Comportamiento no deseable del gato

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COMPORTAMIENTO NO DESEABLE DEL GATO

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Tenemos que saber reconocer la diferencia entre un comportamiento normal, aunque poco deseable, y problemas más serios, como fobias o conductas obsesivas. Algunos aspectos del comportamiento natural del gato pueden añadir alguna tensión a nuestra relación con él. Debemos tener presente que, cuando elige una de nuestras plantas como cuarto de baño o araña el sillón, el animal se limita a seguir sus instintos naturales. Si desde pequeño inculcamos disciplina al gato, es mucho menos probable que de adulto manifieste ese tipo de conducta.


Nunca se debe gritar o pegar a un gato: normalmente bastará con un rotundo “NO” para que cese en sus trastadas. Como último recurso un fulminante chorro lanzado con una pistola de agua persuadirá al animal de insistir en un comportamiento poco deseable.


El gato escarba la maceta. La costumbre de gatos de escarbar el suelo alrededor de las plantas (tanto en interiores como al aire libre) que van a usar como servicio resulta muy molesta para amantes de la jardinería. Si nuestro gato elige para esto plantas de la calle, muy pronto nos convertiremos en personajes impopulares del vecindario.
Solución: se pueden rodear las plantas con tela metálica para disuadir al gato de que utilice lugares determinados. Algunos olores, como el de las bolas de naftalina, pueden actuar como repelente. Pero la forma más efectiva de acabar con las actividades de “jardinería” del gato consiste en rodear de grava las plantas.


Peleas callejeras. Un gato sin castrar es propenso a enzarzarse en reyertas con otros gatos. El instinto natural del macho lo empuja a defender su territorio frente a otros machos y a buscar hembras con las que aparearse. Si poseemos un gato de estas características y le dejamos salir a la calle, no debemos extrañarnos si a menudo vuelva a casa con marcas y cicatrices.


Solución: la castración resta agresividad del macho, que tiende a defender un territorio mucho más pequeño, a vagabundear menos y a convertirse en un animal más afectuoso.


Plantas del interior. A los gatos a menudo les da por morder las hojas de las plantas del interior. Un animal que permanezca encerrado en casa puede comerse los tiestos como sustitutos de la hierba, que a todos los gatos les gusta mascar. No hay que dejar en casa plantas que sean toxicas para él.


Solución: una forma de proteger las plantas es rociar sus hojas con zumo de limón. Si esto no surte efecto, podemos intentar echando agua al gato con un pulverizador o uno pistola de agua cada vez que se porte mal.


Arañazos en muebles y cortinas. Una gato araña muebles y cortinas no sólo para hacerse la manicura, sino también para marcar su territorio como señal frente a otros felinos. Cuando más encerrado o asustado se sienta en animal, más tenderá a marcar su hogar.


Solución: habrá que pensar bien a la hora de elegir cortinas, alfombras y sillas. Las texturas de algunas telas o de ciertos papeles para la pared son irresistibles para un gato. Entrenemos a nuestro gato para que recurra al postre de arañar.