Increíble pero Real [Archivo]

WILLYRP

05-05-2010, 09:27:38

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BUENOS AIRES -- Ocurrió de repente. Cuando la noche se llenaba de impotencia y el estadio se cargaba de resignación, nació un nuevo partido. El de ir como sea de un lado. El de aguantar a cualquier precio del otro. Cinco minutos de nervios, tensión y dramatismo. Parece difícil de explicar, pero la respuesta es la de siempre: así es el fútbol (por suerte).

La lógica sólo se encuentra en la frialdad de los números. El agónico 2-0 le quedó corto a un Vélez corajudo y sin ideas que pagó caro el 0-3 de la ida de México. Para Chivas, la resistencia le permitió pasar a cuartos de la Copa Santander Libertadores.

PRESO DE SUS NERVIOS
En el ambiente se respiraba confianza. El reconocimiento a los campeones de la Recopa '97, con Chilavert a la cabeza, y el emocionante recibimiento para el equipo le daban el marco a una verdadera noche de Copa. La consigna bajaba desde una bandera: "Dale Vélez que no ha pasado nada".

Como si hiciera falta algo, el ansiado primer gol llegaba a los tres minutos de juego, gracias a la cabeza de Silva. Como lo habían soñado en Liniers. La mesa estaba servida.

Aunque Chivas se defendía cerca de Liborio Sánchez, los de José Luis Real estaban lejos de parecerse al Inter de Mourinho en Camp Nou. Eso sí, el arquero se revolcaba tanto para despejar pelotas, como para simular dolores inexistentes.

Entonces, el supuesto trámite comenzó a complicarse. Tanto por errores propios, como por virtudes ajenas. Como el Fortín pasó a ser la defensa visitante, la calva cabeza de Silva se transformó en obsesión. El tema es que por más que cabeceara siempre, no todas las del uruguayo iban a terminar adentro.

En ese primer tiempo, Sánchez le sacó con las manos un remate espectacular desde afuera a Somoza y con la cara una volea en el área chica a Otamendi. El reloj corría, el segundo no llegaba. Y mientras tanto, discusiones, enojos, y tanta pérdida de tiempo como de energía.

El grosero error de Vélez fue jugar los últimos 45 como si fueran los últimos 5. Traducido: ansioso, apurado, con bochazos frontales, sin lateralizar, ni haciéndose dueño de la pelota. En gran parte por la floja noche de Somoza, Zapata y Moralez, sus generadores de juego.

Los nervios de su rival agrandaron a Chivas. Lo inflaron anímicamente, porque de fútbol poquito y nada. Arellano y Bravo casi no le vieron la cara a Barovero. Nobleza obliga: por la ausencia de sus seleccionados (Michel, Magallón, Bautista, Medina y Hernández), Guadalajara presentó un conjunto con un promedio de edad de 23 años.

Irreprochables los cambios de Gareca. Puso a los hombres que le pedía el partido para torcer la historia. Pero no podía. Con otra volada tremenda, Sánchez le ahogó el grito al chico Álvarez, quien al ratito desperdició una chance insólita debajo del arco.

Chivas prefería sumar amonestaciones con tal de hacer correr el reloj. Sellaba la serie sin mayores sobresaltos hasta el cabezazo de Zárate (siempre el Roly), que aprovechó la mala salida de Liborio, a los 43' 50''.

Y ahí, lo dicho. Todos para adelante, con ojos cerrados, pero para adelante. Chilavert quería dejar la platea para patear los tiros libres. Gareca deseaba abandonar el banco para ir a cabecear. Fueron cinco minutos en los que renació la esperanza. Faltaba un gol para forzar los penales. Pero nada cambió.

Los aplausos del final premiaron a un Vélez que dejó todo y a la vez se quedó sin nada. Porque sin chances en el Clausura, se esfumó el sueño de levantar la Libertadores en el año del centenario. Enfrente, una especie de resurrección en una semana complicada por la salida de Rafael Lebrija como presidente deportivo del club y el 2-4 ante Morelia en los cuartos de final del torneo Bicentenario del fútbol mexicano.

El equipo de Gareca tenía todo para ganar y perdió. Y viceversa.

Increíble pero Real. ¿No, José Luis?