"Los directivos utilizan a los jugadores como objetos": Jorge Agudelo

[Ayudante De Santa]

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El ex atacante, figura del Caldas campeón de América, es invitado a Testimonios. Contó su vía crucis luego del título y denunció el bloqueo del que fue objeto. Ahora trabaja en su lavadero de carros.

Aunque todavía el balón lo desvela, el exilio es su condena. Jorge Agudelo, recordado por goles claves para el título del Once Caldas en la Libertadores 2004 (a Barcelona en los octavos de final, a San Pablo en la semifinal y un penalti en la definición del título contra Boca Juniors) hoy cumple con su destierro en su negocio de carros en el Barrio La Paz de Envigado.

La Conmebol determinó suspenderlo por seis meses por resultar positivo el control antidoping que se le practicó el 19 de mayo (partido Santos - Caldas) al encontrar benzoilecgonina (metabolito de la Cocaína) en su orina.

Intentó desvirtuar la acusación pero "no tuve ni el capital ni el apoyo para hacerme otros exámenes en Suiza y Río de Janeiro".
Agudelo fue despedido del club manizaleño y según él, bloqueado "por un convenio que tienen algunos directivos de que jugador que demande a un club, no lo dejan jugar en otros equipos".

Contó que estuvo cerca de jugar en Junior, Huila, Envigado, Nacional y Pereira pero "me dijeron que me querían tener pero que no se podían echar esa gente encima". Este es el diálogo del ex atacante con 'Testimonios':

Futbolred: ¿A qué se dedica ahora?
Jorge Agudelo: "Estoy dedicado a la familia y trabajando con mi esposa en un negocito que tengo acá en Envigado, un lavadero de carros".

Futbolred: ¿Está contento en su nuevo oficio?
J.A.: "Pues hombre hay que estar contentos porque por lo menos hay algo que hacer. Es una bendición porque después de tanto trajín que tuve en el fútbol, es otra etapa en mi vida en la que estoy disfrutando cosas que antes no se pudieron disfrutar".

Futbolred: ¿Por qué su vida se aleja del fútbol y llega hasta su lavadero de carros en Envigado?
J.A.: "Por el destino y la vida porque nadie sabe lo que le tienen a uno. Desde antes de dejar el fútbol ya tenía algo sobre transporte con unos taxis y unas busetas. Mi esposa toda la vida ha trabajado con carros y ya recién dejamos el fútbol por las circunstancias que ya todos saben, seguimos por esa línea. El fútbol yo no lo he descartado pero me decepcioné por muchas cosas que me tocaron vivir".

Futbolred: Entonces, ¿usted todavía guarda esperanzas de volver a jugar?
J.A.: "Sí porque el fútbol es lo mío y todo lo que tengo se lo debo a él. Pero ahora lo que tengo es esto y le doy con toda porque uno no sabe que le depara el destino más adelante".

Futbolred: ¿Y esa decepción del fútbol surgió a raíz de ese capítulo del dopaje después de la Copa Libertadores?
J.A.: "Esas son experiencias que ya pasaron que fueron amargas y tristes. A eso ya hay que echarle tierrita y pensar en lo que viene".

Futbolred: ¿Pero fue el tratamiento que a la situación le dio el presidente Jairo Quintero y el mismo de Once Caldas lo que lo distanció definitivamente del fútbol?
J.A.: "Hermano con todo respeto, yo no quiero hablar más de eso. Ya he contado la historia muchas veces, todos los años hablo de lo mismo. Que vamos a repetir lo mismo de siempre. Es una historia de la que estoy cansado de hablar".

Futbolred: No hay problema pero, ¿por qué después no se pudo reenganchar en la actividad profesional?
Futbolred: "Por como manejan el fútbol los directivos. Yo entré a reclamar lo justo, lo que era mío y por esa forma de reclamar me bloquean los directivos. Es un convenio que tienen ellos interno. Jugador que tenga un club demandado no lo dejan jugar en otros equipos. Estuve Barranquilla y a los ocho días el presidente (del Junior) se echó para atrás. Lo mismo me pasó en Neiva y cuando estuvo con Nacional y Envigado me dijeron que me querían tener pero que no se podían echar esa gente encima. Eso es lo triste del fútbol acá, que lo manejan los directivos como quieran. Nosotros antes que jugadores somos personas pero esta gente nos utiliza como objetos de explotar. Por eso me decepcioné mucho. Eso no me permitió seguir jugando hasta que decidí no joder más con esto".

Futbolred: Pero, ¿qué le estaba usted reclamando al Once Caldas?
J.A.: "Todo lo que surgió de ese doping porque eso fue algo muy extraño y fuera de eso el incumplimiento del contrato y la liquidación".

Futbolred: ¿Cómo recuerda esa Copa Libertadores ahora?
J.A.: "Esos recuerdos son muy lindos. Fue un sueño hecho realidad que hoy todavía reconoce la gente. A mí me da orgullo ver los videos en canales internacionales. Ahora lo he disfrutado más que en el mismo momento que ocurrió".

Futbolred: ¿Pero a veces siente rencor por lo que pasó después de la Copa?
J.A.: "En el momento sentí mucha rabia y mucha impotencia por todo lo que ocurrió. A uno se le pasan muchas cosas por la cabeza pero afortunadamente sentí el apoyo de la familia y me di cuenta de que esos rencores no lo llevan a uno a ninguna parte. Yo recuerdo las cosas bonitas que son, al final, lo que lo alegra a uno. Me tocó enfrentarlo porque mi destino me lo tenía preparado y salí de esos dos años que fueron bastante duros".

