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Ver la Versión Completa Con Imagenes : Como Nacieron los Penaltis en el Fútbol ?


Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
g a m b i t o
13-03-2010, 00:51:58
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Los hombres elegantes de finales del siglo XIX salían a la calle con traje negro, sombrero alto y un pequeño reloj de bolsillo. Y él, como era el joven más rico y elegante del pueblo, seguía las reglas de etiqueta. Hijo de Robert Garmany McCrum, millonario fabricante de telas a quien la Corona le había otorgado el título de sheriff, el impoluto William pasaba los días estudiando en el colegio Royal para señoritos y las tardes jugando fútbol, críquet o rugby.

Los McCrum vivían –reinaban– en Milford, un pueblito algodonero de colinas verdes, árboles de manzana y casas de ladrillo rojo en el sur de Irlanda del Norte, que ellos y su dinero habían ayudado a levantar. Robert Garmany, el viejo, era seco, rígido, autoritario y católico; la antítesis de su único hijo varón, que, a pesar de haber heredado el refinamiento que presuponía su apellido, era divertido, relajado, dócil y fiestero.

Tras graduarse con honores de Estudios Clásicos en Dublín, William volvió al caserón rodeado de jardines en el que fue criado (hoy convertido en un museo que lleva el nombre de Milford House). Regresó porque su padre quería verlo en cabeza del negocio familiar, pero el joven debía cumplir antes uno de sus sueños: ser deportista profesional.

Master Willie, como era conocido por todos en Milford, aceptó el puesto de arquero en el novel equipo de la región, el Milford Everton F.C., que formaría parte de la primera Liga Irlandesa de Fútbol (1890). Los números del club: 14 partidos jugados, 14 partidos perdidos; los números de Mr. McCrum: 14 partidos jugados, 62 goles en contra. Sí, el portero, muy culto y estudiado, había visto el balón tocar la red una y otra vez, y otra más. Pero no había perdido el tiempo, como todos en el pueblo creían. Mientras veía inmóvil cómo sus compañeros eran humillados por los rivales, había ideado una fórmula para frenar la violencia de los defensas contra los atacantes.
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Resulta que en tiempos de los primeros campeonatos oficiales de fútbol en el Reino Unido las reglas castigaban las faltas cerca del arco con un simple tiro libre. Lo normal, entonces, era frenar a los contrarios que se encaminaban a la meta con tacles a la cintura, rodillazos al estómago o empujones por la espalda. La brutalidad era tal, que muchos partidos terminaban en los juzgados. McCrum, ciudadano modelo y autoproclamado enemigo de las injusticias, consideraba deplorables y de mal gusto estas prácticas. Por eso apenas dejó el Milford Everton y se dedicó a la administración de clubes deportivos, propuso públicamente una regla tan revolucionaria como descabezada: si un jugador era derribado a menos de 12 yardas (11 metros) de la portería contraria, se cobraría un tiro directo que sólo podría ser defendido por el arquero.

“¡Está loco!”, publicaron los pasquines locales cuando se enteraron de semejante osadía. “Es una medida tan radical como la pena de muerte, es la pena máxima del fútbol”. La única persona a la que no le pareció un disparate fue a su amigo Jack Reid, ex futbolista y miembro de la International Board, una especie de guardián de las reglas del fútbol creado pocos años antes en Londres. Reid trasladó la idea al organismo, que ni siquiera la discutió en su asamblea de 1890 y se limitó a escribir en el acta oficial que la tendría en cuenta un año después.

La norma estaba condenada a morir sin haber nacido hasta el 14 de febrero de 1891, día en que el Notts County y el Stoke City se enfrentaron por los cuartos de final de la F.A. Cup: minuto 90. Notts County 1, Stoke City 0. El defensa Hendry, del Notts, saca con la mano un balón que los del Stoke ya daban por gol. El árbitro pita tiro libre con barrera, como rezaba el reglamento. Los once jugadores del Notts se convierten en una muralla humana que, debajo del arco, impiden que el balón entre. Notts es semifinalista. Stoke llora, patalea, pide que se haga algo al respecto.

El 2 de junio de 1891, en el hotel Alexandria, situado en la calle Bath de Glasgow, la International Board aprobó la regla número 13 del fútbol, el penalti: norma que en un principio castigaba sólo zancadillas, agarrones y manos, y que se podía cobrar desde cualquier punto de una línea que atravesaba el campo a lo ancho, ubicada a 11 metros de la raya final. Con los años y la burocracia nacieron el punto penal, las expulsiones por último recurso, el área grande y el área chica, la bomba semicircular…

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Cuentan que los jugadores del Corinthians (el club amateur londinense que le daría nombre al equipo actual del goleador brasileño Ronaldo), ofendidos ante el nuevo castigo, se retiraban del campo para fumar cuando el árbitro sancionaba un penalti. Otros conjuntos simplemente acordaban antes de los partidos tirar el balón a cualquier parte con tal de no obedecer tan absurda regla. Unos y otros creían que la pena máxima presumía la mala fe de los futbolistas, caballeros incapaces de golpear o patear deliberadamente a un contrincante.

A la historia pasaría Joseph Health, del Wolverhampton inglés, quien pateó, y metió, el primer penalti de la historia; y Carlos Vidal, de la selección chilena, quien pateó, y botó, el primer penalti de un mundial.
McCrum se dedicó después a viajar, a apostar en Monte Carlo, a conquistar mujeres hermosas, a pasearlas por las calles de su pueblo en un Rolls-Royce recién brillado, a tomar whisky del más fino, a despilfarrar los millones de la monumental empresa familiar que se quebró bajo su mandato.

Master Willie murió en 1932 solo, alcohólico, paupérrimo y sin el traje negro ni el sombrero alto ni el reloj de bolsillo. Pero antes fue director de teatro, profesión que para su bisnieto Robert McCrum, actual editor literario del semanario británico The Observer, explica por qué su antepasado, y sólo él, habría podido idear algo similar al penalti: “Es el tipo de castigo que sólo un arquero [y teatrero] podía inventar, un momento supremo de drama y sacrificio que sitúa al arquero, generalmente un espectador, en el centro del escenario. Sí, la probabilidad está en su contra, pero lo convierte, heroicamente, trágicamente, en la estrella del espectáculo”.

Autor Diego Rubio

Ayudante De Santa
06-11-2015, 22:19:08
Los mejores licores
Sinclair
13-03-2010, 01:30:55
Excelente información, gracias por enriquecer con buen contenido esta zona amigo.

Hannibal Lecter
13-03-2010, 09:38:24
muy entretenida la historia , mono!!

santiago®
14-03-2010, 14:08:49
que buen dato home

*ADRiiA/N*
15-03-2010, 10:40:35
Que Buena Informacion !!!!

A Mi Me Gustaba Mucho Cuando En USA y En Otros Lugares Se Cobraba El Pena
Desde La Mitad De La Cancha Arrancando El jugador COn El Balon y teni al Posibilidad
De un Solo Disparo sea Antes O Dejando Regado El Arquero.

Me parecia Mucho mas Emocionante !!!

HOMERUCHIA
15-03-2010, 10:47:25
tremenda informacion men lleve!!

EL*BARTO
15-03-2010, 11:00:12
buena es parce...... con razón se llama la pena máxima.......





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-Damphir-
15-03-2010, 11:05:08
excelente narración
al futbol le hacen falta un par de ayuditas más
pa ke no validen tanta jugada rara

Pepe ™
15-03-2010, 12:31:35
Excelente la info!!

g a m b i t o
15-03-2010, 17:44:39
.....moachos gracias por los comentarios.......:SmokeScreen_emotico