el propio interior, que es tan alimenticia. No se ría, pero dentro de las estrategias que he pensado en estos días está la de comenzar —o terminar— cada clase con una sesión de meditación de cinco minutos. No estoy diciendo que lo voy a implementar si regreso a las aulas, o que debería implementarse: estoy diciendo que he pensado en ello.

Por otro lado, la manera de conversar y de discutir —que es el medio privilegiado para el desarrollo de la vida civil— también está cambiando. Siempre consideré fundamental escuchar al otro, intentar entender bien lo que dice, y contestar en consecuencia. Si las razones del otro son válidas, el propio enfoque se cambia, así de simple. Pero las discusiones y conversaciones son en muchas ocasiones un —perdón por el cliché— diálogo de sordos. Cada quien expone sus ideas y razones y oye de mala manera las del otro, y al final cada uno está más empeñado en sus razones aunque las del otro sean vigorosas, válidas. Lo que importa en una conversación moderna es tener la razón. Y a mí lo que me importa es justo lo contrario: encontrar otras razones que amplíen mi experiencia. ¿Sabe? Yo me meto poco en discusiones. Muy poco. Porque cuando intervengo en ellas estoy dispuesto a cambiar mi manera de pensar si las razones que me expone el contrario son válidas, y espero de mi interlocutor la misma actitud. Y muy pocas personas están dispuestas a eso.

Fuente: ProDaVinci (http://prodavinci.com/2011/12/12/actualidad/camilo-jimenez-hay-que-discutir-sobre-la-calidad-de-la-educacion-por-sinar-alvarado/)

Continúa en la siguiente entrada...

Heráclito
17-12-2011, 11:44:48
Continuación de la entrevista al profesor Camilo Jiménez donde arroja luces sobre las razones que lo llevaron a escribir su carta-renuncia a su cátedra: Que la carta haya hecho tanto ruido parece una buena noticia. ¿Cree que de algún modo eso le da la razón? ¿A qué viene tanto escándalo?

No se trata de tener o no tener razón. ¿Razón en qué? Lo que he pensado con toda esta resonancia es que en la carta se tocan puntos en los que mucha gente estaba pensando, que había inquietudes al respecto, tanto de parte de los profesores como de los estudiantes, de los padres de familia y las instituciones. La carta relata una experiencia personal de clase, pero al parecer muchos compartían esa misma experiencia, de parte y parte. El ruido en este caso puede ser conveniente, porque lleva a mucha gente a pensar cómo está asumiendo el proceso educativo en el punto en que le tocó: como estudiante, como docente, como institución o como padre de un universitario. Ahora que se habla tanto de cubrimiento y alcances de la educación, vale la pena agregar la calidad a la ecuación. Y la carta va en ese camino.

La cátedra que abandona se llama Evaluación de Textos de No Ficción y pertenece a la línea de Producción Editorial y Multimedial de la carrera de Comunicación Social en la Universidad Javeriana. ¿No es bastante claro esto? ¿No deberían saber los estudiantes qué tipo de cosas se les van a exigir?

Sin duda. ¡Se están formando como periodistas, como editores! No me cabe en la cabeza que un joven de quinto semestre de Comunicación Social no solamente no haya leído a Truman Capote, sino que no sepa quién es. O, para ponerlo en el plano local, que no sepa quién es ni haya leído a Daniel Samper Pizano. No me cabe en la cabeza que no identifiquen lo esencial en un texto y sepan ponerlo de manera clara en un escrito breve. No me cabe en la cabeza que entreguen pruebas escritas plagadas de errores básicos de escritura. Le cuento un caso específico: uno de los ejercicios que propuse fue hacer un resumen de Relato de un náufrago, de Gabriel García Márquez. La entrega de uno de los estudiantes empezaba así: “Retrato de una naufrago es un libro de…”. No me cabe en la cabeza que un estudiante de Comunicación Social, de tercer semestre o superior, entregue un trabajo con tres errores, tres, en el título del libro que está reseñando.

No creo que la tarea de un profesor de la materia Evaluación de Textos de No Ficción, que se da en niveles superiores, sea enseñarles a hacer un resumen. Creo, sí, que es pulir y mejorar esa herramienta, pero no enseñarla.

