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Ver la Versión Completa Con Imagenes : La enfermedad holandesa (Opinión)


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
RELOAD
04-08-2010, 10:19:03
http://www.prensanet.com/images/news/2010/08/31/news_1629956.jpg

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Luisypher
09-08-2010, 01:47:46
:laughing9:VENEZUELA A SUFRIDO ESTA RARA ENFERMEDAD INFLACIONARIA:laughing9:

POR SUPUESTO QUE MICO-MANDANTE CHAVEZ, PIENSA QUE ES UNA VIROSIS QUE SE CURA CON CALDO CALIENTE DE MENUDENCIAS DE POLLO.

RELOAD
30-11-2010, 13:32:35
Más allá de la enfermedad holandesa

A medida que Colombia se descubre como país minero con alto potencial petrolero, es indispensable encarar el futuro con una actitud visionaria y de largo plazo.

Por Julio César Belalcázar
http://www.poder360.com/thumbs/phpThumb.php?src=../uploads/article_image/img_4ceee25547b13.Embarque%20petroleo.jpg&w=600&aoe=1

l crecimiento del sector petrolero y la nueva dimensión de Colombia como país minero son una realidad inmediata con serios retos para el país. Y no sólo se trata de la debatida enfermedad holandesa, que preocupa a los exportadores, sino de una serie de aspectos que se deben debatir con seriedad. Se trata de desafíos inminentes a los que el Gobierno no puede dar la espalda y que tienen efectos reales en el colombiano de a pie.
Colombia debe revisar la experiencia reciente de países como Noruega, que, guardadas proporciones, podría servir como modelo gerencial de los abundantes recursos producto de la explotación petrolera o minera. Y para no cometer los errores de aquellos que se dejaron contagiar de la enfermedad holandesa y tomaron fallidas decisiones políticas, no hace falta irse tan lejos, sino mirar lo ocurrido al otro lado del Orinoco.
Primero, es importante captar la dimensión y el vigor del sector minero y la explotación petrolera en la economía nacional. La minería está viviendo un auge que se refleja en las últimas cifras del sector: en el 2009, las exportaciones del sector llegaron a los US$8.000 millones (25% del total de las ventas externas totales) y en el trascurso de los últimos siete años, la inversión extranjera directa para la explotación se ha multiplicado seis veces y ha alcanzado los US$3.000 millones el año pasado.
Además, la exploración petrolera nacional está pasando por un excelente momento, mientras Ecopetrol —la empresa insigne del país— vive un período estelar en sus proyectos fuera de Colombia, que pasan por Brasil, Perú y el golfo de México de los EE.UU. Su último acierto: el lunes 22 de noviembre dio a conocer el descubrimiento de una columna de hidrocarburos a través de su filial en Brasil, Ecopetrol Oleo E Gas do Brasil Ltda., que en conjunto con la Anadarko Petroleum Corporation, operadora del bloque BM-C-29 en el pozo Itaúna-1, viene explorando la zona de “post-salt” en la cuenca de Campos (costa norte del estado de Río de Janeiro) y que constituye la mayor reserva de petróleo de Brasil.

Mirar a Noruega
El dinamismo del sector petrolero no sólo se evidencia en la producción nacional y su creciente participación en la Bolsa de Valores (este mes, las acciones de Ecopetrol, Pacific Rubiales y Canacol concentran el 60% de los movimientos de renta variable), sino en las inversiones en el futuro, como la construcción del Oleoducto Bicentenario —el más grande del país y que irá de Casanare hasta Coveñas—. Al parecer, las apuestas dentro del país son por los frutos de la exploración en los Llanos Orientales, donde se forjan gran parte de las esperanzas no sólo de Ecopetrol, sino de varias multinacionales que también creen en el promisorio futuro de esta región.
A fin de cuentas, la fuerza que viene adquiriendo la minería y la exploración petrolera tiene un positivo impacto inmediato mediante la generación de mayores recursos económicos. Pero en medio de la euforia es relevante mantener los pies sobre la tierra y una completa perspectiva de los efectos y el significado de este reciente boom de los commodities. Ante todo, se debe definir la mejor manera de administrar los recursos producto de este rótulo industrial, blindar la seguridad de las personas involucradas y no sólo establecer, sino igualmente hacer efectivas, unas directrices que garanticen la protección del medio ambiente.
Asimismo, es primordial tener en cuenta que los minerales y el petróleo son recursos limitados que no van a garantizar un crecimiento sostenido a largo plazo, si bien su adecuada explotación puede servir para el desarrollo económico de una nación y como plataforma para la consecución de ventajas comparativas y un mayor bienestar social.
Ejemplo de ello es Noruega, el tercer exportador de petróleo después de Arabia Saudita y Rusia, y que con un ingreso per cápita de US$65.509, ubicada detrás de la boyante Luxemburgo como el país con la población más rica de Europa. Los noruegos, a diferencia de otros estados miembros de la OPEP, han sabido guardar los multimillonarios recursos producto de la exploración petrolera de la estatal Statoil en el mar del Norte, en un fondo de inversión para el futuro, el cual asciende a US$350.000 millones. Y no lo tocan.
Conscientes de las distorsiones que pueden causar los flujos de capitales, el Gobierno de Noruega, a pesar de ser el mayor donador per cápita del mundo, es inclusive cauteloso en la ayuda financiera que otorga a países que corrieron con menos suerte que ellos —como varias naciones en África— y donde los recursos de este país nórdico pueden desencadenar una seria enfermedad holandesa.
El modelo noruego es además un ejemplo de administración ética. Conforme a las directrices que regulan el manejo del fondo, las inversiones que se hacen con este capital en compañías (principalmente en los EE.UU.) no deben superar el 3% del capital total de dichas empresas para no influenciar el normal trascurrir de sus negocios. En realidad, lo que los noruegos han conseguido es convertir el producto de la explotación de un recurso no renovable en una fuente de recursos autosostenible.

