¿Quién tira la primera piedra?

[Ayudante De Santa]

[Tyler Durden]

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Se tenía previsto para hoy que Sakineh, de 43 años, fuera ejecutada en Irak luego de ser sentenciada a lapidación por el cargo de adulterio. Pero como ella, centenares de mujeres y hombres han sido víctimas del fundamentalismo islámico y condenados a morir apedreados y humillados


1. Retrógrado y radical. La lapidación es un método de ejecución contemplado en varias escrituras sagradas, entre ellas la Biblia, donde se busca que la muerte genere el mayor dolor posible en la víctima, debido a que un ser humano es capaz de soportar golpes sin perder el conocimiento instantáneamente. El procedimiento consiste en enterrar a la persona hasta el cuello, cubrirle la cabeza con una bolsa y apedrearlo hasta que muera. Con el paso de los años y el reconocimientos de los derechos humanos esta práctica entró en desuso, pero actualmente, algunos países de África, Asia u Oriente Medio de corte fundamentalista islámico aún castigan a las personas que mantienen relaciones sexuales ilegales utilizando la lapidación. Los países musulmanes que se rigen por la Sharia prescriben este método de muerte como el indicado en los casos de adulterio u homosexualidad, a pesar que la por lapidación viola los artículos 6 (derecho a la vida) y 7 (prohibición de la tortura y los tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes) del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

2. El caso Irán. En la nación árabe es en uno de los sitios donde anualmente mueren más personas a causa de la lapidación. Con la llegada de la revolución islámica en 1979, Irán adoptó la horca (en caso de asesinato) y la lapidación (en caso de adulterio) como pena de muerte. El Código Penal iraní es muy específico con respecto al modo de llevar a cabo la ejecución y al tipo de piedras que deben utilizarse. El artículo 102 dispone que, para la lapidación, los hombres tienen que ser enterrados hasta la cintura, y las mujeres, hasta el pecho, mientras que el artículo 104 dispone, en relación con la pena por adulterio, que deben utilizarse piedras "no tan grandes como para matar a la persona de uno o dos golpes ni tan pequeñas como para no poder considerarlas piedras". Aunque es difícil la obtención de cifras reales debido a que los juicios se llevan a cabo a puerta cerrada, la ONG Amnistía Internacional señala que en 2009 fueron ejecutadas 388 personas, y mientras Sakineh espera en el corredor de la muerte, al menos ocho mujeres y un hombre podrían ser lapidados en cualquier momento.

3. Piedras no, la horca sí. Sakineh Mohammadi Ashtiani parece tener las horas contadas. La mujer iraní de 43 años y madre de dos hijos está encarcelada desde 2006, cuando fue condenada a 10 años de cárcel y 99 latigazos por mantener relaciones ilícitas con dos hombres, uno de ellos el supuesto autor del asesinato de su marido en 2005. Sin embargo, en 2007 cuando comenzó el juicio por la muerte del esposo de Sakineh, la justicia iraní determinó que la relación extramatrimonial habría ocurrido mientras su esposo aún vivía, por lo que fue condenada a morir por lapidación, bajo el alegato de “adulterio”, y también se le acusó de complicidad en el homicidio de su esposo. En julio de 2010, la revelación de la inminente ejecución desencadenó una ola de indignación en todo el mundo, por ello el gobierno de Irán anunció que la condena a muerte por lapidación quedaba suspendida, y que el caso sería examinado nuevamente. Sin embargo, posteriormente el fiscal general del Irán, anunció que Sakineh Ashtiani había sido condenada a muerte por el segundo de los dos delitos y castigada por ello a la horca. Desde ONG’s hasta el Vaticano han pedido a Irán que suspenda la sentencia, súplicas desoídas por el gobierno quién el día lunes dio la orden de ejecutar la sentencia en la prisión de Tabriz, donde Sakineh permanece recluida.