Muchas universidades han adoptado la opción de convertir la Comunicación Social en un curso de posgrado. Así, los estudiantes de carreras como Historia, Literatura o Ciencias Políticas, con una formación intelectual más sólida, pueden luego adquirir destrezas de orden técnico que podrán aplicar en los medios. ¿Te parece conveniente esta alternativa en Colombia? ¿Puede ser una solución?

Lo he pensado y lo he discutido con amigos. Mire usted que muchísimos periodistas sólidos (de radio, televisión, o internet; no importa el medio) vienen de otras áreas del saber. Y en la práctica, cuando están trabajando en los medios, van aprendiendo la manera de hacer público ese conocimiento. Puede que la Comunicación Social como programa académico apenas dé para armar una tecnología, o una especialización. Sucede con las licenciaturas: en Artes Plásticas, en algunas universidades, se cursa la carrera, y quienes quieran especializarse en la labor docente deben hacer uno o dos años más para aprender estrategias didácticas. No sería mala idea: que alguien estudie la carrera de Economía, de Historia, de Antropología, de Literatura, y si quiere ser periodista, comunicador, completa esos estudios con uno o dos años donde se le den los rudimentos de la comunicación social. Técnicas de radio, de televisión, de escritura. No digo que sea lo ideal, pero es un punto para pensar sin apasionamientos.

¿Cuánto de ética hay en su renuncia?

No sé. Lo que sé es que siempre he intentado evitar hacer cosas por obligación, y la asistencia a mi clase se me estaba convirtiendo en una carga. Si algo no me reta, si no aprendo, me aburro, haga lo que haga. Y en mi clase no estaba aprendiendo al lado de los estudiantes; no me estaba sintiendo suficientemente estimulado por la interacción con ellos. Y los estudiantes no se merecen tener al frente a un profesor cansado, desmotivado.

En los foros donde se discute su carta —Twitter, Facebook, páginas de periódicos y revistas— se repite la palabra “derrota”. Alegan que usted “tiró la toalla” antes de tiempo, que debió insistir. ¿Se siente derrotado? ¿Qué es lo que más lamenta?

Derrotado para nada; no estoy peleando ni compitiendo. En la carta expuse lo que estaba viendo y lo que estaba sintiendo. Lamento las lecturas sesgadas, cargadas de prejuicios, de rabia. Los argumentos ad hominem (y espero que no me crucifiquen por soltar un latinajo). El marcado interés en desacreditar al autor de un texto que incomoda. Lamento que muchos lectores se hayan entretenido en lo accesorio de la carta, en lo insignificante. Pero ese es el mismo problema que estoy señalando allí: la falta de lecturas, de reflexión, de análisis sereno de los hechos lleva a que la atención se concentre en aspectos intrascendentes. De una carta o de cualquier otro texto, sea escrito, audiovisual, político, etcétera.

“Culpa” es la palabra que más se repite en esos foros. Todos buscan un culpable. ¿Quién es? ¿Dónde está ese personaje indolente?

Con todo este asunto me he dado cuenta de que hay una tendencia a convertir todo escrito en un relato policial: ¿Dónde está el culpable? ¿Quién es el asesino? ¿Contra quién está escribiendo? Leemos llenos de prejuicios, intentando encontrar ideas que afirmen las nuestras, nunca que las discutan. Leemos intentando encontrar respuestas, no más preguntas. Por eso los desenfoques, las lecturas parcializadas, los engaños y malos entendidos. Si a alguien culpo en mi carta es a mí mismo, a mi incapacidad para comunicarme de manera efectiva con mis estudiantes.

Muchos erraron el enfoque y le critican su supuesto ataque a las nuevas tecnologías. ¿De qué modo aprovechar estas herramientas? ¿Se ha planteado buscar un sendero en esa dirección?

Ese enfoque equivocado viene de lo que dije en la respuesta anterior. La mala lectura, la “lectura bárbara” de la que habla Alejandro Rossi. Me sorprende que tantos hayan pensado que estoy en contra de la tecnología. Por favor: tengo un blog, tengo Facebook y Twitter; paso muchas horas al día en internet. No estoy en contra de la tecnología: estoy en contra de la mediocridad. Uno de mis poetas favoritos es Juan Ramón Jiménez. En un aforismo, dice: “Lo malo está más cerca de lo bueno que lo mediocre”. No puedo estar más de acuerdo. Y lo que veo en mis clases, en los medios de comunicación, en el acercamiento a los hechos, es mediocridad, ligereza, desconcentración, facilismo. No soy capaz de decirlo de manera más suave.

