Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
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armando2007
27-10-2010, 17:59:09
Esperando por Supermán
El documental 'Waiting for Superman' destroza la educación pública en EE.UU.
De niño lloró cuando su madre le dijo que Superman no existía. Nadie vendría a salvarle con sus poderes. "Fue uno de los días más tristes de mi vida", confiesa.
http://cineyvideo.files.wordpress.com/2010/01/waiting_for_superman.jpg
Geoffrey Canada creció como un chico del Bronx en el que miseria y violencia se conjugaban en la misma frase. "Entendí que debía ayudar a los jóvenes", dice años después tras el reconocimiento generalizado de su éxito.
Porque este hombre, fundador de uno de los proyectos de enseñanza más admirados –Harlem Children's Zone–, se ha convertido en el estilete de una discusión en la que el presidente Obama se ha encargado de echar leña. Canada, retratado casi como un superhéroe –o sin casi–, ejerce de hilo narrativo de Waiting for Superman (esperando a Superman), documental en el que el director Davis Guggenheim describe a partir de cinco niños "el fracaso del sistema educativo público". Si a los maestros en general se les presenta en el papel de malos, Canada y gente como él encarnan la alternativa con las llamadas charter schools, centros también públicos pero con un funcionamiento calcado del sector privado.
La tierra de Silicon Valley y Wall Street –tecnología y riqueza– falla en sus cimientos de futuro. Los 102 minutos de metraje dejan la sensación de que el gigante mundial tiene los pies de barro en una cuestión tan esencial como es la formación gratuita de sus próximas generaciones.
Estados Unidos envidia a los estudiantes de Finlandia, de Corea del Sur o de Singapur. En una clasificación con treinta países desarrollados, los colegiales de EE.UU. ocupan el puesto 21 en ciencias y el 25 en matemáticas. El filme siembra la alarma sobre el elevado número de escuelas –2.000–, a las que equipara a factorías de despidos. El 40% de los alumnos de entre octavo y el duodécimo grado del sistema público cuelga los libros. Cada día, 7.000 críos abandonan las aulas. Las cifras señalan, sobre todo, a los alumnos negros o latinos, los que viven en los lugares más castigados por la pobreza. La gran mayoría de ambos colectivos está más que lejos de un nivel aceptable de lectura. Pocos, muy pocos, llegan a la universidad.
La película distingue entre el pecado –la escuela pública– y la regeneración, que no es otra que la encarnada por las charters. Gracias a las donaciones, sus presupuestos se sitúan muy por encima de los de las otras. Fuentes del sector indican que si el gasto anual de un niño en un colegio normal asciende a unos 16.000 dólares, en una charter puede alcanzar el doble o el triple. Las mejores tienen amigos tipo Bill Gates, presidente de Microsoft.
No han faltado voces que ven el trabajo de Guggenheim como un artefacto en favor de la privatización de la escuela pública. El propio Obama caldeó el debate al reconocer que sus hijas asisten a un colegio privado –Sidwell Friends School– porque no confía en la enseñanza que les reportarían en una pública.
Al más puro estilo Hollywood, en esta trama hay villanos. Son los profesores, y, muy en particular, las unions o sindicatos que cubren a los maestros incompetentes o desencantados que disfrutan de plaza fija. En las charter, por el contrario, no existe el funcionariado ni los sindicatos. Hacia el final del relato, el documental recupera una secuencia de un viejo capítulo de aquellas series pioneras de Superman. El adalid evita que un autobús escolar se despeñe. Los padres se lo agradecen mientras el conductor sigue durmiendo sobre el volante.
Canada, en cambio, emerge como un chófer siempre despierto. Por desgracia, su proyecto educativo, al igual que los otros cuatro retratados de costa a costa, no da a basto para atender a toda la población que lo desearía. Recurren al bombo. "No puede ser que la enseñanza de Estados Unidos dependa de la lotería", se denuncia en los títulos de crédito. En el reverso se ubica a Randi Weingarten, presidenta de la American Federation of Teachers, sindicato "que impide los despidos". Ella no se ha cansado de repetir de que hay una vigilancia permanente de los docentes y que el asunto tiene más aristas.
"Los sindicatos no son tan malos como se les describe y trabajan para conseguir un mejor sistema de evaluación de los maestros". Lo asegura Nicki Smith, que ha sido directora (principal) en escuelas normales y en charters en California. "Cuando el presidente Obama habla de fracaso –añade–, habla de la falta de equidad del sistema. Funciona bien para muchos, pero no para los pobres". En su opinión, Waiting for Superman sólo muestra una cara, y esto ha sido un golpe duro para muchos profesores. "Por lo general les culpamos del fracaso cuando su ambiente y trabajo vienen determinados por el distrito escolar, las políticas centrales y los directores. Para mejorar la escuela, el respeto y la confianza en los tutores como profesionales es crucial, algo que muy a menudo se echa de menos".