4. No vale sangre azul. En 2009 una princesa saudí que dio a luz en Gran Bretaña un hijo fruto de adulterio, recibió en secreto asilo en ese país después de argumentar que de regresar a Riad se exponía a ser condenada a muerte mediante lapidación. La joven princesa estaba casada con un miembro de la Casa Real saudí cuando mantuvo una relación extramarital con un inglés no musulmán en Londres, tras quedar embarazada e intentando que su anciano marido no sospechara de su comportamiento, lo convenció para regresar a Londres, en donde dio a luz en secreto. Luego del parto, la princesa, cuyo nombre no fue revelado, acudió a los tribunales y argumentó que tanto ella como su hijo se exponían a la pena de muerte por lapidación si regresaban a Riad, de acuerdo a la Sharia. También le preocupaba la posibilidad de un asesinato de honor a consecuencia de haber huido de Arabia Saudita, ya que tanto su familia como la familia de su esposo habían roto todo contacto con ella. Su caso es sólo uno de varios que son protagonizados por ciudadanas saudíes que huyen a Gran Bretaña en busca de protección legal, sin embargo, los diplomáticos británicos no hablan del tema, pues consideran que hacerlo sería destacar la persecución de las mujeres en Arabia Saudita, lo que sería visto como una crítica abierta a la familia real y podría desatar un conflicto entre ambas naciones.

[Ayudante De Santa]

[Tyler Durden]

5. Doblemente víctima. El 27 de octubre de 2008 murió Aisha Ibrahim Duhulow, una somalí de 13 años quien fue lapidada por un grupo de 50 hombres en el puerto meridional de Kismayo, ante un millar de espectadores. En su momento trascendió que la joven tenía 23 años, edad calculada por los medios internacionales por su aspecto físico, sin embargo, posteriormente el padre reveló que Aisha tenía sólo 13 años cuando fue violada por tres hombres y, al intentar denunciar el ultraje ante la milicia Al Shabab, fue acusada de adulterio y detenida. Acto seguido, fue llevada a la fuerza a un estadio de la región, donde se encontraba un camión lleno de piedras previamente preparado. En un momento de la ejecución se le ordenó a personal sanitario comprobar si Aisha seguía con vida; la desenterraron, declararon que aún vivía, y volvieron a colocarla en el agujero para continuar con la lapidación. Dentro del estadio, miembros de la milicia abrieron fuego cuando algunos de los testigos intentaron salvarle la vida, matando a disparos a un niño que presenciaba los hechos. Ninguno de los hombres a los que Aisha acusó de violación fue detenido.

6. 30 minutos. Ese fue el tiempo que tardó Doaa Aswad Dekhil en morir lapidada por presuntos miembros de su familia, el 07 de abril de 2007. La joven de sólo de 17 años de edad pertenecía a la secta yazidí, una antigua minoría religiosa kurda que venera al Diablo. Pero como a veces el destino juega malas pasadas, Doaa se enamoró de un musulmán sunní y al parecer se convirtió al islam con la intención de casarse con él. Cuando regresó a su pueblo, Bashika, un grupo de ocho hombres la apedreó hasta la muerte, ante la mirada pasiva de 2.000 personas. Un vecino no identificado grabó la escena, que duró media hora, con su teléfono celular, pero Doaa se resistía a morir, fue entonces cuando uno de sus tíos aplastó su cabeza con un bloque de hormigón, ocasionándole la muerte inmediata. El video recorrió el mundo entero, alarmando a la comunidad internacional; y la venganza llegó días después, cuando 21 seguidores de la secta yazidí murieron en una emboscada tendida por un grupo armado en la ciudad de Mosul, pero la vendetta no evitó que la lapidación siga cometiéndose más a menudo de lo que se cree.

7. Igualdad en el papel. La Constitución aprobada en Afganistán en 2004, concede la igualdad de derechos a hombres y mujeres, legislación que en la práctica no se cumple. Como testigo está la muerte de Amina, una afgana de 29 años, que se convirtió en la primera víctima de la ley Sharia en el nuevo gobierno, al ser lapidada tras una condena por adulterio dictada por un tribunal islamista en Kabul. El esposo de Amina estuvo trabajando en Irán durante 5 años, a su regreso notó que personas de la comunidad lo miraban con rareza, lo que le motivó a indagar, descubriendo así que su mujer lo había engañado con un vecino, acto seguido Amina solicitó la separación. El hombre, enfurecido, solicitó un castigo ejemplar para ambos. De acuerdo a las versiones de los testigos, la mujer fue sacada a rastras de la casa de sus padres por su esposo y las autoridades locales, y fue llevada a la plaza pública, donde fue semienterrada y apedreada. El marido de Amina fue el primero en lanzar una roca contra ella y posteriormente lo hicieron familiares y vecinos hasta que le causaron la muerte. El amante recibió 100 latigazos de castigo y posteriormente fue dejado en libertad.