La frase de Wittgenstein dice que “el universo de cada hombre es exactamente del tamaño de su vocabulario”. Es decir, el mundo y la realidad que percibimos están enmarcados en nuestra propia capacidad para nombrar y narrar. Es decir, para pensar y reflexionar. ¿Qué pasa si el futuro no es más esto que hemos conocido, y desaparece para siempre la vocación por el saber ligada a la palabra? ¿Se imagina viviendo en un mundo donde la formación sólo sean cápsulas y búsquedas de Google resueltas en fracciones de segundo?

Cuando terminé de armar la carta y la envié entendí varias cosas, entre ellas, que el texto se parece al testimonio de alguien que se da cuenta de la tan manoseada “brecha generacional”, y le duele. No me molesta haber evidenciado eso.

Ahora bien, no creo en un futuro por fuera de la palabra. Toda actividad humana creativa empieza con la palabra. Un guión de cine o un libreto de televisión, una obra plástica, un portal de internet, un experimento científico (que considero que tiene una carga grande de creatividad) están atravesados por la palabra. Todo empieza con una idea que se va materializando en palabras, que va tomando forma allí, en la intimidad de nuestro cerebro, a través de las palabras. Lo que sí puedo imaginar es un futuro o un presente más frívolo. Interesado en cosas insignificantes, y allí lo digo. Están cambiando los intereses. Eso duele, y el dolor está expresado en mi carta, pero hay que buscar entonces alternativas. En mi texto no avanzo en propuestas, vendrán otros que sí lo hagan: textos míos o de las personas que están pensando en todo esto.

¿Volverá a clases?

Quizá sí. Me gusta compartir experiencias, y el aula de clases es un lugar privilegiado para ello. Por ahora voy a pensar en herramientas y estrategias, voy a estar atento a lo que está pasando en las instituciones de educación, con los estudiantes y profesores. Después, tal vez, regresaré.

Fuente: ProDaVinci (http://prodavinci.com/2011/12/12/actualidad/camilo-jimenez-hay-que-discutir-sobre-la-calidad-de-la-educacion-por-sinar-alvarado/)

Diego San
17-12-2011, 12:00:53
Carta a Victoria Tobar


Por su parte el profesor Richard Tamayo, continúaa el debae y responde a Viviana Tobar



Yo había puesto la carta 2 post antes que el tuyo... ¿para qué repetir? eso en parte demuestra que la gente NO lee lo que escriben los demás.

Misos
17-12-2011, 12:06:10
Yo había puesto la carta 2 post antes que el tuyo... ¿para qué repetir? eso en parte demuestra que la gente NO lee lo que escriben los demás.

Efectivamente...

Por favor leer los aportes de los demás usuarios... Luego se quejan de los regaños de los profesores y dicen que sí leen... Y no es el unico tema donde ocurre esto ni el unico usuario que tiene este impase.

Lo de RAP tal vez fue sin querer, pero deberían acostumbrarse a leer a los demás para seguir en orden las discusiones...

RICARDO69
17-12-2011, 12:17:09
Yo había puesto la carta 2 post antes que el tuyo... ¿para qué repetir? eso en parte demuestra que la gente NO lee lo que escriben los demás.

Cooooorrecto! La gente NO LEE lo que escriben los demás. Si usted lo hubiera hecho, se daría cuenta que a la carta que usted posteó (buen aporte de su parte), le hice unos pequeños comentarios, los cuales están en letra azul.

Como usted comprenderá, para hacer esas pequeñas glosas, tenía que copiar la carta por usted aportada, para que me entendieran los que no leen lo que escriben los demás...

En la buena, viejo Diego!

RICARDO69
17-12-2011, 12:19:44
Efectivamente...

Por favor leer los aportes de los demás usuarios... Luego se quejan de los regaños de los profesores y dicen que sí leen... Y no es el unico tema donde ocurre esto ni el unico usuario que tiene este impase.