Nicky Smith lamenta que la preparación estadounidense se ha centrado en los tests y la puntuación. "A muchos profesores se les requiere enseñar para el test sacrificando la calidad de la enseñanza y la diferenciación por niños. Las políticas educativas se han de enfocar más en el lenguaje, en los cursos iniciales".
Enlace: http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20101025/54059216633/el-maestro-es-el-malo-de-la-peli.html
Pertinente para el sistema educativo colombiano este tema, porque nosotros copiamos todo lo malo de EEUU estamso en un lío por haber copaido el sistema de salud de ellos y en la educación vamos de mal en peor
El documental 'Waiting for Superman' destroza la educación pública en EE.UU.
De niño lloró cuando su madre le dijo que Superman no existía. Nadie vendría a salvarle con sus poderes. "Fue uno de los días más tristes de mi vida", confiesa.
http://cineyvideo.files.wordpress.com/2010/01/waiting_for_superman.jpg
Geoffrey Canada creció como un chico del Bronx en el que miseria y violencia se conjugaban en la misma frase. "Entendí que debía ayudar a los jóvenes", dice años después tras el reconocimiento generalizado de su éxito.
Porque este hombre, fundador de uno de los proyectos de enseñanza más admirados –Harlem Children's Zone–, se ha convertido en el estilete de una discusión en la que el presidente Obama se ha encargado de echar leña. Canada, retratado casi como un superhéroe –o sin casi–, ejerce de hilo narrativo de Waiting for Superman (esperando a Superman), documental en el que el director Davis Guggenheim describe a partir de cinco niños "el fracaso del sistema educativo público". Si a los maestros en general se les presenta en el papel de malos, Canada y gente como él encarnan la alternativa con las llamadas charter schools, centros también públicos pero con un funcionamiento calcado del sector privado.
La tierra de Silicon Valley y Wall Street –tecnología y riqueza– falla en sus cimientos de futuro. Los 102 minutos de metraje dejan la sensación de que el gigante mundial tiene los pies de barro en una cuestión tan esencial como es la formación gratuita de sus próximas generaciones.
Estados Unidos envidia a los estudiantes de Finlandia, de Corea del Sur o de Singapur. En una clasificación con treinta países desarrollados, los colegiales de EE.UU. ocupan el puesto 21 en ciencias y el 25 en matemáticas. El filme siembra la alarma sobre el elevado número de escuelas –2.000–, a las que equipara a factorías de despidos. El 40% de los alumnos de entre octavo y el duodécimo grado del sistema público cuelga los libros. Cada día, 7.000 críos abandonan las aulas. Las cifras señalan, sobre todo, a los alumnos negros o latinos, los que viven en los lugares más castigados por la pobreza. La gran mayoría de ambos colectivos está más que lejos de un nivel aceptable de lectura. Pocos, muy pocos, llegan a la universidad.
La película distingue entre el pecado –la escuela pública– y la regeneración, que no es otra que la encarnada por las charters. Gracias a las donaciones, sus presupuestos se sitúan muy por encima de los de las otras. Fuentes del sector indican que si el gasto anual de un niño en un colegio normal asciende a unos 16.000 dólares, en una charter puede alcanzar el doble o el triple. Las mejores tienen amigos tipo Bill Gates, presidente de Microsoft.
No han faltado voces que ven el trabajo de Guggenheim como un artefacto en favor de la privatización de la escuela pública. El propio Obama caldeó el debate al reconocer que sus hijas asisten a un colegio privado –Sidwell Friends School– porque no confía en la enseñanza que les reportarían en una pública.
Al más puro estilo Hollywood, en esta trama hay villanos. Son los profesores, y, muy en particular, las unions o sindicatos que cubren a los maestros incompetentes o desencantados que disfrutan de plaza fija. En las charter, por el contrario, no existe el funcionariado ni los sindicatos. Hacia el final del relato, el documental recupera una secuencia de un viejo capítulo de aquellas series pioneras de Superman. El adalid evita que un autobús escolar se despeñe. Los padres se lo agradecen mientras el conductor sigue durmiendo sobre el volante.