8. No todo está perdido. Safiya Hussaini fue la primera mujer en librarse de ser lapidada cuando el 26 de marzo de 2002 un tribunal de Sokoto, Nigeria, desestimara la sentencia de pena de muerte por adulterio que la mujer de 35 años poseía. La ignorancia de las leyes y la falta de abogado hacen que estas mujeres caigan en aceptar haber mantenido relaciones extramatrimoniales, en el caso de Safiya, con un primo de 70 años y casado con dos mujeres, quien negó la relación bajo juramento y fue absuelto. La hija de esa relación sirvió de prueba al tribunal para inculparla por adulterio, pero orientada por su abogado, Safiya declaró que su hija Adama, era fruto de relaciones mantenidas con su anterior esposo, argumento válido pues la interpretación de la Sharia permite al matrimonio disuelto mantener relaciones sexuales hasta siete años después de producido el divorcio. Hussaini marcó así un hito en los casos de lapidaciones, demostrando que con la adecuada orientación algunas mujeres pueden salvarse del horror de ser apedreadas hasta la muerte, con la aprobación de la cultura en la que están inmersas.

9. El mundo con las víctimas. El 25 de septiembre de 2003, Amina Lawal fue absuelta de la pena de muerte por adulterio, con el voto de cuatro de los cinco jueces del tribunal islámico de Katsina, Nigeria. Lawal, de 31 años, había sido condenada en 2002 por concebir un hijo fuera del matrimonio, el padre de la niña no fue procesado por falta de pruebas, pero a la mujer le tocaba ser apedreada. El abogado basó la apelación en que la acusada no había disfrutado de asistencia letrada ni del tiempo suficiente para responder a los cargos que se le imputaron, además, sólo un juez estuvo presente el día de su declaración, frente a los tres fijados por la ley, y la mujer no había sido sorprendida en el acto sexual del que se la acusaba. El proceso duró 18 meses, y fue asesorado por la ONG francesa Abogados sin Fronteras. La permisividad del gobierno nigeriano ha permitido que se aplique la Sharia, a pesar que la pena de muerte por adulterio es contraria a la Constitución nigeriana y a los tratados internacionales contra la tortura que Nigeria ha ratificado. En este caso, la presión internacional fue trascendental, pues Amnistía Internacional realizó una vasta campaña contra la pena de muerte, que llegó a recoger nueve millones de firmas contra la lapidación de Amina.

10. Sabor agridulce. El mismo día en que Amina Lawal fue dejada en libertad, un tribunal islámico de la ciudad de Bauchi, en el norte de Nigeria, sentenció a la pena de muerte por lapidación a Jibrin Babaji, de 23 años, señalándolo como culpable de sodomía. El joven fue procesado por mantener relaciones sexuales en varias ocasiones con tres menores de edad, a principios del año 2003. Los menores fueron sentenciados a recibir 50 azotes con una caña, dado que habían participado voluntariamente en los actos de sodomía. A pesar que la mayoría de las víctimas por lapidación son mujeres, este crimen también se comente contra hombres, cuando se trata de casos como el de Babaji o cuando los condenados son homosexuales.

http://www.talcualdigital.com/Especiales/Viewer.aspx?id=43275 (http://www.talcualdigital.com/Especiales/Viewer.aspx?id=43275)

[CANTI*]

absurdo.......
cosastan ilogicas, como si esto fuere l edad media........
si se castiga el adulterio que sea con carcel o servicio social....

[Hannibal Lecter]

costumbres detestables de una cultura barbara y despreciable.