Malos ejemplos
Este comportamiento dista, en gran medida, de lo que ocurre en otras economías petroleras como Arabia Saudita, donde gran parte del dinero termina en el patrimonio de la familia real y una élite acomodada. A su vez, en países en desarrollo como Nigeria y Venezuela, el dinero del oro negro sólo ha servido para revelar el grado a que ha llegado una clase dirigente corrupta e incompetente. Sin embargo, uno de los peores casos de la administración de recursos petroleros es el de Guinea Ecuatorial, cuyos enormes hallazgos petroleros por las multinacionales han catapultado el PIB per cápita de esta pequeña nación africana al puesto 28 a nivel mundial. Pero esa es sólo una estadística, pues en realidad la riqueza petrolera se concentra en unas pocas manos, el 70% de la población vive con menos de US$2 al día y el país tiene uno de los peores registros en materia de derechos humanos.
Por lo tanto, es importante que a raíz de la coyuntura, los colombianos reflexionemos sobre el país que queremos en el futuro (como los noruegos) y no nos limitemos a malgastar la bonanza (como los nigerianos o lo venezolanos) o, peor aún, que la inmensa mayoría siga sufriendo el maltrato y la pobreza en medio de la “opulencia” (como los ecuatoguineanos). Más allá de la incertidumbre que genera estar sujeto a las fluctuaciones de los precios de los commodities (ver gráficas) y de tomar medidas para frenar la revaluación, en la actual guerra de divisas en la que Colombia es apenas un convidado de piedra, se debe definir una clara política a largo plazo para sacar el mayor provecho del auge minero y petrolero que vive el país.
El debate económico no se puede limitar a estudiar los diferentes mecanismos para ayudar a los exportadores ante el comportamiento alcista del peso, mediante una política monetaria activa o especular desde el Gobierno sobre medidas para regular la entrada de capitales extranjeros. La satisfacción posterior a la adjudicación de 78 bloques tras la reciente “Ronda Colombia 2010” debe ser el punto de partida para este esfuerzo. El anuncio del Ministerio de Minas de la creación de los fondos de Ahorro y Estabilización, así como otro de Competitividad Regional, en el marco de un más moderno Sistema General de Regalías, que destina un 10% de los recursos a proyectos de ciencia, tecnología e innovación, son políticas en la dirección correcta.
Este es apenas el inicio de lo que debe ser un esfuerzo mancomunado entre el Ejecutivo y la empresa privada para encausar los recursos del sector minero y petrolero, a fin de disminuir la pobreza, reducir los desequilibrios regionales y aprovechar esta oportunidad única para desarrollar ventajas competitivas en términos de progreso tecnológico e industrial. Como bien se dieron cuenta los noruegos y los holandeses en su momento, evitar el debilitamiento industrial y del sector exportador requiere de un esfuerzo activo por parte del Gobierno y la sociedad civil para definir un futuro mejor, con base en una población más educada y una industria más competitiva.
Por ahora, Colombia se enfrenta a la disyuntiva de descubrirse un país minero con un potencial petrolero, que afronta la tarea de forjar un mejor porvenir. Políticas públicas claras, trasparentes y visionarias, que le permitan a Colombia superar el deshonroso puesto 78 en el ranking de Transparencia Internacional, serán fundamentales para no repetir los errores de Guinea Ecuatorial o Venezuela. En este caso es mejor mirar al Mar del Norte.