Lo de RAP tal vez fue sin querer, pero deberían acostumbrarse a leer a los demás para seguir en orden las discusiones...

Favor leer mi respuesta anterior.

En la buena, viejo Misos!

Isidorito
17-12-2011, 13:49:46
Cooooorrecto! La gente NO LEE lo que escriben los demás. Si usted lo hubiera hecho, se daría cuenta que a la carta que usted posteó (buen aporte de su parte), le hice unos pequeños comentarios, los cuales están en letra azul.

Como usted comprenderá, para hacer esas pequeñas glosas, tenía que copiar la carta por usted aportada, para que me entendieran los que no leen lo que escriben los demás...

En la buena, viejo Diego!

:laughing9::laughing9::laughing9: Knock-out.

Misos
17-12-2011, 14:45:32
Favor leer mi respuesta anterior.

En la buena, viejo Misos!

No hay problema.

Lo que pasa es que como no usaste el recurso para citar que tiene el foro entonces se produjo la confución...

Todo bien

Diego San
17-12-2011, 14:51:28
No hay problema.

Lo que pasa es que como no usaste el recurso para citar que tiene el foro entonces se produjo la confución...

Todo bien

Exacto

Heráclito
18-12-2011, 18:13:21
Un ángulo más de la polémica carta de renuncia de Camilo Jiménez. Esta vez cuenta más cosas en una entrevista que le concedió a María Jimena Duzán:

"Estoy contra la mediocridad de los estudiantes"


http://www.semana.com/photos/1546/ImgArticulo_T1_102610_20111217_142534.jpg
"Si no entienden bien lo que leen, lo malinterpretan, y eso se nota en muchas de las respuestas a mi carta”


EN PLATA BLANCA Camilo Jiménez causó controversia al publicar la carta de renuncia a su cátedra en la Javeriana en la que señala problemas de aprendizaje de sus alumnos. Aclaró sus intenciones y sostuvo que el problema es que la manera como los jóvenes de hoy acceden al conocimiento está cambiando.Sábado 17 Diciembre 2011


MARÍA JIMENA DUZÁN: ¿Qué sintió el día que vio su carta de renuncia a la cátedra de la Javeriana porque sus alumnos eran incapaces de escribir bien un párrafo, publicada en una página entera de 'El Tiempo'?

CAMILO JIMÉNEZ: Cuando la vi publicada en una página completa, me llevé las manos a la cabeza. Nunca me imaginé que iba a generar tanta polémica. Como ya lo he dicho, yo escribí esa carta para mi jefa y para unos cuantos amigos que frecuentaban mi blog; quería debatirla con ellos, pero no más. Si hubiera sabido que iba a salir en los medios, no habría dicho que fumaba marihuana.

M.J.D.: Una estudiante, en respuesta a lo que usted manifestó en su carta, dice que el problema de que los estudiantes no hubieran podido armar un párrafo de un resumen de un libro en su clase no era de los estudiantes sino de usted. La carta estaba muy bien escrita y argumentada, contrario a lo que, según usted, dice que no pueden hacer sus estudiantes. ¿Es ella su alumna?

C.J.: No, no es estudiante mía, y sí la leí. Ante todo, me pareció muy bien que ella se haya sentado a escribirla y haya abierto un blog. Seguramente discutió con varios compañeros antes de escribirla y solo por eso vale la pena todo este zaperoco que se armó. Esa no es la única carta que me ha llegado: ya llevo como cinco que me han enviado los estudiantes. Todas están muy bien argumentadas.

M.J.D.: ¿De quién es la culpa de que los estudiantes no aprendan: del profesor o de los estudiantes?

C.J.: Quiero aclararle algo: en mi carta no quise acusar a los estudiantes de nada, ni más faltaba. Lo que yo quería poner sobre el tapete es que la manera como los jóvenes de hoy acceden al conocimiento está cambiando y yo creo que los profesores no estamos muy atentos a esos cambios. Pero ni soy un retrógrado, como muchos han dicho, ni estoy en contra de las nuevas tecnologías, ni tampoco soy como un viejito, como muchos me han pintado: tengo mi blog, mi Twitter… Lo que quise señalar en mi carta es el uso que se les está dando a esas nuevas tecnologías, y en el fondo estoy es en contra de la mediocridad en los estudiantes.