Canada, en cambio, emerge como un chófer siempre despierto. Por desgracia, su proyecto educativo, al igual que los otros cuatro retratados de costa a costa, no da a basto para atender a toda la población que lo desearía. Recurren al bombo. "No puede ser que la enseñanza de Estados Unidos dependa de la lotería", se denuncia en los títulos de crédito. En el reverso se ubica a Randi Weingarten, presidenta de la American Federation of Teachers, sindicato "que impide los despidos". Ella no se ha cansado de repetir de que hay una vigilancia permanente de los docentes y que el asunto tiene más aristas.
"Los sindicatos no son tan malos como se les describe y trabajan para conseguir un mejor sistema de evaluación de los maestros". Lo asegura Nicki Smith, que ha sido directora (principal) en escuelas normales y en charters en California. "Cuando el presidente Obama habla de fracaso –añade–, habla de la falta de equidad del sistema. Funciona bien para muchos, pero no para los pobres". En su opinión, Waiting for Superman sólo muestra una cara, y esto ha sido un golpe duro para muchos profesores. "Por lo general les culpamos del fracaso cuando su ambiente y trabajo vienen determinados por el distrito escolar, las políticas centrales y los directores. Para mejorar la escuela, el respeto y la confianza en los tutores como profesionales es crucial, algo que muy a menudo se echa de menos".
Nicky Smith lamenta que la preparación estadounidense se ha centrado en los tests y la puntuación. "A muchos profesores se les requiere enseñar para el test sacrificando la calidad de la enseñanza y la diferenciación por niños. Las políticas educativas se han de enfocar más en el lenguaje, en los cursos iniciales".
Enlace: http://www.lavanguardia.es/ciudadanos/noticias/20101025/54059216633/el-maestro-es-el-malo-de-la-peli.html
Pertinente para el sistema educativo colombiano este tema, porque nosotros copiamos todo lo malo de EEUU estamso en un lío por haber copaido el sistema de salud de ellos y en la educación vamos de mal en peor
Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
St3phon
27-10-2010, 18:03:13
pero la verdad es que aqui en Colombia estamos mejor de educacion que en USA...Un bachiller colombiano es mucho mejor educado que un gringo en su High school..hay que oirlos leer en eingles y la ortografia de ellos es espantosa...
Joe Quimby
27-10-2010, 18:55:06
Pues el sistema esta diseñado asi para que unos pocos privilegiados acccedan a la verdadera educacion superior y de esta forma se mantiene el statu quo, simple y efectivo.
Mashiro
27-10-2010, 19:08:31
Oiga buena recomendación Armando, me llama la atención el mal papel que juegan los sindicatos y los escalafones, que en vez de incentivar la calidad educativa, se han convertido en el escampadero burocrático de muchos malos profesores. Vamos a ver si la conseguimos por ahi...jajajajaja
delarte
27-10-2010, 21:09:52
tengo entendido que en colombia se copia el sistema educativo chileno, falta a ver ellos a quien se lo copian
armando2007
27-10-2010, 22:05:56
Oiga buena recomendación Armando, me llama la atención el mal papel que juegan los sindicatos y los escalafones, que en vez de incentivar la calidad educativa, se han convertido en el escampadero burocrático de muchos malos profesores. Vamos a ver si la conseguimos por ahi...jajajajaja
El detalle del escalafón es que sólo aplica para algunos profesores, el resto son profesores contratistas y los que están por el municipio o departamenteo no tienen apoyo para estudiar y actualizarse. Aumentar cobertura sin hacer nada por la calidad de la educación genera lo que vemos hoy en las Universidades: bachilleres que no saben despejar, que no les gusta leer, incluso les da pereza ver películas con subtítulos. Yo tuve profesores estudiados en Universidades.
EL problema no son sólo los sindicatos de profesores, principalmente es la falta de apoyo de los Gobiernos para la capacitación del profesorado.
El detalle del escalafón es que sólo aplica para algunos profesores, el resto son profesores contratistas y los que están por el municipio o departamenteo no tienen apoyo para estudiar y actualizarse. Aumentar cobertura sin hacer nada por la calidad de la educación genera lo que vemos hoy en las Universidades: bachilleres que no saben despejar, que no les gusta leer, incluso les da pereza ver películas con subtítulos. Yo tuve profesores estudiados en Universidades.
EL problema no son sólo los sindicatos de profesores, principalmente es la falta de apoyo de los Gobiernos para la capacitación del profesorado.
sr_alucard
27-10-2010, 22:16:49
pero la verdad es que aqui en Colombia estamos mejor de educacion que en USA...Un bachiller colombiano es mucho mejor educado que un gringo en su High school..hay que oirlos leer en eingles y la ortografia de ellos es espantosa...
Y hay que oír a los bachilleres colombianos leer español...
Y hay que ver su ortografía...
Y hay que oír a los bachilleres colombianos leer español...
Y hay que ver su ortografía...
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