Futbolred: ¿Siente que lo dejaron solo, que todo el mundo le dio la espalda?
J.A.: "Sí, y eso fue lo más triste, pero esa es la realidad que vivimos nosotros acá en Colombia. Solamente la familia está con uno en esos momentos. Si uno se pone a ver detallitos se decepcionaría de muchas personas. Eso es lo duro hermano, que uno cree contar con gente y no están sino en las buenas. Pero así se da cuenta de cómo es la gente con uno y el interés que manejan".

Futbolred: ¿Pero esa acusación por dopaje usted la pudo desvirtuar en algún momento; demostró su inocencia o eso se quedó en el limbo?
J.A.: "Yo hice todo lo que estuvo en mis manos. Desafortunadamente no tuve apoyo de nadie. Casualmente en la misma época le pasó lo mismo a María Luisa Calle y el Gobierno la apoyó y llegó al punto que tenía que llegar. Yo aclaré después que lo mío fue un montaje porque si hubiera sido cierto se habría sabido mucho antes. El control antidoping mío fue en el partido con Santos en Brasil y si la prueba sale positiva a los 15 días te van a llamar te van a hacer una contraprueba y viene la bulla y el escándalo, pero ¿por qué conmigo se demoraron nueve semanas?".

Futbolred: ¿Cómo fue ese momento?
J.A.: "Eso fue al otro día que salimos campeones. Ese señor (Jairo Quintero) me llamó como a las 10 de la mañana después de la celebración de toda la noche en la que no habíamos dormido. El gerente deportivo me llamó a decirme que el presidente me necesitaba. Yo me puse todo contento: pensé que me iban a vender porque habían muchos llamados. Agudelo estaba cotizado en ese momento. Salí feliz para la oficina, ¿para donde me habían vendido ya? Cuando llego ese señor trasnochado, oliendo a licor -imagínate después de ese triunfo, ¿quién no iba a estar así?-, llegué y me dijo: "mire lo que llegó" (el documento de la Conmebol). ¿Usted cree que esto es normal? le dije yo. Ni siquiera me respondió, se lavó las manos y se fue. Me dejó con el gerente porque tenía que viajar a Río de Janeiro. Ahí fue donde me puse a investigar muchas cosas. Mucha gente se enteró de cosas que algún día se sabrán para ver quién estaba detrás de ese doping y cuál fue la realidad de todo, porque lo mío fue muy raro hermano".

Futbolred: Pero si todo fue sospechoso, ¿qué le estaban cobrando? Porque usted fue uno de los más destacados en esa Copa Libertadores...
J.A.: "Eso es lo raro. Qué tal que me hubiera ido mal. Ese tratamiento que me dio Jairo Quintero a mí, de llegar hasta todavía no dejarme jugar. Como todo el mundo se le fue encima a ese señor, entonces me cogió la 'mala'. Hubo muchas investigaciones. Yo pedí reportes del Centro de Alto Rendimiento de Bogotá porque afortunadamente yo me hice varios controles. Lamentablemente no tuve los recursos para llegar más a fondo, para ir a Suiza o a Río de Janeiro a hacerme otros exámenes".

Futbolred: El momento más feliz de su carrera, ¿cuál fue?
J.A.: "El gol que le hice a San Pablo porque se vivieron muchas cosas linda antes y después. Soñé hacer un gol así desde pequeñito. Confiaba en lo mío y tenía muchas ganas de entrar (ingresó al minuto 66 por Herly Alcázar). Entré, metí el gol y pasamos a la final de la Libertadores. Fue lo mejor".

Futbolred: ¿Cuál fue el mejor equipo que integró?
J.A.: "El Nacional del Apertura 2002. En ese equipo tapaba Prono (Velásquez) y Milton Patiño, estaban Elkin Calle, 'Jeringa' Guzmán, Leiner Orejuela, Robinson Muñoz, 'Totono' Grisales, Dúmar Rueda, Diego Toro, 'Chico' Restrepo, 'Champeta' Velásquez y yo. Ese equipo era una familia y se sentía un ambiente muy bacano. En ese torneo le ganábamos a todo el mundo pero desafortunadamente perdimos la final con América".

Futbolred: Una anécdota que todavía lo haga sonreír...
J.A.: "Al final del partido con San Pablo todo el mundo gritaba y había muchos periodistas. Yo fui el último que salí de la cancha y fui a buscar a mi familia en la tribuna pero no los encontraba. Las niñas estaban gritando pero con esa bulla nadie podía escuchar y se pusieron de acuerdo como 20 personas que estaban alrededor para gritar bien duro: "papi, papi, papi". Apenas yo miré estaban mi esposa con las dos chiquitas pegadas de la baranda y toda la gente atrás mirando ese momento. La verdad que esa imagen nunca se me va a borrar".

Futbolred: Y por último, la invitación a los lectores de Futbolred para que conozcan su lavadero...
J.A.: "El negocio queda en el Barrio La Paz de Envigado. Se llama Servilado. También hacemos el cambio de aceite. Para la gente que venga por esta entrevista tiene un 30% de descuento para lo que le haga a su carro".

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