M.J.D.: Usted dice en la carta algo que es cierto: que los estudiantes de ahora se acostumbran a no buscar porque todo lo encuentran en el señor Google…

C.J.: No soy experto en educación, soy simplemente un profesor que le gusta leer y que me he desempeñado en el mundo editorial. Pero sí creo que hay que entender que esa capacidad que tienen estas nuevas generaciones de aprender viendo un video mientras chatean con un compañero hay que saberla canalizar para que se construya un pensamiento crítico.

M.J.D.: Usted habla en su carta de que se va de la cátedra porque sus estudiantes no pudieron hacer un párrafo de un resumen de un libro…¿Cuál era el libro?

C.J.: Uno de los resúmenes que propuse fue del Relato de un náufrago, de García Márquez. Y el trabajo de uno de los alumnos empezaba: "El retrato de una naugrafo…! De una había tres errores en el título: retrato en vez de relato, una en vez de un y naufrago en vez de náufrago. Eso es ya un caso dramático de atención, de concentración, de cuidado.

M.J.D.: Usted también dice en su carta que no es ni ñoño ni mamerto, que fumaba marihuana y le gustaban las tetas, pero que leía…¿No leen los jóvenes hoy día?

C.J.: Sí leen, pero en internet, abriendo cada minuto una ventana, otra, mientras chatean con alguien. Es una lectura etérea, poco comprometida. Ahí empiezan a no entender y a fallar en su valoración sobre los hechos. Sin embargo, el ejercicio de leer un libro es distinto porque precisamente es el que les permite cerrar todas esas ventanas y abrir una sola para meterse en ella. Esa lectura atenta, que puede hacerse en cualquier plataforma y no solo en un libro, que nos permite retirarnos por un momento del mundo y concentrarnos en el libro, es lo que está faltando.

M.J.D.: Usted tiene el temor de que esas nuevas generaciones no puedan desarrollar un espíritu crítico...

C.J.: Si uno no entiende bien lo que lee, lo malinterpreta, y las buenas ideas nacen en la soledad. Si no tenemos la capacidad de estar recogidos, pues entonces las preguntas que se hacen van a ser las que no son. Y las razones y las ideas van a estar desenfocadas. Eso se demuestra en muchas de las respuestas a mi carta, como la de Daniel Pardo, en la que él hacía toda una argumentación sobre premisas falsas… Él leyó mal mi carta: me dice que soy un crítico de las nuevas tecnologías, y en realidad eso no es lo que digo en mi carta.

M.J.D.: ¿Qué pasa cuando los profesores no logran tocar el alma de los estudiantes?

C.J.: Pues se renuncia. O por lo menos, hay una frustración grande. Y de hecho, mi carta demuestra algo de eso. No estoy tirando la toalla, como muchos han dicho, sino pidiendo un tiempo para pensar.

M.J.D.: ¿Y a qué conclusiones ha llegado con todas estas reflexiones?

C.J.: Pues como se ve en la carta, no he llegado a ninguna conclusión todavía y si hay algún responsable de que mis estudiantes no hayan logrado redactar un párrafo, ese soy yo. Mi decisión es radical. Llevaba dos años ensayando alternativas que no producían buenos resultados. Y decidí que necesito pensar, parar. Voy a leer, quiero saber qué están haciendo los colegios, quiero prepararme mejor.

London Calling
19-12-2011, 18:16:53
Uno ya no sabe a quien culpar, si a los estudiantes o a los profesores. A mi me han tocado profesores muy malos, que no saben enseñar y eso en realidad desmotiva mucho .

Misos
19-12-2011, 19:58:23
Uno ya no sabe a quien culpar, si a los estudiantes o a los profesores. A mi me han tocado profesores muy malos, que no saben enseñar y eso en realidad desmotiva mucho .

El punto no debería ser buscar culpables sino asumir responsabilidades... En una universidad el estudiante debería dejar de ser tan pasivo y dejar de hecharle la culpa a los profesores. Si el estudiante siente que algo anda mal debería hablar... O tal vez es una concepción utópica mía por haber estudiado en universidad pública?